viernes, 30 de octubre de 2015

Biblioteca Virtual Dr Rojas Contreras. La Batalla de Cartagena. Por Top Castillo de Cartagena Don Blas de Lezo. La ciudad de Cartagena

La Batalla de Cartagena.


Por Top

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La defensa del Castillo de  Cartagena  que hizo Don Blas de Lezo de la ciudad de Cartagena de Indias ante la flota inglesa del almirante Vernon.

Total solo eran 195 buques (con un total de unos 3.000 cañones),  y unos 25.000 hombres (entre soldados y marineros) apoyados por 4.000 realistas estadounidenses contra 6 buques, 3.500 hombres (entre soldados, indios y marineros) y 1.000 cañones (entre navales y terrestres).

Solo otra flota en la historia superó en importancia a la dispuesta por Inglaterra en su empeño de apoderarse de la ciudad española: la flota aliada que desembarcó en Normandía el Día-D.

La diferencia numérica era de 1/10, pero los ingleses salieron escaldados esta vez,  y con estas pérdidas:

- 3500 muertos en combate.
- 2500 muertos por enfermedades.
- 7500 heridos en combate.
- 6 navíos de tres puentes destruidos.
- 13 navíos de dos puentes destruidos.
- 4 fragatas.
- 27 transportes.
- 1500 cañones capturados o destruidos por los españoles.


http://mundosgm.com/categoria-general/batallas-desesperadas/ "La Batalla de Cartagena".  Por Top.

Biblioteca Virtual: Dr Rojas Contreras. Recordad El Alamo Por Balthasar Woll Las bajas mejicanas El 23 de febrero de 1836. El Álamo. Santa Ana

Recordad El Alamo


Por  Balthasar Woll

Balthasar Woll

SS Oberstgruppenführer
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El 23 de febrero de 1836, las fuerzas mejicanas al mando del general Santa Ana cercaron la misión de El Álamo, los defensores en principio eran 145 soldados y voluntarios tejanos, aunque les llegaron otros 100 de refuerzo, haciendo un total de 245 defensores con unas 30 mujeres y niños.

Las fuerzas mejicanas sumaban un total de 3. 000 soldados. La misión resistió durante 13 días hasta que el 6 de marzo los mejicanos abrieron brecha y entraron en la posición. Solo se salvaron las mujeres y los niños.

Las bajas mejicanas (varían según las fuentes),  se sitúan entre 600 y 1600 hombres entre muertos y heridos, los tejanos perdieron los 245 defensores.

http://mundosgm.com/categoria-general/batallas-desesperadas/ “Recordad El Álamo”.  Por  Balthasar Woll.

Biblioteca Virtual: Dr Rojas Contreras. El Combate de Camerone. Por Heinz von Westernhagen Camarón, Méjico. El combate de Camerone. 3ª Compañía del 1º regimiento de la Legión Extranjera. Capitán Jean Danjou. Invasión Francesa a Mejico. Napoleón III.

El Combate de Camerone.

Por  Heinz von Westernhagen


Heinz von Westernhagen

SS-Brigadeführer
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El combate de Camerone (como dicen los franceses), refiriéndose a una  hacienda ubicada en la aldea de Camarón, Méjico.

El 30 de Abril de 1863, 62 integrantes de la 3ª Compañía del 1º regimiento de la Legión Extranjera se hallaban escoltando un convoy de suministros,  cuando fueron atacados por una fuerza de cerca de 2.400 mejicanos, bien armados.

Los legionarios, al mando del Capitán Jean Danjou, aceptando el combate para que el convoy pueda escapar, buscan cobijo en una hacienda derruida en donde se hacen fuertes durante diez horas, sin agua y apenas municiones, defendiéndose a tiros y a bayonetazos de los furibundos ataques mexicanos, que van mermando sus efectivos.

La Batalla de Camaleone.




Después de rechazar varias ofertas de rendición, sólo quedan en pie cinco legionarios, que haciendo una descarga con sus últimos cartuchos, se lanzan a la bayoneta calada,  ellos sólitos, para morir matando. Los tres últimos hombres aceptan el ofrecimiento de rendirse que un admirado Coronel mexicano les hace, dejando que conserven sus armas y atendiendo a sus heridos.

Los mexicanos sufrieron unas 300 bajas, y los franceses 26 muertos, quedando heridos todos los legionarios supervivientes. Los tres oficiales al mando de la unidad murieron en combate.

El convoy llegó a su destino.

http://mundosgm.com/categoria-general/batallas-desesperadas/. "Batallas Desesperadas" El Combate de Camaleone.  Heinz von Westernhagen.

Biblioteca Virtual: Dr Rojas Contreras. La Batalla Rorke´s Drift: 22 de enero de 1879 Por Balthasar Woll. 24° Regimiento de Infantería. Isandhlwana. Misión de Rorke´s Drift. Tenientes Bromheard y Chard

La Batalla Rorke´s Drift: 22 de enero de 1879



Por  Balthasar Woll

Balthasar Woll

SS Oberstgruppenführer
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22 de enero de 1879

Después de su victoria en Isandhlwana sobre los "casacas rojas";   4000 guerreros zulúes avanzaron sobre la misión de Rorke´s Drift. En este lugar se encontraban 137 soldados británicos, la mayoría pertenecían al 24º de infantería (regimiento masacrado en Isandhlwana) y otros 59 hombres entre indígenas y policías de Natal, al mando de los tenientes Bromheard y Chard.

Durante los días 22 y 23 resistieron los ataques zulúes ocasionándoles unas 550 bajas a costa de la perdida de 25 muertos y 34 heridos (sobre esto hay divergencias según las fuentes), la mañana del día 23 los zulúes se retiraron y a las 08.00 horas llego una columna de socorro.

Se da el hecho de que en esta batalla se concedieron la friolera de 11 Cruces Victoria, esta batalla vio el mayor número de estas condecoraciones jamás otorgado a un solo regimiento británico en una misma acción, siete Cruz Victoria para soldados del 24° Regimiento de Infantería.
Sobre esta batalla hay una película (Zulú) que relata con bastante fidelidad los hechos acaecidos esos días, aquí tienes  el enlace de la película íntegramente en español:



Biblioteca Virtual: Dr Rojas Contreras. Los Destructores "Bourrasque". Por Top. Características Los Destructores "Bourrasque". Clase La Fantasque. Clase Mogador

Los Destructores "Bourrasque".


Por Top.

Topp

Großadmiral
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Los primeros destructores franceses de porte mediano, buena velocidad y potente armamento fueron los doce de la clase "Bourrasque".

Se caracterizaban por poseer un casco con castillo bastante largo, proa esbelta muy curvada (algo muy típico en los buques franceses), y tres chimeneas de altura ligera y progresivamente decreciente hacia popa.

Sus piezas de 130/40 y sus 6 tubos lanzatorpedos de 550 mm les conferían una potencia de fuego hasta entonces inalcansadas,  y superior a la media de otras marinas de su tiempo.

Durante la guerra, este armamento experimentó algunas variaciones, especialmente en las unidades que se pasaron a la Francia Libre de De Gaulle tras el armisticio.

Características:

Desplazamiento
- Estándar: 1.319 t
- normal: 1.500 t
- Plena carga: 1.900 t

Dimensiones
- Eslora total: 105´70 m
- Eslora flotación: 99´30 m
- Eslora entre pp: 97´50 m
- Manga: 9,70 m
- Calado: 4 m

Aparato motor: 3 calderas a tubos finos + 2 turbo reductores
Potencia: 33.000 a dos ejes
Velocidad: 33 nudos (29 a p.c.)
Autonomía: 2.000 millas a 14 nudos
Armamento: 4 x 130/40 + 1 de 75/50 (sustituido por 2 x 37 mm) + 2 Hotchkiss a.a. de 13´2 mm + 6 tubos de 550 mm + 2 morteros lanza cargas + 2 varaderos.
Dotación: 138 (total)

Esta fue la serie completa:

- Typhoon, botado el 22 de Mayo del 24, fue echado a pique en Oran el 9 de Noviembre de 1942 para servir de bloqueo del puerto.
- Simoun, botado el 3 de Junio del 24, vendido y desguazado el 17 de Febrero de 1950.
- Orage, botado el 30 de Agosto del 24, hundido el 23 de Mayo del 40 en Boulogne tras un bombardeo aéreo.
- Tramontane, botado el 29 de Noviembre del 24, varado en Oran el 8 de Noviembre de 1942 tras ser dañado por el fuego del HMS Aurora.
- Ouragan, botado el 6 de Diciembre del 24, vendido y desguazado el 7 de Marzo de 1949.
- Cyclone, botado el 24 de Enero del 25, hundido el 18 de Junio de 1940 por la torpedera alemana S 24.
- Tornade, botado el 12 de Marzo del 25, fue hundido en Oran el 8 de Noviembre de 1942 por el HMS Aurora y el HMS Calpe.
- Tempete, botado el 21 de Mayo del 25, vendido en 1950.
- Mistral, botado el 6 de Junio del 25, vendido en Febrero de 1950.
- Bourrasque, botado el 5 de Agosto del 25, hundido en la costa de Nieuport el 30 de Mayo de 1940 tras chocar con una mina y ser rematado por la artillería germana.
- Sirocco, botado el 3 de Octubre del 25, hundido el 30 de Mayo de 1940 por las torpederas alemanas S 23 y S 26.
- Trombe, botado el 29 de Diciembre del 25.


Los Bourrasque no pertenecían a los llamados "Superdestructores" (o contre-torpilleurs) ya que éstos vieron la luz en el marco del programa naval de 1930.

Junto a sus sucesores de la clase Mogador, los destructores de la clase La Fantasque, aventajaban a sus predecesores en casi todo: desplazamiento, armamento, potencia motor, velocidad, etc. Fueron excelentes unidades que proporcionaron buenas prestaciones por su robustez y características marineras.

Clase La Fantasque:
- Le Malin
- Le Terrible
- L'Indomptable
- L'Audacieux
- La Fantasque
- Le Triomphant

Clase Mogador
- Volta
- Mogador


Biblioteca Virtual: Dr Rojas Contreras. La Aviación en la Revolución de 1922 en Paraguay y el 1er. Combate Aéreo. Por TITUS20050 Giuseppe Barbenza y Giuseppe Bó. Escuela de Aviación Militar. Cnel. Chirife. Silvio Pettirossi. Avro 504K. Tte. Arturo Escario. Tte. Victorio Barbero. Coroneles Adolfo Chirife y Pedro Mendoza. Presidente Eusebio Ayala. Breguet XIV

La Aviación en la Revolución de 1922 en Paraguay y el 1er. Combate Aéreo.


                                 Por TITUS20050



TITUS20050



Tenente Colonnello



Moderadores



Miembro Héroe

  
Leyendo la revista Americana Air & Space Power Journal en Español encontre este articulo cuyo autor es el Historiador de la Aviación Paraguaya Antonio Luís Sapienza Fracchia y, de la lectura del mismo me entere de que el El 5 de Septiembre de 1922 se produjo el primer combate aéreo en el continente americano en un enfrentamiento entre dos pilotos contratados por ambos bandos.


Las primeras experiencias aeronáuticas en Paraguay fueron trágicas. En 1916, Silvio Pettirossi, primer piloto licenciado paraguayo, murió al estrellarse con su Deperdussin "T" en Buenos Aires (Argentina). Posteriormente, en 1919, el segundo piloto paraguayo, el Tte. Arturo Escario, quien se había graduado en España, falleció cuando su Macchi-Löhner L.3 se estrelló al despegar del Río de la Plata. Finalmente, el Tte. Victorio Barbero egresado de la Escuela de Aviación Militar de El Palomar en Argentina, también terminó sus días trágica mente cuando se accidentó en un Avro 504K en un vuelo de entrenamiento.

  
A consecuencia, en el año de 1922, no existían ni aviones ni pilotos en Paraguay. El 27 de mayo del mencionado año, ocurrió una sangrienta revolución, cuando un grupo de oficiales del ejército encabezados por los Coroneles Adolfo Chirife y Pedro Mendoza se sublevó contra el gobierno del Presidente Eusebio Ayala. Casi inmediatamente, ambos bandos pensaron en la utilización de la aviación en acciones bélicas para tratar de imponerse al adversario, teniendo en cuenta su exitoso uso durante la Primera Guerra Mundial.
  
El primero de junio de 1922, Francisco Cusmanich, un piloto paraguayo que residía en Buenos Aires, ofreció sus servicios al gobierno del Presidente Ayala. Cusmanich trabajaba con un piloto inglés de apellido Stewart, que poseía un biplano Armstrong Whitworth F.K.8 y al que convenció para que viajara a Paraguay.


La oferta de Cusmanich fue aceptada por el Presidente Ayala, por lo que se embarca con su colega en un vapor hacia Asunción, trayendo el F.K.8 desarmado. Dicho aparato fue bautizado con el nombre de "Pte. Ayala". Una vez en la capital paraguaya, el F.K.8 es transportado en tren hasta la zona de Campo Grande, cerca de la capital, donde se improvisó un campo aéreo con un hangar. Allí, el biplano fue armado y probado en vuelo por Stewart y Cusmanich.                                                        
Paralelamente, el gobierno también había contratado a un ex-miembro de la Misión Militar Italiana en Argentina, el Sargento Aviador Nicola Bó, quien debía contratar otros aviadores y traer varios biplanos al Paraguay. Bó era veterano de la Primera Guerra Mundial, habiendo prestado servicio en la 2a. y 6a. Sezione SVA de la aviación militar italiana.

Durante el mes de Junio de 1922, el aviador Bó y sus compañeros trajeron un S.P.A.D. Herbemont S.XX, dos S.A.M.L. A.3, dos Ansaldo S.V.A. 5 y un Ansaldo S.V.A. 10. Todos estos aparatos fueron concentrados en el campo aéreo de Ñu-Guazú (Campo Grande), donde ya se encontraba el F.K.8. Desde dicho campo aéreo partieron la mayoría de las incursiones aéreas realizadas sobre las posiciones rebeldes.

La primera misión operativa fue realizada por el F.K.8 tripulado por Stewart y Cusmanich, bombardeando tropas rebeldes en las cercanías de la ciudad de Paraguarí, el 29 de Junio. En los días subsiguientes, se realizaron vuelos de reconocimiento utilizando tanto los SAML A.3 como los SVA. En varios de estos vuelos, tanto Bó como Cusmanich volaron en el SVA-10.

En la noche del 7 de Julio, el Sgto. Bó realizó un vuelo sobre la ciudad de Asunción en un SVA-5, causando sensación en la población. Al día siguiente 8 de julio, el biplano F.K.8 piloteado por Stewart y acompañado por Francisco Cusmanich y un S.V.A. 5 del Sgto. Bó partieron para una misión de bombardeo sobre las posiciones rebeldes.

Debido a problemas técnicos, el Sgto. Bó debió retornar a su base, mientras que el F.K.8 prosiguió con la misión. En las cercanías de Pirayú, tropas rebeldes atacaron al biplano con fusiles. Al parecer un proyectil dio en el caño conductor del combustible, lo que hizo que se generara un incendio en el aparato.

Stewart intentó vanamente tratar de aterrizar, mientras que Cusmanich saltó del aparato en la desesperación del incendio y sabiendo que las bombas abordo estallarían, pero al no tener paracaídas, murió en el impacto. El incendio produjo la detonación de las bombas con la consecuente destrucción del aparato y la muerte instantánea de Stewart. Los restos se estrellaron en las cercanías de la estación del ferrocarril del mencionado pueblo.

Unos días después, también los rebeldes empezaron a contratar a pilotos extranjeros para poder contar con poder aéreo. Es así que el primero en ser contratado fue el Sargento aviador Angelo Pescarmona, piloto italiano veterano también de la Primera Guerra Mundial, habiendo prestado servicio en la 131a Squadriglia. Pescarmona poseía un Ansaldo S.V.A. 5 y el día 15 de julio, bien temprano a la mañana, despegó de Buenos Aires (Argentina) con destino a Paraguay.

Tuvo una serie de inconvenientes mecánicos con su SVA, por lo que tuvo que hacer una escala técnica en Concordia. Luego de solucionar el problema, despegó, llegando hasta la ciudad de Santo Tomé, en la Provincia de Corrientes (Argentina), donde sufrió un accidente, del cual salió ileso, pero su máquina quedó destruida.

Durante el mes de agosto, el Sgto. Bó y varios compañeros, se trasladan a la ciudad de Villarrica, nueva sede del Comando del Ejército Gubernista. Desde allí, realizó una serie de misiones de reconocimiento y bombardeo sobre las posiciones rebeldes con el SPAD-Herbemont S.XX.

Durante dicho mes, otros aviadores italianos, Carlo Paoli y Cosimo Damián Rizzotto, ofrecieron sus servicios al gobierno desde la Argentina, siendo contratados. El Sargento aviador Rizzotto fue un as italiano durante la Primera Guerra Mundial, habiendo prestado servicios en la 77a Squadriglia con aviones Nieuport X y luego con Nieuport XI y SPAD VII, habiendo derribado cinco aviones enemigos.

Rizzotto trajo un Breguet XIV al Paraguay, realizando varias misiones de reconocimiento y bombardeo sobre posiciones rebeldes. Dicho aparato había sido comprado por el gobierno paraguayo en Bs.As,  por la suma de 20.000 pesos argentinos.
  
El 25 de agosto, a las 10:50 AM y volando a no más de 200 metros de altura, en una rutinaria misión de reconocimiento, el Breguet XIV sufrió la rotura de la hélice, con un posterior incendio en el motor. Rizzotto pudo controlar el aparato, aterrizando de emergencia. El Breguet resultó destruido por las llamas, y milagrosamente Rizzotto salió ileso del accidente, después del cual retornó a Argentina.                      
Ese mismo mes, el Cnel. Chirife logró contratar a varios pilotos, quienes trajeron a Paraguay tres Ansaldo S.V.A. 5 y un S.V.A. 10, teniendo como base el campo aéreo del pueblo de Caí-Puente. A partir de entonces, también los rebeldes realizaron vuelos de reconocimiento y bombardeo de las posiciones gubernistas y no pasó mucho tiempo antes que aparatos de ambos bandos se enfrentaran en el aire. El gobierno paraguayo también contrató los servicios del Teniente aviador Patrick Hassett de nacionalidad inglesa.

El 5 de Septiembre de 1922, un SVA 5 rebelde sobrevoló el campamento gubernista en Salitre-cué a unos 2.000 metros de altura, descendiendo luego para arrojar algunas bombas. Inmediatamente, un SVA 5 gubernista, piloteado por el Tte. Hassett que se encontraba en dicha base, despegó para darle caza al aparato rebelde. Por algunos minutos, se dio el primer duelo aéreo de este conflicto, siendo también el primer combate aéreo en suelo sudamericano.


Hassett ametralló varias veces al aparato rebelde, cuyo piloto decidió abandonar el combate, dirigiéndose rápidamente hacia la base rebelde en Cangó. Al día siguiente, alrededor de las 8:30 AM, se presentó otro SVA 5 rebelde sobre Salitre-Cué, ametrallando y arrojando bombas; Hasset volvió a despegar y ambos aparatos se trabaron en combate. El piloto rebelde se mostró mucho más decidido que su camarada del día anterior, ametrallando a Hassett, pero sin lograr derribarlo.

Hassett, veterano del Royal Flying Corps en la Primera Guerra Mundial, realizó varias maniobras evasivas con su SVA, pudiendo colocarse en ventajosa posición sobre su enemigo, al cual lo ametralló hiriéndolo, por lo que tuvo que abandonar el combate, aterrizando de emergencia en un bosque en las proximidades de Cangó, dañando seriamente al aparato.

El día 25 del mencionado mes, se dio otro combate aéreo, nuevamente entre aparatos SVA de ambos bandos contendores en la zona de Isla Alta. Hacía varios días que un SVA rebelde sobrevolaba la zona, con la intención de ubicar y bombardear la batería rodante de cañones Vickers montada en un tren gubernista.

El comando de gobierno dispuso que dicha batería sea colocada en un lugar bien visible, para que actúe como suerte de señuelo, pues al presentarse el avión enemigo, aparatos gubernistas le estarían esperando para darle caza.

Cuando apareció el SVA rebelde, el tren se puso en movimiento, atrayéndolo, mientras que el Sgto. Bó despegaba con un SVA 5. Bó atacó al avión rebelde desde mayor altura, cuyo piloto, al verse sorprendido, arrojó sus bombas al azar y abandonó la zona, no sin antes recibir numerosos impactos de las ametralladoras de su atacante. Se inició así una larga persecución que terminó cuando a Bó se le acabaron las municiones y como el aparato rebelde estaba cerca de su base, él primero decidió volver a Isla Alta.
  
Durante los siguientes meses de la revolución, se dieron varios encuentros como los anteriormente descriptos. Los pilotos rebeldes aprendieron a respetar a sus pares gubernistas, pues evidentemente eran de mayor experiencia. Debido a esto, muy raramente presentaban combate; cuando cumplían alguna misión y se presentaban los aviones gubernistas, normalmente huían hacia sus bases. Esto permitió que la aviación gubernista realizara casi libremente numerosas incursiones de reconocimiento y bombardeo sobre las bases rebeldes. En el mes de Octubre de 1922, dos pilotos rebeldes con sus biplanos SVA 5 desertaron, volando hacia la ciudad fronteriza argentina de Ituzaingó, sobre el Río Paraná.

Esto dejó a los rebeldes con sólo dos aparatos, pero no por mucho tiempo, ya que en Noviembre, tropas gubernistas capturaron un SVA 5 rebelde intacto, el cual fue incorporado a su aviación. El último aparato rebelde disponible, un SVA 10 quedó en tierra por falta de reparaciones técnicas y también fue capturado.

Con esto, desaparece la aviación rebelde. En los últimos meses de 1922, los aviadores gubernistas siguieron cumpliendo misiones operativas con sus aparatos, algunos de los cuales ya acusaban signos de mucho desgaste. En Febrero de 1923, quedaban en estado de vuelo un SVA 5, un SVA 10, los dos SAML A.3 y el SPAD S.XX.


El 23 de Febrero de 1923 se fundó la Escuela de Aviación Militar por Decreto Nº 15.787, cuya sede se estableció en Ñu-Guazú (Campo Grande), cerca de la capital Asunción. Fue nombrado Primer Director, el Sgto. Nicola Bó, y a Giuseppe Barbenza y Giuseppe Bó (éste último hermano de Nicola) como mecánicos.


La primera dotación de aviones de la escuela estuvo constituida por los aparatos sobrevivientes de la revolución ya mencionados. El resto de los aparatos que ya no se encontraban en estado de vuelo, fueron utilizados como fuente de repuestos. Mientras tanto, seguían los combates esporádicos contra las menguadas tropas rebeldes, sin ya la intervención de la aviación.


Al fallecer el Cnel. Chirife, víctima de una pulmonía en las selvas el 18 de Mayo, la revolución prácticamente se extinguió. Termina así el primer conflicto sudamericano en donde la aviación fue utilizada como arma de guerra.

Autor del artículo: Antonio Luís Sapienza Fracchia Historiador de la Aviación del   Paraguay.

Fuentes: Revista Air & Space Power Journal en Español, Fuerza Aérea del Paraguay.

La Red: 


http://mundosgm.com/periodo-entreguerras/la-aviacion-en-la-revolucion-de-1922-en-paraguay-y-el-1er-combate-aereo. “La Aviación en la Revolución de 1922 en Paraguay y el 1er. Combate Aéreo”. 

Biblioteca Virtual: Dr Rojas Contreras. EL DESARROLLO DE LOS SISTEMAS DE DIRECCION DE TIRO. Por Fug La batalla de Jutlandia. Cálculo del ángulo con el telémetro estereoscópico. Telemetro Estereoscopico en la cofa del USS Texas. Cálculo del ángulo con el telémetro estereoscópico. Sistema Creag. Telémetro

EL DESARROLLO DE LOS SISTEMAS DE DIRECCION DE TIRO.


Por Fug

Fug



General Leytenant



Miembro Héroe







Los avances en los sistemas de control de tiro se hicieron imprescindibles a merced a las  constantes mejoras en las prestaciones de los buques de guerra y a los alcances sin precedentes conseguidos por las nuevas y potentes piezas de artillería naval.







A finales del siglo XIX las mayores unidades de guerra embarcaban grandes cañones en pequeño número, apuntados una a uno. La mejora de las bocas de fuego y  de las cualidades balísticas de los proyectiles permitió a los investigadores afrontar el problema de la dirección de tiro desde un punto de vista científico y con  mayores probabilidades de prever correctamente la trayectoria. En síntesis, la exigencia de ser los primeros  en golpear al enemigo requería un control del tiro centralizado en una específica estación de dirección.







En 1891, Walkings, por medio de sistemas ópticos de precisión y del teléfono, modernizo el viejo método, empleado en los navíos  a vela, de obtener la distancia a través de las mediciones de los ángulos horizontales entre las convergentes del  blanco y la línea de base, de longitud conocida, constituida por el propio buque.







Este sistema, valido solamente en determinadas situaciones y más concretamente, c cuando la unidad enemiga presentaba la totalidad de su costado fue remplazado muy pronto por el telémetro óptico de Barr que, con una base de una longitud de apenas 1.37 m, hizo posible que una sola persona midiese la distancia en cualquier ángulo.











Telemetro Estereoscopico en la cofa del USS Texas







La ruta y velocidad del blanco, calculados a simple vista mediante una atenta observación combinada con los mimos elementos correspondientes al propio buque, permitían solucionar el problema del tiro que,  además, tenía que ser corregido introduciendo otras variables, como la dirección e intensidad del viento. La competencia estimulo el desarrollo de instrumentos cada vez más precisos: en 1902 el Dumaresq introdujo la posibilidad de medir la rapidez de variación de la posición y la distancia del enemigo, mas tarde apareció el Range Clock, un calculador que suministraba la distancia futura y luego, los paneles de tiro Dreyer que, a través de una gama de variables en entrada, proporcionaban los ángulos de elevación y orientación trasmitidas directamente a las torres de artillería. Una vez que estas daban el “listo”, el circuito de fuego centralizado permitía disparar una salva simultáneamente.











Las columnas de agua o piques, provocados por las caídas de los proyectiles, permitían, a un observador, situado en una posición elevada, transmitía a la central de dirección de tiro las correcciones necesarias hasta que una salva “centraba” el blanco.











En la época victoriana, normalmente se abría fuego a distancias superiores a los 2.750 m, pero la pasión de algunos innovadores, como los almirantes Fisher y Scout, provoco grandes cambios mediante el espíritu de superación que lograron infundir a la flota, incluso a través de las competiciones de tiro anuales y los correspondientes trofeos para los buques ganadores.







Experimentaciones prolongadas y pruebas de calibración en polígonos de tiro seguidas por maniobras que parecían autenticas batallas navales con empleo del cañón, permitieron a la flota poner a punto las armas y probarlas en condiciones reales, de tal modo que en  1912, se estaban convirtiendo en normales distancias de 13.700 m para iniciar el tiro. Norteamericanos y alemanes estaba un poco retrasado respecto a los británicos, pero las mejoras que incorporaron poco después, se revelaron igualmente significativas.







Los alemanes, en especial, disponían de telémetros estereoscópicos de escala fija, con una óptica perfecta realizada por Zeiss, que proporcionaban la distancia más rápidamente que el apreciado método británico de medirla según los piques.











Telémetro Estereoscópico de coincidencia Cooke-Pollen, en montaje estabilizado



Cálculo del ángulo con el telémetro estereoscópico


La experiencia demostraría, que esta diferencia podría llegar a ser decisiva para el resultado final del combate. También los alemanes, por medio del llamado sistema Creag, una especie de base estabilizada para la óptica de los apuntadores, resolvieron un grave problema: el de los movimientos de cabezada y balance del propio buque.


Durante la batalla de Jutlandia, ambos sistemas se enfrentaron, El método alemán de medir la distancia resulto superior al británico, sin embargo, la dirección de tiro de estos fue más eficaz.



Fuente:

 Acorazados WW1. Planeta de Agostini.




La red.







Biblioteca Virtual: Dr Rojas Contreras

Biblioteca Virtual: Dr Rojas Contreras.

El Pacifismo.


Por Caesar, Sigel y Karl H. Guderian


    "La verdad es la primera víctima de la guerra"




Ante este inquietante panorama, no faltaron pacifistas que alzaron su voz para pedir una paz verdadera y sólida entre los estados. Ellos consideraban que los impresionantes preparativos bélicos terminarían por conducir al desastre, y pensaban que dicho peligro debía desterrarse. (Las manifestaciones pacifistas, no lograron impedir el estallido de la guerra en 1914)

La propaganda pacifista se centraba en puntos que aún hoy siguen en plena actualidad. Se pedía a los gobiernos llegar a un acuerdo para lograr el desarme o, al menos, a la limitación de los armamentos. También se abogaba por recurrir al arbitraje, como medio de solucionar las controversias internacionales.

Inglaterra dio un buen ejemplo en este sentido al someter a arbitraje un conflicto con los Estados Unidos. Este último país exigía una indemnización a los ingleses, por haber dejado armar en sus puertos, durante la Guerra de Secesión un barco sudista llamado "Alabama". El tribunal dio la razón a los norteamericanos y el fallo fue acatado por Inglaterra. El Ministro inglés Gladstone.  Entonces, declaró: "Esta herida de amor propio pesa lo que un grano de polvo en la balanza, comparada con el valor moral de este ejemplo: dos grandes naciones entre las más fieras y las más sensibles al sentimiento patriótico, que vienen por su propia voluntad ante un tribunal lealmente escogido, en lugar de atenerse al juicio de la espada".

El Tribuna de la Haya

Hacia fines del siglo XIX se dio otro paso importante en pro de la paz por invitación del zar Nicolás II de Rusia., los representantes de 26 gobiernos se dieron cita en la ciudad de La Haya (Holanda) para buscar la forma de reducir los armamentos. Esta conferencia internacional se realizó en 1899, pero desgraciadamente no logró sus objetivos. Sin embargo, dio un fruto muy positivo. Se instituyó un tribunal permanente de arbitraje, ante el cual se han ventilado muchos casos y que continúa vigente hasta nuestros días.

Estas iniciativas pacifistas no fueron suficientes para evitar que los países recurrieran al viejo método de la violencia. El germen de la guerra venía incubándose desde hacía mucho y nada fue capaz de impedirle brotar en 1914.

Por lo visto has proyectado una magnífica panorámica temática de los antecedentes de la I GM. Efectivamente, nadie creyó en el pacifismo de Nicolás II, presentado por los revolucionarios de su pueblo como un gobernante sangrientamente represivo por una parte, y visto por otro como el gran perdedor de la guerra ruso-japonesa. Pero como bien señalas, el esfuerzo no fue del todo vano ya que la iniciativa prosperó más tarde.

Por otra parte, Jaurés, el alma del movimiento obrero occidental parece que se inclinaba más por el diálogo y el sindicalismo que por la revolución violenta preconizada por sus hermanos centro-orientales. Estos últimos veían en la guerra el detonante que necesitaban para la revolución.

Además, la gente en general creía ciegamente en lo que llamaban "progreso" y en la "moral" de la civilización occidental. Creían que la ciencia y la técnica habían avanzado tanto, que con las armas existentes la guerra, de producirse, no duraría sino unos días, de lo contrario, toda la humanidad perecería. Hasta monarcas como Gullermo II, o Nicolás II, pensaban que la guerra sólo sería táctica, ya que la "fraternidad entre los reyes cristianos" (por otra parte emparentados con lazos familiares) impedirían la destrucción total del contrario.

De hecho, cierta vez que los aviadores británicos bombardearon el Estado Mayor de Koblenza con la esperanza de acertarle a Guillermo II, este, al enterarse, quedó horrorizado de pensar que los británicos querían asesinarlo a Él, el nieto de la reina Victoria... eso habría sido comprensible entre los masones de la Convención Francesa o los terroristas revolucionarios rusos, pero... ¿Los primos británicos? ¡Qué espanto! ¡Terrible despertar tuvo esa ingenua generación entre las trincheras de Flandes!

SECCIÓN I
BELIGERANTES
CAPÍTULO 1

Calidad de Beligerante

Art. 1. Las leyes, los derechos y los deberes de la guerra no se refieren solamente al ejército sino también a las milicias y a los Cuerpos de voluntarios que reúnan las condiciones siguientes:
1. Tener a la cabeza una persona responsable por sus subalternos;
2. Tener una señal como distintivo fijo y reconocible a distancia;
3. Llevar las armas ostensiblemente;
4. Sujetarse en sus operaciones a las leyes y costumbres de la guerra.
En los países en que las milicias o los Cuerpos de voluntarios formen el ejército o hagan parte de él, tanto aquéllas como éstos quedan comprendidos bajo la denominación de ejército.

Art. 2. Los habitantes de un territorio no ocupado que al aproximarse el enemigo tomen espontáneamente las armas para combatir a las tropas invasoras, sin haber tenido tiempo de organizarse conforme al artículo 1, serán considerados como beligerantes si llevan las armas ostensiblemente y si respetan las leyes y costumbres de la guerra.

Art. 3. Las fuerzas armadas de las partes beligerantes pueden componerse de combatientes y no combatientes. En caso de captura por el enemigo, unos y otros tienen derecho al tratamiento como prisioneros de guerra.

CAPÍTULO II.

Prisioneros de Guerra

Art. 4. Los prisioneros de guerra están bajo el poder del Gobierno enemigo y no de los individuos o Cuerpos que los hayan capturado. Deben ser tratados con humanidad. Todo lo que les pertenezca personalmente, exceptuando armas, caballos y papeles militares es de su propiedad.

Art. 5. Se puede someter a los prisioneros de guerra al internamiento en una ciudad, fortaleza, campo o localidad cualquiera con la obligación de no alejarse más allá de ciertos límites determinados; pero no pueden ser encerrados sino como medida de seguridad indispensable y únicamente en el caso de circunstancias imperiosas que determinen esa medida.

Art. 6. El Estado puede emplear como trabajadores a los prisioneros de guerra, según su grado y aptitudes, excepción hecha de los Oficiales. Los trabajos no serán excesivos y no tendrán relación alguna con las operaciones de la guerra.
Puede autorizarse a los prisioneros para trabajar por cuenta de administraciones públicas o privadas o por cuenta propia.
Los trabajos ejecutados en beneficio del Estado, se pagarán de acuerdo con las tarifas en vigor para los militares del ejército nacional que ejecuten los mismos trabajos, o si aquellas no existen, de acuerdo con una tarifa acorde con los trabajos ejecutados.

Cuando los trabajos se verifiquen por cuenta de otras administraciones públicas o por cuenta de particulares, las condiciones se fijarán de acuerdo con la autoridad militar. El salario de los prisioneros debe contribuir para mejorar su situación, y el excedente les será entregado en el momento de su liberación, deducidos los gastos de sostenimiento.

Art. 7. El Gobierno en cuyo poder se encuentren los prisioneros de guerra se encarga de su sostenimiento.
A falta de acuerdo especial entre los beligerantes, los prisioneros de guerra serán tratados en cuanto a alimentación, alojamiento y vestuario, de la misma forma que las tropas del Gobierno que los haya capturado.

Art. 8. Los prisioneros de guerra serán sometidos a las leyes, reglamentos y disposiciones vigentes en el ejército del Estado en cuyo poder se encuentren. Todo acto de insubordinación autoriza para tomar contra ellos las medidas de rigor necesarias. Los prisioneros que se fuguen y que fueren aprehendidos antes de haber podido unirse a su ejército o antes de abandonar el territorio ocupado por el ejército que los haya capturado quedarán sometidos a las penas disciplinarias. Los prisioneros que habiendo tenido éxito en su evasión sean otra vez aprehendidos, no sufrirán pena alguna por la fuga anterior.

Art. 9. Todo prisionero de guerra está obligado a declarar, si se le interroga a este respecto, su nombre y grado verdaderos, y en el caso de que infrinja esta regla se expone a una restricción de las ventajas concedidas a los prisioneros de guerra de su categoría.

Art. 10. Los prisioneros de guerra pueden ponerse en libertad bajo palabra, si las leyes de su país los autorizan para esto, y en ese caso están obligados, bajo la garantía de su honor personal, a cumplir escrupulosamente, tanto respecto de su propio Gobierno como de aquel que los ha hecho prisioneros, los compromisos que hayan contraído. En el mismo caso su propio Gobierno está obligado a no exigir ni a aceptar de ellos servicio alguno contrario a la palabra empeñada.

Art. 11. Un prisionero de guerra no puede ser compelido a aceptar su libertad bajo palabra, como tampoco el Gobierno enemigo está obligado a acceder a la petición del prisionero que solicite su libertad bajo palabra.

Art. 12. Todo prisionero de guerra puesto en libertad bajo palabra y que fuere re aprehendido en armas contra el Gobierno con el cual se había comprometido bajo su honor, o contra los aliados de éste, pierde el derecho al tratamiento de los prisioneros de guerra y puede ser llevado ante los Tribunales.

Art. 13. Los individuos que siguen a un ejército sin formar parte directa de él, como los corresponsales y los cronistas de periódicos, los vivanderos, los proveedores, que caigan en poder del enemigo y cuya detención éste juzgue conveniente, tienen derecho al tratamiento de prisioneros de guerra, a condición de que vayan provistos de un comprobante de la autoridad militar del ejército que acompañaban.

Art. 14. Se establecerá desde el principio de las hostilidades en cada uno de los Estados beligerantes, y llegado el caso en los países neutrales que hayan acogido beligerantes en su territorio, una oficina de información sobre prisioneros de guerra. Esta oficina, que estará encargada de responder a todas las preguntas que se le dirijan sobre cuestiones de su incumbencia, recibirá de sus diversas dependencias todas las indicaciones referentes al internamiento y sus cambios, liberaciones bajo palabra, canjes, fugas, entrada a los hospitales, muertes y todos los demás datos necesarios para sentar y tener al corriente una cédula individual para cada prisionero de guerra. La oficina deberá consignar en cada cédula el número de lista, nombre y apellido, edad, procedencia, grado, cuerpo de tropa, heridas, fecha y lugar de la captura, de la internación, de las heridas y de la muerte, y en general, todas las observaciones particulares. La cédula individual se remitirá al Gobierno del otro beligerante una vez hecha la paz.

La oficina de información se encargará igualmente de recoger y centralizar todos los objetos de uso personal, valores, cartas, etc., que se encuentren en los campos de batalla o hayan sido abandonados por los prisioneros libertados bajo palabra, canjeados, fugados, o muertos en los hospitales o ambulancias, y los transmitirá a los interesados.

Art. 15. Las sociedades de socorros para los prisioneros de guerra, regularmente constituidas según las leyes de su propio país y que tengan por objeto el ministerio de la caridad, así como sus agentes debidamente acreditados, contarán por parte de los beligerantes con todas las facilidades compatibles con los límites trazados por las necesidades militares y las reglas administrativas, para cumplir con eficacia su tarea de humanidad. Los delegados de estas sociedades podrán distribuir socorros en los depósitos de internación y en los lugares donde acampen los prisioneros repatriados, mediante un permiso personal expedido por la autoridad militar y bajo compromiso estricto de someterse a todas las medidas de orden y de policía que ella prescriba.

Art. 16. Las oficinas de información gozarán de franquicia postal. Las cartas, giros y artículos de valor, así como las valijas postales destinados a los prisioneros de guerra o despachados por ellos, estarán exentos de todos los derechos postales, tanto en los países de donde se remitan como en aquellos a donde se dirijan y en los países intermedios.


Las dádivas y socorros en especie destinados para los prisioneros de guerra serán admitidos libres de todo derecho de importación o cualesquiera otros, así como del precio del transpone en los ferrocarriles del Estado.

Art. 17. Los Oficiales prisioneros recibirán el sueldo a que tienen derecho los Oficiales del mismo grado pertenecientes al país en que estén retenidos, y el reembolso quedará a cargo de su Gobierno.

Art. 18. Los prisioneros de guerra gozarán de completa libertad para las prácticas de su religión, comprendiendo en éstas la asistencia a los oficios de su culto, con la condición de sujetarse a las medidas de orden y de policía prescritas por la autoridad militar.

Art. 19. Los testamentos de los prisioneros de guerra serán recibidos y redactados en las mismas condiciones que para los militares del ejército nacional. Se seguirán igualmente las mismas reglas en lo relativo a los documentos sobre comprobación de las defunciones, así como para la inhumación de los prisioneros de guerra, teniendo en cuenta su grado y categoría.

Art. 20. Una vez restablecida la paz la repatriación de los prisioneros de guerra se efectuará en el más breve término posible.

CAPÍTULO III.

Enfermos y Heridos

Art. 21. Las obligaciones de los beligerantes en lo relativo al servicio de enfermos y heridos se rigen por la Convención de Ginebra.


SECCIÓN II
CAPÍTULO I

HOSTILIDADES


De los medios para hacer daño al enemigo, de los sitios y de los bombardeos

Art. 22. Los beligerantes no tienen un derecho ilimitado en cuanto a la elección de los medios de perjudicar al enemigo.

Art. 23. Además de las prohibiciones establecidas por Convenciones especiales, es particularmente prohibido:
(a) Emplear veneno o armas envenenadas;
(b) Dar muerte o herir a traición a individuos pertenecientes a la nación o al ejército enemigo;
(c) Dar muerte o herir a un enemigo que habiendo depuesto las armas o no teniendo medios para defenderse se haya rendido a discreción;
(d) Declarar que no se dará cuartel;
(e) Emplear armas, proyectiles o materias propias para causar males innecesarios;
(f) Usar indebidamente el pabellón parlamentario, el pabellón nacional o las insignias militares y el uniforme del enemigo, así como los signos distintivos de la Convención de Ginebra;
(g) Destruir o tomar propiedades enemigas, a menos que tales destrucciones o expropiaciones sean exigidas imperiosamente por las necesidades de la guerra;
(h) Declarar extinguidos, suspendidos o inadmisibles ante los Tribunales los derechos y acciones de los nacionales del adversario.

Es igualmente prohibido a un beligerante compeler a los nacionales del adversario a tomar parte en las operaciones de la guerra dirigidas contra su país, aun en el caso de que ellos hayan estado a su servicio antes de comenzar la guerra.


Art. 24. Los ardides de guerra y el empleo de los medios necesarios para obtener informes sobre el enemigo y sobre el terreno son considerados como lícitos.

Art. 25. Es prohibido atacar o bombardear, cualquiera que sea el medio que se emplee, ciudades, aldeas, habitaciones o edificios que no estén defendidos.

Art. 26. El Comandante de las tropas asaltantes, antes de proceder al bombardeo y salvo el caso de ataque a viva fuerza, deberá hacer todo lo que esté a su alcance para prevenir a las autoridades.

Art. 27. En los sitios y bombardeos se tomarán todas las medidas necesarias para favorecer, en cuanto sea posible, los edificios destinados al culto, a las artes, a las ciencias, a la beneficencia, los monumentos históricos, los hospitales y los lugares en donde estén asilados los enfermos y heridos, a condición de que no se destinen para fines militares.
Los sitiados están en la obligación de señalar esos edificios o lugares de asilo con signos visibles especiales que se harán conocer de antemano al sitiador.

Art. 28. Es prohibido entregar al saqueo una ciudad o localidad, aun en el caso de que haya sido tomada por asalto.

CAPÍTULO II.

De los espías.

Art. 29. No puede considerarse como espía sino al individuo que obrando clandestinamente o con falsos pretextos recoja o trate de recoger informes en la zona de operaciones de un beligerante, con la intención de comunicarlos al enemigo.
Por tanto, los militares sin disfraz que penetren a la zona de operaciones del ejército enemigo con el objeto de recoger informes no son considerados como espías. Tampoco son considerados como espías los militares y los civiles que desempeñando su misión sin reserva, se encarguen de trasmitir despachos destinados a su propio ejército o al ejército enemigo. A esta categoría pertenecen también los individuos enviados en globos para trasmitir despachos, y en general para mantener las comunicaciones entre las diversas partes de un ejército o de un territorio.

Art. 30. El espía cogido in fraganti no podrá ser castigado sin juicio previo.

Art. 31. El espía que habiéndose reunido al ejército a que pertenecía sea capturado más tarde por el enemigo, será tratado como prisionero de guerra y no incurre en responsabilidad alguna por los actos de espionaje anteriores.

CAPÍTULO III.

De los parlamentarios

Art. 32. Se considera como parlamentario el individuo autorizado por uno de los beligerantes para conferenciar con el otro y que se presente con bandera blanca. Tiene derecho a la inviolabilidad, así como el corneta, clarín o tambor, el abanderado y el intérprete que lo acompañen.

Art. 33. El Jefe al cual se envía un parlamentario no está en todo caso en la obligación de recibirlo.
Puede tomar todas las medidas necesarias para impedir al parlamentario que se aproveche de su misión para informarse. Tiene derecho, en caso de infracción, de retener temporalmente al parlamentario.

Art. 34. El parlamentario pierde sus derechos de inviolabilidad si se prueba de una manera positiva e irrecusable que se ha aprovechado de su posición privilegiada para provocar o cometer un delito de traición.

CAPÍTULO IV.

De las capitulaciones

Art. 35. En las capitulaciones acordadas entre las Partes Contratantes deben tenerse en cuenta las reglas del honor militar. Una vez establecidas se observarán escrupulosamente por ambas partes.

CAPÍTULO V.

De los armisticios

Art. 36. El armisticio suspende las operaciones de guerra por mutuo acuerdo de las partes beligerantes. Si su duración no se hubiere fijado, las partes beligerantes pueden volver a emprender en cualquier tiempo las operaciones, con tal de que se prevenga al enemigo en el tiempo fijado, conforme a las condiciones del armisticio.

Art. 37. El armisticio puede ser general o local. El primero suspende en dondequiera las operaciones de guerra de los Estados beligerantes; el segundo solamente entre ciertas fracciones del ejército beligerante y en radio determinado.

Art. 38. El armisticio debe ser notificado oficialmente en tiempo oportuno a las autoridades competentes y a las tropas. Las hostilidades quedan suspendidas inmediatamente después de la notificación, o en el término fijado.

Art. 39. Corresponde a las Partes Contratantes fijar en las cláusulas del armisticio las relaciones que ellas pueden mantener en el teatro de la guerra con sus habitantes, y las que pueden mantener los habitantes de un Estado beligerante con los del otro.

Art. 40. Toda violación grave del armisticio por una de las partes da a la otra el derecho de denunciarlo, y aun en caso urgente, de reanudar inmediatamente las hostilidades.

Art. 41. La violación de las cláusulas del armisticio por particulares que obren por propia iniciativa da derecho solamente a exigir el castigo de los culpables, y si fuere el caso, a indemnización por las pérdidas sufridas.

SECCIÓN III.

De la autoridad militar sobre el territorio del estado enemigo

Art. 42. Se considera como ocupado un territorio cuando se encuentra colocado de hecho bajo la autoridad del ejército enemigo. La ocupación no se extiende sino a los territorios donde esa autoridad esté establecida y en condiciones de ejercerse.

Art. 43. Desde el momento en que la autoridad legítima pase de hecho a manos del ocupante, éste tomará todas las medidas que estén a su alcance a fin de restablecer y conservar, en cuanto sea posible, el orden y la vida públicos, respetando, salvo impedimento absoluto, las leyes vigentes en el país.

Art. 44. Es prohibido a un beligerante compeler a los habitantes de un territorio ocupado por él a dar informes sobre el ejército del otro beligerante o sobre sus medios de defensa.

Art. 45. Es prohibido constreñir a los habitantes de un territorio ocupado a prestar juramento a la potencia enemiga.

Art. 46. El honor y los derechos de la familia, la vida de los individuos y la propiedad privada, así como las creencias religiosas y la práctica de los cultos, deben ser respetados. La propiedad privada no puede ser confiscada.

Art. 47. El pillaje es formalmente prohibido.

Art. 48. Si el ocupante recauda en el territorio ocupado los impuestos, derechos y peajes establecidos en beneficio del Estado, lo hará, en cuanto sea posible, con arreglo a la tasa y distribución de impuestos en vigencia, resultando para él la obligación de proveer a los gastos de administración del territorio ocupado en la medida en que el Gobierno legal estaba obligado a ello.

Art. 49. Si además de los impuestos previstos en el artículo precedente el ocupante recauda otras contribuciones en dinero en el territorio ocupado, no lo podrá hacer sino para atender a las necesidades del ejército o a la administración del territorio.

Art. 50. Ninguna pena colectiva, pecuniaria o de otra clase podrá imponerse a los habitantes por causa de hechos individuales de que no puedan ser considerados como solidariamente responsables.

Art. 51. No se podrá percibir ninguna contribución sino en virtud de una orden escrita y bajo la responsabilidad de un General en Jefe. No se procederá, en cuanto sea posible, a verificar dicha recaudación sino de acuerdo con la tasa y distribución de impuestos en vigencia. De toda contribución se dará un recibo al contribuyente.

Art. 52. No podrán exigirse empréstitos en especie y servicios del común o de los habitantes sino para atender a las necesidades del ejército que ocupe el territorio. Serán proporcionados a los recursos del país y de tal naturaleza que no impliquen para los habitantes la obligación de tomar parte en las operaciones de la guerra contra su país.
Esos empréstitos y servicios no serán exigidos sino con la autorización del Comandante de la localidad ocupada.
Los empréstitos en especie serán, en cuanto sea posible, pagados de contado; en caso contrario se dejará constancia de aquellos por medio de documentos, y el pago se hará lo más pronto posible.

Art. 53. El ejército que ocupe un territorio no podrá apoderarse sino del numerario, fondos, obligaciones por cobrar que pertenezcan al Estado, depósitos de armas, medios de transporte, almacenes y provisiones, y en general toda propiedad mueble del Estado que pueda servir para operaciones militares. Todos los medios destinados en tierra, en mar y en los aires para la trasmisión de noticias o para el transporte de personas o cosas, excepción hecha de los casos regidos por el derecho marítimo, los depósitos de armas y en general toda especie de municiones de guerra, pueden ser tomados, aunque pertenezcan a particulares, pero deberán ser restituidos, y la indemnización se fijará cuando se restablezca la paz.

Art. 54. Los cables submarinos que pongan en comunicación un territorio ocupado con uno neutral no podrán ser tomados o destruidos sino en el caso de necesidad absoluta. Deben ser restituidos y las indemnizaciones se fijarán cuando se haga la paz.

Art. 55. El Estado ocupante no debe considerarse sino como administrador y usufructuario de los edificios públicos, inmuebles, bosques y explotaciones agrícolas que pertenezcan al Estado enemigo y se encuentren en el país ocupado. Deberá defender el capital de esas empresas y administrar conforme a las reglas del usufructo.

Art. 56. Los bienes de las comunidades, los de establecimientos consagrados a los cultos, a la caridad, a la instrucción, a las artes y a las ciencias, aun cuando pertenezcan al Estado, serán tratados como propiedad privada. Se prohíbe y debe perseguirse toda ocupación, destrucción, deterioro intencional de tales edificios, de monumentos históricos y de obras artísticas y científicas.
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Decir con estas cifras que no era una potencia......


Obviamente tener en cuenta lo anticuado de los aviones polacos, la falta de fuerzas acorazadas modernas y que la artillería de campaña estaba pendiente de modernización. Aunque las fuerzas alemanas no estaban tan motorizadas como les gustaba aparentar contaban con un parque de vehículos muy  superior al polaco, resumiendo la Alemania de 1938-1939 era muy superior en cuanto al armamento, calidad del mismo y claro esta numéricamente,, Además contar con una capacidad industrial aplastante frente a un país eminentemente rural.  Decir que el estado mayor polaco no era consciente de eso es llamarlos poco más que ingenuos, otra cosa es que les sorprendiese la nueva forma alemana de "gestionar" el campo de batalla.


...Pero en 1933, cuando Alemania se encontraba en una situación bastante crítica con el ascenso de los nazis al poder, Pisuldski  echó un órdago amenazando con una guerra preventiva contra ese país (con el supuesto apoyo de Francia). En esos momentos, la cara belicista de Polonia asomó en cuanto vió las actitudes y el discurso nacionalista de Hitler.


¿Fue la gran oportunidad perdida en Europa?...¿Hubiera cambiado la historia?...porque el Ejército Alemán por esas fechas no era, ni de lejos, aquel en el que se convertiría tres o cuatro años después



Bueno cuando el nacional socialismo subió al poder a principios de los 30 el Ejército Alemán era un tigre de papel producto de Versalles.....  Pisuldski tenía una política militarista desde que subió al poder en 1926 y si comparas a los dos ejércitos para 1933 la realidad era otra.... los alemanes no hubieran sido capases de llegar a Danzing siquiera....


Que en 5 años cambiaran esta situación y me parece más producto de el desarrollo de nuevas ideas en torno a la guerra y que Alemania se tomo en serio el ir a una guerra lo que no hizo Polonia.

 Tenemos que el después de la gran guerra los Polacos tomaron por la fuerza otra nación naciente....... La República Popular de Ucrania Occidental......

De acuerdo con el censo austrohúngaro de 1910, el territorio reclamado por la República Popular de Ucrania Occidental tenía alrededor de 5,4 millones de habitantes repartidos en:


3.291.000 ucranianos, conformando el 60% aproximadamente.



1.351.000 polacos, conformando el 25% aproximadamente.



660.000 judíos, conformando el 12% aproximadamente.



El resto, compuesto de otros, incluidos alemanes y checos, aproximadamente el 3%







Este territorio devino autónomo también al fin de la Primera guerra y los polacos lo anexaron en la  Guerra Polaco-Ucraniana.







Ahí se veía los intereses de los polacos que lejos de ser mansos corderos también tenían sus pretensiones.....Súmalos a los polacos todos......Da un total del 37% de polacos y un 60% de ucranianos.... Se justificaba la anexión a Polonia......




Intentemos no caer en típicos tópicos...los judíos tuvieron y tienen nacionalidad, al igual que los católicos, los protestantes y budistas.  Intentemos no caer en típicos tópicos...los judíos tuvieron y tienen nacionalidad, al igual que los católicos, los protestantes y budistas.







Pues sí, pero no... Los "típicos tópicos" tienen su razón de ser, y no tienen por qué ser necesariamente ofensivos. Puede suceder que por tanto procurar lo "políticamente correcto" nos contemos historias incomprensibles.







Claro que los judíos tenían una ciudadanía, que podría ser la polaca o la ucraniana (u otra), pero en el contexto aquí tratado no pueden ser confundidos con los polacos/católicos o los ucranianos/ortodoxos. Los judíos por si solos responden a intereses que les son propios y producto de su particular historia. Negarles su particularidad es tanto como desnaturalizarlos.







Cuando se habla de polacos, ucranianos y judíos (así por separado) se habla de minorías socio-culturales, no de ciudadanías. Confundir ese detalle solo lleva a la confusión. En efecto es correcta la mención por separado de  "660.000 judíos, conformando el 12% aproximadamente" porque precisamente ese dato explica cosas que de otra manera serian incomprensibles.







Entre muchos otros el ascendente social-revolucionario en oposición al conservadurismo polaco/católico por aquellas regiones. La  "historias incomprensibles" ni "confusión" en lo dicho anteriormente. Lo que veo es que, como siempre, se asocian gentilicios con determinadas religiones...y eso es un tópico. Así lo quise hacer saber en el post correspondiente. ¿Lo logré?...







Que dentro del contexto se explique mejor el hecho de separar a los habitantes de una determinada zona en tres tipos según su carácter socio-cultural (ucranianos, polacos y judíos), es otra cosa. Pero para ello, hay que molestarse en dar una explicación y  un razonamiento. Tú dices que ese dato puede justificar el acervo revolucionario en contraposición al conservadurismo...pues bien: queda así razonado el dato aportado. Pero sigue sin gustarme el hecho de tratar a los judíos como una etnia religiosa sin patria, porque seguro que había judíos tan polacos como un católico de Cracovia, o tan ucranianos como un ortodoxo de Kiev. Cuestión de principios.











Pero sigue sin gustarme el hecho de tratar a los judíos como una etnia religiosa sin patria, porque seguro que había judíos tan polacos como un católico de Cracovia, o tan ucranianos como un ortodoxo de Kiev. Cuestión de principios.







Es que el problema no está en cómo se sintieran ellos sino en cómo los vemos nosotros, porque finalmente las explicaciones son para nosotros. Por eso la asociación de gentilicios con religiones no siempre es incorrecta per se. Hay casos en que está plenamente justificada, otros en cambio no.







En el caso de la Polonia de antes de la SGM la asociación polaco = católico, o la aclaración judío-polaco, está ampliamente justificada. La Segunda República Polaca (1918-1939) era tal amasijo de localismos-nacionales que en servicio de una explicación metódica y racional es necesario identificarlas por sus respectivos gentilicios y culturas, y la religión es un hecho cultural determinante. Y eso no tiene nada que ver con el tema de los principios.


El asunto de las minorías era el tema fundamental del proyecto nacional polaco:


Segunda República Polaca (1918-1939):





El trato a las minorías no-polacas se convirtió en un asunto de intenso debate entre los líderes polacos. En un mismo momento se enfrentaron dos teorías sobre la política que se debía acometer: una aproximación más tolerante y posiblemente menos asimilacioncita que era abogada por Józef Piłsudski, cuyo proyecto de crear una federación Międzymorze con otros estados fallidos tras la Guerra Polaco-Soviética, se enfrentó con la estrategia finalmente prevalecedora abogada por Roman Dmowski (ministro de asuntos exteriores) y Stanisław Grabski (ministro de religión y educación). Dmowski y Grabski veían la solución del problema de las minorías en la imposición de los valores polacos (la lengua polaca y la iglesia católica) a las minorías para alcanzar la asimilación nacional que los haría polacos en la siguiente generación







Stanisław Grabski, ministro polaco para la religión y la educación pública en 1923 y entre 1925 y 1926, escribió que Polonia debe preservarse como un estado de gente polaca. Si fuera un estado de polacos, judíos, alemanes, rusos, bielorrusos, lituanos, rusos, perdería otra vez su independencia;… es imposible hacer una nación de aquéllas que no tienen 'auto identificación nacional', que se llaman a sí mismos 'locales' (tutejszy). Grabski también dijo que el objetivo de las políticas polacas debería de ser la transformación de la Mancomunidad en un territorio étnico polaco.







Como se ve en esto de la “pureza polaca” Dmowski y Grabski no andaban muy alejados de las tesis de Hitler, pero desde la versión lingüística-cultural (católica), y no desde el biologismo alemán.







E insisto en que exponer estos hechos no está en contradicción con ningún principio. Por “principios”, quería referirme a la base, origen o razón fundamental sobre la que se procede discurriendo en cualquier materia: en este caso, la división censal efectuada en la Wiki de marras. Y me explico:







Del uso posterior de los resultados del Volkszählung (Censo) del 31 de Diciembre de 1910 (el último de la monarquía Austro-húngara), habría que aclarar ciertos aspectos que se han confundido, subjetividad y mezclado a lo largo del tiempo (no sé si adrede o sin querer), convirtiéndose en dogmas. O tópicos.







Ese censo no registró en ningún momento el origen étnico de los encuestados: sí lo hizo con el idioma (si era “lengua materna” ó “lengua hablada con frecuencia”) y la religión. Por lo que algunos de los mapas “étnicos” que posteriormente se hicieron “trasladando” ciertos datos (tengo por ahí un mapa de 1911 que habla de “razas” del Imperio Austro-húngaro, basado en dicho censo), representan sólo a las diferentes lenguas del Imperio...que pueden no corresponder con la composición étnica. Entendiendo como “etnia” algo mucho más amplio que el poseer un idioma común. Por poner un ejemplo: muchos judíos eligieron el alemán, el polaco o el ucraniano como lengua hablada. Al igual que pasó con otros habitantes del Imperio, que eligieron otro idioma.







Sería correcto, al hablar de los “judíos”, que éstos se relacionaran con la parte recogida en el censo y que nos da cifras de musulmanes, ortodoxos, católicos y “otras religiones”, en vez de con los idiomas hablados y así hacer creer que se produjo un estudio étnico. O hacer creer que fueron catalogados como etnia aparte. De hecho, los judíos sólo aparecen en el apartado “religión”, no tratándose a éstos como una etnia diferente ya que no cabía esa posibilidad en cuanto a las preguntas censales.



Es por eso, repito, que me chocó leer lo de “ucranianos ortodoxos”, “católicos polacos”...y “judíos”, cuando nunca fueron clasificados así en la estadística censal.



Por otro lado, entiendo perfectamente la justificación que das en tu parecer.






http://mundosgm.com/periodo-entreguerras/a-vueltas-con-polonia/