La Invasión del Falke.
Por Kelder Toti.
Román Delgado Chalbaud, compadre del Benemérito Juan Vicente Gómez, es
el gran líder militar de la Invasión del Falke. Su carrera militar se
remonta a los tiempos de Joaquín Crespo, quien le consigue un lugar en
la Escuela Naval de Puerto Cabello a bordo del buque escuela Ana
Jacinta.
En 1901, le encargan la misión del vapor Restaurador, de perseguir al
buque Ban Righ; el cual transitaba las costas venezolanas, descargando
tropas utilizadas en combate en la Revolución Libertadora, y que nunca
logra apresar.
Chalbaud comanda, en 1902 la Escuadra, responsable de la derrota de La
Guaira durante la Revolución Libertadora, es premiado con el cargo de
Jefe de la Armada Nacional que apoyó las fuerzas al mando de Juan
Vicente Gómez en el Estado Bolívar. Entre los años 1903 y 1906, Delgado
Chalbaud se mantuvo en el grupo opuesto a Gómez durante La Conjura que
tenía como objetivo sacar del poder al presidente Cipriano Castro,
aprovechando su delicado estado de salud, y colocar en su lugar a
Francisco Linares Alcántara.
Este movimiento fracasó debido a que el presidente Castro recuperó su
salud. En 1909, Chalbaud fundó la Compañía Anónima de Navegación Fluvial
y Costanera. Sus vínculos con el gobierno gomecista lo hicieron
candidato para suceder al Benemérito. Pero el fracaso de los proyectos
confiados por Gómez a Chalbaud: la creación de un banco, la construcción
de un sistema de cloacas para Caracas, el ferrocarril del Amazonas, los
vapores del Alto Orinoco y el Río Negro, entro otros; hicieron que
Delgado Chalbaud perdiera sus privilegios políticos y hubo una ruptura
definitiva con el autócrata.
En 1913, inició una movilización conspirativa con el objetivo de evitar
la reelección de Gómez; pero fue delatado y encarcelado en La Rotunda
durante 14 años. En 1927, fue liberado y salió a París, donde organizó
una incursión armada con la ayuda de algunos aliados europeos, para
tomar el poder. Finalmente, en 1929, a bordo del buque Falke desembarcó
en Cumaná con un grupo de antigomecistas. Este movimiento es el de mayor
impacto conspirativo y político. La Invasión del Falke la organiza
Delgado Chalbaud desde París, logró ser acompañado, por varios
revolucionarios, entre ellos algunos coterráneos, que desembarcan en
Cumaná aquella mañana del 11 de Agosto de 1.929. Se había armado el
barco para que condujera a Delgado Chalbaud y demás compañeros de lucha,
desde Alemania hasta Venezuela.
En alta mar deciden cambiarle el nombre al barco por el de Anzoátegui,
en honor al ilustre guerrero barcelonés. En mayo de 1927 partió Arévalo
Cedeño hacia París para entrevistarse con el general Román Delgado
Chalbaud y coordinar las operaciones de invasión, por su escasa
capacidad de liderazgo de Delgado Chalbaud no se logró llegar a ningún
acuerdo; quizás hubiera permitido crear un nuevo frente de diversión, el
cual aliviaría la presión del desembarco anfibio de Chalbaud.
Los banqueros de la firma “Felix Prenzlau & Cia” de Hamburgo con las
garantías que presenta Delgado Chalbaud le prestan 300.000 U$ para la
expedición. Los aportes de algunos exiliados venezolanos en Europa,
entre ellos el magnate petrolero Antonio Aranguren y las garantías
financieras del Credit Francais y de la casa Louis Dreyfus de Paris. Con
los préstamos: fleta el Falke para la expedición, barco de 1.200
toneladas, compra dos mil fusiles, veinticinco carabinas, veinticinco
pistolas alemanas, 2 millones de balas en 850 cajas y seis
ametralladoras. El Cónsul venezolano en Hamburgo, Rafael Paredes
Urdaneta, denuncia la salida de la expedición el 19 de Julio de 1929 del
Puerto de Danzing. Atravesaron el Báltico. El Mar del Norte y Las
Azores. El 7 de Agosto están en costas venezolanas de La Blanquilla.
No llega de Santo Domingo “El Gisela” con los cien hombres prometidos
por Rómulo Betancourt. La expedición del Falke se diferencia de sus
predecesoras, ya que incluía un plan estructurado de apoyo terrestre.
Pese a ello, el proyecto de invasión resultó en una derrota. Un análisis
de los acontecimientos demuestra que los combates no se sucedieron en
virtud del plan establecido; por lo cual el grupo invasor sufrió bajas
sustanciales. Asimismo, el asalto de la ciudad de Cumaná y su ocupación,
resultó momentánea.
Se concluye que el fracaso de la expedición por los siguientes factores:
a) Falta de entrenamiento militar de los rebeldes, que facilitó su huida y derrota, ya que carecían de cohesión militar.
b) Huida precipitada de la embarcación por cobardía de Rafael Pocaterra.
c) El retardo del frente comandado por Pedro Elías Aristiguieta, que llegó con nueve horas de retardo.
d) La carencia de un sistema efectivo de información, que les permitiera improvizar.
e) Falta de apoyo popular en tierra.
f) El desplazamiento de las unidades de guerrilla que retardasen los
refuerzos de Maracay, Coro y de los Llanos del gobierno.
g) Los cargos
de comando y dirección de combate recayeron en personas no capacitadas
para tal tarea.
h) Su incapacidad de sincronizar las acciones con los otros frentes subsidiarios.
El plan de operaciones constaba de dos etapas. La expedición de Delgado
Chalbaud desembarcaría en la parte occidental de Cumaná, estableciendo
una cabeza de puente para la segunda expedición, ambos atacarían Cumaná,
y con fuerzas reclutadas marcharían rumbo a Caracas; al mismo tiempo
los jefes guerrilleros antigomecistas refugiados en Colombia: Juan Pablo
Peñaloza y Regulo Olivares invadirían desde el Táchira.
Delgado Chalbaud avanzaría desde el Oriente y Juan Pablo Peñaloza y
Olivares desde el Occidente y Samuel Mc Gill iría a la cabeza de una
segunda expedición. Este plan de operaciones se precisó a mediados de
1929, basado en la Campaña Admirable y La Campaña de Oriente. La
sublevación en abril de 1929 del general José Rafael Gabaldón, apenas si
puede catalogarse de tal: fue un saludo a la bandera. Ocurrió cuando
estaba ya en marcha la invasión de Román Delgado Chalbaud junto con José
Rafael Pocaterra, no pudieron sincronizarse y las acciones de Gabaldón
fueron prematuras, y no pudieron atraer hacia sí ni a los chácharos ni
al Ejército.
En política lo importante era participar en una acción violenta para dar
el salto a la cúspide. Betancourt ve en la expedición del Falke la
oportunidad de su vida. Hace un amago de contacto con estos
revolucionarios, y le dice a unos amigos que se va a embarcar en el “El
Gisela”, para luego unirse a la gente del “El Falke”. “El Gisela” sufre
una avería, casi zozobra y los revolucionarios: Leoni y Betancourt se
rinden pronto: Llevaban tres revólveres solamente y quedan varados en la
playa de Barahona. Deciden entonces irse a Santo Domingo. Luego se
trasladan a Trinidad donde esperan noticias del desembarco y de las
acciones de Delgado Chalbaud.
El alzamiento prematuro de Gabaldón en su hacienda de Santo Cristo, no
sincronizó su levantamiento con la invasión del Falke, a pesar de que
estaba enterado de la invasión, aplicando el procedimiento de “tierra
arrasada” empleado por los chácharos contra los campesinos, donde se
sospechaba de la simpatía de los campesinos hacia el alzamiento,
entregándose Gabaldón, junto con su hijo, José María Suárez y Carlos
Sequera Cardot, ingresarán a la cárcel de Las Tres Torres de
Barquisimeto. Gómez mandará a dos de sus generales más enérgicos:
Eustoquio Gómez y León Jurado, quienes organizarán batallones de hombres
de su absoluta confianza, que estarán al margen del Ministerio de
Guerra y Marina: el Batallón 13 de Mayo tendrá ordenes de “que no se les
escape ninguno, pues hay que acabar de raíz con esa plaga”.
En Peñas Negras –Estado Sucre-, Delgado Chalbaud se reúne con Pedro
Elías Aristeguieta, acuerdan el plan de operaciones. El primero con el
Falke atacará por el Salado a Cumaná, mientras Pedro Elías lo hará por
el Caiguire, haciendo un movimiento de tenaza sobre Cumaná. Luego irán a
tomar a Barcelona y Carúpano. Pedro Elías le entrega setenta y cinco
pescadores y Delgado Chalbaud le entrega trescientos fusiles. El domingo
once de agosto, a la cinco de la mañana, se acuerda atacar la plaza.
Suben al barco, Delgado Chalbaud organiza el orden de batalla, serán
tres columnas, los comandarán los Generales: Doroteo Flores, Linares
Alcantara y Carabaño. Delgado Chalbaud, con su ayudante, el teniente
Armando Zuloaga Blanco, mandará la reserva.
Atracan en el muelle. Son las cinco de la mañana en Puerto Sucre, aún no
se oyen los disparos del General Aristiguieta, aparecerá hasta las doce
del mediodía, “por haberse perdido por el camino”. Es posible que se
haya retardado por la lluvia; en todo caso, por la extraña perdida del
baquiano Merardo, quien guiaba a la tropa de Pedro Elías y tenía que
llevar al contingente de hombres armados al sitio de la batalla,
llegaron con 9 horas después de lo planeado, no pudiendo sincronizar las
tropas de Aristiguieta sus operaciones con las de Delgado Chalbaud,
incapaz éste de cercar la ciudad y hostigarla hasta la llegada de los
refuerzos.
Los informantes de Gómez en el exterior lo mantenían al tanto sobre el
desplazamiento del Falke y dieron con el sitio de desembarco; la falta
de entrenamiento militar de los invasores para maniobrar provocó su
derrota. Una horas después del desembarco y de las primeras escaramuzas
en el muelle de Cumaná, Doroteo Flores le grita a Román Delgado
Chalbaud, de un lado a otro de la calle Larga que conduce a la ciudad,
amparado detrás de unas ruinas: "Vamos a hacernos fuertes aquí, vamos a
esperar a Pedro Elías".
Delgado le contesta: "Yo no he venido a esperar a nadie, he venido a
pelear". Tras estas palabras, ordena el avance de tres columnas: unos 90
hombres dirigidos por los generales Francisco Linares Alcántara,
Doroteo Flores y José María Carabaño. Finalmente cerca de la una de la
tarde entra a Cumaná Pedro Elías Aristiguieta acompañado de 70 hombres
armados juntos con los hermanos Gómez Rubio, Pedro María Yegres y un
coronel que se desconoce su nombre apodado "Guacharaco" atacarían por
Caigüire, después de atravesar la península de Araya en la noche del 10
de agosto, embarcarse en la Angoleta y atravesar el golfo de Cariaco.
Pero finalmente, gracias a la llegada desde Cumanacoa de los generales
Agustín Rodríguez y Panfilo Castro, los rebeldes toman Cumaná. A las
ocho de la mañana, por las calles de Cumaná, suben la tropa de Delgado.
El General Emilio Fernández ya tenía noticias de la invasión, por el
telegrama de Gómez; además, tuvo la noticia del desembarco de Delgado
Chalbaud por la información, que le trajo Luís Rodríguez, dueño de un
tren de pesquería, el cual trabajaba en Araya.
Para darle ímpetu al ataque, Delgado toma la bandera y se coloca al
frente de la tropa. Alzando el tricolor se convierte Delgado Chalbaud en
un blanco fácil para los francotiradores; la misma decisión la toman
Carabaño, Flores y Zuloaga. Al llegar al Puente Guzmán Blanco, vino el
desastre, los francotiradores matan al General Delgado Chalbaud cuando
comenzaba avanzar sobre el puente, dejando huérfana de mando la
expedición.
Armando Zuloaga corre con su misma suerte al intentar cruzar la calle.
Mucha gente de la tropa quedó tendida en la acera. En la otra parte del
puente está Emilio Fernández. Al caer Delgado Chalbaud sentado sobre el
estandarte. Ordena que le digan a su hijo Carlos, -quien se ha quedado
en el barco- que si “me matan muero con gusto, porque es por la patria”.
El general Flores también está herido.
Delgado recibe otro tiro en el pecho, “ya está”, y cayó muerto sobre la
bandera. Le habían disparado desde un árbol. Rafael Vegas recibió un
impacto de bala en la cara. A López Méndez le dieron en el vientre.
Rafael María Carabaño, Julio Mc Gill, Carlos Julio Rojas y Pérez
Frontado están heridos. El encargado en el Falke, José Rafael Pocaterra
manda a levar anclas por temor a ser capturado, al enterarse del deceso
de Chalbaud, perdiendo la serenidad, botando las armas al mar, huyendo
cobardemente, permaneciendo en el puerto “más o menos dos horas” (10),
viajando el Falke a Trinidad.
Los aviones Breguet 19 B 2 eran de construcción metálica, forrados con
tela, biplanos, biplaza, monomotor, tenían las alas dobles muy grandes,
gruesos adelante y delgados atrás. La marca era Hispano-Suiza, con una
potencia de 450 H.P. De gran autonomía de vuelo, podían subir hasta
10.000 metros y estaban equipados con 2 ametralladoras sincronizadas al
frente, y dos ametralladoras en la torre del fuselaje.
Al enterarse del desembarco en Cumaná, son acondicionados tres aviones
Breguet 19, armados con don bombas de 50 Kilos y dos de 25 kilos y diez
bombas de 15 kilos metida en el fuselaje y ametralladoras. Y estaban
aprovisionados con combustibles para 10 horas de vuelo. La misión fue
cumplida por una escuadrilla formada por tres aviones, el primero
piloteado por el Capitán Gastón Lafannechere; el segundo por el Teniente
Manuel Ríos y el tercero por el Teniente Vicente Landaeta. Lafannechere
llevaba como artillero a Marcel Poussin y los nombrados tenientes a dos
copilotos venezolanos.
El lunes a las 5 y 30 de la mañana despegan de Maracay con rumbo al
teatro de operaciones y después de sobrevolar Cumaná, empezaron la
búsqueda por el Golfo de Cariaco del Falke, que no lograron encontrar
porque había huido, donde se separa la escuadrilla para abarcar más la
cobertura de reconocimiento. Antes de retornar, Lafannechere ataca a los
insurrectos en Cumaná. Establece contacto con ellos al sobrevolar a
baja altura. El momento lo aprovecha para lanzarle dos bombas de 15
kilogramos, una no estalló por haberla arrojado a muy baja altura los
raid se hicieron en formaciones de 2 unidades bombardeaban con dos
bombas de 15 kg, lograron provocar un herido entre la población, y
distrajeron la atención de los combates por la ciudad.
El sonido también era muy diferente al de los aviones actuales, no era
un zumbido parejo sino más bien un TACATACATACA, como el sonido de
algunas motos. Hacían vuelo rasante. La invasión ocurrió en agosto,
precisamente la época de lluvias. Los aviones vinieron por varios días y
llegaban entre las once de la mañana y la una y media de la tarde. Los
aviones despegaban de la Base Aérea de Maracay, y tomaban tres horas en
llegar a Cumaná, se guiaban por la costa..
Para continuar el reconocimiento aéreo, sale de Maracay el día 13 un
avión Breguet 19, comandado por el Teniente Antonio María Villegas y
como observador el Teniente Roberto Guerin. No llevaba este avión
ninguna dotación de bombas pero si ametralladora con su dotación de
proyectiles. Tenían instrucciones de utilizar a Barcelona como base de
operaciones, frustra con su fuego aéreo la toma del Castillo de San
Antonio, posición defendida por el General Enrique Tovar Díaz. Villegas y
Guerin pusieron fin a su misión, una vez constataron el retiro de los
insurgentes de Cumaná. Como resultado de la batalla de Cumaná, el
gobierno crea el Servicio Aéreo en 1930, la primera unidad de combate
denominada Grupo Venezuela con los Breguet 19, que estará en servicio
hasta finalizar la Segunda Guerra Mundial.
En la población de Santa Ana, ubicado sobre Carúpano, ambas fuerzas se
sorprenden de nuevo y salen derrotadas por las del gobierno, Pedro Elías
Aristiguieta es herido de muerte. Morirá días después en Carúpano el 27
de agosto de 1929, en medio de un gran reconocimiento popular al ser
enterrado en su Cumaná natal; después de diez años de exilio. Las
fuerzas insurgentes se rinden en el Pilar, han tenido como trescientos
muertos las fuerzas irregulares, ya que estaban cercadas.
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