La Batalla de Midway.
Por Kelder Toti.
Estrategia Naval del Imperio Japonés.
El mando militar japonés conocía perfectamente que su potencia económica
era claramente inferior a la de los Estados Unidos, y que por lo tanto,
en guerra de desgaste contra ese país serían derrotados. Por tanto, los
hechos en los que pudiesen tomar la iniciativa eran vitales para el
objetivo final del Imperio del Japón.
El ataque a la base estadounidense de Pearl Harbor el 7 de diciembre de
1941 no tenía otro objetivo que acabar con la flota estadounidense
estacionada en el Océano Pacífico, y así poder establecer sin molestias
un programa de conquistas de territorios para la obtención de recursos
vitales, como: el petróleo, caucho y minerales, cuyas reservas estaban
agotándose debido al bloqueo estadounidense. El fin último era llevar a
los Estados Unidos a la mesa de negociaciones y establecer una paz a la
medida de los intereses japoneses.
Los estrategas japoneses tenían enfrente dos dilema inaplazables: 1.
Constituían y expandían su zona de cooperación en Asia, que les
permitiera defenderse. 2. Buscaban una victorial aeronaval decisiva que
obligara a los aliados a enfrentarse a la mesa de negociaciones. El
primer modelo suponía aumentar el impulso de conquista de insulas en el
Pacífico, aislando a Australia, lanzando un ataque de diversión en
Hawai, negociando una paz por separado con China, intensificando los
ataques submarino al tráfico de mercantes aliados, conquistando y
aislando a la India, poseyendo el espacio geoestratégico para
enfrentarse con todo su peso a los americanos, negociando una paz por
separado con China. Segundo se escogió el ataque a Midwai por las
facilidades que presuponía cuando en realidad era un espejismo
estratégico dado el programa aeronaval de los americanos.
Con las sucesivas victorias japonesas y la anulación de la presencia
naval británica en el Océano Índico con el hundimiento de las naves de
guerra HMS Prince of Wales y HMS Repulse el 10 de diciembre de 1941, y
posteriormente el hundimiento del HMS Dorsetshire, el HMS Cornwall y el
portaaviones HMS Hermes frente a Trincomali, puso fin a la presencia
británica en el archipiélago malayo; los estrategas japoneses se
enfrentaron a un dilema sobre sus futuras acciones. Las alternativas
eran si el Imperio del Japón debía conquistar más territorios insulares y
establecer un anillo perimetral, o avanzar agresivamente hacia el Este y
presionar a los Estados Unidos a una batalla decisiva.
El ataque a Pearl Harbor tuvo un efecto, desplazando el concepto del
acorazado como la unidad más importante de una flota naval, en favor del
portaaviones. Súbitamente, los acorazados del Japón, incluidos los
increíbles Clase Yamato pasaron casi a la obsolescencia. En efecto, la
exitosa operación de bombardeo de Pearl Harbor que acabó con el
hundimiento de la flota de acorazados estadounidenses en el Océano
Pacífico, tuvo un efecto, ya que fueron los mismos japoneses los que
terminaron con la era del acorazado, haciendo que desde entonces, la
guerra naval se basaría en la aviación naval. De ahí la importacia de un
programa de portaaviones y barcos de escoltas que permitieran
defenderse de la guerra marítima de los americanos, después de anular
totalmente a los ingleses en el Indico a atacando Madagascar, cortando
las comunicaciones de los aliados.
Es materia de discusión el que si los japoneses hubiesen desembarcado y
tomado las islas Hawái habrían hundido efectivamente a la flota
estadounidense al dejarla sin base en el Océano Pacífico central
inmediatamente después del ataque a Pearl Harbor, cuestión que olvida la
operatividad de los portaaviones americanos, que pudieron contraatacar
al ver el suelo patrio bajo ataque.
Otro de los errores japoneses atribuibles al almirante japonés Chuichi
Nagumo en Pearl Harbor, fue no lanzar la tercera oleada para destruir
los depósitos de combustible y las maestranzas de los astilleros, además
de no ubicar a los portaaviones estadounidenses. Esto hizo que los
estadounidenses pusieran nuevamente operativa la base en cuestión de
unos pocos meses, error que le costaría tal vez la guerra.
Hawái era para los estadounidenses, un gigantesco portaaviones
insumergible que podía recibir cuantos efectivos le fuesen enviados
desde el continente, y desde el cual podían iniciar la batalla contra el
Imperio del Japón, de ahí la importancia de un ataque preventivo.
Ante la insospechada reacción de los Estados Unidos, aceptando la guerra
en el Océano Pacífico, los japoneses comprendieron el fallo cometido al
no haber tomado las islas Hawái, y decidieron conquistarlas.
El almirante Isoroku Yamamoto, comprendió que si no tomaba la
iniciativa, el efecto de la victoria en Pearl Harbor pronto se diluiría,
encargó al contralmirante Matome Ugaki el análisis de la situación, y
sugerir las líneas de acción de la Armada Imperial Japonesa.
Una vez terminados los estudios, Ugaki convocó a una junta de estrategas
presidida por Yamamoto y expuso sus apreciaciones, según las cuales
Japón tenía tres alternativas de ofensiva:
• conquista de territorio australiano,
• conquista de la islas de Hawái,
• ocupación de algunos sectores de la India.
Antes de emprender cualquiera de esos caminos había que neutralizar y
tomar para sí a las islas Midway, que podían ser usadas como otro
portaaviones estadounidense insumergible. Evitar la toma de estas islas
obligaría a la flota estadounidense a un enfrentamiento decisivo, que
les daría libertad de acción, también por el tiempo de repuesta de los
americanos en Guadalcanal emprenderla sin atacar a Midwai, que
resultaría factible, dada la cautela de los americanos.
Para el Imperio del Japón era además vital el acortar la contienda con
los Estados Unidos, ya que el superior poderío industrial de este último
país, sería decisivo en una guerra de larga duración. Desde el Imperio
del Japón se pensaba que si se conquistaban las islas Hawái, la
eliminación total de la presencia estadounidense en el área del Océano
Pacífico, forzaría a sentarse en la mesa de negociaciones a unos Estados
Unidos severamente derrotados, cuestión que resultaba dudosa por el
extenso programa aeronaval americano.
Aunque el alto mando japonés consideró invadir las islas Hawái, en un
primer momento replicó negativamente al contraalmirante Ugaki, y la
operación fue descartada por el tremendo esfuerzo logístico, la falta
del factor sorpresa y de supremacía aérea que implicaba (por la lejanía y
el alto costo logístico de mantener la invasión). Australia fue descartada por los mismos juicios y la desaprobación del Ejército Imperial Japonés.
Se favoreció el ataque de Midway, que ofrecía a Yamamoto la posibilidad
de ocupar esas islas y atraer a la flota estadounidense operando en el
Océano Pacífico, y aniquilarla. Esta fue la directiva a seguir y los
estrategas se pusieron a trabajar en desarrollar el plan de operaciones
no sin antes ser resistido fuertemente por otros estrategas que
consideraban inútil la ocupación de un atolón que creían que la flota de
Estados Unidos desecharía.
Midway es un atolón bajo la autoridad estadounidense en medio del Océano
Pacífico, compuesto por dos islotes, el Sand (arena) e Isla oriental y
al medio, una laguna drenada que permite la entrada de buques, con un
área "útil" de 10 km². Usada por la empresa de aviación Panagra como
base de aprovisionamiento desde 1925, fue posteriormente militarizada.
Está a 1 800 kilómetros de Hawái y a 3.200 del Japón. Por aquel entonces
existía un aeródromo militar de uso también civil, pobremente
guarnecido y muy poco apetecido como punto de destino por los marinos
estadounidenses, quienes de hecho consideraban un castigo el ser
destinado allí. Dos hechos capitales contribuyeron a convencer a los
disidentes del plan de invasión a Midway, a retractarse y a acelerar los
planes.
El 18 de abril de 1942, una avanzada de portaaviones estadounidenses en
una audaz misión, se acercó a las costas del Imperio del Japón. Estaba
compuesta por dos portaaviones, los USS Enterprise y USS Hornet. Este
último llevaba en cubierta 16 bombarderos medios B-25, al mando del
coronel James H. Doolittle. El plan consistía en hacer sentir al Imperio
del Japón un poco de la guerra que él mismo había comenzado,
bombardeando objetivos militares en suelo nipón. Este hecho se conoce
como Incursión Doolittle y sus consecuencias fueron inmediatas para el
Imperio del Japón, pues logró más aceptación para el plan del almirante
Yamamoto sobre Midway, como precaución, para que no se repitieran más
incursiones aéreas estadounidenses.
El segundo hecho fue la Batalla del Mar del Coral, que resultó una
victoria táctica para el Imperio del Japón al perder un portaaviones
ligero, el Shōhō, contra el enorme portaaviones estadounidense USS
Lexington. Tiene históricamente especial relevancia al ser el primer
enfrentamiento entre portaaviones sin que las naves llegaran a verse,
siendo únicamente los aviones de ambos contendientes los que lo
realizaron. Quienes se habían resistido y alegado en contra del Plan
Midway, ahora apuraban los retoques de la operación.
Plan japonés sobre Midway.
El plan de conquista de Midway estaba aprobado por el almirante Osami
Nagano y el almirante Yamamoto. Era un plan simple, basado en un ataque
por sorpresa, que no existía al conocer la clave del código purpura.
Primero se realizaría un bombardeo aéreo de ablandamiento, seguido de un
bombardeo naval a las líneas artilladas enemigas, realizado por los
cruceros y un posterior desembarco de tropas del ejército japonés. Con
los informes que se tenían de la guarnición estadounidense en Midway, se
esperaba una rápida y aplastante victoria. La operación estaría
respaldada por el "grueso" de la Armada imperial situada más atrás, en
un punto clave que permitiría neutralizar cualquier iniciativa enemiga.
El factor sorpresa era esencial, pero los japoneses ignoraban que su
código PURPLE de cifrado, ya había sido descubierto y descodificado por
los estadounidenses.
Como una forma de distracción sobre el verdadero objetivo del ataque, el
Imperio del Japón planificó un ataque de distracción a las posesiones
estadounidenses en las islas Aleutianas, en Attu y Kiska para el 30 de
mayo de 1942, objetivos que se hallaban en el propio territorio
continental estadounidense, pero por su lejanía al teatro principal de
combate, tenían escaso valor militar para el Imperio del Japón. Y no
cumplió su cometido y dividió a la flota imperial, debilitándola de su
objetivo principal.
La fecha de ataque central a Midway se fijó para el 3 de junio de 1942.
Las fuerzas de ataque japonés.
Los japoneses dispusieron su plan de ataque distribuyendo sus fuerzas en el siguiente orden:
Para el plan Midway
Primera fuerza de portaaviones: Vicealmirante Chuichi Nagumo.
• Akagi, y Kaga con un total de 42 cazas, 41 bombarderos y 51 aviones
torpederos, 134 aparatos en total, más cuatro de observación.
Segunda fuerza de portaaviones: Contraalmirante Tamon Yamaguchi.
• Hiryū y Sōryū, con 42 aviones de cada tipo, 126 aparatos en total, más ocho de observación.
Tres grupos de submarinos de Primera Clase, los mayores de la Armada
Imperial Japonesa, con un total de 15 unidades desplegadas en abanico
partiendo de los arrecifes de French Frigate Shoals como alerta lejana.
Se situarían cerca del punto en el que los portaaviones comenzarían la
batalla con el despegue de sus primeras oleadas de aviones, los
acorazados Haruna y Kirishima y los cruceros pesados Tone y Chikuma como
fuerza de apoyo.
La fuerza de cortina o protección estaría formado por el crucero ligero
Nagara como buque insignia, al mando de Susumo Kimura con un total de 12
destructores.
El grupo de aprovisionamiento se formó con los transportes
transformados, Kyotu Maru, Shinkoku Maru, Toho Maru, Nippon Maru y
Kokuyo Maru.
Para la ocupación de Midway se asignaron las siguientes fuerzas
• Fuerza de cobertura, con los acorazados Kongō y Hiei, 4 cruceros
pesados, Atago, Chōkai, Myōkō y Haguro, el portaaviones ligero Zuihō, 8
destructores y 4 buques de abastecimiento.
• Fuerza de apoyo al desembarco, comandada por el almirante Takeo
Kurita, los cruceros pesados: Suzuya, Mikuma, Kumano y Mogami, más dos
destructores y un barco de abastecimiento.
Primera flota
• Acorazados Yamato, Nagato, Mutsu, portaaviones ligero Hōshō, el
crucero ligero Sendai y 12 destructores. Esta fuerza se situaría en el
perímetro más alejado de
Para el ataque de distracción a las Aleutianas
• Tercera fuerza de portaaviones: Ryūjō, Jun'yō, y los cruceros pesados Maya y Takao.
• Fuerza de apoyo: acorazados Ise, Fusō y Yamashiro más dos cruceros ligeros y barcos de abastecimiento.
• Fuerza de desembarco: crucero ligero Abukuma más un transporte transformado, con 1.200 soldados, y cuatro destructores.
El factor sorpresa perdido.
Después de los duros golpes propinados por el Imperio del Japón en Pearl
Harbor y el Mar del Coral, los servicios de inteligencia
estadounidenses trabajaron intensamente y lograron averiguar la próxima
acción japonesa. Una incursión de hidroaviones pesados Kawanishi H8K2
(Emily) en marzo de 1942, sobre Oahu había despertado las sospechas del
servicio de inteligencia estadounidense sobre una posible acción sobre
Hawái, pero lo que ignoraban los estadounidenses, era que estos
gigantescos hidroaviones iban a bombardear los objetivos dejados de lado
en el ataque a Pearl Harbor, pero el bajo techo de nubes impidió un
ataque efectivo y se perdió la oportunidad.
A fines de abril de 1942, una estratagema ideada por Joe Rochefort, uno
de los oficiales operadores de los cifradores, arrojó el próximo lugar
de ataque y fecha. Los operadores descubrieron que el nuevo objetivo
japonés aparecía como "AF" en las comunicaciones cifradas niponas. Para
comprobar si este objetivo era Midway, como sospechaban los
estadounidenses, dicho operador radió que Midway tenía problemas con el
suministro de agua potable. Esto fue recibido por los japoneses, que
descubriéndose, retransmitieron el mensaje codificado de que "AF tenía
problemas con el suministro de agua potable".
Así, los servicios de inteligencia estadounidenses dedujeron
correctamente que Midway era el próximo objetivo, y que el ataque estaba
fijado para principios de junio. También se descifró el mensaje que
hablaba de las acciones sobre las Aleutianas por parte del Imperio del
Japón, y los analistas estadounidenses dedujeron que este ataque era una
mera distracción tendida por los japoneses. Este mensaje le llegó con
carácter urgente al almirante Chester Nimitz quien después de un
análisis de la situación, tuvo que tomar apresuradas medidas para
contrarrestar la acción japonesa, reforzando la guarnición en Midwai.
Las medidas estadounidenses
Hecho el análisis por el comando estratégico de la Armada de los Estados
Unidos, se llegó a la conclusión que la pérdida de Midway era casi como
perder a Pearl Harbor, por su importancia como base para bombarderos de
largo alcance, no así las Aleutianas cuyos emplazamientos solo tenían
fines más bien científicos y relacionados con la pesca, ya que estaba
alejada del Teatro de Operaciones, aunque era una ideal plataforma para
atacar Alaska. No quedaba mucho tiempo y sólo disponían de tres
portaaviones (el USS Hornet, el USS Enterprise y el malparado USS
Yorktown, dañado en la batalla del Mar del Coral, incluso dado por
hundido por los japoneses).
El USS Yorktown (CV-5) tenía que ser reparado en el asombroso tiempo de
tres días, lo que se logró dado que unos 1 600 obreros de los arsenales
de la armada trabajaron día y noche para dejar operativo al
portaaviones. El USS Saratoga (CV-3) estaba en reparaciones debido a un
torpedeamiento, y el USS Lexington (CV-2) se había perdido en el Mar del
Coral.
La consigna del almirante Chester Nimitz era simple: había que
"interceptar e infligir al enemigo el máximo daño posible con una
vigorosa táctica de castigo", lo que significaba emboscar a la flota
japonesa. Las esperanzas de una victoria eran muy dudosas, sólo se
contaba con que el enemigo no se enterara del envío de estas unidades al
escenario de Midway.
Rápidamente se intensificaron los preparativos. Primeramente el
almirante Nimitz viajó a Midway supervisó la defensa, donde la base
estaba a cargo del coronel Harold Shannon, y comprobó el estado de la
defensa de la isla, tras lo cual hizo enviar refuerzos a Midway tanto de
aviones como de soldados. Seguidamente dio instrucciones de poner
operativo con la mayor urgencia al USS Yorktown , y poner en alerta al
USS Enterprise y al USS Hornet para el combate.
Colocó al mando de la flota de portaaviones al comandante Raymond
Spruance, denominada Fuerza Operativa Nº 16, zarpando el USS Hornet y el
USS Enterprise rumbo a Midway, y 48 horas después lo hizo el
reacondicionado USS Yorktown. Acompañaba a la Fuerza Operativa Nº 16, la
Fuerza Operativa Nº 17, compuesta por 8 cruceros y 15 destructores al
mando del almirante Frank Jack Fletcher. Además se destinaron a Midway
patrullas de submarinos, compuestas de 20 unidades, que construyeron una
malla de submarinos que protegería la isla. Ese mismo día, el 27 de
mayo de 1942, salía la fuerza operativa japonesa hacia sus destinos.
Indudablemente la fuerza que enviaba el almirante Nimitz era
relativamente pequeña, en comparación con la gigantesca fuerza operativa
japonesa que lo superaba en número de aparatos aéreos, cañones y
calidad de buques. El almirante Nimitz se jugó todas las cartas en este
ataque, ya que de fracasar, dejaría a Hawái y toda la costa oeste de
Estados Unidos, a merced de los cañones del almirante Yamamoto.
El almirante Nimitz expresó: "Lo único que se interpone entre la costa
de Estados Unidos y la flota japonesa son sólo estos tres portaaviones".
Cuando la fuerza estadounidense cruzó durante la noche del 31 de mayo
los arrecifes de Fragata Shoals, los submarinos del almirante Yamamoto
no los detectaron, pues llegaron a su posición un día después. La suerte
acompañó desde el principio al almirante Nimitz, y la estrella del
almirante Yamamoto empezaba su lenta declinación. De haber dado la
alerta estos submarinos, la historia habría seguido un curso muy
diferente, posiblemente hubieran atacado a la flota americana, fue un
terrible error no comenzar la observación de los submarinos una semana
antes del ataque.
Las fuerzas operativas toman rumbo a su destino.
Después de la salida de la fuerza operativa a Midway el 27 de mayo, la
fuerza destinada a las Aleutianas zarpó el 28 desde Ominato, mientras
que las fuerzas previstas para la ocupación de Midway zarparon desde
Saipán y Guam el día 30 de mayo. La fuerza estadounidense navegaba desde
el 27 de mayo hacia un punto denominado "Point Luck", que estaba a 200
millas náuticas hacia el noroeste de Midway. El almirante Nimitz había
fijado dicho punto, para poder estar en una posición de arranque-ataque.
Para el 1 de junio, la fuerza de portaaviones japonesa navegaba hacia el
noroeste en medio de una mar gruesa, dificultando la vigilancia aérea
de los americanos, con mucha lluvia y niebla muy densa. En un punto
situado a unas 1 000 millas náuticas, torcerían rumbo a Midway, hacia el
suroeste, y alcanzado ese punto se iniciaría el ataque. El punto se
alcanzó a la medianoche del 2 de junio.
En Midway, el 3 de junio, se prepararon una serie de reconocimientos
aéreos en abanico, realizados por los PBY Catalina, dispuestos en un
radio de 700 millas náuticas, cubriendo todo el sector oriental de
Midway. Para ello se utilizaron 23 PBY, que cubrieron igual número de
sectores de una extensión de 700 x 50 millas náuticas, abarcando la zona
de búsqueda a 1 150 millas náuticas perimetrales, con lo que toda nave
venida del noreste debía ser detectada.
La fuerza operativa estadounidense llegó el 3 de junio por la tarde, a
un punto situado a 300 millas náuticas de Midway, desconociéndose la
ubicación de la fuerza operativa japonesa, ya que las comunicaciones por
radio entre sus componentes habían sido suprimidas completamente, para
evitar su ubicación. El 3 de junio de 1942, a las 14 horas, la fuerza
del almirante Nagumo alcanzó la distancia de 250 millas náuticas de la
isla, con lo que la posición de ataque se alcanzaría en un punto situado
a 150 millas náuticas.
La primera fase de la batalla.
Cuando la fuerza operativa ya estaba por alcanzar el punto de ataque,el
almirante Nagumo cautamente ordenó enviar una serie de aviones de
exploración, despegando desde los portaaviones y los cruceros de apoyo,
en búsqueda de los portaaviones enemigos. De este modo despegaron 6
aviones desde el Akagi, y de los cruceros pesados Tone y Chikuma,
respectivamente, en un amplio semicírculo hacia el noroeste.
Los aviones de exploración del Akagi tenían por misión volar hacia el
sur, en un radio de 300 x 60 millas náuticas y regresar; los del Chikuma
y del Tone tenían la misma misión, pero a la izquierda del rumbo de
regreso del Akagi. Los aviones del Tone no pudieron salir a la hora
convenida, sufriendo un retraso, y un avión del Chikuma regresó por
avería de la radio a la mitad de su trayecto. Esta avería fue fatal para
el almirante Nagumo, pues la trayectoria del avión de exploración del
Chikuma interceptaba a la fuerza operativa estadounidense. Este fue el
primer error del almirante Nagumo, no reponer rápidamente otro avión de
exploración, en la misma dirección.
Sin embargo, no serían los japoneses los primeros en avistar al enemigo
ya que un PBY Catalina pilotado por Jewell Reid, completaba su radio de
búsqueda, y a eso de las 6.00 del 3 de junio, comunicó el avistamiento
de 11 buques sospechosos a 700 millas máuticas al noreste de Midway. El
piloto Reid creyó que esta era la fuerza de ataque principal, y radió el
mensaje a la base, pero lo que Reid había avistado no era el grueso
japonés, sino la fuerza de desembarco. El almirante Nimitz dedujo que
esta fuerza avistada no era la línea principal de ataque, y justamente
en ese momento recibió el aviso de ataque en las base estadounidenses,
en las Aleutianas, y dedujo correctamente que era un ataque de
distracción.
La fuerza estadounidense permanecía en el punto L, a 300 millas náuticas
de Midway, y el almirante Nimitz presionaba a los PBY exploradores,
para que detectasen la ubicación de la fuerza de portaaviones enemiga
que aún no había sido localizada. La aproximación de la fuerza de
portaaviones del almirante Nagumo consumió casi todo el día 3 de junio
en acercarse al punto de ataque, debido a la mar gruesa y a la espesa
niebla, Nagumo cometió el error de no ocultarse en los bancos de niebla,
que le hubiera permitido burlar la vigilancia de los Catalinas, u
ocultar sus intenciones. A las 03:00 horas del 4 de junio, los
portaaviones japoneses alcanzaron el punto de lanzamiento, a unas 150
millas náuticas de Midway. Los aviones fueron elevados a cubierta y
preparados para el ataque, desarrollándose en los cuatro portaaviones
una febril actividad preparatoria, al colocarle bombas a los bombarderos
que atacarían el aeropuerto de Midwai.
En el Akagi, el almirante Chuichi Nagumo arengó personalmente a sus
aviadores: -" El enemigo tiene decaído su ánimo combativo, pero
probablemente atacará durante la invasión"- Los aviadores levantaron sus
brazos en todos los rincones del portaaviones, gritando alternadamente:
-"Banzai, Banzai, Banzai"-, el grito de guerra japonés. Se dio la señal
de encender motores y los marinos de cubierta soltaron las trabas de
los cazas Mitsubishi A6M Zero, de los torpederos Nakajima B5N "kate"
(utilizados para esta ocasión como bombarderos de media altitud), y de
los bombarderos en picado Aichi D3A "Val", fue un error no dejar una
fuerte protección de caza a los portaaviones.
A las 04:30 se izaron las banderas y se encendió una linterna verde en
el puente de mando. Los aviones despegaron uno a uno desde los cuatro
portaaviones haciendo una espiral mientras se completaban las
formaciones, en total eran 108 aparatos. Al mando de la formación aérea
del Hiryū y Sōryū iba el teniente Joichi Tomonaga, la formación del
Akagi y del Kaga estaba al mando de Sheichi Ogawa. A las 04:45 terminada
la formación, la fuerza aeronaval se dirigió hacia Midway.
Lo que más inquietaba al almirante Nagumo era la incertidumbre sobre si
se había logrado la sorpresa, y si había o no portaaviones enemigos
cerca, y no lanzó nuevas misiones de reconocimiento aéreo.
Precavidamente sólo envió la mitad de su fuerza aérea, pero ordenó subir
a cubierta los restantes aviones y prepararlos para el ataque con
bombas, en previsión de una segunda oleada. Hasta ese minuto las
decisiones tomadas por el almirante Nagumo eran poco atinadas; el no
reponer el avión de exploración había sido su única omisión.
En ese mismo instante despegaban de Midway unos 16 bombarderos
estadounidenses B-17 con la misión de ubicar y bombardear en altura, a
los buques identificados por Reid (La fuerza de desembarco). Hacia las
05:30, un PBY radió a la fuerza operativa estadounidense, que había
localizado a un portaaviones enemigo en demora 320° a 150 millas
náuticas de Midway. Otro PBY detectó la formación de aviones enemigos en
rumbo, radiando un mensaje de alerta a Midway.
En Midway, todos los aviones capaces de volar, ya estaban en el aire a
eso de las 06:00 del 4 de junio, y formaciones de aviones Grumman TBF
Avenger se dirigieron hacia la posición radiada por el último PBY. El
resto de los aviones tales como 5 aviones Curtiss P-40 y 37 Brewster F2A
Buffalo, menos aptos para el ataque, que hicieron de paraguas, volando
sobre la isla. Hacia las 06:03, el almirante Nimitz recibía la
información del PBY que avistó al Akagi y traspasó esta información al
almirante Fletcher.
Rápidamente se izaron los aviones a las cubiertas de los portaaviones
estadounidenses. A las 06:30 llegaron las primeras oleadas de aviones
japoneses a Midway, y empezaron su ataque, a los que se opusieron los
inexpertos aviadores estadounidenses, volando los anticuados Buffalos.
Fue un desastre ya que 15 Buffalos fueron fácilmente derribados, 12
volvieron a la isla, y de ellos, 7 no volverían a volar nunca más.
La decisión fatal
Los aviones japoneses bombardearon inmediatamente los depósitos de
combustible de aviación y el resto de las instalaciones del aeropuerto.
La artillería antiaérea (AA) estableció una barrera efectiva, derribando
10 aparatos. Esta respuesta no se la esperaban los japoneses y produjo
confusión, haciendo errático el ataque. La decidida resistencia
estadounidense frenó el ataque japonés.
Al ver los magros resultados del ataque, el teniente Tomonaga radió al
almirante Nagumo, indicando la necesidad de efectuar un segundo ataque.
En ese momento 51 aviones estadounidenses ya se dirigían hacia los
portaaviones japoneses. Eran las 07:05. A la misma hora, los
portaaviones estadounidenses lanzaron al aire sucesivas oleadas de
aviones hacia los portaaviones japoneses, guiados por el PBY de
observación. En los portaaviones japoneses, unos 108 aviones se estaban
cargando con torpedos, para el caso de detectarse la presencia de los
portaaviones enemigos.
Cuando aparecieron en el horizonte los primeros aviones estadounidenses
provenientes de Midway, todos ellos preparados únicamente con torpedos,
los portaaviones japoneses cubrieron sus flancos con una infernal e
impenetrable cortina de fuego, y además los Zeros de escolta se lanzaron
sobre los Avenger, y algunos subieron a enfrentarse con los B-17, fue
un error no lanzar la segunda oleada en contra del aerodromo de Midwai,
su inutilización despejaría las dudas sobre la presencia de los
portaaviones americanos, y reduciría los objetivos del ataque. Los Zero
derribaron 8 TBF Avenger y 2 B-17, uno se estrelló en el mar y el único
superviviente, en estado de shock, fue Bert Earnest, que logró llegar
con su Avenger a la isla, guiándose por la humareda del incendio de los
depósitos de combustible, con su artillero muerto y el avión muy dañado
por los disparos.
A las 07:10 llegó un segundo grupo compuesto por 4 aviones Martin B-26
Marauder, dos se atrevieron con la barrera antiaérea del Akagi y fueron
derribados, los otros dos rozaron los flancos de la muralla de fuego y
se retiraron con al menos 500 impactos cada uno. Hasta ese momento
habían muerto 14 aviadores estadounidenses. A las 07:15, el almirante
Nagumo tomó una desatinada decisión, que resultaría fatal para el
Imperio del Japón, ya que los hidroaviones que volaban en amplio abanico
para encontrar a los portaaviones enemigos, no le enviaban noticia de
haberlos avistado, por lo que consideró que estaban muy alejados y, por
lo tanto, su flota estaba fuera del alcance de los aviones
estadounidenses.
Ante ello, ordenó que los torpedos de los aviones que se encontraban
preparados para enfrentarse a los portaaviones enemigos, fuesen
desmontados y reemplazados con bombas, para realizar un segundo
bombardeo de la isla Midway. Esta orden sembró la confusión y la
incredulidad en los mandos de los portaaviones, y la reprobación del
comandante Tamon Yamaguchi a cargo del Hiryū y Sōryū. El comandante
Yamaguchi intentó comunicarse con el almirante Nagumo, pero éste le
ignoró. El comandante Yamaguchi tomó la iniciativa de esperar, y no se
ejecutó dicha orden, ni en el Sōryū y tampoco en el Hiryū. Las cubiertas
de los portaaviones japoneses estaban llenas de aviones listos para
despegar, unos cargados aún con torpedos, otros ya con bombas, y tanto
torpedos desmontados como bombas por montar, se apilaban entre ellos.
A las 07:28 Nagumo recibió el informe del hidroavión del Tone que una
vez reparado, había sido lanzado una hora más tarde, y que decía: -"
teki, teki, teki" (enemigo en japonés)... concentración de navíos
enemigos, al menos 10 unidades enemigas"-
El almirante Nagumo al saber esta noticia, ordenó nuevamente que los
aviones que ya habían sido provistos de bombas, las volviesen a
desmontar y cargar nuevamente torpedos. Lo mismo estaba sucediendo en el
Kaga.
El comandante Tamon Yamaguchi desde el Hiryū gritó por el señalero, que
deseaba hacer despegar sus aviones torpederos ya listos al igual que en
el Sōryū, gracias a su sabia intuición. A las 07:55 otra oleada de
aviones estadounidenses se acercó a los portaaviones japoneses desde
Midway. Eran 16 Douglas SBD Dauntless que intentaron bombardear en
picado, pero solo 8 salieron de la barrera antiaérea, los restantes
fueron derribados.
Poco después atacaron unos 15 B-17 comandados por el teniente coronel
Sweeney, que lanzaron sus bombas, cayendo muy cerca de las bandas del
Akagi, sin lograr impacto alguno. El almirante Nagumo anotó en la
bitácora: -" no tocado".
A las 08:09 un nuevo mensaje del hidroavión del Tone indicó que la
fuerza detectada eran sólo cruceros, ningún portaaviones. El almirante
Nagumo se relajó, creyendo ahora que se trataba sólo de una flotilla, no
de una flota. Como ya regresaban los aviones que habían realizado la
primera oleada de bombardeo de la isla, ordenó despejar las cubiertas
para recibir a estos aviones.
A las 08:10 aparecieron 11 aviones estadounidenses SB2U Vindicator y se
enfrentaron a la barrera antiaérea, sin lograr ningún impacto, 5 fueron
derribados, los otros 6 volvieron a Midway muy dañados. Los aviones del
teniente Tomonaga tomaron cubierta y fueron rápidamente cargados con
torpedos. A las 08:20 aparecieron los aviones de la primera incursión a
Midway. El comandante Yamaguchi desde el Hiryū, sugirió insistentemente
al almirante Nagumo, atacar la fuerza detectada. El comandante tenía
listos sus aviones con torpedos, no había perdido el tiempo en cambios.
El almirante Nagumo dudó de sus elementos de criterio y consultó al
capitán Minoru Genda, piloto y gestor intelectual del ataque a Pearl
Harbor, que estaba enfermo en su litera en el Akagi. El capitán Genda
sugirió recuperar los aviones de la primera oleada y atacar con todas
sus fuerzas nuevamente la isla. El almirante Nagumo aceptó, y este error
táctico le costaría la guerra al Imperio del Japón.
Eran las 08:25, el balance estaba claramente a favor de los japoneses,
ningún barco tocado, ningún avión de escolta derribado, los artilleros
japoneses bebían sake en sus puestos, gritando consignas victoriosas a
su emperador. El plan prosiguió, el almirante Nagumo tenía otra vez
confianza en la victoria, en el puente de su portaaviones insignia,
mientras continuaba la sustitución de torpedos por bombas en la cubierta
de sus portaaviones.
La segunda fase de la batalla.
Hacia las 08:30, los informes de los aviones exploradores que había
enviado el almirante Nagumo, confirmaban definitivamente la inexistencia
de portaaviones enemigos en el área que habían sobrevolado. Con lo que
se acordó definitivamente lanzar la segunda oleada sobre Midway. A las
08:35, un mensaje del hidroavión del Tone, indicó que había detectado un
portaaviones cerca de la flotilla que poco antes había avistado. El
almirante Nagumo presumió ahora lo peor y quedó absorto en el puente del
Akagi. El resto de los oficiales guardaba un respetuoso silencio.
El almirante creia que podría tratarse del USS Enterprise o del USS
Hornet, para él, el USS Yorktown estaba en el fondo del Mar de Coral.
Sin embargo, era el USS Yorktown el avistado y era el más cercano.
Justamente en ese momento, el USS Yorktown también lanzó sus aviones al
encuentro del enemigo, mientras que los del USS Enterprise y del USS
Hornet ya estaban cerca de la flota japonesa. Para estos aviones era
imprescindible encontrar lo más pronto posible a la fuerza de ataque
japonesa, que sabían que estaba al borde de su radio de acción, y por lo
tanto, tenían que calcular sus reservas de combustible.
A las 09:00, el almirante Nagumo enjuició la situación. Sabía que la
aviación enemiga con base en tierra estaba liquidada, la defensa
antiaérea japonesa había funcionado eficazmente, sin bajas, y sólo se
había avistado un solitario portaaviones y una flotilla de 10 naves
menores. Haciendo caso al consejo del capitán Genda, subió todos los
aviones a la cubierta y ordenó cargarlos con torpedos.
Hacia las 09:18 ordenó a la fuerza de portaaviones y escoltas tomar
rumbo hacia el norte, a la máxima velocidad de 30 nudos, en busca de la
fuerza enemiga. Se tardó más de 20 minutos en tener a toda la fuerza
operativa naval navegando a toda velocidad, para lograr abandonar la
zona inicial de lanzamiento. Este cambio de posiciones dificultó la
búsqueda por parte de los estadounidenses. A las 09:20, los aviones
estaban listos para el despegue y se preparó la cubierta para la
maniobra.
En ese momento, unos 15 aviones fueron avistados en el horizonte,
volando a baja altura. Frenéticamente, las cubiertas fueron despejadas
de aviones y se hizo despegar a los aviones de escolta, mientras se
preparaba la defensa antiaérea para repeler el ataque. Aún no se
abandonaba completamente la zona de lanzamiento inicial. Era la primera
oleada de aviones estadounidenses con base en portaaviones.
Los aviones atacantes eran 14 torpederos Douglas TBD Devastator del USS
Hornet, al mando de John Waldron. Atacaron directamente al Akagi y al
Kaga. Volando casi a ras del agua, comenzaron a lanzar sus torpedos,
mientras que unos 50 cazas Zero atravesaban su propia artillería
antiaérea, para atacar a los Grumman TBF Avenger. La efectiva barrera
antiaérea fue derribando uno a uno a los atacantes, Waldron estuvo entre
las primeras víctimas. Justo cuando alcanzó a soltar un torpedo, fue
abatido junto con sus cazas pareja; otros fueron derribados por los
Zero.
El alférez George Gay seguía a Waldron, su objetivo era el Kaga. Lanzó
su torpedo a 800 m, y cuando ascendía a máxima velocidad fue acribillado
por el fuego antiaéreo, perdiendo altura. Pasó sobre el puente del
portaaviones japonés, y fue a caer a popa del gran portaaviones. El
Akagi le seguía atrás. El avión cayó entero y suavemente al mar. El
piloto salió de la cabina y trató de salvar a su artillero, pero no pudo
sacarlo de la carlinga de la ametralladora, antes de que se hundiera el
aparato en el mar. Gay fue el único superviviente de la escuadrilla de
Waldron, y arrastrado por la estela del Akagi fue un espectador de
primera línea.
Otra formación de 14 aviones torpederos estadounidenses, atacó por el
otro flanco de la formación japonesa. Estaban comandados por Eugene E.
Lindsey del USS Enterprise, que seguía la misma estrategia de Waldron.
Los Zero nuevamente se abalanzaron sobre ellos antes de que alcanzasen
la distancia de lanzamiento de torpedos. Fueron derribados 10 aviones,
de los 14 iniciales.
Una tercera formación de 13 aviones, dirigida por Lance E. Massey
provenientes del USS Yorktown, inició el ataque. Se metieron de lleno en
la barrera antiaérea junto con los Zero defensores. Sólo quedó un avión
estadounidense. Hasta ese momento el balance estaba inclinado del lado
japonés. A las 10:20 de ese 4 de junio de 1942, el balance era de 80
aviadores estadounidenses muertos en acción; sin duda, contra la más
efectiva barrera antiaérea naval.
El almirante Nagumo estaba satisfecho, ya que no había sufrido daños,
pero la cantidad de aviones atacantes le indicó que había más de un
portaaviones enemigo cerca. El comandante Yamaguchi le grita e implora
prácticamente, por el señalero de luz, que desea hacer despegar ya sus
aviones, el almirante Nagumo está confundido, y da la orden de subir sus
aviones a cubierta. Quiere una salida simultánea de todas las
aeronaves, exasperando a un ansioso contraalmirante Yamaguchi del Hiryu.
La respuesta estadounidense y el desastre para Japón.
El factor que hizo decidir la batalla vino desde el sur de la formación
japonesa, navegando a toda velocidad en dirección norte. Una escuadrilla
de 35 bombarderos en picado del USS Hornet llegó al punto inicial donde
estaban los japoneses al momento de atacar Midway y no encontraron
nada, la mitad aterrizó sin combustible en Midway y otros 21 lograron
alcanzar al portaaviones nuevamente, los cazas se perdieron por falta de
combustible, pues operaban en el máximo radio de acción.
Un grupo de bombarderos del USS Enterprise llegó igualmente que los del
USS Hornet al mismo lugar inicial, no se había informado la última
posición de los japoneses aún. Ésta escuadrilla de 14 aviones conducidas
por Clarence McClusky, al no encontrar al enemigo, sospechó que se
habían cambiado de lugar. Intuitivamente en vez de dirigirse a Midway
ordenó tomar rumbo NNE y volar unas 50 millas como máximo, antes de
volver, pues su combustible estaba en el límite razonable. 15 minutos
después del cambio de rumbo, súbitamente, una estela de un destructor
fue percibida, y McClusky decidió seguir en su dirección a gran altura,
sin ser visto.
Repentinamente a eso de las 10:25 ve en un claro dejado por unas nubes,
la inconfundible forma de tres portaaviones, y ordena atacar por parejas
a los Dauntless, repartiéndose entre los tres portaaviones. El primero
fue el Akagi, y más adelante el Kaga y el Soryu. El Hiryu estaba mucho
más adelantado y está cubierto por las nubes. No es tomado como blanco.
Al empezar los Dauntless a picar en 70°, se percatan de que están
despegando aviones desde las cubiertas de los portaaviones. Es el
momento más vulnerable para un navío de estas características.
Los Zero que hacen sombrilla defensiva, están alejados y cerca de la
superficie del mar, y no pueden remontar. En el Kaga, sólo se esperaba
que el avión de exploración regresara y terminara su toma de cubierta,
antes lanzar sus aviones. A eso de las 10:20 un serviola del Akagi gritó
el alerta en el momento en que despegaba el primer Zero. La sorpresa
fue total, pues los japoneses en su afán de defenderse de los
torpederos, olvidaron dejar cobertura a más altura.
McClusky picó con cuatro aviones sobre el Kaga, junto a otros cuatro de
Richard Best, quien picó sobre el 'Akagi. Otros, conducidos por Maxwell
S. Leslie se lanzaron sobre el Soryu, que viraba para lanzar sus aviones
a favor del viento. En un minuto eterno, los aviones se acercaron a sus
blancos a toda velocidad, Richard Best lanzó su bomba de 500 libras
sobre el gran círculo rojo de la cubierta del Akagi. Algunas
ametralladoras antiaéreas respondieron.
Al salir del picado, una gran explosión estremeció al portaaviones
insignia, sobre su cubierta llena de aviones. Otra bomba cayó en el
ascensor central y lo hizo saltar de su lugar. El caos fue total.
Aviones que se quemaban y estallaban, pilotos y personal de cubierta en
llamas, corrían y se arrojaban por la borda; explosiones de bombas y de
camiones cisternas con combustible.
En cuestión de segundos, lo que era una activa cubierta de portaaviones
se convirtió en una plancha caliente y humeante, cubierta de cadáveres
carbonizados, restos de aparatos, una tripulación agónica que clamaba a
gritos, en llamas, y los grupos anti-incendios colapsados. El capitán
Mitsuo Fuchida, el conductor del ataque a Pearl Harbor, quedó gravemente
herido, al incendiarse y explotar su avión. Los equipos para
emergencias intentaron combatir las llamas, pero las explosiones de los
aviones y municiones los iban exterminando.
El Kaga recibió cuatro bombas, una casi en la orilla de la cubierta, del
lado de estribor a popa, sobre un puesto artillero cuya explosión
arrancó de cuajo todo el emplazamiento, plataformas y sirvientes y los
lanzó hacia el mar. La otra estalló al lado del puente-isla y mató a
todos los que estaban ahí, incluido el comandante Yisaku Okada. Las
otros dos cayeron a proa y reventaron el hangar.
El Soryu, el último blanco, fue alcanzado por tres bombas, que iniciaron
virulentos incendios y explosiones ininterrumpidas sobre el sentenciado
portaaviones, que comenzó a escorar lentamente. El comandante Ryusaku
Yanagimoto se encerró en el puente y se dispuso a morir con su nave. El
Hiryu, el portaaviones de Tamon Yamaguchi, fue el único portaaviones que
resultó indemne, por encontrarse mucho más retirado al noreste de la
posición de los siniestrados, y cubierto por un banco de nubes. Fue el
testigo incrédulo del desastre que se cernía sobre la fuerza operativa.
La fase final: el Golpe de Gracia.
Cuando el almirante Yamamoto a bordo del superacorazado Yamato, recibió
la increíble noticia del hundimiento de tres naves capitanas, quedó
petrificado, pues eran la base ofensiva del Imperio del Japón. Sabiendo
el almirante Yamamoto, que Chuichi Nagumo había sobrevivido al ataque, y
que intentaba remolcara los portaaviones aún a flote, le nombró
comandante de los tres portaaviones destruidos, como una forma de hacer
sentir su desprecio hacia él y le relevó de la batalla.
Tamon Yamaguchi, sin duda un marino con mayor audacia, capacidad e
inteligencia que Nagumo, que había intentado infructuosamente hacerlo
cambiar de parecer y discrepaba de su estrategia, resueltamente tomó las
riendas de la situación, salió de la zona del desastre a la máxima
velocidad posible y envió sus aviones de exploración para ubicar, lanzar
sus aviones ya listos, y destruir los portaaviones enemigos. Su idea
era arrebatarles el triunfo a los estadounidenses y apropiárselo.
Comunicó sus intenciones al almirante Yamamoto y luego entabló silencio
radial.
A las 10:30, el avión de reconocimiento del Hiryu ubicó a un
portaaviones escoltado por algunos destructores, en dirección sureste, y
radió inmediatamente la noticia. Yamaguchi hizo despegar inmediatamente
12 Zero, 12 Val y 18 Kate desde la cubierta del Hiryu, al mando de
Michio Kobayashi. La formación ascendió a 5 500 m y se dirigió hacia la
última posición radiada, que iba permanentemente siendo renovada por el
solitario avión de exploración. Cuando estaban a 80 km, el radar del USS
Yorktown detectó la formación, se dejaron todas las maniobras, se
despejaron las cubiertas y se aprestó la nave para la batalla.
Una flotilla de cazas estadounidenses Grumman F4F Wildcat les salieron
al paso a los japoneses y se enfrascaron en un combate en que derribaron
dos Zero, otro grupo de Wildcat derribó 10 aviones, mientras se
establecía una fuerte barrera antiaérea, que derribó dos aviones
atacantes más. Al final solo quedaban cinco aviones japoneses, incluido
el de Kobayashi. Al acercarse al punto de lanzamiento, Kobayashi tuvo un
fallo eléctrico que le impidió el bombardeo, y tuvo que remontar, los
otros cuatro aviones le siguieron, y uno de ellos fue alcanzado por la
artillería antiaérea del USS Yorktown.
Sin embargo, otros alcanzaron a lanzar sus bombas. Una cayó cerca del
sector de popa de la isla del USS Yorktown, matando a todos los
efectivos de un emplazamiento artillero. Otra penetró por la chimenea, y
destruyó 15 de las 16 calderas. La velocidad del USS Yorktown bajó
desde los 30 a los 4 nudos. La última bomba cayó cerca de la proa y
abrió un boquete en la cubierta, pero los incendios fueron rápidamente
controlados. Mientras este ataque se realizaba, llegó el avión de
exploración del Soryu que se había cruzado con los otros dos
portaaviones estadounidenses, y que debido a un fallo de radio, no pudo
transmitir. El piloto informó rápidamente a Yamaguchi, que ya recibía
noticias de que el USS Yorktown se estaba hundiendo.
Ahora Yamuguchi sabía que no existía solo uno, sino tres portaaviones
enemigos, y que uno se estaba hundiendo por el ataque de Kobayashi. Se
preparó rápidamente una segunda oleada, al mando del teniente Joichi
Tomonaga, eran 10 torpederos y 6 cazas. La orden era destruir los
portaaviones no averiados. La escuadrilla despegó a las 12:45 en
dirección al enemigo. En ese momento regresaron 5 aviones supervivientes
de la primera oleada. Kobayashi informó que el portaaviones USS
Yorktown había sido seriamente tocado, y que se hundía lentamente.
Este cambio de rumbo hizo que el USS Yorktown se encontrara con el grupo
de Tomonaga que volaba en dirección a los USS Hornet y USS Enterprise.
Tomonaga creyó que se trataba de otro portaaviones y procedió a
atacarlo. Desde el USS Yorktown despegaron cazas, que se trabaron en un
furioso duelo. Tomonaga fue tocado por el fuego antiaéreo, y ante la
imposibilidad de gobernar su aparato, lo estrelló sobre el costado del
portaaviones, el resto de sus aviones logró impactar dos torpedos y el
asediado portaaviones se detuvo.
Hashimoto, lugarteniente de Tomonaga radió :-" dos impactos de torpedo
en un portaaviones tipo Yorktown"- Regresó al Hiryu solo con 5
torpederos y tres cazas, la mitad de su fuerza original. En ese mismo
instante, a las 14:40, un avión de exploración del USS Yorktown ubicó al
Hiryu y radió el mensaje a Spruance.
El ataque no se hizo esperar, a las 17:00, un grupo de aviones del USS
Enterprise atacaron justo cuando el Hiryu se colocaba para lanzar sus
aviones. Rápidamente los Zero de cobertura se lanzaron a la defensa y
derribaron a 3 Dauntless. El Hiryu a máxima velocidad intentó evadir el
ataque, tomando personalmente el timón, su comandante, el capitán Takeo
Kaka.
Al principio el Hiryu pareció esquivar hábilmente los torpedos lanzados
contra él, gobernado con audaces golpes de timón, pero le alcanzaron 4
bombas de picado. Una estalló en el puente y las otras, entre los
aviones que estaban despegando, el infierno se desató en el Hiryu, que
tuvo que detenerse. Una de las bombas penetró bajo el ascensor de proa, y
lo hizo saltar por los aires, dejando un inmenso boquete, que expuso
toda la estructura interna. La tapa de ascensor doblada cayó encima del
destrozado puente.
En ese momento aparecieron los acorazados Haruna y Kirishima para apoyar
al vencido, pero ya no había nada que hacer, el Hiryu se hundía.
Desapareció a eso de las 8:00 del 5 de junio, con Tamon Yamaguchi y
Takeo Kaka amarrados en la sala del timón. Más tarde se rescatarían 35
hombres, todos de la sala de máquinas del Hiryu. El USS Yorktown también
se estaba hundiendo. A las 15.00 del 4 de junio, se dió la orden de
abandono del buque, pues su escora era casi de 20°, pero esta se fue
aminorando, y el buque se adrizó solo, haciendo que los estadounidenses
pensaran en remolcarlo.
Sin embargo, el I-168 capitaneado por Yahachi Tanabe, previamente
advertido por un avión de exploración del Mikuma, apareció en la escena
mientras un remolcador tomaba al agónico USS Yorktown, el cual estaba
arbolado al destructor USS Hammann que le proporcionaba energía
eléctrica. A mediodía del 5 de junio, Tanabe le lanzó 4 torpedos.
Uno de los torpedos dio medio a medio en el USS Hammann y la explosión
sencillamente lo partió en dos, los estadounidenses sobrevivientes que
quedaron en el agua, fueron muertos por las cargas de profundidad que
habían estado preparadas sobre cubierta, de este modo el USS Hammann
perdió 80 hombres, un tercio de su tripulación. El USS Yorktown aun
permaneció unas 24 horas más a flote con dos impactos a babor, pero
estaba sentenciado y finalmente se hundió.
La decisión de Yamamoto.
Yamamoto también quiso revertir los resultados una vez que tuvo clara la
situación que tenía en enfrente, cuatro portaaviones destruidos, la
isla sin ser tomada y al menos dos portaaviones enemigos operativos en
las cercanías.
Ordenó a la totalidad de la fuerza principal el avanzar en zig zag a la
máxima velocidad hacia Midway con el objetivo de destruir con fuego
artillero la isla y sus instalaciones y además emboscar a las fuerzas
norteamericanas.
Ordenó además hacer concurrir a las fuerzas empeñadas en el desembarco de las Aleutianas.
-" Todas la fuerzas deberán atacar al enemigo en el área de Midway"-
Yamamoto intentó buscar una batalla decisiva al acercar sus acorazados y
cruceros a Midway, sin embargo, el almirante Spruance prudentemente
hizo retirar su fuerza más hacia el NNE para evitar caer en una
emboscada artillera nocturna, que era la especialidad japonesa. Los
japoneses no pudieron localizar la ubicación de la flota estadounidense
al amanecer del 5 de junio y Yamamoto tuvo que reconsiderar su línea de
acción. Los cruceros se situaron en el horizonte de Midway y empezaron a
cañonear sistemáticamente las instalaciones de la isla.
Cuando Spruance supo que la isla estaba siendo cañoneada ordenó a sus
fuerzas, en la tarde del 5 de junio, acercarse al sector para impedir un
desembarco. El contraalmirante Ugaki del estado mayor de Yamamoto se
encerró con el almirante en la sala de mapas del Yamato, se reconsideró
el cañoneo que se efectuaba en ese instante, Ugaki no tenía clara la
situación estadounidense, y convenció a Yamamoto de abortar su plan de
conquista de Midway sobrestimando el potencial estadounidense, el 6 de
junio a las 1.00, Yamamoto dio la orden de retirada. Al iniciar la
retirada, los cruceros pesados Mikuma y Mogami se embistieron debido a
la niebla, quedando su velocidad reducida por los daños. Junto a su
escolta de destructores fueron alcanzados por aviones del Enterprise por
la mañana del 6 de junio, hundiendo al Mikuma y dañando gravemente al
Mogami, que a duras penas logró alcanzar la base de Truk.
Balance final
Pérdidas estadounidenses
• Portaaviones Yorktown,
• Destructor Hammann
• Aviones con base en Midway: 45 de un total de 126= 36%
• Aviones con base en portaaviones: 109 de un total de 183= 59%
• Pérdidas en hombres: 250 hombres aproximadamente.
Pérdidas japonesas
• 4 Portaaviones: Akagi, Kaga, Hiryu y Soryu.
• 1 Crucero pesado: Mikuma
• Aviones embarcados: 260 de distinto tipos, el 100%.
• Pérdidas en hombres: 3.052 entre dotación y pilotos.
Consecuencias.
Para el Japón.
1. Cambio del escenario estratégico: de ahora en adelante los
japoneses perderían gradualmente su eficacia en las posesiones logradas
en el Pacífico por no poder defenderlas, antes del 4 de junio de 1942,
Japón se paseaba invencible por el Indico, después del 4 de junio sus
victorias estaban hipotecadas.
2. Pérdida del sentido de invencibilidad del Japón: el mal de victoria
que se inculcó desde la guerra de 1905 con Rusia desapareció
súbitamente el 4 de junio de 1942. La derrota sufrida se prendó tan
intensamente en el alto mando japonés a tal extremo que se censuró
estrictamente a la prensa y a los participantes de la batalla.
3. Pérdida de capacidad ofensiva aeronaval: de ahora en adelante el
Japón tendría que reconvertir nuevos buques para suplir a los
portaaviones hundidos, en efecto, los acorazados clase Hyuga fueron
reconvertidos en portahidroaviones, el Mogami tuvo el mismo destino, el
tercero de los Yamato en construcción se convertiría en el portaaviones
más grande del mundo en ese entonces, el Shinano. Barcos de pasajeros
que servían como auxiliares fueron reconvertidos en portaaviones ligeros
como el caso de Junyo e Hiyo. La pérdida de potencial aeronaval
estimada fue de un 65%.
4. Pérdida de las mejores naves, tripulaciones aéreas y pilotos
experimentados, nunca más el Japón iba a tener el mismo potencial
militar.
5. Declive de la estrella de Isoroku Yamamoto, después de esta batalla
la ascendencia de Yamamoto en los círculos estratégicos perdió fuerza.
Para los Estados Unidos
1. La derrota japonesa demostró al Alto Mando estadounidense que el
concepto del acorazado estaba muerto, y que las victorias dependerían de
la táctica aeronaval.
2. La victoria permitió demostrar a los americanos que "se podía hacer el trabajo" con las herramientas necesarias.
3. Tanto las Hawái como la costa oeste de Norteamérica ya no estaría expuesta a los cañones embarcados del Japón.
4. Ganancia progresiva de la iniciativa estratégica militar y hegemónica del escenario del Pacífico.
5. Midway supuso la revancha por Pearl Harbor para los
norteamericanos, la maquinaria industrial americana se volcó
completamente en el esfuerzo de guerra.
Referencias
1. Lundstrom, Guadalcanal Campaign, p. 92.
Bibliografía
• Midway : El momento Crítico, por A. J. Baker.
• La Segunda guerra mundial Volumen I, por Raymond Cartier.
• Midway, el regreso a la batalla, por Thomas B. Allen. National Geographic, abril de 1999.
http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Midway
Si Yamamoto hubiera conseguido emboscar a la flota americana, el
resultado de la batalla hubiese sido a favor de Japón, pero ya no sería
una victoria decisiva, habría ocupado Midway o la habría inhabilitado
como base y habría arrasado las Hawai.
Si Yamamoto o Nagumo hubiera sabido de la presencia de portaaviones
americanos con antelación los habría emboscado entre sus acorazados y
portaaviones y EE.UU. habría sufrido una humillante derrota, y es
probable que Estados Unidos hubiera preferido entrar en negociaciones
Atentamente
Kelder Toti
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