Las Élites del
Poder: Charles Wright Mills.
Por Kelder Toti.
Charles Wright Mills (28 de agosto de 1916, Waco (Texas) – 20 de marzo de 1962, West Nyack, (Nueva York) fue un sociólogo estadounidense. La familia Wrigt Mills fue una típica familia americana de lo que podría denominarse clase media o pequeña burguesía: su madre se desempeñaba en labores domésticas y su padre era agente de seguros.
Wright Mills es
mayormente recordado por su libro de 1959 "La imaginación
sociológica", en donde expone una mirada entre la relación biografía e historia, teoría y método, en el
conocimiento sociológico. También es reconocido por haber estudiado la estructura
de poder en los Estados Unidos en su libro titulado "La élite del
poder" (1956).
Wright Mills era
un norteamericano de influencia marxista que tuvo muchos adversarios pero
también muchos admiradores. Mills creía que la sociología no debía ser una ciencia
fría y ajena a la experiencia humana. Pensaba que la sociología debía ayudar a
las personas a escapar de sus prisiones particulares, de sus “jaulas” en las
que se han encerrado, ya que la sociología nos puede mostrar que es la
sociedad, la responsable de muchos de nuestros problemas. Para Mills, la
sociología transforma los problemas privados en problemas sociales y políticos.
Según afirmó con
dolor y sarcasmo su amigo el también cientista social Irving Horowitz, Wright
Mills era una persona vital y expansiva que parecía demostrar siempre tener
mucha prisa. Mills se enfocó en las responsabilidades de los intelectuales de
la sociedad posterior a la Segunda Guerra Mundial, y aportó relevancia y
compromiso a través de observaciones académicas que no habían sido tratadas con
interés, considerando a estas responsabilidades como un "aparato de
inteligencia público" (public intelligence apparatus) que desafiara las
políticas de las tres élites institucionales: Economía, Política y Militar.
Wright Mills
pone en evidencia el carácter conservador de la teoría parsonsiana y sus
supuestos, valores y postulaciones legitimadoras de la sociedad con
desigualdades y meritocracia que incita a las personas a la adaptación a los
sistemas establecidos mediante una serie de dispositivos de gratificación y
sanción-castigo, mecanismos disciplinadores de las conductas contestatarias a
los que el sistema debe orientar hacia la conformidad-alienación. Inclusive
Wright Mills ironiza cuando trascribiendo una párrafo completo de Parsons,
quien escribía en inglés igual que él, señala: “Ahora vamos a traducir a
Parsons”, y entonces hace comprensible el trasfondo ideológico conservadurista
del estructural funcionalismo.
Wright Mills era
consciente de que sus posturas irreductibles en defensa de sus principios de
socialista libertario le generaban ir a contracorriente y hasta quedar
marginado y aislado. Como afirma George Ritzer en su libro Teoría sociológica
clásica, “Mills era un marginado y lo sabía. Decía: «Soy un forastero no sólo
en el sentido territorial sino también en los otros sentidos. Y lo soy para
bien»”. Agrega Ritzer, ampliando nuestra enunciación precedente: “W. Mills no
se contentó con desafiar al teórico social, Talcott Parsons, sino también al
metodólogo de mayor relevancia, Paul Lazarfeld”, colega suyo en la Universidad
de Columbia.
Cabe destacar
que el estructural-funcionalismo fue una de las coartadas ideológicas
emergentes luego de la crisis financiera surgida del crack de la banca de Wall
Street (1929/1930). Este acontecimiento significó una oleada de despidos y
persecuciones a los militantes y luchadores sociales obreros y de tendencias
radicales socialistas, anarquistas, etc. Novelas como Viñas de ira, de
Steinbeck, hecha película por John Ford y protagonizada por Henry Fonda,
muestra en las pantallas el desarraigo forzado de miles campesinos despojados
por la conducta usuraria de los banqueros. También es posible mencionar El
camino del tabaco, de Erskine Caldwell, exhibiendo a trabajadores desharrapados
vagando por los caminos en busca de un mísero empleo. Además, esta crisis que
se expandió por Europa y toda América y fue uno de los factores desencadenantes
de la Segunda Guerra Mundial.
Wright Mills se graduó en la Universidad de Texas en 1939 y se doctoró en la Universidad de Wisconsin en 1941. En 1945 comenzó a trabajar en la Universidad de Columbia, en la que permaneció hasta su muerte. Sus estudios titulados "Los Nuevos Hombres de Poder, Líderes del Trabajo americano" de 1948, estudia la "metafísica del trabajo" y la dinámica de los líderes labores en cooperación con los funcionarios de negocios. Mills concluye que el obrero ha renunciado de forma efectiva a su rol tradicionalmente opositor y se ha reconciliado con el sistema capitalista a través del Sindicato, que es una institución capitalista. Aplacado por políticas económicas de "pan y manteca", los sindicatos han adoptado -sostiene Mills- un flexible rol subordinado a la nueva estructura de poder estadounidense.
El elemento central de nuestra época, según el autor, es el hecho de que la racionalidad, a diferencia de los siglos anteriores, ya no produce y no asegura la libertad, se puede encontrar intelctuales que se vuelven mercenarios del pensamiento de las "élites dominante". Por lo tanto, pone un notable énfasis en la élite intelectual y en sus derrotas, desde el punto de vista cramatístico y académico, derivadas de su escasa responsabilidad social respecto a las masas, criticando su actitud, haciendo un llamado en favor de asumir un nuevo rol.
Wright Mills se graduó en la Universidad de Texas en 1939 y se doctoró en la Universidad de Wisconsin en 1941. En 1945 comenzó a trabajar en la Universidad de Columbia, en la que permaneció hasta su muerte. Sus estudios titulados "Los Nuevos Hombres de Poder, Líderes del Trabajo americano" de 1948, estudia la "metafísica del trabajo" y la dinámica de los líderes labores en cooperación con los funcionarios de negocios. Mills concluye que el obrero ha renunciado de forma efectiva a su rol tradicionalmente opositor y se ha reconciliado con el sistema capitalista a través del Sindicato, que es una institución capitalista. Aplacado por políticas económicas de "pan y manteca", los sindicatos han adoptado -sostiene Mills- un flexible rol subordinado a la nueva estructura de poder estadounidense.
El elemento central de nuestra época, según el autor, es el hecho de que la racionalidad, a diferencia de los siglos anteriores, ya no produce y no asegura la libertad, se puede encontrar intelctuales que se vuelven mercenarios del pensamiento de las "élites dominante". Por lo tanto, pone un notable énfasis en la élite intelectual y en sus derrotas, desde el punto de vista cramatístico y académico, derivadas de su escasa responsabilidad social respecto a las masas, criticando su actitud, haciendo un llamado en favor de asumir un nuevo rol.
Una idea central
de su pensamiento fue precisamente la de que los intelectuales en general y,
especialmente, los científicos sociales, no podían limitarse a desempeñar un
papel de observadores desinteresados, sino que debían ejercer una
responsabilidad social, esta idea está imbuida en el marxismo y el
estructuralismo. Consecuente con esa idea,
Wright Mills eligió estudiar los problemas relativos al cambio social,
principalmente en los Estados Unidos.
Aunque no se opuso a la investigación empírica (que, de hecho, condujo de forma
notable), se decantó decididamente contra el "empirismo abstracto",
convencido de la estrecha relación entre los resultados y la metodología
empleada.
Según Wright
Mills la sociedad contemporanea estadounidense refleja un "desasosiego
moral" consecuencia de la "inmoralidad superior"en sus normas y
estructura que es ilustrada por las élites del poder, que la consecuencia
Wright Mills no la pudo observar, que es a la larga -es mi opinión- se
producirá un Proletariado Imterno que se rebelará de manera violenta o religiosa contra la élite dominante
produciendo intermitentes revueltas, de no lograr la élite crear valores
morales superiores a la estructura de poder actual.
Wright Mill
piensa que el problema principal de la sociología radica en el fracaso de las
dos ideologías del Occidente para explicar el cambio social (el liberalismo y
el marxismo), así como el fracaso de los intelectuales, ya que existe una gran
diferencia entre la élite intelectual y la acción de la masas, ya que esta
debería orientarla y salvaguardar las libertades republicanas, esto es un gran
error ya que la élite intelectual gira en torno a sus propios intereses
particulares, su egoismo personal o grupal forma parte de su perdición como
grupo social.
Wrght Mills
utilizó la encuesta y la entrevista para obtener información al mismo tiempo
que estudiaba y analizaba la literatura
sobre el tema, obteniendo conclusiones en sus trabajos que reflejaban una
parte de la realidad cotidiana. Utilizando el método deductivo para llegar a conclusiones.
La vida de
Wright Mills fue turbulenta. Sus firmes convicciones ideológicas lo llevaban a
confrontar en el ámbito académico y también en el campo político. En una
oportunidad cuestionó agriamente a Howard Becker, considerado gurú intelectual
de la Universidad de Wisconsin.Sus provocaciones, muchas veces trasladadas a
las columnas de los diarios, alertan acerca de la degradación de la democracia
y el control social por parte de las oligarquías.
Analiza la
burocracia en la sociedad industrial. Y las relaciones de poder en las
estructuras jerarquizadas. Le interesan en especial la formación, configuración
y administración del poder de las élites. Describe las técnicas del sistema
productivo destinadas al control de los trabajadores, y presta especial
atención a los proletarios de `cuello blanco', a los oficinistas, desclasados,
desprotegidos y envueltos bajo el paraguas de la burocracia. Escribe de los
conflictos internacionales, de la guerra fría, de las amenazas de nuevas
conflagraciones mundiales, de Cuba, del marxismo. En fin, de la sociedad de
masas y de los medios de comunicación.
Los medios son,
a su juicio, los encargados crear las condiciones que desplazan el poder y
acentúan el centro político de las élites, con dominios económicos, políticos y
militares, al tiempo que entretienen la escena pública con la simulación
democrática del debate. Una acción a la que contribuyen de manera las nuevas
tecnologías que, para el tiempo de Mills, pasan fundamentalmente por la
implantación masiva de la televisión. Los medios no descubren la verdadera cara
del poder, no `identifican al opresor', y desarrollan, por consiguiente, una
labor de manipulación y adulteración de la opinión pública.
Mills es uno de
los primeros autores en considerar los problemas del sobreflujo informativo. Ya
en los años 50 entiende que los cambios tecnológicos que permiten la
instantaneidad y el aumento de los flujos informativos no favorecen la
comunicación, sino que crean un real problema de asimilación. En general, su
obra tiene un expresión crítica radical, pero también, en igual o mayor medida,
un sentido de anticipación que sorprende a sus analistas y mantiene vigente
muchos de sus valores argumentales.
Los medios contribuyen a dar cohesión al estilo de vida americano, amoldando la opinión pública y la expresión política a los valores y referencias del mundo que ofrecen sus contenidos. Cada vez más, la percepción de los individuos se alimenta de los medios, en detrimento de la experiencia directa; es, por consiguiente, más vulnerable o más dependiente o más controlado.
Personalidad inconformista,
en plena Guerra Fría de las potencias económicas y militares mundiales, Wright
Mills visitó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas donde fue
galardonado como el mayor crítico de los Estados Unidos de Norteamérica, su
sociedad y su política, pero no se privó de denunciar en la propia URSS el
clima de censura reinante, reuniéndose con referentes de la disidencia al
régimen que habían sido torturados y/o confinados en los centros de centros de
detención de la KGB, el siniestro sistema del Archipiélago Gulag.
La Teoría del Conflicto Social:
Las teorías de
conflicto derivan su inspiración de los trabajos de Karl Marx, quien vio en la
lucha de clases la clave de la historia humana y principal fuente de cambio.
Actualmente se vincula a Charles Wright Mills y otros sociólogos quienes además
de la lucha de clases, analizan otros tipos de conflictos: entre productores y
consumidores, entre jóvenes y adultos, hombres y mujeres; diversos grupos
raciales y étnicos, etc.
Este enfoque surge a partir de la década de los sesenta.
Es la época de grandes movimientos sociales: las luchas estudiantiles; el
cuestionamiento de la guerra de Vietnam; los hippies; las luchas de los negros
por la igualdad de derechos; los de las mujeres, entre otros. Todos esos
movimientos revelaban que la supuesta sociedad estable y consensual de que
hablaban los funcionalistas no era tal y que, por tanto, otras posiciones
debían surgir para explicar estas nuevas realidades. Durante la década de los
sesenta y a raíz de diversos procesos sociales en donde el conflicto se hizo
patente, surgió un interés especial por estudiar el papel del sociólogo en la
sociedad contemporánea. A esto se une la necesidad de replanteamiento y de
análisis de los enfoques teóricos que supuestamente explicaban la realidad
social. Desde la vanguardia teórica el funcionalismo recibió fuertes sacudidas
pues se requerían teorías más dinámicas orientadas al cambio.
Los teóricos de conflicto afirman que para entender
plenamente la sociedad se deben analizar los procesos de conflicto, de
desorden, desacuerdos y de hostilidad entre los diversos grupos sociales. Por
eso, los sociólogos y las sociólogas deben examinar las fuentes de tensión
entre las personas y grupos; las técnicas utilizadas para el control del
conflicto y las maneras por medio de las cuales las personas con poder
político, económico y social mantienen o aumentan su influencia sobre los
sectores subalternos.
De acuerdo con este enfoque el conflicto es una constante
sociológica pues está presente en todas las sociedades y grupos humanos.
Contrario a lo planteado por los funcionalistas, los teóricos del conflicto
consideran que el conflicto puede llevar a la definición de problemas y a la
transformación de la sociedad. En el análisis del todo social toman en cuenta
la jerarquía que guardan las partes resaltando la importancia e influencia del
factor económico y el político.
Critican la visión funcionalista de que existe el
consenso social. Exponen, que lo que realmente ocurre es que los grupos
dominantes coaccionan o presionan al resto de la población a la sumisión y a la
conformidad. En otras palabras, el orden social es mantenido no por el consenso
general sino por la fuerza; la amenaza de la fuerza u otras formas sutiles de
dominación. Por lo tanto, al preguntarse respecto a quiénes se benefician de
tales "acuerdos", responden que aquellos que detentan el poder
político y económico.
Dentro de este enfoque teórico, encontramos unas
corrientes más radicales que otras. La de orientación marxista, presenta una
visión de que el cambio ocurre debido a la confrontación de fuerzas opuestas en
la estructura de clases sociales donde unos son opresores (explotadores) y
otros los oprimidos (explotados). Los principios rectores del materialismo
histórico sirvieron de base para construir esta teoría. En este análisis se
destaca el factor económico: el modo de producción dominante y la naturaleza
clasista de la sociedad capitalista. El cambio social solo puede realizarse
aboliendo la propiedad privada de los medios de producción y acabando con todas
las formas de explotación y opresión. La transformación del modo de producción
capitalista se logra mediante la lucha revolucionaria de la clase trabajadora
(proletariado).
Otras corrientes, consideradas menos radicales,
cuestionan también la legitimidad de la autoridad. Comparten con los anteriores
la creencia de que existen diversos grupos de intereses que pugnan por el
control y el dominio en las estructuras sociales. De esta manera, los grupos
que detentan el poder político, social y económico se esfuerzan por mantener el
llamado orden social. Para lograr el cambio los grupos subalternos retan la
legitimidad de la autoridad de aquellos.
La teoría del conflicto también ha recibido críticas,
especialmente de los funcionalistas. Algunos entienden que al igual que la
teoría funcionalista tiende a ser una teoría abstracta y que coloca énfasis
especial en lo que ha sido denominado como "macrosociología" pues
presta atención especial a la sociedad como un todo en un alto nivel de
abstracción. Quizás una de las mayores críticas proviene de los sectores que
ven una vinculación directa con la teoría marxista, aspecto que por falta de
espacio no podemos abordar de momento. De ahí que surjan otros enfoques
"microsociológicos" como el interaccionismo simbólico que coloca su
atención en examinar las relaciones diarias de los individuos en la sociedad y
en cómo las personas interpretan esas relaciones, actuaciones o vínculos.
El Collar Blanco:
El Collar Blanco: Las clases medias estadounidenses es su trabajo de 1951, donde afirma que la burocracia ha sobrepasado a los trabajadores urbanos, quitándoles todo pensamiento independiente y convirtiéndolos en cuasi-robots, oprimidos pero felices. Estos obtienen un salario, pero a cambio se ven alienados del mundo debido a su incapacidad de afectarlo o cambiarlo, no se percató que se estaba construyendo un Estado Clientelar, que su fin era destruir el sistema democrático.
La Élite del Poder:
La Élite del Poder, describe las relaciones entre las élites políticas, militares y económicas, subrayando que estas personas poseen un punto de vista común sobre el mundo:
la metafísica militar: una definición militar de la realidad; poseen identidad de clase se reconocen como superiores y separados del resto de la sociedad; poseen intercambiabilidad se mueven entre y al interior de las tres estructuras institucionales y establecen directorios entrelazados.
cooptación/socialización: la sociabilización de los nuevos miembros se realiza basándose en qué tan bien ellos se "clonan" socialmente frente a dichas élites, ya que son un reflejo de lo que es la élite del poder.
Las élites de los "tres grandes" órdenes institucionales poseen una alianza "inquieta" basada en su "comunidad de intereses", dirigidas por la "metafísica militar", que transformó a la economía en una Guerra Económica Permanente.
La imaginación sociológica:
Los hechos de la historia contemporánea son también hechos relativos al triunfo y al fracaso de los hombres y mujeres individuales. Ni la vida de un individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas cosas. Los hombres no poseen la cualidad mental esencial para percibir la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía y de la historia, del yo y del mundo.
Aún cuando no se sientan consternados. Los hombres
advierten con frecuencia que los viejos modos de sentir y de pensar se han ido
abajo y que los comienzos más recientes son ambiguos hasta el punto de producir
parálisis moral. Lo que los hombres necesitan es una cualidad mental que les
ayude a usar la información y a desarrollar la razón para conseguir
recapitulaciones lúcidas de lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás está
ocurriendo dentro de ellos, esto se llama la imaginación sociológica, lo que
posibilita la reflexión acerca de la relación entre experiencia individual y
contexto.
1. La imaginación sociológica permite a su poseedor comprender el escenario histórico más amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la trayectoria exterior de diversidad de individuos. El primer fruto de esa imaginación es la idea de que el individuo sólo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino localizándose a sí mismo en su época.
1. La imaginación sociológica permite a su poseedor comprender el escenario histórico más amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la trayectoria exterior de diversidad de individuos. El primer fruto de esa imaginación es la idea de que el individuo sólo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino localizándose a sí mismo en su época.
También nos permite captar la historia y la biografía y
la relación entre ambas dentro de la sociedad, ésa es su tarea y su promesa y
es la señal de todo lo mejor de los estudios contemporáneos sobre el hombre y
la sociedad. Es la capacidad de pasar de una perspectiva a otra, de las
transformaciones más impersonales y remotas a las características más íntimas
del yo humano, y de ver las relaciones entre ambas cosas. Los hombres, por
medio de la imaginación sociológica, adquieren un modo nuevo de pensar,
experimentan un trastrueque de valores; en una palabra, por su reflexión y su
sensibilidad comprenden el sentido cultural de las ciencias sociales.
2. La distinción más fructuosa con que opera la imaginación sociológica es quizás la que hace entre “las inquietudes personales del medio” y “los problemas públicos de la estructura social”. Esta distinción es un instrumento esencial de la imaginación sociológica y una característica de toda obra clásica en ciencia social. Una inquietud es un asunto privado: los valores amados por un individuo le parecen a éste que están amenazados. Los problemas se relacionan con materias que trascienden del ambiente local del individuo y del ámbito de su vida interior. Darse cuenta de la idea de estructura social y usarla con sensatez es ser capaz de descubrir esos vínculos entre una gran diversidad de medios; y ser capaz de eso es poseer imaginación sociológica.
3. ¿Cuáles son en nuestro tiempo los mayores problemas para los públicos y las inquietudes clave de los individuos particulares? Para formular problemas e inquietudes, debemos preguntarnos qué valores son preferidos, pero amenazados, y cuáles preferidos y apoyados por las tendencias características de nuestro tiempo. El nuestro es un tiempo de malestar e indiferencia, pero aún no formulados de manera que permitan el trabajo de la razón y el juego de la sensibilidad. En lugar de inquietudes, hay con frecuencia la calamidad de un malestar vago; en vez de problemas explícitos, muchas veces hay sólo el desalentado sentimiento de que nada marcha bien.
“El principal peligro” para el hombre reside hoy en las fuerzas ingobernables de la sociedad contemporánea misma, con sus métodos impersonales de producción, sus técnicas envolventes de dominación política, su anarquía internacional, en una palabra, con sus penetrantes transformaciones de la “naturaleza” misma, del hombre y las condiciones y finalidades de su vida. La primera tarea política e intelectual del científico social consiste hoy en poner en claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporáneos. Es a causa de esta tarea por lo que las ciencias sociales se están convirtiendo en el común denominador de nuestro periodo cultural, y la imaginación sociológica en la cualidad mental más necesaria.
4. En todas las épocas intelectuales tiende a convertirse en común denominador de la vida cultural determinado estilo de pensamiento. Uno de los significados de la idea de un común denominador intelectual es que los hombres pueden formular sus convicciones más poderosas según sus términos. Otros términos y otros estilos de pensamiento parecen meros vehículos de escape y oscuridad. El que prevalezca común denominador no significa, naturalmente, que no existan otros estilos de pensamiento y otros tipos de sensibilidad. Creo yo que la imaginación sociológica se está convirtiendo en el principal común denominador de nuestra vida cultural y en su rasgo distintivo.
2. La distinción más fructuosa con que opera la imaginación sociológica es quizás la que hace entre “las inquietudes personales del medio” y “los problemas públicos de la estructura social”. Esta distinción es un instrumento esencial de la imaginación sociológica y una característica de toda obra clásica en ciencia social. Una inquietud es un asunto privado: los valores amados por un individuo le parecen a éste que están amenazados. Los problemas se relacionan con materias que trascienden del ambiente local del individuo y del ámbito de su vida interior. Darse cuenta de la idea de estructura social y usarla con sensatez es ser capaz de descubrir esos vínculos entre una gran diversidad de medios; y ser capaz de eso es poseer imaginación sociológica.
3. ¿Cuáles son en nuestro tiempo los mayores problemas para los públicos y las inquietudes clave de los individuos particulares? Para formular problemas e inquietudes, debemos preguntarnos qué valores son preferidos, pero amenazados, y cuáles preferidos y apoyados por las tendencias características de nuestro tiempo. El nuestro es un tiempo de malestar e indiferencia, pero aún no formulados de manera que permitan el trabajo de la razón y el juego de la sensibilidad. En lugar de inquietudes, hay con frecuencia la calamidad de un malestar vago; en vez de problemas explícitos, muchas veces hay sólo el desalentado sentimiento de que nada marcha bien.
“El principal peligro” para el hombre reside hoy en las fuerzas ingobernables de la sociedad contemporánea misma, con sus métodos impersonales de producción, sus técnicas envolventes de dominación política, su anarquía internacional, en una palabra, con sus penetrantes transformaciones de la “naturaleza” misma, del hombre y las condiciones y finalidades de su vida. La primera tarea política e intelectual del científico social consiste hoy en poner en claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporáneos. Es a causa de esta tarea por lo que las ciencias sociales se están convirtiendo en el común denominador de nuestro periodo cultural, y la imaginación sociológica en la cualidad mental más necesaria.
4. En todas las épocas intelectuales tiende a convertirse en común denominador de la vida cultural determinado estilo de pensamiento. Uno de los significados de la idea de un común denominador intelectual es que los hombres pueden formular sus convicciones más poderosas según sus términos. Otros términos y otros estilos de pensamiento parecen meros vehículos de escape y oscuridad. El que prevalezca común denominador no significa, naturalmente, que no existan otros estilos de pensamiento y otros tipos de sensibilidad. Creo yo que la imaginación sociológica se está convirtiendo en el principal común denominador de nuestra vida cultural y en su rasgo distintivo.
Las cualidades de esta imaginación se han convertido en
rasgos fundamentales de esfuerzo intelectual y de sensibilidad cultural en una
gran diversidad de expresiones. Es una cualidad que parece prometer de la
manera más dramática la comprensión de nuestras propias realidades íntimas en
relación con las más amplias realidades sociales. Es una facultad mental que
posibilita a los hombres evaluar las situaciones desde una perspectiva superadora
de los estrictos límites de la particularidad, tomando en cuenta los procesos
históricos y la formación económico-social en la que están insertos; y también
les permite superar el sufrimiento y la desvalorización de sí mismos,
ocasionados por una visión ingenua.
La necesidad sentida de revalorar la ciencia física refleja la necesidad de un nuevo denominador común. Es el sentido humano y el papel social de la ciencia, sus consecuencias militares y comerciales, su significación política, lo que está experimentando una revaloración confusa. Es la realidad social e histórica lo que los hombres necesitan conocer, y muchas veces no encuentran en la literatura contemporánea un medio adecuado para conocerla. Quieren hechos, buscan sus significados, desean un “gran panorama” en el cual puedan creer y dentro del cual puedan llegar a comprenderse a sí mismos.
La necesidad sentida de revalorar la ciencia física refleja la necesidad de un nuevo denominador común. Es el sentido humano y el papel social de la ciencia, sus consecuencias militares y comerciales, su significación política, lo que está experimentando una revaloración confusa. Es la realidad social e histórica lo que los hombres necesitan conocer, y muchas veces no encuentran en la literatura contemporánea un medio adecuado para conocerla. Quieren hechos, buscan sus significados, desean un “gran panorama” en el cual puedan creer y dentro del cual puedan llegar a comprenderse a sí mismos.
Quieren también valores orientadores y maneras apropiadas
de sentir y estilos de emoción y vocabularios de motivación. A falta de una
ciencia social adecuadas, los críticos y los novelistas, los dramaturgos y los
poetas han sido los principales, si no los únicos, formuladores de inquietudes
individuales y hasta de problemas públicos. El arte no formula ni puede
formular esos sentimientos como problemas que contienen las inquietudes y las
dudas a las que los hombres tienen que hacer frente ahora si han de vencer su
malestar e indiferencia y las insufribles angustias a que conducen.
5. Mi propósito en este libro es definir el significado de las ciencias sociales para las tareas culturales de nuestro tiempo. Deseo especificar las clases de esfuerzo que están detrás del desarrollo de la imaginación sociológica, indicar lo que ella implica para la vida política y para la vida cultural, quizá señalar algo de lo que se necesita para poseerla, y de esta manera, aclarar la naturaleza y los usos de las ciencias sociales en la actualidad. Precisamente ahora hay entre los cultivadores de las ciencias sociales un malestar muy generalizado, tanto intelectual como moral por la dirección que parece ir tomando la disciplina de su elección, que, así como las infortunadas tendencias que contribuyen a producirlo, forman parte, de un malestar general de la vida intelectual contemporánea.
5. Mi propósito en este libro es definir el significado de las ciencias sociales para las tareas culturales de nuestro tiempo. Deseo especificar las clases de esfuerzo que están detrás del desarrollo de la imaginación sociológica, indicar lo que ella implica para la vida política y para la vida cultural, quizá señalar algo de lo que se necesita para poseerla, y de esta manera, aclarar la naturaleza y los usos de las ciencias sociales en la actualidad. Precisamente ahora hay entre los cultivadores de las ciencias sociales un malestar muy generalizado, tanto intelectual como moral por la dirección que parece ir tomando la disciplina de su elección, que, así como las infortunadas tendencias que contribuyen a producirlo, forman parte, de un malestar general de la vida intelectual contemporánea.
Dicho con toda franqueza, espero aumentar ese malestar,
definir alguna de sus fuentes, contribuir a transformarlo en un apremio
específico para comprender la promesa de la ciencia social y limpiar el terreno
para empezar de nuevo: en suma, indicar alguna de las tareas que hay que hacer
y los medios disponibles para hacer el trabajo que hay que hacer hoy. Creo que
lo que puede llamarse análisis social clásico es una serie de tradiciones
definibles y usables; que su característica esencial es el interés por las
estructuras sociales históricas; y que sus problemas tienen una relación
directa con los urgentes problemas y las insistentes inquietudes humanas. La
atención intelectual y la atención pública están ahora tan manifiestamente
fijas sobre los mundos sociales que se supone que los profesionales de las
ciencias sociales estudian, que hay que reconocer que se encuentra por única
vez ante una oportunidad en la cual se revelan la promesa intelectual de las
ciencias sociales, los usos culturales de la imaginación sociológica y el
sentido político de los estudios sobre el hombre y la sociedad.
6. Todas las infortunadas tendencias que estudiaré en los capítulos siguientes caen dentro de lo que generalmente se considera “el campo de la sociología”. Una diversidad de trabajo intelectual verdaderamente notable ha entrado a tomar parte en el desarrollo de la tradición sociológica, quizás se admita que lo que ahora se reputa trabajo sociológico ha tendido a moverse en una o más de tres direcciones generales, cada una de las cuales esta expuesta a ciertas deformaciones.
1. Hacia una teoría de la historia: la sociología es una empresa enciclopédica, relativa a la totalidad de la vida social del hombre y es al mismo tiempo histórica y sistemática.
2. Hacia una teoría sistemática de “la naturaleza del hombre y de la sociedad”: en las obras de los formalistas la sociología trata de conceptos destinados a servir para clasificar todas las relaciones sociales y penetrar sus características supuestamente invariables, en suma, se interesa en una visión más bien estática y abstracta de los componentes de la estructura social en un nivel muy elevado de generalidad.
3. Hacia el estudio empírico de los hechos y los problemas sociales contemporáneos: en la medida en que es definida como el estudio de algún sector especial de la sociedad, la sociología se convierte fácilmente en una especie de trabajador suelto entre las ciencias sociales ocupado en estudios misceláneos de sobrantes académicos. El estudio de los hechos contemporáneos fácilmente puede convertirse en una serie de datos de ambiente sin relación entre sí y con frecuencia insignificantes.
La Imaginación Sociológica, describe una estructura mental, al hacer una sociología capaz de conectar experiencias individuales y relaciones sociales. Los tres componentes que la forman son:
1 - Historia: cómo una sociedad se construye y cómo cambia. Cómo se "hace" la historia en ella.
2 - Biografía: la naturaleza de la "naturaleza humana" en una sociedad; qué tipo de personas habitan en una sociedad particular.
3 - Estructura Social: cómo los variados órdenes institucionales operan en una sociedad, cuáles son los dominantes, como se integran, como podrían estar cambiando, etc.
6. Todas las infortunadas tendencias que estudiaré en los capítulos siguientes caen dentro de lo que generalmente se considera “el campo de la sociología”. Una diversidad de trabajo intelectual verdaderamente notable ha entrado a tomar parte en el desarrollo de la tradición sociológica, quizás se admita que lo que ahora se reputa trabajo sociológico ha tendido a moverse en una o más de tres direcciones generales, cada una de las cuales esta expuesta a ciertas deformaciones.
1. Hacia una teoría de la historia: la sociología es una empresa enciclopédica, relativa a la totalidad de la vida social del hombre y es al mismo tiempo histórica y sistemática.
2. Hacia una teoría sistemática de “la naturaleza del hombre y de la sociedad”: en las obras de los formalistas la sociología trata de conceptos destinados a servir para clasificar todas las relaciones sociales y penetrar sus características supuestamente invariables, en suma, se interesa en una visión más bien estática y abstracta de los componentes de la estructura social en un nivel muy elevado de generalidad.
3. Hacia el estudio empírico de los hechos y los problemas sociales contemporáneos: en la medida en que es definida como el estudio de algún sector especial de la sociedad, la sociología se convierte fácilmente en una especie de trabajador suelto entre las ciencias sociales ocupado en estudios misceláneos de sobrantes académicos. El estudio de los hechos contemporáneos fácilmente puede convertirse en una serie de datos de ambiente sin relación entre sí y con frecuencia insignificantes.
La Imaginación Sociológica, describe una estructura mental, al hacer una sociología capaz de conectar experiencias individuales y relaciones sociales. Los tres componentes que la forman son:
1 - Historia: cómo una sociedad se construye y cómo cambia. Cómo se "hace" la historia en ella.
2 - Biografía: la naturaleza de la "naturaleza humana" en una sociedad; qué tipo de personas habitan en una sociedad particular.
3 - Estructura Social: cómo los variados órdenes institucionales operan en una sociedad, cuáles son los dominantes, como se integran, como podrían estar cambiando, etc.
·
Es una cualidad
mental que nos ayuda a usar la información y a desarrollar una razón para
conseguir recapitulaciones lúcidas de lo que ocurre en el mundo y de lo que
quizás esta ocurriendo dentro de nosotros mismos.
·
La imaginación
sociológica permite a su poseedor comprender el escenario histórico mas amplio
en cuanto a su significado para la vida interior y para la trayectoria exterior
de diversidad de individuos.
·
La imaginación
sociológica nos permite captar la historia y la biografía y la relación entre
ambas dentro de la sociedad. Esa es su tarea y promesa. Reconocer esa tarea y
promesa es la señal del analista social clásico.
·
La imaginación
sociológica es la forma más fértil de la conciencia de si mismo.
·
Darse cuenta de la
idea de estructura social y usarla con sensatez es ser capaz de descubrir esos
vínculos entre una gran diversidad de medios; y ser capaz de eso es poseer
imaginación sociológica.
La primera tarea política e intelectual del científico
social consiste hoy en poner en claro los elementos del malestar y la
indiferencia contemporáneos. La imaginación sociológica es una cualidad mental
necesaria hoy en día en esta sociedad.
En su última obra, Los marxistas (1962), a pesar de su postura crítica con relación a las teorías marxistas, se interesó cada vez más por el marxismo, entendido como método de trabajo. Charles Wright Mills está considerado como un punto de referencia en la nueva izquierda americana de las décadas de 1960 y 1970.
En su última obra, Los marxistas (1962), a pesar de su postura crítica con relación a las teorías marxistas, se interesó cada vez más por el marxismo, entendido como método de trabajo. Charles Wright Mills está considerado como un punto de referencia en la nueva izquierda americana de las décadas de 1960 y 1970.
Escucha Yanqui: La
Revolución en Cuba (1960): Wright Mills apoyó
la revolución socialista de Cuba y ante la invasión de Bahía de los Cochinos y
Playa Girón lanzó su proclama de protesta en un folleto titulado Escucha,
yanqui, donde la justificaba.
Otras obras:
Otros trabajos importantes incluyen: The Causes of World War Three (1958) y Los Marxistas (1962). En 1997, en una encuesta en que los miembros de la Asociación Internacional de Sociología fueron consultados para establecer los 10 libros más influyentes del siglo XX para los sociólogos, La imaginación sociológica califico segundo, precedido solamente por Economía y sociedad de Max Weber. La novela "La muerte de Artemio Cruz" (1962), del escritor mexicano Carlos Fuentes, está dedicada "a C. Wright Mills, verdadera voz de Norteamérica, amigo y compañero en la lucha de Latinoamérica". Dwight Macdonald conformó una asociación intermitente con Mills, y en ciertos casos, en su capacidad como editor de revistas, publicó el material de Mills.
Otras obras:
Otros trabajos importantes incluyen: The Causes of World War Three (1958) y Los Marxistas (1962). En 1997, en una encuesta en que los miembros de la Asociación Internacional de Sociología fueron consultados para establecer los 10 libros más influyentes del siglo XX para los sociólogos, La imaginación sociológica califico segundo, precedido solamente por Economía y sociedad de Max Weber. La novela "La muerte de Artemio Cruz" (1962), del escritor mexicano Carlos Fuentes, está dedicada "a C. Wright Mills, verdadera voz de Norteamérica, amigo y compañero en la lucha de Latinoamérica". Dwight Macdonald conformó una asociación intermitente con Mills, y en ciertos casos, en su capacidad como editor de revistas, publicó el material de Mills.
http://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Wright_Mills."Charles
Wright Mills".
http://es.slideshare.net/alfredgdl/charles-wright-mills-presentation-836835.
"Charles Wright Mills".
http://www.elciudadanoweb.com/charles-wright-mills-obra-y-legado-de-un-sociologo-disidente/.
"Charles Wright Mills: Obra y
Legado de un sociólogo disidente"
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