La Aviación en la Revolución de 1922 en
Paraguay y el 1er. Combate Aéreo.
Por
TITUS20050
TITUS20050
Tenente Colonnello
Moderadores
Miembro Héroe
Leyendo la revista Americana Air &
Space Power Journal en Español encontre este articulo cuyo autor es el
Historiador de la Aviación Paraguaya Antonio Luís Sapienza Fracchia y, de la
lectura del mismo me entere de que el El 5 de Septiembre de 1922 se produjo el
primer combate aéreo en el continente americano en un enfrentamiento entre dos
pilotos contratados por ambos bandos.
Las primeras experiencias aeronáuticas en
Paraguay fueron trágicas. En 1916, Silvio Pettirossi, primer piloto licenciado
paraguayo, murió al estrellarse con su Deperdussin "T" en Buenos
Aires (Argentina). Posteriormente, en 1919, el segundo piloto paraguayo, el
Tte. Arturo Escario, quien se había graduado en España, falleció cuando su
Macchi-Löhner L.3 se estrelló al despegar del Río de la Plata. Finalmente, el
Tte. Victorio Barbero egresado de la Escuela de Aviación Militar de El Palomar
en Argentina, también terminó sus días trágica mente cuando se accidentó en un
Avro 504K en un vuelo de entrenamiento.
A consecuencia, en el año de 1922, no
existían ni aviones ni pilotos en Paraguay. El 27 de mayo del mencionado año,
ocurrió una sangrienta revolución, cuando un grupo de oficiales del ejército
encabezados por los Coroneles Adolfo Chirife y Pedro Mendoza se sublevó contra
el gobierno del Presidente Eusebio Ayala. Casi inmediatamente, ambos bandos
pensaron en la utilización de la aviación en acciones bélicas para tratar de
imponerse al adversario, teniendo en cuenta su exitoso uso durante la Primera
Guerra Mundial.
El primero de junio de 1922, Francisco
Cusmanich, un piloto paraguayo que residía en Buenos Aires, ofreció sus
servicios al gobierno del Presidente Ayala. Cusmanich trabajaba con un piloto
inglés de apellido Stewart, que poseía un biplano Armstrong Whitworth F.K.8 y
al que convenció para que viajara a Paraguay.
La oferta de Cusmanich fue aceptada por el
Presidente Ayala, por lo que se embarca con su colega en un vapor hacia
Asunción, trayendo el F.K.8 desarmado. Dicho aparato fue bautizado con el
nombre de "Pte. Ayala". Una vez en la capital paraguaya, el F.K.8 es
transportado en tren hasta la zona de Campo Grande, cerca de la capital, donde
se improvisó un campo aéreo con un hangar. Allí, el biplano fue armado y
probado en vuelo por Stewart y Cusmanich.
Paralelamente, el gobierno también había
contratado a un ex-miembro de la Misión Militar Italiana en Argentina, el
Sargento Aviador Nicola Bó, quien debía contratar otros aviadores y traer
varios biplanos al Paraguay. Bó era veterano de la Primera Guerra Mundial,
habiendo prestado servicio en la 2a. y 6a. Sezione SVA de la aviación militar
italiana.
Durante el mes de Junio de 1922, el
aviador Bó y sus compañeros trajeron un S.P.A.D. Herbemont S.XX, dos S.A.M.L.
A.3, dos Ansaldo S.V.A. 5 y un Ansaldo S.V.A. 10. Todos estos aparatos fueron
concentrados en el campo aéreo de Ñu-Guazú (Campo Grande), donde ya se
encontraba el F.K.8. Desde dicho campo aéreo partieron la mayoría de las
incursiones aéreas realizadas sobre las posiciones rebeldes.
La primera misión operativa fue realizada
por el F.K.8 tripulado por Stewart y Cusmanich, bombardeando tropas rebeldes en
las cercanías de la ciudad de Paraguarí, el 29 de Junio. En los días
subsiguientes, se realizaron vuelos de reconocimiento utilizando tanto los SAML
A.3 como los SVA. En varios de estos vuelos, tanto Bó como Cusmanich volaron en
el SVA-10.
En la noche del 7 de Julio, el Sgto. Bó
realizó un vuelo sobre la ciudad de Asunción en un SVA-5, causando sensación en
la población. Al día siguiente 8 de julio, el biplano F.K.8 piloteado por
Stewart y acompañado por Francisco Cusmanich y un S.V.A. 5 del Sgto. Bó
partieron para una misión de bombardeo sobre las posiciones rebeldes.
Debido a problemas técnicos, el Sgto. Bó
debió retornar a su base, mientras que el F.K.8 prosiguió con la misión. En las
cercanías de Pirayú, tropas rebeldes atacaron al biplano con fusiles. Al
parecer un proyectil dio en el caño conductor del combustible, lo que hizo que
se generara un incendio en el aparato.
Stewart intentó vanamente tratar de
aterrizar, mientras que Cusmanich saltó del aparato en la desesperación del
incendio y sabiendo que las bombas abordo estallarían, pero al no tener
paracaídas, murió en el impacto. El incendio produjo la detonación de las
bombas con la consecuente destrucción del aparato y la muerte instantánea de
Stewart. Los restos se estrellaron en las cercanías de la estación del
ferrocarril del mencionado pueblo.
Unos días después, también los rebeldes
empezaron a contratar a pilotos extranjeros para poder contar con poder aéreo.
Es así que el primero en ser contratado fue el Sargento aviador Angelo
Pescarmona, piloto italiano veterano también de la Primera Guerra Mundial,
habiendo prestado servicio en la 131a Squadriglia. Pescarmona poseía un Ansaldo
S.V.A. 5 y el día 15 de julio, bien temprano a la mañana, despegó de Buenos
Aires (Argentina) con destino a Paraguay.
Tuvo una serie de inconvenientes mecánicos
con su SVA, por lo que tuvo que hacer una escala técnica en Concordia. Luego de
solucionar el problema, despegó, llegando hasta la ciudad de Santo Tomé, en la
Provincia de Corrientes (Argentina), donde sufrió un accidente, del cual salió
ileso, pero su máquina quedó destruida.
Durante el mes de agosto, el Sgto. Bó y
varios compañeros, se trasladan a la ciudad de Villarrica, nueva sede del
Comando del Ejército Gubernista. Desde allí, realizó una serie de misiones de
reconocimiento y bombardeo sobre las posiciones rebeldes con el SPAD-Herbemont
S.XX.
Durante dicho mes, otros aviadores
italianos, Carlo Paoli y Cosimo Damián Rizzotto, ofrecieron sus servicios al
gobierno desde la Argentina, siendo contratados. El Sargento aviador Rizzotto
fue un as italiano durante la Primera Guerra Mundial, habiendo prestado
servicios en la 77a Squadriglia con aviones Nieuport X y luego con Nieuport XI
y SPAD VII, habiendo derribado cinco aviones enemigos.
Rizzotto trajo un Breguet XIV al Paraguay,
realizando varias misiones de reconocimiento y bombardeo sobre posiciones
rebeldes. Dicho aparato había sido comprado por el gobierno paraguayo en Bs.As,
por la suma de 20.000 pesos argentinos.
El 25 de agosto, a las 10:50 AM y volando
a no más de 200 metros de altura, en una rutinaria misión de reconocimiento, el
Breguet XIV sufrió la rotura de la hélice, con un posterior incendio en el
motor. Rizzotto pudo controlar el aparato, aterrizando de emergencia. El
Breguet resultó destruido por las llamas, y milagrosamente Rizzotto salió ileso
del accidente, después del cual retornó a Argentina.
Ese mismo mes, el Cnel. Chirife logró
contratar a varios pilotos, quienes trajeron a Paraguay tres Ansaldo S.V.A. 5 y
un S.V.A. 10, teniendo como base el campo aéreo del pueblo de Caí-Puente. A
partir de entonces, también los rebeldes realizaron vuelos de reconocimiento y
bombardeo de las posiciones gubernistas y no pasó mucho tiempo antes que
aparatos de ambos bandos se enfrentaran en el aire. El gobierno paraguayo
también contrató los servicios del Teniente aviador Patrick Hassett de
nacionalidad inglesa.
El 5 de Septiembre de 1922, un SVA 5
rebelde sobrevoló el campamento gubernista en Salitre-cué a unos 2.000 metros
de altura, descendiendo luego para arrojar algunas bombas. Inmediatamente, un
SVA 5 gubernista, piloteado por el Tte. Hassett que se encontraba en dicha
base, despegó para darle caza al aparato rebelde. Por algunos minutos, se dio
el primer duelo aéreo de este conflicto, siendo también el primer combate aéreo
en suelo sudamericano.
Hassett ametralló varias veces al aparato
rebelde, cuyo piloto decidió abandonar el combate, dirigiéndose rápidamente
hacia la base rebelde en Cangó. Al día siguiente, alrededor de las 8:30 AM, se
presentó otro SVA 5 rebelde sobre Salitre-Cué, ametrallando y arrojando bombas;
Hasset volvió a despegar y ambos aparatos se trabaron en combate. El piloto
rebelde se mostró mucho más decidido que su camarada del día anterior,
ametrallando a Hassett, pero sin lograr derribarlo.
Hassett, veterano del Royal Flying Corps
en la Primera Guerra Mundial, realizó varias maniobras evasivas con su SVA,
pudiendo colocarse en ventajosa posición sobre su enemigo, al cual lo ametralló
hiriéndolo, por lo que tuvo que abandonar el combate, aterrizando de emergencia
en un bosque en las proximidades de Cangó, dañando seriamente al aparato.
El día 25 del mencionado mes, se dio otro
combate aéreo, nuevamente entre aparatos SVA de ambos bandos contendores en la
zona de Isla Alta. Hacía varios días que un SVA rebelde sobrevolaba la zona,
con la intención de ubicar y bombardear la batería rodante de cañones Vickers
montada en un tren gubernista.
El comando de gobierno dispuso que dicha
batería sea colocada en un lugar bien visible, para que actúe como suerte de
señuelo, pues al presentarse el avión enemigo, aparatos gubernistas le estarían
esperando para darle caza.
Cuando apareció el SVA rebelde, el tren se
puso en movimiento, atrayéndolo, mientras que el Sgto. Bó despegaba con un SVA
5. Bó atacó al avión rebelde desde mayor altura, cuyo piloto, al verse
sorprendido, arrojó sus bombas al azar y abandonó la zona, no sin antes recibir
numerosos impactos de las ametralladoras de su atacante. Se inició así una
larga persecución que terminó cuando a Bó se le acabaron las municiones y como
el aparato rebelde estaba cerca de su base, él primero decidió volver a Isla
Alta.
Durante los siguientes meses de la
revolución, se dieron varios encuentros como los anteriormente descriptos. Los
pilotos rebeldes aprendieron a respetar a sus pares gubernistas, pues
evidentemente eran de mayor experiencia. Debido a esto, muy raramente
presentaban combate; cuando cumplían alguna misión y se presentaban los aviones
gubernistas, normalmente huían hacia sus bases. Esto permitió que la aviación
gubernista realizara casi libremente numerosas incursiones de reconocimiento y
bombardeo sobre las bases rebeldes. En el mes de Octubre de 1922, dos pilotos
rebeldes con sus biplanos SVA 5 desertaron, volando hacia la ciudad fronteriza
argentina de Ituzaingó, sobre el Río Paraná.
Esto dejó a los rebeldes con sólo dos
aparatos, pero no por mucho tiempo, ya que en Noviembre, tropas gubernistas
capturaron un SVA 5 rebelde intacto, el cual fue incorporado a su aviación. El
último aparato rebelde disponible, un SVA 10 quedó en tierra por falta de
reparaciones técnicas y también fue capturado.
Con esto, desaparece la aviación rebelde.
En los últimos meses de 1922, los aviadores gubernistas siguieron cumpliendo
misiones operativas con sus aparatos, algunos de los cuales ya acusaban signos
de mucho desgaste. En Febrero de 1923, quedaban en estado de vuelo un SVA 5, un
SVA 10, los dos SAML A.3 y el SPAD S.XX.
El 23 de Febrero de 1923 se fundó la
Escuela de Aviación Militar por Decreto Nº 15.787, cuya sede se estableció en Ñu-Guazú
(Campo Grande), cerca de la capital Asunción. Fue nombrado Primer Director, el
Sgto. Nicola Bó, y a Giuseppe Barbenza y Giuseppe Bó (éste último hermano de
Nicola) como mecánicos.
La primera dotación de aviones de la
escuela estuvo constituida por los aparatos sobrevivientes de la revolución ya
mencionados. El resto de los aparatos que ya no se encontraban en estado de
vuelo, fueron utilizados como fuente de repuestos. Mientras tanto, seguían los
combates esporádicos contra las menguadas tropas rebeldes, sin ya la
intervención de la aviación.
Al fallecer el Cnel. Chirife, víctima de
una pulmonía en las selvas el 18 de Mayo, la revolución prácticamente se
extinguió. Termina así el primer conflicto sudamericano en donde la aviación
fue utilizada como arma de guerra.
Autor del artículo: Antonio Luís Sapienza
Fracchia Historiador de la Aviación del Paraguay.
Fuentes: Revista Air & Space Power
Journal en Español, Fuerza Aérea del Paraguay.
La Red:
http://mundosgm.com/periodo-entreguerras/la-aviacion-en-la-revolucion-de-1922-en-paraguay-y-el-1er-combate-aereo.
“La Aviación en la Revolución de 1922 en Paraguay y el 1er. Combate
Aéreo”.
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