El Tintin Belga: Léon Degrelle.
Por Kelder Toti.
Léon Joseph Marie Ignace Degrelle
(Bouillon, Bélgica; 15 de junio de 1906 – Málaga, España; 31 de marzo de 1994)
fue un político belga y oficial de las Waffen SS, que terminó su vida en
España. Tras fundar en los años 30 el movimiento político Christus Rex
(Rexismo), de inspiración católica y conservadora, radicalizó su posición en
los años siguientes, aproximándose al fascismo.
Combatió junto a las fuerzas del
Eje en la Segunda Guerra Mundial en la Legión Valonia, una unidad extranjera
adscrita a las Waffen SS. Encontrándose en Noruega cuando se rindió
Alemania, logró escapar a España, donde el régimen de Francisco Franco lo
protegería durante décadas de la sentencia de muerte por crímenes de guerra
pronunciada en su contra. La oportuna concesión de la nacionalidad española lo
libró de ser extraditado tras el fin del franquismo, y dedicó sus últimos años
a escribir diferentes obras. Fue líder de los nazis de España. Además,
participó activamente en la reorganización de los nacionalismos en Europa.
Degrelle nació en el seno de una
familia católica burguesa de origen francés; su padre era fabricante de cerveza
y había emigrado a Bélgica pocos años antes a Bouillon seis años antes del
nacimiento de Léon, debido a la expulsión sufrida por los jesuitas y al
gobierno anticlerical de Francia. Fue educado en el catolicismo y cursó sus
primeros estudios en un colegio de la Compañía de Jesús. Los jesuitas tendrían
una notable influencia en Degrelle, que los definió como «los mejores
educadores del mundo.. Se doctoró en Derecho por la Universidad Católica de
Lovaina, donde fue influido por el pensador francés Charles Maurras, y ejerció
brevemente como abogado en esa ciudad.
A comienzos de los años '30 se
afilió a Acción Católica y comenzó a trabajar para una pequeña editorial
católica llamada Christus Rex (en latín, «Cristo es rey»), que publicaba un
periódico homónimo. Viajó a México como corresponsal para cubrir la Guerra
Cristera que se libraba entre la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad
Religiosa y el gobierno mexicano, que de acuerdo a la Constitución de 1917
había impuesto restricciones al culto católico y prohibiciones al clero
relativas al ejercicio de su ministerio. El grito de guerra de los cristeros,
«¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!», impresionó profundamente a
Degrelle, quien a su regreso en 1934 fundaría Les Editions de Rex y empezaría a
movilizarse en el Partido Católico belga para promover un curso de acción más
militante. El 29 de marzo de 1932 contrajo matrimonio con Marie-Paule
Lemay, con quien tuvo cinco hijos — cuatro mujeres y un varón (el cual falleció
en un accidente de moto cuando era joven).
Actividad política
El fracaso de sus acciones dentro
del PCB y el franco rechazo con el que se recibió su postura en una reunión de
la cúpula política del partido en Kortrijk en 1935 lo llevaron a separarse de
éste.
Al año siguiente, y denunciando
lo que considera «corrupción» de los partidos existentes —incluyendo al Partido
Católico de Bélgica, respaldado por la jerarquía eclesiástica— fundó el
Partido Rexista. Su programa era fuertemente populista e incluía denunciar la
injerencia de las grandes empresas y la banca en la economía y la política
belgas. De la estructura de los partidos comunistas y socialistas Degrelle
tomaría el ejemplo de las «casas del pueblo» como medio de movilizar a las
masas; de los marxistas tomaría también un ideario de igualdad social, aunque
con el mismo énfasis verticalista que la Italia fascista —a la que admiraba
profundamente de Mussolini había aplicado a la organización corporativa
de la sociedad.
El partido contó con un apoyo
inesperado en la región valona, y pronto una filial flamenca, el Vlaamsch
Nationaal Verbond bajo la dirección de Paul de Mont, se le sumó. Aunque su
plataforma incluía la abolición del sistema democrático y el establecimiento de
una organización corporativa del gobierno, el 24 de mayo de 1936 participó por
primera vez en las elecciones, en las que obtuvo 21 diputados y 12 senadores
(11,49% de los votos). La sección flamenca también tendría representación, tras
conseguir 72.000 votos. En 1937 mejoró su actuación, obteniendo un 19% de los
sufragios, pero el apoyo decaería en los años siguientes y en abril de 1939 las
elecciones legislativas arrojaron sólo el 4,43% de los votos, obteniendo 4
diputados y 4 senadores.
Degrelle, formado en periodismo y
de pluma entrenada en la revista estudiantil XX Siècle, escribía sus propios
discursos políticos. De esta época data su estrecha amistad con el famoso
dibujante George Remi, conocido como Hergé, cuyo cómic Tintín ilustraba sus
publicaciones. Degrelle diría más tarde que Hergé se había inspirado en él para
crear a Tintín, aunque el dibujante siempre afirmó que su modelo había
sido su propio hermano, Paul Remi, entonces oficial en el ejército belga.
Las preocupaciones del Rexismo
estaban lejos de ser homogéneas en este momento; más comprometido con la
posición fascista que con el nacionalismo o el ultramontanismo, otras dos
corrientes vigorosas en el partido, Degrelle se reunió en agosto del '36 con
Mussolini, y al mes siguiente con Adolf Hitler, de quien era íntimo amigo,1 5
de los que obtuvo financiación para el partido. Correlativamente, incorporó a
su plataforma principios antisemitas, similares a los promovidos por los nazis.
Se encontraría en lo siguiente con otros líderes de la ultraderecha, incluyendo
a Corneliu Codreanu, líder de la Guardia de Hierro rumana, y a José Antonio
Primo de Rivera, fundador de la Falange Española.
El rexismo fue un movimiento
político de nacionalismo revolucionario que se desarrolló durante la primera
mitad del siglo XX en Bélgica. Es el homólogo belga del fascismo en
Italia, del falangismo en España o los movimientos de Corneliu Zelea Codreanu
como la Guardia de Hierro en Rumanía. El rexismo se fundó en 1930 por Léon
Degrelle, un belga francófono. El nombre proviene del eslogan latino Christus
Rex, «Cristo es el rey», que también era el nombre de una editorial católica y
conservadora.
El Partido Rexista (Parti
Rexiste) surge de la clara inspiración en un principio de Charles Maurras
y el integralismo, en donde se planeaba la regeneración del hombre. Este
movimiento luego de un tiempo coincidió con las doctrinas nacional socialistas
de Adolf Hitler y el fascismo de Mussolini. Principalmente lo que motivó el
inicio del movimiento y la importancia de Degrelle en este, fue que las
juventudes católicas exigían un cambio de la derecha en Bélgica, que en aquel
momento se había aliado con la izquierda y fue partícipe de la separación de
los Países Bajos.
El director del periódico de
Lovania, Léon Degrelle, encarnaba aquel cambio, por lo que fue un claro
promotor de nuevas iniciativas y en un principio logró un amplio apoyo en el
parlamento de Bélgica. Las habilidades oratorias del joven se unieron junto a
los nuevos entusiasmos para promover el movimiento, más que todo en aquellas
clases medias que observaban con cierto recelo las alianzas de Francia con la
Unión Soviética.
La ideología del rexismo apelaba
a la regeneración moral de la sociedad belga de acuerdo con las enseñanzas
de la Iglesia Católica romana, formando una sociedad corporativista y aboliendo
la democracia. El movimiento rexista tuvo apoyo principalmente entre los
valones y belgas francófonos. Paralelamente, otro movimiento de nacionalismo
revolucionario se desarrollaba en Flandes: el Vlaamsch-Nationaal Verbond o VNV
de Joris Van Severens.
Entre los miembros más
influyentes del partido está por supuesto Léon Degrelle, pero también otras
personalidades belgas como José Streel, Louis Collard o Victor Mathys. Este
último, además, será el jefe del movimiento cuando Degrelle decida alistarse en
el ejército y luchar en el frente del este.
El Partido Rex se establece como
partido en 1936, año en el que obtiene 21 de los 150 escaños de la Cámara
de Representantes de Bélgica. Enseguida, tras el acceso al poder de Adolf
Hitler en Alemania, se alió a los intereses alemanes e incorporó un
componente antisemita de estilo nacionalsocialista en su programa, lo que
motivo al movimiento a recibir ayuda financiera y logística del Tercer Reich.
La Legión Valonia y la Legión
Flandes estaban muy relacionadas con el rexismo. Se comenzaron a crear
organizaciones paramilitares afiliadas a las SS. Tras el inicio de la operación
Barbarroja, la Legión Flandes y la Legión Valonia enviaron respectivamente 25.000
y 15.000 voluntarios para combatir contra las tropas soviéticas.
Hergé, autor del célebre cómic
Tintín, fue acusado de ser proclive al rexismo. Fuera de las acusaciones por
parte del propio Degrelle que afirmaban, que el personaje de Tintín se inspiraba
en él, al parecer Herge conoció a Léon Degrelle en su juventud cuando éste era
periodista de la revista católica reaccionaria le XXe Siècle e ilustró la
cubierta de una de sus obras.
Segunda Guerra Mundial:
Al estallar la guerra en 1939, el
partido de Degrelle apoyó al rey Leopoldo III en su posición de
neutralidad; el 10 de mayo de 1940, sin embargo, Alemania invadió Bélgica.
Degrelle culpaba de la guerra a Francia y a Gran Bretaña, a la masonería y al
capitalismo judío y aunque desaprobaba en general la conducta guerrera de
Alemania, reconocía que ésta había sido provocada por los autodenominados
"aliados", quienes se mantenían al margen de la Invasión a Finlandia
por parte de la Unión Soviética, pero descargaban toda clase de maniobras para
agredir a Alemania en distintos puntos de Europa; es así que resuelve aplaudir
la invasión de Noruega, en vista de considerarla una exitosa reacción alemana
ante la tentativa de invasión inglesa.
La resistencia dividió al Partido
Rexista, pero el 28 de mayo de 1940 Bélgica se rindió y se estableció un nuevo
gobierno. Antes de eso, Degrelle fue apresado el día 10 junto a otras 5.000
personas (comunistas fieles al Pacto Ribbentrop-Molotov, judíos,
anarquistas, nacionalistas flamencos, rexistas, etc.) y deportado a Francia por
una orden del 10 de mayo de 1940 emitida por el ministro de Justicia Pierre
Janson, del gobierno belga liberal. La mayor parte de sus compañeros de prisión
serían fusilados sin causa alguna el día 20 de mayo de ese año por soldados
franceses, en un episodio aún inexplicado; es posible que el jefe militar de la
localidad en esos momentos fuera el entonces coronel Charles de Gaulle.
Permanecería allí sólo brevemente, pues a la capitulación de Francia fue
liberado del campo de concentración de Vernet el 22 de julio y regresó a
Bélgica para promover la reconstrucción del movimiento. Su posición de
colaboración con el régimen invasor no contó con la aprobación universal de
todos los rexistas; algunos, como Theo Simon y Lucien Mayer, organizaron un
movimiento clandestino de resistencia. El 25 de agosto del mismo año Degrelle
comenzaría a publicar en el periódico colaboracionista Le Pays Réel.
El 1 de enero de 1941 Degrelle
declaró públicamente la unidad del movimiento rexista con el nacionalsocialismo
y el fascismo. Cuatro días más tarde, confesó su admiración por Adolf Hitler,
al que llamó «el hombre más grande de nuestra época" El 21 de junio
de 1941 establecería una alianza con los nacionalistas flamencos, un día antes
de la invasión alemana a la Unión Soviética.
La unificación de la derecha
europea en un frente común contra la Unión Soviética daría la oportunidad
para estrechar los lazos de colaboración. Tras solicitar autorización
especial de Hitler para hacerlo, Degrelle fundó ese mismo mes la Legión
Valonia (Legion Wallonie), un contingente de voluntarios belgas que
combatiría junto con el ejército del Reich.
La Legión, de un millar de
personas, combatió inicialmente con uniforme y armas belgas en el frente
oriental como parte de la Operación Barbarroja. Tras sufrir graves
pérdidas, y en el proceso de reorganización de las fuerzas destinadas al ataque
de la URSS, recibió refuerzos en 1943 al integrarse en ella todos los
voluntarios de nacionalidad no germana, con lo que se convirtió en una brigada
de asalto adscrita a las Waffen-SS. Degrelle había sido nombrado cabo días tras
su conscripción, y teniente por su mérito en combate tras recibir en mayo de
1942 una Cruz de Hierro. Al convertirse en brigada, fue destacado como mayor
(Obersturmführer) al mando de la misma. La Legión participó intensamente en los
combates; Degrelle fue condecorado por ello con un Nahkampfspange, una
distinción entregada a los participantes activos en el frente.
Eventualmente, mediante un
acuerdo con el Reichsführer Heinrich Himmler, la Legión sería transformada
en la 28º División de infanterí de las Waffen-SS, aunque sus dimensiones y
equipamiento siguieron respondiendo a las características de una brigada. En
febrero de 1944 recibió la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro, y en agosto
del mismo año la Cruz de Caballero con Hojas de Roble, una distinción concedida
sólo a 883 militares en toda la guerra. En octubre, finalmente, sería
condecorado con la Cruz Alemana de Oro. Degrelle afirma que, en ocasión de
condecorarlo, el Führer le dijo que «si tuviera un hijo, quisiera que fuera
como usted».
El 2 de mayo de 1945, cuando la
derrota alemana era ya evidente, Himmler nombró a Degrelle Brigadeführer
de las SS, aunque el nombramiento nunca tuvo efecto, pues Himmler había
sido despojado de sus responsabilidades partidarias y militares en abril.
Degrelle había ya abandonado el campo de batalla para viajar a Copenhague,
alejándose de la línea de avance
de los aliados; tres días después se encontraba en Oslo, pero poco más tarde
las fuerzas alemanas en Noruega capitularon. Degrelle escapó a España en el
avión Heinkel del ministro Albert Speer; tras atravesar las líneas enemigas se
le acabó el combustible y su avión cayó al mar en la bahía de San Sebastián al
norte de España. Tras rescatarlo de las aguas, el régimen franquista le
garantizó asilo político.
Estancia en España:
La entrega de Degrelle junto con
la de Pierre Laval —el jefe de la
Milice francesa y principal
colaborador de la Gestapo en el gobierno de Vichy, también refugiado en España
tras la caída del Eje—, fue exigida por los Aliados en vista de la neutralidad
que había mantenido España durante la guerra. Si bien Franco entregó a Laval,
la delicada condición de Degrelle, gravemente herido en su aterrizaje forzoso,
le permitió excusarse temporalmente de hacerlo con éste. Durante el año de
hospitalización, Degrelle comenzó a escribir su libro Campaña en Rusia.
Fue juzgado en Belgica in
absentia, y el 29 de diciembre de 1945 se le retiró la nacionalidad belga,
siendo condenado a muerte por colaboración con los invasores nazis. El 21
de agosto de 1946 Franco fingió ceder a la presión internacional para su
entrega, pero le permitió huir y en su lugar entregó a un sosias, cuya
identidad fue rápidamente descubierta. José Finat y Escrivá de Romaní y José
María Martin Hoffmann (identidad de Hans Joseph Hoffmann, él que fuera cónsul
honorario general de Alemania en Málaga) miembro muy relevante de la Gestapo,
artífice del asentamiento de muchos nazis en España y de la Red Ogro,
facilitaron dinero, documentos falsos y apoyo a Degrelle para que se
ocultase. Bélgica reclamaría infructuosamente la extradición de Degrelle
durante 15 años. En 1954, para disimular su identidad, éste recibió la
nacionalidad española, adoptando el nombre de José León Ramírez Reina.
Con la ayuda de la Falange
Española, dirigió una empresa constructora, que efectuó numerosas obras
para el gobierno franquista. Durante los años 50 y hasta 1963, estuvo localizado
en la finca La Carlina,7 junto al municipio de Constantina (Sevilla),
donde llevó a cabo unas obras de construcción de un palacete y unas
residencias anexas, que hoy todavía subsisten. En ellas se refleja su
pasión por la arqueología y el arte.
En 1985, declaraciones de
Degrelle publicadas en la revista Tiempo y en televisión negando la
existencia del Holocausto fueron objeto de una demanda judicial por parte
de una sobreviviente judía rumana, Violeta Friedman. Aunque las instancias
iniciales fallaron a favor de Degrelle, el Tribunal Constitucional llegó a
la conclusión de que, si bien el derecho a la libertad de expresión cubre
también la publicación de falsedades o distorsiones de los hechos
históricos, ésta constituye un agravio a la dignidad de los afectados, y
condenó a Degrelle a una fuerte multa. Carta abierta al Papa sobre
Auschwitz, publicada en 1979, fue objeto de la misma medida.
Pese al apoyo de CEDADE y otros
grupos neonazis, la sentencia se hizo efectiva; Degrelle siguió, sin
embargo, apareciendo en los encuentros de la extrema derecha, y fue el
invitado de honor en la concentración organizada para conmemorar el
centenario de Adolf Hitler en 1989.
Pocos años más tarde, el 31 de
marzo de 1994, Degrelle moriría en el Sanatorio Parque San Antonio de
Málaga, a la edad de 87 años, 50 de ellos como fugitivo de la
justicia. Degrelle vivió lujosamente los últimos años de su vida en
Benalmádena, localidad turística de la provincia de Málaga.
La protección de la dictadura de
Franco le permitió escribir numerosas obras de divulgación del ideario
rexista y fascista. A comienzos de los 70, fue uno de los principales
promotores de CEDADE; Ediciones Nothung, la imprenta de la organización en
Barcelona, publicó varios de sus libros, entre ellos Mil años de Hitler y
Nuestra Europa. Otros títulos, incluyendo Espíritus apasionados, Memorias
de un fascista y Carta abierta al Papa sobre Auschwitz fueron publicados
por Editorial Fuerza Nueva y Ediciones D.
Hay mucha gente en Constantina
que conoció al artífice de La Carlina y a sus hijas, incluso a su hijo
trágicamente fallecido. Éste no es otro que LÉON DEGRELLE, más conocido
para Constantina como “Don Juan el de La Carlina”. Pero, sin duda, gran
parte de la gente ignora la verdadera importancia y lo extraordinario de
la vida de este personaje histórico. Lo que siempre se dijo de él es que
se trataba de un jefe nazi, belga, que se refugió en Constantina tras la
II Guerra Mundial, huyendo de una condena de muerte y que fue amparado por
el régimen franquista.
Muchas leyendas giran en torno a
sus idas y venidas a esconderse cuando venían a buscarlo la INTERPOL,
incluso se habla de una avioneta escondida en la que se marchaba. También
que trajo consigo grandes tesoros en obras de arte y mucho dinero de os
saqueos de los nazis por Europa durante la Gran Guerra, y poco más. Mucho
de leyenda y poco de verdad. Aunque si bien todos los que lo conocieron y
lo trataron le respetaban y le apreciaban sinceramente.
Léon Degrelle fue sin duda
artífice y protagonista de parte de la historia. Sobre todo pensando que
el destino hizo que fuera a parar precisamente allí, a Constantina.
Patio de La Carlina adornado de
tinajas¿Por qué no intentar, aunque haya que romper para eso algún tabú,
conocer algo más del personaje que construyó un magnífico y hermoso
palacete, un grupo de viviendas para los americanos que montaban el EVA-3,
en los años cincuenta, que celebró en su casapalacio de Constantina las
bodas de sus hijas (un gran acontecimiento social de aquellos tiempos) y
que fue el principal protagonista de tantas y tantas vivencias curiosas y
especiales que tuvieron lugar en aquellos años? Una persona que dio
trabajo a mucha gente del pueblo, en aquella época y que aportó conocimientos
y cultura. ¿Por qué no destacar la parte positiva que sin duda encierra
y tratar de conservarla en lugar
de destruirla como han hecho con La Carlina? ¿Es razonable en el siglo XXI
limitarnos a una única visión, hasta tal punto de no querer saber nada de
su vida y de su obra? ¿No estamos hartos de presumir de tolerancia y
respeto hacia todas las ideologías, razas y condiciones humanas? ¿Por qué
entonces provoca un rechazo tan agresivo el estudio y la consideración de
un personaje al que nadie puede negar su carácter histórico?
“Léon Degrelle firma y Rúbrica” ,
es un interesante documento sobre toda su vida, en el que Degrelle
transcribe literalmente la entrevista que le realizó el periodista francés
Jean Michel Charlier, para una serie de documentales televisivos llamados
“Dossier Noirs”, y que es recomendable para todos aquellos que quieran
conocer su vida, porque, como
dijeron en el diario Le Fígaro de París:”más allá de toda polémica, es un
documento para la historia”o el diario Le Soir de Bruselas:”Degrelle fue
excepcional por su vitalidad, su elocuencia magnética y su valor militar.
Un personaje fuera de serie, asombroso manipulador de la opinión pública”.
Y el Deutscher Anzeiger de Munich:”Degrelle no se arrepiente de nada, señalan
escandalizados algunos periódicos. Pero ¿De qué iba a arrepentirse?”
Una de las numerosas fuentes con
su correspondiente estatua“. Nació en 1906 en Bouillon-sur-Semois,
Bélgica, es una de las figuras más destacadas de la historia política de
Europa del siglo XX. Con menos de treinta años era ya uno de los políticos
más destacados de su Bélgica natal. Su movimiento REX movía masas en una
cruzada contra la corrupción política y sentía como la llamada “enfermedad
del siglo XX, el fascismo”, como dijera Mussolini, también le atrapaba. De
él han tenido que reconocer sus enemigos que era ciertamente uno de
los tribunos más destacados de su generación en Europa. Al estallar la
II Guerra Mundial y la cruzada contra en comunismo, Degrelle no duda
en tomar parte el primero. Condecorado con las más altas distinciones
al valor existentes, jamás otorgadas antes a un no alemán. Degrelle
sufre durante el conflicto una evolución ideológica que le hace ir de
un populismo socialcristiano al Nacionalsocialismo más radical donde
el componente europeísta será esencial y donde la lealtad a la figura
de Adolfo Hitler jugaba un papel central. Juramento de lealtad del
que nunca se retractará y que se convirtió en un punto sin
retorno haciendo suya la máxima: MI HONOR SE LLAMA FIDELIDAD, hasta su
muerte acaecida en Málaga en 1.994 ”.
Su biografía en la Enciclopedia
Espasa, añade que cuando Bélgica fue liberada por los aliados en 1.944,
fue condenado a muerte por alta traición pero que pudo exiliarse a Noruega
primero y a España después, donde protegido por el régimen de Franco y
donde finalmente nacionalizó.
Además, por su libro (“Firma y
Rúbrica”) se ha podido saber que se ofreció por medios diplomáticos a ser
extraditado a Bélgica, pero exigía un juicio, cosa que le negaron siempre,
pues querían ejecutarlo, por ello nunca regresó. Tuvo suerte de que en su
época, el gobierno de Franco se negara a extraditar prisioneros de guerra
ante los precedentes de otros extraditados que fueron ejecutados
bajo juicios sumarísimos.
También contestó en este libro a
las preguntas de su entrevistador sobre los numerosos intentos de
secuestro que se perpetraron contra él, unos por parte del gobierno belga
y otros por asociaciones de judíos, aunque siempre los evitó. También en
Constantina: “... Cuando ellos creían que estaban a punto de ganar la
partida, cuando ya las líneas telefónicas de ni propiedad de Constantina
ya habían sido cortadas por los cómplices comunistas y todos los perros de
la vecindad habían sido envenenados para que no hubiera la menor
alerta, cuando mis raptores llegaron a la fase final, ¡catapún!, la
policía española se les echó encima. (...) Una última tentativa de
secuestro fue preparada por barbouzes del general De Gaulle. (...)
Los secuestradores del general no tuvieron más suerte que sus
precesores belgas o israelíes. Fueron detenidos por la policía española
junto a la misma valla de mi propiedad ”.
Buscando más datos sobre su vida
en el exilio, se sabe qu etras estrellarse su avioneta en la playa de La
Concha de San Sebastián, tras curarse en un hospital militar, se traslada,
según sus propias declaraciones a un paraje perdido de Sierra Morena, a
veinte kilómetros del pueblo más cercano, y con un viejo teléfono de manivela realizó
sus primeras operaciones de negocios. Contribuyó a montar una industria
metalúrgica cerca del Guadalquivir. Efectuó excelentes operaciones de
importación de algodón de Australia y luego se hizo constructor:
“Proporcioné techo incluso a cincuenta familias de una base americana.
Pues sí. Y a la aventura no le faltó picante.
Todos aquellos militares americanos querían fotografiarse a mi lado con mi guerra y mis condecoraciones del frente del Este. Asistieron en masa a las bodas de mis dos hijas a las que llevé al altar con todas mis cruces gamadas al viento. La prensa internacional publicó, horrorizada, las fotos.”
Naturalmente se refiere a “las
casas de los americanos” de La Carlina, y a la celebración de las bodas de
sus hijas Ana y Godlieve. Concretamente Ana se casó con un hijo de D.
Servando Balaguer, el recordado dentista de Constantina, en el verano de
1.962.
Léon Degrelle junto a su hija
Anne Degrelle de Balaguer Anne Degrelle de Balaguer contó lo que sufrió su
familia tras el exilio de su padre, si bien, pone mucho énfasis en
declarar y demostrar que nunca le culparon por ello, ni sus hijos ni su
esposa. Su madre, la esposa de Léon Degrelle, fue condenada a diez años de
cárcel por el mero hecho de ser su esposa. Anne cuenta que su padre quiso
cambiarse por ella, pero todos los amigos le aconsejaron que no lo hiciera
pues lo ejecutarían a él y no la liberarían a ella. También los padres
de Degrelle fueron perseguidos.
Así ellos, los cinco hijos,
fueron a vivir con la abuela materna a una finca al sureste de Francia,
donde fueron criados y educados sin ningún tipo de relación ni de
referencia paterna, por temor a que los niños también sufrieran la
persecución. Anne recuerda que de vez en cuando aparecía en la finca un
coche con matrícula de España y que inmediatamente los quitaban de en
medio. Eran emisarios de su padre para saber de su familia. Cuando el
único varón de la casa se hizo mayor, quiso venir a conocer a su padre,
con tan mala fortuna que sólo estuvo seis meses, desde el verano de 1.957
hasta febrero de 1.958 por
su prematura y desgraciada muerte
en accidente de moto.
En la Semana Santa de ese mismo
año, la esposa de Degrelle, que sacrificó toda su vida por proteger a su
familia, envió a Anne a España para que consolara a su padre. Más
concretamente a Constantina, a La Carlina. Ella confiesa que su padre la
conquistó y Constantina y La Carlina la subyugaron. Se quedó a vivir con
su padre, aunque a veces se marchaba a trabajar dando clases de francés en
Madrid.
Luego, en el verano siguiente vinieron sus tres hermanas y la madre.
Ella confiesa que el primer sitio
donde llegó su padre fue a Majalimar y que luego compró la pequeña finca
de La Carlina que, por aquel entonces, era una viña y ya se denominaba
así, que sólo poseía un pequeño cortijo que fue lo primero que restauró y
que luego pasaría a ser la casa de los guardeses: “una encantadora familia
que tenía tres hijos varones, con los que yo me bajaba a comer pan con
tocino, con chorizo, con aceite...”
Anne cree que las obras que
empezó sobre el año 1.952, porque cuando ella llegó en 1.958 ya estaba
terminada, aunque aún fueron llegando cosas: los cañones, que vinieron de
Cádiz, las columnas con los bustos de los emperadores romanos...: “Yo no
sé, la verdad, de dónde y cóm consiguió las cosas que tenía en La Carlina.
Sí sé que fue un apasionado del arte y de la arqueología y trabajaba
muchísimo.
Mi padre construyó ese hermoso
lugar para nosotros, para sus hijos, con la idea de que allí nos pudiéramos
reunir todos.”
Tanto su padre como ella adoraron
Constantina desde el principio y la gente del pueblo, y en particular los
más humildes, siempre se portaron muy bien con ellos. Recuerda que el día
de San Juan era muy emotivo pues su padre recibía muchos regalos de la
gente: pollos, gallinas, tocino, queso, vino... y recuerda el barrio de La
Morería y las pequeñas tiendas de comestibles donde se podía comprar un
duro de pimentón, un duro de cominos... Para ella, aún más especial,
porque allí conoció a su marido, Juan Servando Balaguer Parreño.
Vista del patio de La CarlinaDe
por qué y cómo perdieron la finca contó que su padre, nunca se había
dedicado a los negocios hasta entonces. Él había pretendido vivir de sus
libros y de sus conferencias, pero no fue así. No pudo afrontar los gastos
que le sobrevinieron al derrumbarse parte de la construcción de las casas
de La Carlina (las que están junto a la piscina pública que años
después se entregaron sin agua corriente ni luz, como viviendas sociales)
por mala construcción que hizo el contratista, pues se derrumbaron con
una tormenta.
Ya los americanos se habían
marchado y no se habían vuelto a alquilar sus casas, de manera que al no
poder pagar le embargaron la propiedad. Léon Degrelle se marchó sobre el
año 1.963. Pudo llevarse sus cosas más valiosas y apreciadas pero no todo.
Anne recuerda la hermosa mesa que regía el gran comedor, hecha con un
tronco entero y cómo primero se había construido la mesa y luego la
estancia que la albergaba. Ella junto con su marido y su hija mayor
Natalie, fueron los últimos huéspedes de La Carlina en la Semana Santa de
1.964.Ya por entonces había empezado el expolio de las casas de los
americanos.
Combatió junto a las fuerzas del
Eje en la Segunda Guerra Mundial. Encontrándose en Noruega cuando terminó
la guerra, logró escapar a España, donde el régimen de Francisco Franco lo
protegería durante décadas. La oportuna concesión de la nacionalidad
española lo libró de
ser extraditado tras la caída del
franquismo, y dedicó sus últimos años a escribir libros.
Y esta es, a grandes rasgos, la
que podemos calificar, por lo menos, como romántica y extraordinaria
historia de La Carlina. Un patrimonio que no se sabe porqué se ha dejado
destruir de una manera atroz. Un hermoso lugar que se podría haber
conservado para Constantina y para el mundo, como hotel o parador o como
museo de cultura y arte. Seguro que si hubiese estado en otro lugar lo
habrían mantenido y aprovechado decentemente o tal vez, si su mentor no
hubiese sido quien fue. Una pena. Sí, una gran pena da ver aquello
totalmente destruido.
"Un día se repetirán con
orgullo los nombres sagrados de nuestros muertos. Nuestro pueblo, al
escuchar esa historia de gloria, sentirá hervir su sangre y reconocerá a
sus hijos." (Léon Degrelle)
Léon Degrelle nace el 15 de junio
de 1906 en el seno de una familia numerosa en la pequeña ciudad belga de
Bouillon, cerca de la frontera francesa, en la calle de Collége no 29.
Contaba por aquel entonces esta pequeña y tranquila ciudad apenas tres mil
almas aunque no era unpueblo sino el centro de una próspera comarca. De clase
media burguesa bien acomodada, el padre, Edouard Degrelle, era de origen
francés yhabía sido diputado permanente por esa region por el partido católico por
lo cual desde la más tierna infancia la lucha política fue unaconstante en su
educación. Por parte materna el abuelo había sido igualmente un destacado
político y médico de La Roche así como un mecenas de la cultura y de la
literatura siendo incluso miembro fundador del diario "Lavenir du
Luxembourg" que cubría esa región, el mismo diario en donde el joven
Degrelle publicará su primer aporte literario el dos de noviembre de 1925,
cuando tenía tan solo dieciocho años recién cumplidos.
Como muchos otros de los jóvenes
belgas, estudiaría en los jesuitas y en la Universidad Católica de Lovaina
entrando en contacto con lo mejor de la intelectualidad católica de la
época y siendo influenciado ideológicamente por el gran pensador francés
Charles Maurras. Desde muy pronto las jerarquías religiosas se fijan en
él, se hace íntimo del Monseñor Picard, encargado de las todopoderosas
Juventudes de Acción Católica. Degrelle se hará cargo de las ediciones
católicas REX, que estaban en plena bancarrota moral, no económica pues las seguían
sosteniendo la Iglesia mediante subsidios pero nadie las leía.
En unos meses Degrelle había
hecho del negocio un asunto próspero, sacaba tiradas de 100.000 ejemplares
en cada ocasión y supo rodearse de una serie de colaboradores magníficos
como José Streel, Victor Matthys, Jean Denis, Paul Crockaert, Pierre Daye,
etc, al tiempo que lograba que los más destacados intelectuales de
derechas del país escribieran para su editorial.
A comienzos de los años '30 se
afilió a Acción Católica y comenzó a trabajar para una pequeña editorial
católica llamada Christus Rex , que publicaba un periódico homónimo. Viajó
a México como corresponsal para cubrir la Guerra Cristera que se libraba
entre los Camisas Doradas y el gobierno mexicano, que de acuerdo a la
Constitución había impuesto restricciones a la religion catolica. El grito
de guerra de los cristeros, ¡Viva Cristo Rey y Santa María de
Guadalupe!, impresionó profundamente a Degrelle, quien a su regreso en
1934 fundaría Les Editions de Rex y empezaría a movilizarse en el
Partido Católico belga para promover un curso de acción más militante.
Rápidamente descubrió Degrelle la
importancia de la prensa y de la palabra, escrita y oral, en un mundo cada
vez más ávido de información. Sacó, durante esos años, varios semanarios a
la calle: "REX" de información política y de sociedad,
"Vlan" de información general, "Soirées" que pretendía
ser un semanario dedicado al mundo del cine, de la moda, con gran
despliegue fotográfico. El éxito fue arrollador levantando en pocos meses
una editorial que hasta ese momento languidecía cercana a la quiebra y tan
sólo sobrevivía gracias a las subvenciones eclesiásticas. Su fama de propagandista
católico hizo que las jerarquías del Partido católico considerasen que el
joven Degrelle podría tener futuro en el seno del partido. De hecho, en
un primer momento, el propio Degrelle creyó que se podría reformar el
partido desde dentro y dar a la
juventud belga una referencia en éste.
En las elecciones de 1932 las
ediciones REX y Degrelle jugaron un importante papel en la propaganda del
Partido Católico, con el resultado de un elevado incremento de los
votantes. Sin embargo pronto comenzaron las primeras desavenencias...
Rex, alternativa de futuro
Alrededor de Degrelle se
agrupaban centenares de jóvenes estudiantes "rexistas", llamados
así por distribuir la prensa de Rex, que comenzaban a pedir reformar
dentro de las juventudes del partido Católico, un mayor compromiso social,
en definitiva una ruptura con la línea tradicional del partido pero sin
salirse del mismo. Degrelle se resiste, aun cree que se puede reformar
desde dentro y por ello va al congreso del partido Católico de Courtrai en
noviembre de 1935. Degrelle se presenta con tres centenares de camaradas e
intenta participar para denunciar la situación del partido, en especial
el desprestigio que supone tener a su frente a un político corrupto
(el ministro Segers). No se le permite intervenir, y Degrelle toma
una medida drástica tomando la palabra aun en contra de los dirigentes
del partido, su verbo inflama a los jóvenes presentes mientras
Degrelle lanza serias acusaciones contra la dirección del partido. Es el
punto de no retorno, finalmente ha comprendido que la colaboración con
la derecha burguesa es inútil.
Tres semanas más tarde, como
consecuencia de lo que se vendrá a llamar el "Golpe de
Courtrai", el primado de Bélgica, Cardenal Van Roey decreta que los
sacerdotes no participen en las actividades de REX, llegando incluso a
pedir que se trabaje activamente para detener la ascensión de REX. Los
superiores de los establecimientos de enseñanza de muchachos y muchachas
emplearán todos los medios necesarios para que sus alumnos queden ajenos a
la agitación rexista, decía la declaración episcopal hecha pública el 20
de noviembre de 1935.
Ello excita más aún a Degrelle,
que siempre ha amado los retos y pruebas difíciles, especialmente cuando
iban dirigidos a su persona. Inmediatamente Degrelle organiza a su gente;
Victor Matthys los CAP (Cuadros de Propaganda), Jean Denis y José Streel
elaboran los programas y fundamentos doctrinales. Toda la maquinaria está
en marcha y unos jóvenes de apenas veintitantos años se lanzan a la
formidable aventura de hacer flotar un partido político
contracorriente.
Todo un reto. Apercibidos de la imposibilidad de seguir en el partido Católico, el 21 de febrero de 1936 rompe definitivamente el partido católico con Degrelle y prohíbe la militancia conjunta en ambas organizaciones, hasta entonces muchos eran los dirigentes juveniles de éste que colaboraba con Rex en contra de los deseos de la Iglesia. La mayoría seguirán a Degrelle en la aventura que acababa de comenzar. El 23 de ese mismo mes, Degrelle había organizado un gran mitin público en Namur, asiste a él cerca de cinco mil jóvenes, y aquí presenta públicamente el programa que habrá de regenerar la vida pública de su país. La excitación es palpable, se siente que algo nuevo está gestándose.
Las elecciones generales se
convocan para el 24 de mayo y Rex decide concurrir como un partido pero
tiene graves problemas financieros y está falto de cuadros y militantes.
Degrelle se lanza a captar candidatos, a organizar los grupos de militantes
en cada pueblo y en cuestión de semanas todo está listo y Rex se lanza de
lleno a la campaña electoral. Nadie cree que Rex pueda tener éxito, pero
el entusiasmo de los rexistas, la mayoría sin derecho a voto por ser
bien menores de edad (en aquella época 23 años) o mujeres (sin derecho
de voto en Bélgica por entonces), hace que las perspectivas
más optimistas se vean desbordadas por los resultados.
Y es que no hay una valla en toda
Bélgica que no tenga propaganda rexista. Los mítines se suceden, Degrelle
llegará a dar hasta doce mítines en una jornada. La prensa rexista, en
especial el nuevo diario, Le Pays Réel, un diario de cuatro páginas
vendido a veinticinco céntimos, anuncia los mítines cada día como una
agenda apretada de pueblo en pueblo. Es aquí donde se demostrará
las extraordinarias dotes de Degrelle como orador y tribuno,
logra mantener en vilo a un auditorio durante horas llevando así a
cada rincón de su amada Bélgica el mensaje de paz y de revolución social
de Rex.
Rex es ante todo un movimiento de
profundas raíces cristianas. Degrelle jamás lo negaría y hasta su muerte
seguiría fiel a la Iglesia Católica, con una visión social revolucionaria
basada en la doctrina social de la Iglesia.
No sería hasta más cerca de la
guerra mundial (años 1937-1938) cuando Rex se acercaría claramente a
posiciones fascistas, y no hasta 1941-42 en que evolucionarían hasta el
Nacionalsocialismo. Sin embargo la posterior evolución ideológica de Rex
no debe interpretarse como una claudicación de principios iniciales. Todo
lo contrario, se trata de un avance en posiciones sociales y de visión del
mundo fruto de un mayor conocimiento de la realidad del continente al cual
pertenecemos incorporando la doctrina social-europeísta. En palabras del
propio Degrelle, en un artículo publicado durante el conflicto desde
el frente del Este en una publicación europeísta, La Jeune
Europe, "estabamos particularmente asqueados por la bajeza espiritual
de nuestro tiempo. Preocupados por el deseo de volver a traer una gran pureza
y un gran fervor a las masas ávidas de un ideal.
No nos asustaba decir, al
principio de Rex, que eramos la pasión ardiente de los Apóstoles.
La ideología rexista de primera
época comparte, en gran medida, los postulados clásicos de los llamados
prefascismos, es decir cercano a movimientos que en algunos casos
evolucionarían hacia el Fascismo pero que también pudieron optar por
convertirse en una derecha autoritaria (CEDA en España, Engelbert Dollfuss
en Austria, Nasjonal Samling en Noruega). Estos principios se pueden articular
entorno a varios conceptos básicos: nacionalismo unionista a favor del
estado belga, autoritarismo, corporativismo, partidarios de la monarquía
como cabeza del estado, confesionalismo católico.
Aunque hay otros autores que ha
preferido definir a Rex como una organización completamente nueva, de
marcadas tendencias socializantes, así, en palabras del historiador Paul
Fassange "uno puede decir que el rexismo era una clase de socialismo
popular, radical, idealista y estetico. Además Bélgica tenía un
problema nacionalista particular, la situación incompatible entre
las comunidades flamencas y valonas (francófonas estas últimas) del país.
Desde la formación de Bélgica
como estado, a principios del siglo XIX, los flamencos habían exigido
formar parte de Holanda o un estado independiente. Los valones, grupo
dominante en lo intelectual y en la clase económica, siempre observaron
con desconfianza las pretensiones flamencas de progreso social. Degrelle,
consciente de esta situación y que las bases de Rex era mayoritariamente
francófono, intenta dar una solución radical al problema basado en una
convivencia separada de las comunidades, cercano al autonomismo. Esto no
será siempre comprendido por algunos dirigentes valones de su movimiento.
El 24 de mayo se celebraron las
elecciones generales, el resultado fue un éxito contundente, Rex cosechó
21 diputados y 12 senadores, que equivalía a un 11,49% de los votos
totales del país. Sin embargo es importante considerar que Rex era un
partido mayoritariamente valón y francófono. Y es allí donde Rex triunfa.
En determinadas provincias valonas supera con facilidad la barrera del 30%
de los votos barriendo a los partidos tradicionales, no solo de derechas
sino también de izquierdas (Católico, liberal, socialista). La sorpresa
fue de tal magnitud que los partidos tradicionales ahora si que tenían
que comenzar a tomarse en serio las propuestas de este grupo de
jóvenes radicales.
A partir de ese momento Rex
comienza a articularse como un partido en toda regla, hasta entonces había
sido más o menos la aspiración de un grupo de jóvenes liderados por Léon
Degrelle. El llamado "frente Popular de Rex" se amplía, se crean
potentes sindicatos corporativos, las secciones juveniles crecen, los
locales rexistas se abren en cada rincón del país, los cuadros de
dirigentes se jerarquizan. Rex participa y tiene algo que decir, en cada
problema que afecta al país: huelgas mineras y portuarias, corrupción
política, ascenso del nacionalismo, etc.
Envía a sus militantes delante del parlamento con escobas para avisar que su movimiento pretende limpiar el país. Este símbolo, la escoba, se ha convertido en algo mítico en Bélgica, no es raro ver partidos actuales utilizar este símbolo en sus campañas, por el ejemplo el VIaams Blok. Degrelle es la estrella de ese año 36 en toda Europa, incluso es recibido por altas autoridades de la Iglesia, el monarca y en el extranjero por Mussolini y Hitler.
En octubre suscribe un
espectacular acuerdo de colaboración con los nacionalistas flamencos, el
VNV que controla cerca del 20-25% de los votos en Flandes, para avanzar
políticamente en las aspiraciones conjuntas de cada movimiento. Degrelle
está ahora convencido de estar cerca del poder. Y lo está, por ello la
campaña de desprestigio que lanzan los partidos tradicionales es
impresionante.
No hay día en que la prensa
controlada por éstos no insulte o intente manchar la imagen de Degrelle,
siempre sin éxito. En Octubre, coincidiendo con una manifestación de masas
en memoria de los caídos en la Primera Guerra Mundial, se suceden los
rumores sobre un golpe de estado rexista, rumores sin viso de realidad.
Degrelle siempre confirmó que el golpe pudo ser real, se le había ofrecido
apoyo por parte de círculos militares, pero que desechó la idea. La
situación del país (corrupción, desprestigio de las
instituciones parlamentarias, paro, tensión nacionalista) hacia que
fueran necesarias medidas drásticas para salir del atolladero, pero
"siempre desde la legalida", recordaba Degrelle.
La situación que eligió Degrelle
para intentar derribar al gobierno se le presentó en la primavera de 1937,
después de haber mostrado su fuerza en Bruselas donde reunió en enero a
más de 20.000 oyentes cada noche en las "seis días de Rex" que
se celebraron en el palacio de los deportes. La mayor concentración
política hasta entonces celebrada en Bélgica. Confiado, hizo dimitir a un
diputado por Bruselas y se presentó personalmente retando al principal
dirigente parlamentario, Van Zeeland, a competir por la plaza vacante.
Aceptó el reto, sin embargo ningún otro partido presentó candidaturas.
Normalmente hubieran sido 6 o 7 candidatos para la plaza por lo que
bastaría con obtener un 15-20% de los votos para ganar. Y esto era lo que
tenía Degrelle asegurado.
Hasta los socialistas y
comunistas hicieron frente común con los católico liberales para derrotar
a Degrelle, que sólo lo apoyaban además de Rex, los autonomistas del VNV.
Y lo consiguieron. Degrelle perdió la elección con un 19% de los votos. Y
la Iglesia había vuelto a tomar partido contra Degrelle, rompiendo su
independencia nuevamente en la lucha personal que libraban contra Rex.
En la declaración episcopal del
que después colaboraría felizmente con los ocupantes alemanes, el Cardenal
Van Roey recordaba a todos los católicos belgas, "estamos convencidos
que constituye un peligro para el país y para la Iglesia. Y en
consecuencia el deber de todo católico leal el 11 de abril es evidente. Y
toda abstención debe ser reprobada".
De todas maneras no se trataba de
un fracaso (una quinta parte de los votos en la capital del país, cuando
enfrente estaban todos los demás partidos del espectro político), aun
cuando se propagó un sentimiento de desánimo entre las filas rexistas, los
más conservadores y procatólicos, burgueses en definitiva, comenzaron a
abandonarlo. lnfluyó, y esto lo creyó siempre el propio Degrelle, en esta
derrota la inesperada intervención del Cardenal Van Roey, siempre dispuesto
a participar cuando se trataba de interferir en la trayectoria
de Degrelle.
Apenas dos días antes de las
elecciones parciales este cardenal primado había pedido el voto para Van
Zeeland, algo que hasta se podría entender al ser éste del partido
Católico, pero el cardenal incluso llegó a condenar y prohibir a los
católicos votar a Degrelle.
En un país profundamente
confesional como la Bélgica de 1937 esto era un tremendo problema de
conciencia para un católico practicante. El resto del año 37 es igualmente
desmoralizador para Rex. Dimiten y abandonan el movimiento viejos
camaradas como Hubert d'Ydewalle, Pierre Daye; se rompe el acuerdo con el
VNV, la prensa de Rex comienza a tener graves problemas económicos y se
observa en la calidad del papel y en la presentación. Degrelle, ante la
situación debe tomar medidas drásticas. Sabe que la partida no está
perdida y que ha llegado el momento de reavivar las ilusiones de sus
militantes y simpatizantes.
A partir de ahora entra en una
nueva fase el movimiento rexista, mucho más interesante y de clara
evolución profascista. El punto culminante de esta evolución se encuentra
en el congreso de Lombeek-Notre-Dame, municipio cercano a Bruselas donde
el alcalde es rexista, el 10 de julio de 1938. Allí se concentran más de
60.000 militantes y simpatizantes a fin de demostrar a sus detractores que
el movimiento rexista no está acabado y que Degrelle tiene un poder de
convocatoria elevado.
Nunca antes se había reunido tal
masa de personas en un acto político en Bélgica. La estetica es claramente
fascistizante: Degrelle aparece ante un auditorio uniformado de negro; las
banderas ondeando al viento; los discursos inflamados desde una tribuna
decorada con motivos nacionalistas. Nadie podrá negar su parecido a los
congresos del partido de Núremberg. Durante la guerra Degrelle recordará
que los rexistas se sentían muy solidarios con el Nacionalsocialismo, con
el Fascismo, con la Falange y con los otros movimientos nacionalistas
y socialistas que levantaba la esperanza de la juventud
revolucionaria de toda Europa.
La Europa de los podridos y la
Europa de las Patrias Unidas comenzaba su duelo a muerte. Sin embargo los
resultados en las municipales de octubre no son esperanzadores. Pero
Degrelle no se desanima. En abril de 1939 las elecciones legislativas
arrojan 4 diputados y 4 senadores (4,43% de los votos globales). Rex sigue
siendo una fuerza importante, aunque se haya querido manifestar lo
contrario, pero reducido a determinadas zonas (En el Luxemburgo cosecha en
determinadas zonas más del 20% de los votos, en conjunto el 12,7%) y
desaparece prácticamente de Flandes.
En esta ocasión es elegido el propio Léon Degrelle, marcando otro récord pues es el diputado más votado de Bélgica en su circunscripción. Degrelle sigue confiando en su estrella y en la fe en un ideal pero la guerra se acerca peligrosamente y su estallido producirá una profunda ruptura, no sólo para Degrelle, sino para toda Europa.
La guerra
El 3 de septiembre de 1939 las
potencias aliadas declaran la guerra a Alemania. Ha estallado la Segunda
Guerra Mundial y Degrelle exige con todas sus energías que Bélgica
permanezca ajena a este conflicto. Se debe mantener la neutralidad es su
consigna y así lo repite incesantemente en las editoriales de su prensa y
en todas las tribunas. Especialmente revelador es su artículo
"Solidaridad de Europa" que publica el 30 de noviembre de 1939
donde canta a la unidad de Europa, mucho antes que nuestros políticos de
la Unión Europea. "La unidad europea es un hecho. Todos somos
partícipes de Atenas y de Roma, nobleza y fuerza que ha regado nuestro
destino desde siempre", y, continúa diciendo, "sin duda, el Dios por
el que Europa ha militado dos mil años aclarara lo malos tiempos
y detendrá a tiempo este suicidio". Desgraciadamente nadie
le escucha y el 10 de mayo, presionado por las circunstancias estratégicas
y por las maniobras del gobierno belga, Alemania se ve obligada a ocupar
Bélgica.
Durante 18 días el ejército belga
resiste heroicamente, muchos
militantes y dirigentes rexistas
caerán en el campo de batalla contra
los alemanes, mientras los
servicios de seguridad franceses se dedican
a una auténtica caza al hombre
deteniendo a posibles "espías". En una
de estas redadas es detenido
Degrelle, sin que se le respete su
inmunidad parlamentaria ni su
deseo de incorporarse al ejército. Se le
deporta a Francia, en un acto de
flagrante ilegalidad, se le tortura y
está a punto de ser ejecutado.
Por ironías del destino sobrevivirá a
la masacre de Abbeville donde más
de una veintena de detenidos, entre
ellos indefensos ancianos y
mujeres, son asesinados impunemente por
los soldados franceses, entre
estos está el conocido líder flamenco
Joris van Severen.
El relato de estos días es
espeluznante. Ni los peores relatos de los
ficticios campos de concentración
alemanes puede asemejarse a las
escenas trágicas de esta masacre.
Todos creen que Degrelle ha muerto,
incluso sus compañeros de partido
y la prensa alemana lo declara
muerto.
El 28 de mayo Bélgica se rinde y
comienza oficialmente la Ocupacion
alemana. La primera postura de
Rex, dirigida por una junta provisional
hasta que Degrelle volvió del
campo de concentración de Francia, es de
oponerse a las autoridades
alemanas y no colaborar. Así casi durante
medio año no hay apenas signos de
colaboración, mientras los restantes
partidos, incluso el Comunista,
se desviven por colaborar con las
nuevas autoridades. Degrelle
volverá a Bruselas en julio de 1940 y se
encuentra con un vacio de poder
en Bélgica y decide aprovechar el
momento.
En
enero de 1941 Degrelle ya ha retomado definitivamente el timón y el mando
del movimiento colocando a su lado a sus dos inseparables camaradas Victor
Matthys y José Streel. En la editorial de año nuevo del diario "Le
Pays Réel", que ha vuelto a salir, Degrelle acaba con un enérgico
"Heil Hitler!". Ha optado por la vía de la colaboración sincera
con el Nuevo orden. Inmediatamente los rexistas van copando puestos en la
administración pública y los cuadros del movimiento se reorganizan
Las secciones de asalto salen
nuevamente a la calle (Formaciones de combate-FC), las juventudes
(Juventud legionaria) desfilan al mando del mítico John Hagemanns por los
pueblos de Valonia, ya sin las restricciones de la preguerra en cuanto a
uniformidad (la ley contra las milicias) y el uso de estandartes y
elementos paramilitares. Y, presionado por la realidad, Degrelle firma un
acuerdo de reparto político de Bélgica con el VNV flamenco, apoyado por
las autoridades alemanas. REX controla Valonia, y el VNV Flandes, mientras
que Bruselas queda para los dos, aunque mayoritariamente flamenco.
Sin embargo un nuevo factor entrará en juego y que hará girar radicalmente al
líder valón. En junio de 1941 estalla la guerra con la URSS, y Degrelle no
puede quedar ajeno cuando el futuro de Europa está en juego.
A los pocos días Degrelle, con la
ayuda de su lugarteniente Rouleau, anuncia la creación de un Cuerpo franco
para combatir contra el Comunismo. Dos semanas después el primer
contingente partirá en uniforme rexista para el campo de instrucción y
poco después al frente. A la cabeza de estos está Degrelle, que ha
renunciado a un nombramiento de oficial por parte del propio Hitler. Así lo
atestigua su cartilla militar, no simplemente su testimonio. Cerca del 80%
de los voluntarios son rexistas, creen que la guerra acabará pronto y
que entonces se podrá reanudar la labor en la patria. Pero
será infinitamente larga y el movimiento se resiente.
Victor Matthys y José Streel, al
mando de éste en Bélgica, tienen ante sí una labor difícil: intentar
calmar los ánimos de los miles de militantes y dirigentes rexistas que
desean partir al frente, sin darse cuenta de la importancia del frente
interior para administrar el país. De hecho muchos dirigentes lograrán
marchar, aun en contra de la voluntad de Degrelle y derramarán su sangre
defendiendo la causa que abrazaron. Joseph Pévenasse, Paul Mezzetta, John
Hagemanns y centenares de conocidos nombres más. ¡Jamás se ha visto tal
deseo de sacrificarse por una causa común como la mostrada por esos
hombres!
Las batallas se suceden y las
cifras de bajas son escalofriantes (39% en Gromovaja-Balka, 52%
Tcherkassy, 80% en Estonia) y las exhaustas filas deben ser rellenadas
constantemente con nuevos voluntarios llegados de Bélgica, muchos de ellos
adolescentes de apenas 16-17 años. Su valía será reconocida por los
alemanes, en ocasiones unidades completas recibían la preciada cruz de
hierro, lo cuál era inusual.
En 1943 Degrelle, que siempre se
distinguió por acciones
espectaculares, anuncia un viraje
radical en su programa político. Los valones son parte de la Europa
germánica y por lo tanto a la par con los alemanes afirma Degrelle ante un
auditorio atónito. Degrelle juega la carta de la reordenación territorial
de Europa y ve la posibilidad de lograr una posición en la Nueva Europa,
rompiendo los viejos moldes de los estados nacionales de preguerra. Esta
toma de posición no es compartida por algunos de sus dirigentes,
excesivamente conservadores como José Streel y abandonan Rex aunque la más
evidente fascistización del movimiento atrae a millares de jóvenes a sus
filas mientras los veteranos conservadores lo abandonan. En mayo se
produce el acuerdo Himmler-Degrelle y la legión valona, antes en el
ejército alemán, ingresa en las Waffen SS como miembros de pleno derecho.
Es un paso decisivo y hará del lema de la orden negra "Mi honor se
llama fidelidad" su divisa para el resto de su vida.
Las primeras experiencias en las
Waffen SS son sangrientas y en febrero de 1944 se produce la ruptura del
cerco de Tcherkassy en Ucrania y Degrelle recibe la Cruz de Caballero de
Hitler personalmente. Es el momento culminante en la carrera militar
y política de Degrelle. Ningún extranjero había sido recibido así por
el propio Führer. La credibilidad política de Degrelle no se ponía en
duda y sabía que había
conquistado con honor un puesto en la nueva Europa. Sus voluntarios y él
haran una gira triunfal por Bélgica antes de retornar al frente.
En Bruselas son centenares de
miles de belgas los que le aclaman por las calles de la capital en un día
nublado de abril. Sus discursos multitudinarios animan a las masas. Será
la última ocasión de estar con su pueblo de esa manera, cinco meses
después, Bruselas sería liberada por las tropas aliadas y la población
aclamará a las tropas de Montgomery de la misma forma. Degrelle incluso
viaja a París para lanzar el mensaje europeísta a los franceses, tan
carentes de líderes capaces de aunar las voluntades.
Sin embargo la situación en
Bélgica es difícil. Mientras Degrelle y los valones combaten cuerpo a
cuerpo en Estonia, los aliados desembarcan y avanzan por Francia en el
verano de 1944. Por todos lados la administración civil se desmorona y Rex
es la única alternativa de poder real existente. Sin embargo los
atentados terroristas se repiten contra familiares y dirigentes rexistas.
Los terroristas de la llamada "resistencia" consideran que para
hostigar a los rexistas y "apoyar" al esfuerzo bélico aliado hay
que asesinar a mujeres y niños en nombre de las libertades. No pasa un día
que no sean masacrados y mutilados horriblemente niños a la vuelta de
los colegios, mujeres en la cocina, padres de familia volviendo de
la Misa. Simplemente por ser hijos, esposas o padres de un rexista.
Los terroristas demócratas no escatiman medios para ello. En algunas ocasiones acaban con militantes rexistas como el alcalde de Charleroi, Englebin, asesinado junto a su hijo de pocos años y su esposa. Era alcalde siendo consciente que su antecesor en el cargo, el veterano rexista Teguels, había sido asesinado unos meses antes.
El asesinato de Englebin era un
acto insensato y que no podía ser sino una provocación. Este alcalde
rexista era uno de los dirigentes más populares en su ciudad. Respetado y
admirado por muchos nadie esperaba que fuera asesinado. Victor Matthys y
Joseph Pevenasse ordenan a sus cuadros resistir a la provocación. No
desean que Bélgica se convierta
en un baño de sangre. Sin embargo
es imposible resistir a la llamada de la sangre y perderán la paciencia. A
finales del verano comienzan las contrarrepresalias por parte de comandos
rexistas. En julio es asesinado del hermano de Degrelle, Edouard, un simple
farmacéutico que no era siquiera miembro del partido. Se ha superado la
barrera de lo tolerable y comandos rexistas ejecutan a conocidos
resistentes. Curiosamente, tras la guerra, decenas de rexistas
serían "ajusticiados" por estas contra represalias mientras que
los terroristas eran condecorados...
En el Frente del Este, lejos de
las tensiones en Bélgica, el fragor del combate cuerpo a cuerpo era
permanente. Degrelle es condecorado con las Hojas de Roble y el preciado
pasador de combates cuerpo a cuerpo: 67 nada menos, que le vale para
recibirla en oro. Es el no alemán más condecorado. Todo alemán tiene
obligación de saludarlo en posición de respeto. Incluso generales. Son los
privilegios de ser portadores de la Cruz de Hierro. Es aquí cuando Hitler pronuncia
esas míticas palabras: "Si tuviera un hijo, querría que fuera como
Vd".
En septiembre Bélgica es ocupada
parcialmente por los aliados. Degrelle es condenado en diciembre a la pena
capital en rebeldía y se persigue con saña a los rexistas que no han
logrado llegar a Alemania. Mientras Degrelle es nombrado Volksführer por
Hitler, caudillo de los valones, demasiado tarde... La ofensiva de las
Ardenas será la última esperanza que se desvanecerá pronto. Degrelle
participa activamente en la ofensiva. Sin embargo, el fin está cerca y es
la última vez que pisará su patria antes de partir hacia el exilio.
Los primeros meses de 1945 son
terribles, por un lado la patria ha sido ocupada; los camaradas son
perseguidos y sus familias asesinadas.
Es la llamada
"Depuración" que como una nueva inquisición se posó sobre la
Europa liberada para perseguir, en nombre de la Libertad yla Democracia, a
aquellos que habían apoyado al bando perdedor. Mientras los rusos amenazan
con inundar Europa y llegar hasta las mismas puertas de Bruselas.
Los voluntarios combaten en
Pomerania codo a codo con las restantes nacionalidades de la Waffen SS:
los mejores representantes de todos los países de Europa. En abril muere
Hitler en Berlín y la guerra se acaba. Degrelle ordena a sus hombres
resistir y lograr escapar de la represión. Por su parte, él alcanza
Noruega para seguir combatiendo pero ya no hay voluntad de resistir.
Quisling desea acabar cuanto antes. Las autoridades alemanas han recibido
órdenes de no resistir.
El ocaso de los dioses es un
hecho. Pero Degrelle se niega a rendirse. Jamás lo ha hecho antes. Por qué
lo iba a hacer ahora?, Máxime sabiendo el futuro que le espera si vuelve a
Bélgica donde está condenado a muerte. El suicidio le parece una alternativa
cobarde. Hay
que combatir:
Entender a la 28ª División SS
Belga Valona hubiera sido imposible de no ser por el Partido Rexista
(Christus Rex en latín o Cristo Rey) de León Degrelle. Imitando al
fascismo italiano con su corporativismo y estética, además de un catolicismo
añadido y un nacionalismo valón que deseaba separarse de los flamencos de
Flandes, el Partido Rexista llegó a ocupar el 20% de los escaños del
Parlamento de Bélgica antes de la Segunda Guerra Mundial. Estallado el
conflicto, su fundador León Degrelle luchó contra los alemanes hasta que
Bélgica fue ocupada totalmente por el Tercer Reich. A partir de ese
instante la política del Partido Rexista se disgregó entre colaborar o
lanzarse a la resistencia contra el invasor. Todo cambió cuando se produjo
la agresión del Eje a la Unión Soviética, ya que el Partido Rexista
con Degrelle a la cabeza se vió en la necesidad de aportar su grano
de arena con el fin de acabar con la amenaza comunista mundial.
Adolf Hitler estudió la posibilidad y permitió a los belgas
valones inscribirse voluntariamente en la cruzada anti-bolchevique.
Legión Valona
Degrelle fue el encargado de
llevar a cabo el reclutamiento entre las filas del Partido Rexista, un
trabajo que desempeñó impecablemente porque en la primera semana
“post-Operación Barbarroja” se habían reclutado ya 1.000 voluntarios con
las pruebas médicas superadas. En un principio la fuerza se iba a llamar
Cuero Franco Valón (Corps Franc Wallonie), pero se le cambió al de Legión
Valonia (Legion Wallonie). El comandante Georges Jacob fue elegido jefe
divisionario, renengando de ello honradamente Degrelle a pesar de que
Hitler le ofreció el mando, el cual decidió alistarse desde la escala de
soldado raso.
Un total de 1.500 hombres encuadraron
la Legión Valona que se instaló en el campo de instrucción de Meseritz en
Prusia Oriental. La más multitudinaria despedida se hizo en Bruselas con
860 voluntarios el 8 de Agosto de 1941. La simbología oficial de la Legión
Valona fue la Cruz de Borgoña, igual a la Cruz de San Andrés roja y aspada
que tenían los Tercios de la España Imperial en Flandes y Bélgica.
Curiosamente se permitió a los
voluntarios lucir en el pecho
condecoraciones ganadas en la
Primera Guerra Mundial cuando combatieron a los alemanes.
Para Octubre de 1941 la Legión
Valona fue desplegada en el Frente del Este, concreta mente en
Ucrania dentro del Grupo de Ejércitos Sur en el XVII Ejército. Al
principio las relaciones de los belgas con los alemanes no fueron buenas
porque estos les daban un trato no muy amable, además se sentían piezas
secundarias por ser empleados como una fuerza antipartisana.
La oportunidad cambió a finales
de 1941 cuando se produjo la contraofensiva soviética. La Legión Valona se
distinguió heroicamente en la línea Gromovaya-Balka, resistiendo 300
hombres dirigidos por el capitán Pierre Pauly a 4.000 tropas del Ejército
Rojo. La batalla allí se convirtió en una pelea cuerpo a cuerpo por cada
calle y cada casa hasta que finalmente vinieron en socorro de los belgas
tanques y aviones alemanes que permitieron desbaratar el ataque ruso. Ante
esta acción que costó la pérdida de 20 oficiales de los 22 iniciales y
un tercio de los soldados, la Legión Valona fue obligada a regresar
a retaguardia para recomponerse el 22 de Marzo de 1942. Por su
buen comportamiento se repartieron 32 Cruces de Hierro, entre estas una
se otorgó a León Degrelle que fue ascendido a sargento.
Reorganizándose la Legión Valona
en Prusia Oriental, cambió de jefe al ser agregado el comandante Georges
Tchekhoff, ruso nacionalizado belga de la antigua Marina Imperial Rusa
antes de la caída del Ejército Blanco en la Guerra Civil Rusa.
Inmediatamente a los cambios la Legión Valona cruzó el Río Dniéper,
combatió durante el invierno en el Valle del Río Donets y participó en la
Batalla de Kharkov. Luego fue asignada con refuerzos a la 97ª División de
Cazadores Alemana, siendo a continuación trasladada al Cáucaso, campaña en
la que atravesó 800 kilómetros a pie, liderada en aquel entonces por el
comandante Lucien Lippert y contando con el teniente Degrelle recién
ascendido.
Maikop, uno de los pozos
petrolíferos del Caúcaso y Europa, fue el destino de la Legión Valona en
donde se distinguió notablemente sufriendo 854 bajas de los 1.000 hombres
con los empezó. A pesar de las dificultades pudieron hacerse junto a los
alemanes y caucásicos colaboracionistas con Maikop, Tjerkakow y llenar las
bajas sufridas con refuerzos desde Bélgica. Todavía la Legión Valona
tendría protagonismo en el Cáucaso con la conquista de Tuapse, acción
que realizaron y lograron bajo una intensa lluvia de aguanieve
y bombardeos de la artillería y aviación rusa. A mediados de
Noviembre de 1942 la Legión Valona había encajado tantas bajas que tuvo que
ser retirada del Cáucaso.
Desde que existía el ejército
paneuropeo de las Waffen-SS, León Degrelle había querido integrar a los
belgas valones en un una división, tal y como ya lo habían hecho los
belgas flamencos en la 19ª División SS Flamenca. El Reichsführer de las SS
Heinrich Himmler aceptó la petición de Degrelle en Junio de 1943 y el 3 de
Julio de ese mismo año fue inscrita en las Waffen-SS la Brigada SS Belga
Valona (Freiwilligen-Sturmbrigade Wallonien).
El campo de entrenamiento de
Widflecken fue el lugar escogido para los voluntarios de la Brigada SS
Belga Valona para adiestrarse. La Legión Valona se disolvió y sus 1.500
integrantes fueron enviados a Widflecken, mientras que de Belgica llegaron
400 reclutas nuevos, lo que derivó en que otra vez se abrieran plazas en
el campo de instrucción de Meseritz. Una de las novedades fue que a la
Brigada SS Belga Valona se la designó como unidad motorizada con hasta
250 camiones, cuyas compañías artilleras se equipaban con dos
cañones pesados de 150 milímetros y cuatro cañones ligeros de 75
milímetros.
Lucien Lippert siguió siendo el
comandante. La división contaba con los dos 69º y 70º Regimientos SS de
Granaderos; el 28º Regimiento SS de Artillería; los cuatro 28th Batallones
SS de Cazatanques, Panzer de Reconocimiento, Intendencia e Ingenieros; las
siete Compañías SS de Avituallamiento, Antiaéreos, Administración,
Sanitaria, Veterinaria, Refuerzos y Ataque; y el Grupo Capelle.
28ª División SS Belga Valona
“Wallonie”:
69º Regimiento SS de Granaderos
“SS-Panzergrenadier Regiment 69″
70º Regimiento SS de Granaderos
“SS-Panzergrenadier Regiment 70″
28º Regimiento SS de Artillería
“SS-Artillerie Regiment 28″
28th Batallón SS de Cazatanques
“SS-Panzerjäger Abteilung 28″
28th Batallón SS Panzer de
Reconocimiento “SS-Panzeraufklaürungs 28″
28th Batallón SS de Intendencia
“SS-Nachrichten Abteilung 28″
28th Batallón SS de Ingenieros
“SS-Pioner Bataillon 28″
28ª Compañía SS de
Avituallamiento “SS-Nachsub-Kompanie 28″
28ª Compañía SS de Artillería
Antiaérea “SS-Flak-Kompanie 28″
28ª Compañía SS Administrativa
“SS-Verwaltungskompanie 28″
28ª Compañía SS Sanitaria
“SS-Sanitäts-Kompanie 28″
28ª Compañía SS Veterinaria
“SS-Veterinar-Kompanie 28″
28ª Compañía SS de Refuerzo
“SS-Ersatz-Bataillon 28″
28ª Compañía SS de Ataque
“SS-Sturm-Bataillon 28″
Grupo Capelle “Kampfgruppe
Capelle”
A finales de 1943 la Brigada SS
Belga Valona se asentó en Ucrania. Poco después, al empezar 1944, el
Ejército Rojo lanzó una ofensiva hacia el bosque ucraniano de Teklino,
próximo a donde acampaban los belgas. La 5ª División SS “Wiking” y la
División “Germania” fueron las primeras en intentar reconquistar Teklino
con un resultado fallido.
Entonces se recurrió a la Brigada
SS Belga Valona par intentar conquistar el bosque, algo que causó risas
entre los alemanes de la Wiking que llegaron a mostrar un cártel burlesco
que rezaba: “El circo de Wallonia. Espectáculo gratuito. Mañana de 6 a 8″.
Con nieve y una temperatura bajo cero en grados, la Brigada Valona se
lanzó al asalto contra el bosque de Teklino para quedar frenada poco
después ante la superioridad soviética. Sin embargo se ordenó que grupos
pequeños con ametralladoras se infiltraran en el bosque y hostigaran las
vías de comunicación y suministros de las vanguardias soviéticas con
la retaguardia. La táctica funcionó a la perfección porque los rusos
se retiraron y la Brigada SS Valona destruyó hasta un total de
700 búnkers y nidos defensivos soviéticos.
Mientras la Brigada SS Valona
ocupaba Teklino, la ofensiva soviética continuaba y dejaba cercados a un
gran número de divisiones del Eje en la bolsa de Korsun-Cherkassy.
Encerrada en la bolsa, los valones se dedicaron a defender la zona de
Novaya-Buda, sitio en el que murió Lucien Lippert, el cual fue sustituido
en el mando por el mismo León Degrelle. A través de Lisyanka el Eje rompió
el cerco de Korsun-Cherkassy, siendo precisamente por ese mismo punto por
donde escapó la Brigada SS Valona. Unos 1.400 belgas valones cayeron
en Korsun-Cherkassy de los 2.000 inciales, sólo sobrevivieron
632 hombres.
Defensa de Narva
Gracias a la maestra comandancia
provisional de la Brigada SS Valona, León Degrelle fue ascendido a
SS-Sturmbannführer y recibió la Cruz de Caballero, quedando como segundo
al mando el SS-Sturmbannführer Franz Hellebaut. Pero el cambio más
significativo fue la reconversión de la Brigada SS Valona en la 28ª
División SS Belga Valna “Wallonie” de las Waffen-SS. Una de las razones de
esta reconversión fueron los 8.000 voluntarios belgas valones que se
reclutaron en Bélgica gracias a una intensa campaña mediática de
reclutamiento que realizó el Partido Rexista.
Otra novedad fue la inclusión de
franceses leales a la Francia de Vichy y españoles. En el caso de los
voluntarios venidos de España procedían del movimiento filofascista de la
Falange y también de la División Azul. Degrelle que tenía amistad con el
militar hispano-belga Antonio Alfonso Van Horembeke, veterano de la Guerra
Civil, aceptó encuadrar hasta 250 españoles para que lucharan junto a los
valones, al mando de estos quedó el SS-Obersturmführer Luis García
Valdajos.
Narva en Estonia fue el siguiente
destino de la División SS Valona en Junio de 1944. Únicamente 440 belgas
se desplegaron en la localidad de Dorpat bajo control del III Cuerpo SS
Panzer que lideraba el SS-Obergruppenführer Felix Steiner. Del 10 de
Agosto a Septiembre los valones defendieron Narva presentando una heroica
resistencia y logrando abatir con armas antitanque Panzerfaust a
innumerables poderosos tanques rusos T-34 y Stalin IS-2. En los combates
se distinguió el SS-Untersturmführer Leon Gillis que consiguió
destruir en solitario a muchos tanques T-34, recibiendo la Cruz de
Caballero. Por suerte un gran número de belgas sobrevivió al cerco de
Narva, ya que desde el puerto de Reval en el Mar Báltico fueron evacuados
por barco hasta que fueron enviados a Breslau o Dinamarca.
Berlín
Bélgica fue liberada por los
Aliados a finales de 1944 y a principios de 1945 los belgas SS valones se
habían quedado sólos sin poder regresar a su país que los acusaba de
traidores. A pesar de todo decidió apostar por caer junto al Eje y por eso
se integró en el XXIX Cuerpo Panzer que intentó liberar sin éxito en
Febrero de 1945 una bolsa en la que estaban atrapados algunos alemanes en
Arnswalde. Aunque los belgas se estrellaron contra el avance ruso,
provocaron serias bajas a los soviéticos en aquella misión denominada
“Operación Sonnenwende”.
Durante la retirada de las
fuerzas del Eje hacia el Oeste cuando empezó la Batalla de Berlín, los
belgas valones muy próximos a la capital, apoyados por numerosos
españoles, pelearon encarnizadamente en Stargard, Kollin y Stettin. A
principios de Abril la 28ª División SS Valona cruzó el Río Oder por Lübeck
y se rindió a los ejércitos de Estados Unidos y Gran Bretaña. Los 625
soldados supervivientes pudieron regresar a Bélgica, no se tomó
represalias contra ellos, únicamente contra unos pocos mandos.
Citas de Degrelle:
"Si los buenos no combaten,
triunfan los malvados" decía un dicho que hizo suyo.
"Unido con Hitler hasta el
final del mundo".
"Si las Waffen-SS no
hubieran existido, los soviéticos habrían invadido toda Europa en 1944.
Habrían llegado a París antes que los americanos."
"La sangre de los héroes
muertos cruzara Europa como un río de vida".
“Los que titubean ante el esfuerzo, es porque tienen adormecida el alma".
El gran ideal da siempre fuerza para domar el cuerpo, para soportar el cansancio, el hambre, el frío.¿Qué importan las noches en vela, el trabajo abrumador, o el dolor, o la pobreza? Lo esencial, es conservar en el fondo del corazón la gran fuerza que alienta e impulsa, que aplaca los nervios desatados, que hace latir de nuevo la sangre cansada, que hace arder en los ojos, adormecidos por el sueño, un fuego ardiente y devorador.Entonces, nada es áspero ya. El dolor se ha transformado en alegría porque, gracias a él, nos damos más por entero, y el sacrificio nuestro se purifica”.
El exilio
En un avión cedido por Joseph
Terboven, Reichkomissar alemán en Noruega que se suicidaría horas después,
logra atravesar toda Europa y llegar a las playas de San Sebastián, al
norte de España. Mientras su familia es detenida, incluso su esposa que
pasará muchos años encarcelada. Sus ancianos padres encarcelados sólo por
el hecho de tener esta condición. Morirán en prisión. En España residirá
por más de cuatro décadas, casi cinco, apoyado por fieles camaradas
españoles que evitarán que sea extraditado. El General Francisco Franco
le prestó su apoyo incondicional. A finales de los años 60 ya no
había peligro que fuera extraditado o secuestrado por terroristas judíos.
Ya era ciudadano español y
Bélgica había públicamente reconocido que era un "extranjero"
aunque la prescripción de la pena de muerte se prorrogó expresamente diez
años más, hasta 1974, en lo que se llamó "Lex degrelliana". Sin
embargo Degrelle jamás repudió su patria, la cambió por Europa.
Todos los que pudimos conocerle personalmente recordamos con cariño como contaba con sensibilidad sus aventuras juveniles y el paisaje de ese país que tanto amó. Hasta el último día de su vida recordó y se preocupó por el futuro de Bélgica. Damos fe de ello. Dedicó el resto de su vida a propagar el ideal a las juventudes de Europa y a recopilar sus vivencias, no como un anciano que recuerda mejores épocas, sino como un joven que desea dejar algo para la posteridad. Cuando se dirigía a los jóvenes nunca decía "antes era" sino "el futuro debe ser así". Estaba convencido que viviría para ver su sueño realizado: una Europa unida en un ldeal. Una juventud luchando por un futuro mejor, familia, paz, prosperidad ..... Sea así.
¡REX VAINCRA!
Lo más grave es que para
arramblar con avidez el dinero de la gente en el mundo entero, han tenido
que crear, para las masas, nuevas necesidades. Es lo que ellos llaman la
sociedad de consumo. El público maravillado va a su ritmo, lo compra todo,
lo útil y lo inútil; se envenena se asfixia se llena la imaginación de
espejos descompuestos, despreciando estúpidamente lo que gana, reclamando
siempre más, y destrozando completamente la economía de cada país de este
modo.
El posible comprador es triturado
cada día por la publicidad, por la pantalla de la televisión que alimenta
sin pudor y sin tegua su manía compradora impuesta, y le embrutece. Este
materialismo trepidante elimina o contamina todo lo que podría
obstaculizar su expansión desenfrenada, es decir, todo lo que, por
esencia, representa una tendencia al sacrificio y a la renuncia: religión,
familia, servicio a la Patria, tres puntos principales de la sabiduría.
Ya no queda ni un solo valor
moral que logra resistir a los ojos de los jóvenes: los padres han perdido
la partida, la Patria es una piltrafa, Dios hace reír y también el Papa
con sus Concilios. Se tolera quizás a algún cura izquierdoso que juega al
ratón y al gato o cosas por el estilo. Antes, Dios era todo. Sólo con su
Mensaje podía iluminar eternamente el corazón de los hombres.
La sociedad de consumo convirtió
a la humanidad en una inmensa multitud materialista a la cual la simple
idea de sacrificio le hacía temblar. Las fiestas, la televisión, la
libido, la avidez de tenerlo todo, de poder pagar todo lo que se ve, de no
someterse nunca a ninguna moral limitativa, de incluso hartarse de los
ancianos (carga pesada) o de los niños (obstáculos), han enviado la
civilización occidental al declive en el espacio de un cuarto de siglo.
Una guerra perdida, no es mortal.
Pero en este caso es toda una manera de vivir la que ha sido destruida,
son todos los valores que habían construido Europa los que han sido
dinamitados sin poder ser reemplazados por otros, únicamente quedan unos
Parlamentos charlatanes que no aportan en ningún caso soluciones serias.
Se inventan mil Congresos disparatados que no interesan a nadie. Y, por
todas partes en el viejo mundo, el Estado se derrumba bajo los golpes de
las masas materialistas, cada vez más exigentes y cada vez más insensatas
en sus reivindicaciones.
Las más altas nociones
espirituales han sido eliminadas una tras otra, ya sea la Fe, la Comunidad
de la Nación, el equilibrio y respeto a las costumbres, la solidaridad de
la familia, el papel preponderante de los padres, las obligaciones y
beneficios de la procreación. Hoy día se quiere vivir, es decir, vivir
materialmente, atiborrarse de confort. ¡Y lo demás, al diablo!
Y el resto, efectivamente, se fue
al diablo…
Solo pude hablar personalmente en
tres ocasiones con Léon Degrelle, pero fueron suficientes para captar su
extraordinaria personalidad, que se hallaba en las antípodas de lo que se
llama un político profesional. Aunque era un gran orador, no hacia uso de
los artificios de la oratoria clásica. No los necesitaba. Le bastaba con
una lógica tan sencilla como convincente, adecuada para toda clase de
públicos. Tuve la oportunidad de asistir a dos conferencias suyas en un
local de la desaparecida CEDADE, a finales de la década de los años setenta
del siglo pasado.
Recuerdo especialmente una charla
suya, sobre el tema de los regionalismos europeos. En aquella época se
estaba gestando la autonomía de Catalunya, que, según los patentados
patrioteros de la entonces denominada Alianza Popular iba a "romper
España", a "enfrentar hermanos con hermanos", y demás
manidos topicazos, con los que sus sucesores del Partido Popular iban a
continuar machacando los oídos de sus tan crédulos como deliberadamente
ignorantes sucesores.
Léon Degrelle era de nacionalidad
belga. Pero Bélgica no era mas que un invento, un parto "ex
nihilo", generado por Inglaterra en 1831, al desgajar la parte
flamenca al sur de Holanda y añadirle la porción francófona llamada
Valonia. La sutil inteligencia de Londres debilitaba así un peligroso
rival y creaba un agradecido satélite en el continente al cual le atribuía
el puerto de Amberes, el más importante del norte de Europa. El nombre del
país se derivaba de las antiguas tribus - los belgas - que habían habitado
aquella zona muchos siglos atrás.
Léon Degrelle se consideraba -
porque lo era - un valón. La unidad que él comandó en el Frente del Este
era una denominada Legión Valona, a pesar de no sustentar ningún tipo de
prevención contra los flamencos. Incluso el origen de su movimiento
político, REX, se fundamentaba en la unión de las dos principales fuerzas
sociales, étnicas y políticas de Flandes y Valonia.
Volviendo al tema de la muy
recordada conferencia de Degrelle en Barcelona, solo cabe decir que si,
viajando en el tiempo, la escucharan determinados epígonos de la
"Unidad de Des(a)tino en lo universal" y desconocieran la
identidad del orador, inmediatamente lo calificarían de
"rojo-separatista".
Sin embargo, nada mas alejado de
la realidad. Léon Degrelle era un nacionalsocialista de la cabeza a los
pies. Conocida es la frase de Hitler según la cual, de haber tenido un
hijo hubiera deseado que se pareciera a Degrelle. Pero, además, Degrelle
era un adicto a las tesis de la "Europa de las Patrias carnales",
tal como fuera definida en la Asamblea de Charlottenburg, presidida nada
menos que por el Reichsführer SS Heinrich Himmler, a principios de 1944.
En efecto, aquella incomparable SS, tanto la "Waffen", como la
"Allgemeine", ya contaba, en aquella época con mas de un 40% de
no-alemanes, otro tanto de alemanes, y un 15 a 20% de
"Auslandsdeutschen" es decir, de descendientes de alemanes
nacidos en el extranjero,. Basta con leer los libros de Saint-Loup o
de Jean Mabire narrando las gestas de los SS nórdicos, occitanos, bretones,
noruegos, valones, flamencos, en el Frente del Este.
Degrelle como Jean Mabire,
Saint-Loup, Frannwitz, y tantos mas, sabiéndolo o no, luchaban por una
Europa REAL, y, por cierto, tal fue el titulo ("L’Europe
Réelle") del primer periódico paneuropeísta publicado en la
post-guerra por otro superviviente de las estepas rusas, el valón
Jean-Robert Debbaudt.
En Charlottenburg se editó
incluso un primer boceto de mapa de la "Europa de las etnias",
en el que se hacia tabla rasa de las fronteras estatales artificiales,
producto muchas veces de guerras de rapiña, cuando no de bodas dinásticas,
con lo que los pueblos y etnias enteras eran objeto de cambalaches entre
media docena de familias, Habsburgos, Borbones, Saboyas, Battenbergs,
Romanoffs…mientras tanto, el gigante chino se despertaba en Oriente, y en
Occidente una joven república redentora de enormes riquezas se perfilaba
como una nueva super-potencia mundial.
La visión política de los hombres
de Charlottenburg comprendía que Europa solo era viable aplicando la vieja
fórmula, del refranero castellano "cada uno en su casa, y Dios en la
de todos". El mapa de Charlottenburg fue reproducido por Saint-Loup
en su libro "Les SS de la Toison d’Or". Todas las patrias
carnales de Europa dispondrían de un autogobierno interno total, mientras
que la política exterior y las finanzas estarían desde la capital federal
europea, Viena.
Recuerdo cómo Degrelle se
indignaba al enumerar las limitaciones de la entonces "Comunidad
Económica Europea", la Europa de los Estados, preconizada por el
General De Gaulle. Decía que todos los "socios del club" solo
concebían Europa como una vaca lechera. Todos pensaban en qué podían
obtener de Europa; nadie en lo que podía aportar.
En cambio, se entusiasmaba cuando hablaba de la Europa que hubiera podido ser si la suerte de las armas no hubiera resultado adversa. Afirmaba que un día u otro Europa se haría, desde el Mar del Norte hasta Vladivostock. Seria la primera - y única - potencia mundial. La alternativa, es decir, la que existía cuando nos hablaba, era una Europa sin ilusión y destinada a ser un satélite de Estados Unidos y, por elevación, de los poderes tácticos imperantes en Wall Street.
Los hechos, por desgracia, le
están dando la razón. En la actual Europa, cuanto más crece su extensión,
más se le acumulan los problemas, algunos de los cuales parecen
insolubles: la inmigración incontrolada, las rivalidades inter-estatales,
las corruptelas de los profesionales de la política, la ausencia de una
política exterior propia y, sobre todo, la falta de un verdadero
entusiasmo paneuropeo.
En resumen, a LA EUROPA REAL, LA
EUROPA DEL AMOR FRATERNO ENTRE NUESTROS PUEBLOS, de Lèon Degrelle y los
hombres de Charlottenburg, se ha opuesto la contrafigura actual, definida
tiempo ha como "un matrimonio de conveniencia no consumado".
Pero en política, lo más necio es la desesperación, y precisamente lo
obviamente desastroso de la actual situación permite esperar que, por la
Ley del Eterno Retorno, aparezca un grupo de hombres que, unidos en torno
a la idea de la Europa real, hagan posible un nuevo amanecer.
Prólogo del libro
"Feldpost", de Leon Degrelle, por José Luis Jerez Riesco:
(Edición española de un libro de
Léon Degrelle, que no se habia traducido ni editado nunca en España. Se
trata de "Feldpost", un libro genial que recoge las notas de
Léon Degrelle en el combate del Frente del Este en 1941 y 1942, que fue
editado por Ediciones Rex de Bruselas en enero de 1944).
Siempre he pensado que el lugar
natalicio de los seres humanos puede ser un factor determinante de
referencia en el carácter y en la trayectoria vital de las personas y a
veces marcan sus derroteros culturales; el hecho de que León Degrelle, el
genial autor y protagonista de la obra “Feldpost”, fuese natural de
Bouillón, en las viejas tierras de Lotaringia, donde nació el 15 de junio
de 1906, no es una cuestión baladí en su impronta y en su estela.
Entre los primeros recuerdos que
conservaba Degrelle en la retina, los de su más tierna infancia, se encontraba
la imponente y maciza silueta del pétreo castillo feudal, con sus robustas
torres circulares, morada de un personaje mortal de leyenda áulica,
Godofredo de Bouillón, a quien por sus nimbadas y prodigiosas hazañas y
gestas guerreras, en defensa de la Cristiandad, ha quedado como la
personificación del ideal de caballero medieval, como el arquetipo del
guerrero de la fe, por ser el primero que, liderando a los cruzados, entró
triunfante en la mítica ciudad de Jerusalén.
Las primeras narraciones que
formaron y desataron la imaginación y fantasía del joven Degrelle
guardaban relación con las epopeyas y aventuras de aquel ser prodigioso,
uno de los nueve de la fama universal que enumera Miguel de Cervantes, inspirador
de la leyenda del “Caballero del Cisne”, que sirvió de numen a Richard
Wagner para componer su opera Lohegrín o a Dante Alighieri para situar su
alma en el cielo de Marte, junto a los místicos-guerreros del santo ideal.
En los cuentos, leyendas y
narraciones que corrían, enigmáticos y chispeantes, de la boca de los
abuelos a los atentos oídos de sus nietos, en derredor de la lumbre de las
chimeneas o de los acogedores y cenicientos braseros, durante los
prolongados e interminables inviernos de tupidas e impenetrables nieblas
de Bouillón, no faltaban los relatos de tan singular héroe local de
proyección cósmica, a quien todos los muchachos llevaban dentro de sus
corazones, en el subconsciente colectivo de la región, y a quienes les
gustaría parecerse al ganar la pubertad.
Godofredo era un ser de un
profundo sentimiento religioso, que vendió todas sus posesiones y
pertenencias, poniendo íntegro su patrimonio al servicio de la Cruzada que
con tanta vehemencia y ardor predicaba el Papa Urbano II para, un buen día,
del año 1096, partir desde su fortaleza de Bouillón, al frente de cuarenta
mil hombres, para emprender, por la ruta de Carlomagno, el sendero que le
llevaría a la celestial Jerusalén para su liberación y poder así guardar y
defender la ciudad que albergaba el Santo Sepulcro, el mayor
baluarte espiritual de sus nobles ideales. Fueron tan prodigiosas
e inverosímiles las hazañas atribuidas a Godofredo de Bouillón
que pronto se le entronizó como héroe de los cantares de gesta, tanto
de Antioquia como de Jerusalén, como el prototipo y el paradigma
del caballero por excelencia.
Fue Godofredo para León Degrelle
un modelo a emular, un buen ejemplo a seguir. Por ello, cuando el Führer y
Canciller del III Reich, Adolfo Hitler, convocó a los pueblos y a la
juventud de Europa, en 1941, para alistarse y emprender la gran y decisiva
Cruzada contra el Bolchevismo, Degrelle se puso al frente de los
voluntarios valones, como soldado raso, para ganar fama, gloria y honor en
el Frente del Este, en aquella inmensa muralla de combatientes que
lucharon hasta la extenuación, encarnizada y románticamente, con sus
camaradas de todas las regiones europeas en la gran batalla por la defensa
de la civilización cristiana y la cultura occidental, para liberar al
Viejo Continente y al mundo entero de las podridas consignas orquestadas
por los sempiternos enemigos de la humanidad agazapados tras su
perfidia secular.
Si Godofredo de Bouillón ha
ganado un lugar de honor en el Olimpo reservado para los inmortales, León
Degrelle le sigue a la zaga, por su fantástica vida, relevantes prendas y
dotes excepcionales, que le pusieron a la cabeza de los escalafones del
valor y la inteligencia, logrando en el corto lapso de tiempo de cuatro
años de acero, por méritos de guerra, pasar de simple “guripa” a General
en Jefe de su unidad, siendo el combatiente extranjero más condecorado de
la Segunda Guerra Mundial, durante la Cruzada Europea contra el
bolchevismo ateo y materialista, configurándose para la posteridad como un
icono de heroísmo y férrea voluntad. Si con méritos propios destacó como
el “Guerrero de Europa”, movido por su arrolladora fe, su indomable
tesón y su fuerza proverbial, con su oratoria mágica e inspirada, ganó
las voluntades de sus fieles y con sus escritos supo plasmar, con rigor
y precisión, los hechos y epopeyas en las que intervino como destacado
y estelar personaje principal en los acontecimientos que labraron
y decidieron la Historia del siglo XX, sin renuncias
ni arrepentimientos, sino con orgullo y lealtad a los valores eternos
que dignifican y elevan a los seres superiores.
“Feldpost” es el título del
diario epistolar que León Degrelle
redactaba a vuelapluma, entre
ecos de truenos, estallidos de metralla y olor a pólvora, antes de
conciliar el sueño tras las duras jornadas en el Frente del Este en las
campañas de 1941 y 1942, de la que hasta la fecha no existía versión
española. Las cartas escritas por el joven voluntario, con sus vivencias,
reflexiones y meditaciones a ras de trinchera, las enviaba puntualmente a
Bélgica utilizando los organizados servicios del correo militar, que eso
significa precisamente el rótulo alemán empleado de sus reveladores
testimonios:
“Feldpost”, que se podría
traducir como “Correo de campaña”, donde se vislumbran, en su elevada
adrenalina, anhelos bélicos e ideales políticos, y en los que León
Degrelle refleja, de forma fidedigna y magistral, la vida dura y
sacrificada de los combatientes valones en los gélidos inviernos de la
estepa y de los hielos de aquella inmensidad territorial cubierta por el
manto glacial de sus rigores extremos.
El libro, por la espontaneidad de
su redacción, es de fácil lectura y el testimonio directo expuesto, por su
inmediatez en relación a los acontecimientos vividos, adquiere la
categoría de documento de máxima certeza y suma veracidad, alejado de
cualquier manipulación elaborada a posteriori, como se suele escribir al
uso y así falsificar la Historia elaborada y reconstruida, por interesadas
razones de mera conveniencia.
En estas líneas escritas en el
fragor de las batallas, en condiciones climáticas al límite de la
resistencia humana, se adentra el lector en el alma íntima y recóndita de
León Degrelle, descubriendo en sus frases, lacónicas como dardos y sin
oropeles, los recovecos de su grandiosa personalidad, llena de poesía y de
una gran nobleza de miras altruistas y elevadas.
La recopilación de las cartas
estampilladas, enviadas por “Feldpost”, denominación del servicio postal
empleado por las fuerzas militares germanas en combate, es un auténtico
diario de guerra y vieron la luz pública en las Ediciones Rex de Bruselas,
el 31 de enero de 1944. Son, pues, unas memorias donde Degrelle templa sus
armas espirituales y su coraje con el hielo y con el ardor del fuego de su
ardiente corazón.
Después de la atenta lectura de
esta obra la imaginación nos lleva hacia la existencia y la constatación
que la mitología puede convertirse en realidad cuando se encarnan sus
atributos idílicos y quiméricos en seres irrepetibles, como Godofredo de
Bouillón o León Degrelle, que nos señalan al unísono el camino de la
rectitud.
Obras Publicadas:
Almas ardiendo (O Almas en la
hoguera)
La campaña de Rusia
Memorias de un fascista
Hitler, nacido en Versailles
Tintin, mon copain
Carta abierta al Papa sobre
Auschwitz
Mi camino de Santiago
El enigma de Hitler
¡Europa vivirá!
Majestad, usted y yo
Leon Degrelle, firma y rúbrica
Historia de las Waffen-SS
europeas
Hitler. La marcha hacia el Reich
(1918–1933)
Mis andanzas en México.
Mis Memorias:
A sus 77 años, el belga León
Degrelle, que llegó a ser general de la Waffen Division SS durante la
segunda guerra mundial, la última reliquia del fascismo europeo, a quien
se acusó de ser criminal de guerra, el hombre al que Hitler dijo al oído
mientras le imponía la más alta condecoración del III Reich, el gran
Collar de Ritterbreuz, "si tuviese un hijo me gustaría que fuese como
usted", escribe tranquilamente sus memorias en su piso de la calle de
Santa Engracia, de Madrid.
Es uno de los exiliados de extrema derecha más notables de entre los que fueron acogidos durante la dictadura. Completan la nómina los ex presidentes Trujillo, de la República Dominicana; Batista, de Cuba; Pérez Jiménez, de Venezuela; Alfredo Ovando, de Bolivia, o Isabel Perón, de Argentina, además de sus respectivas cohortes.
Vive plácidamente en la octava
planta de una finca de la calle Santa Engracia, próxima a la plaza de
Chamberí, en dos magníficos pisos corridos, regalo de "algunos de los
muchos amigos que aún tengo en España". Su casa es todo un museo, con
vitrinas con piezas de la época romana primorosamente cuidadas, tallas
religiosas de los siglos XVI y XVII, cuadros de valor incalculable,
monedas únicas, antigüedades de todo tipo, muebles de época y alfombras
persas. Está adornada por todas partes con símbolos nazis. "Estas
cosas se compraban antes por nada. Cuando curé de mis últimas heridas de
guerra, ya en España, hice el camino de Santiago desde Roncesvalles y fui
comprando cosas en los pueblos. También en Andalucía me regalaron muchas
cosas los campesinos de aquellos pobre pueblos, porque sabrá usted que, en
realidad, soy andaluz..."Y comienza a desgranar la historia...
Cuando los alemanes vieron
perdida la guerra, muerto Hitler, Ribbentrop insistió a Degrelle, que
había logrado llegar a Oslo, para que se pusiese a salvo. Con cuatro
oficiales se apropió del avión del ministro de la guerra, Speer, y realizó
un vuelo nocturno y heroico que terminó en la misma arena de la playa de
la Concha, en San Sebastián, cuando el aparato -un Heinkel bimotor- se
quedó sin combustible. "Volábamos sin luces huyendo del fuego
antiaéreo francés.
Cuando divisábamos Irún, a sólo
unos minutos de aviación, vimos la muerte segura. Yo conocía aquella zona
porque de pequeño había veraneado en Lourdes con mis padres algunos años y
en dos ocasiones visitamos Guipúzcoa. Pero faltaban algunos minutos y el
avión ya no tenía combustible. Aterrizar en suelo francés significaba la
guerra. Así que el piloto, para demostrar su pericia, puso el avión
vertical, aprovechó las últimas gotas y llegamos hasta San Sebastián. La
Vírgen de Lourdes me salvaba en el último momento".
Se estrellaron contra la misma
playa y Degrelle resultó gravemente herido. Estuvo dieciocho meses en el
Hospital Mola, de San Sebastián. "Mis heridas me salvaron en
realidad, porque Franco quiso devolverme a Alemania. Ví las cosas tan mal
que un día le escibí una carta en la que le decía: «Qué poco vale para
usted la sangre de un cristiano ...». Se indignó Franco, según supe, y me
mandó a Serrano Suñer, pero la cosa acabó en que cuando pude echar a andar
me prepararon una fuga falsa. Se publicó en toda la Prensa occidental,
para tranquilidad de los aliados que pedían mi cabeza. Oficialmente yo
había desaparecido. Entre Martín Artajo, el conde de Mayalde y Narciso
Perales prepararon mi fuga".
Llegó a Madrid y vivió escondido
en casa de un matrimonio de jubilados durante un año y medio. "Vivía
en el cuarto de la criada. Sin luz. Sin ventilación. El hombre de la casa
pesaba unos 130 kilos. Recuerdo que iba cada noche a la cama con un gran
orinal. Producía cuatro litros cada noche". En esa época, Degrelle se
enteró por Informaciones de la muerte de su padre y de su madre. Tuvo tal
crisis que la cicatriz de una de las operaciones se le abrió de arriba a
abajo, desde el cuello al vientre. Tuvo hemorragias constantes durante
meses. Perdió 32 kilogramos de peso y tuvo consciencia de que se moría.
"Así que decidí cambiar de mundo viendo algo agradable y me fui a
Málaga, a la Carihuela. Entonces era un pequeño puerto de pescadores. Al
cabo de un tiempo me reconoció un alemán que vivía allí y me internaron en
un hospital, donde me operaron y me salvaron la vida".
A través del cónsul de Alemania
en Málaga, Johan Hoffinan, llegó hasta José Antonio Girón. Fue la persona
que le ayudó a seguir huido.
El ministro franquista le buscó
un lugar tranquilo. Una finca enorme de unos industriales castellanos en
una zona próxima al pueblo sevillano de Constantina. "Iba con
frecuencia al pueblo y pasaba siempre delante de una tienda regentada por
una anciana a la que con el tiempo llegué a conocer muy bien: Matilde
Ramírez Reina. Al poco tiempo ella me adoptó. Los tribunales belgas me
habían privado de todos los derechos y me ha bían equiparado a un menor.
El juzgado de Cazalla de la Sierra tuvo esto en cuenta y aprobó mi
adopción. A mis 53 años. Soy hijo de aquella buena mujer, aunque para
entonces mis seis hijos ha bían empezado a darme los primeros doce
nietos".
León Degrelle pasó a convertir se
a los ojos de la justicia española en León Ramírez Reina, español de
Constantina, donde llegó a tener una calle. Enseña al periodista el carné
de indentidad español.
El pulso y la inspiración
En las paredes de su impresio
nante despacho están colgadas las banderas de las compañías de la Waffen
Division SS, de la que llegó a ser general, y las dos bande ras del
Movimiento Rexista Belga (fascista) que él fundara antes de la segunda
guerra mundial. Sobre un pequeño plato de cobre coloca do encima de un
pequeño arcón también de madera noble está a la vista el gran Collar de
Ritterbreuz.
Aparentemente no disfruta de
protección policial. El paso es franco hasta el octavo piso de la finca.
El mismo abre la puerta al periodista, aunque la cita estaba acordada, y
durante las tres horas y media de charla la casa permanece silenciosa y
aparentemente deshabitada. León Degrelle pasea por su despacho durante
todo el tiempo de la conversación. Habla con una potencia y una
rapidez atronadoras y lleva el peso de la conversación, porque apenas
deja intervenir.
Con una lucidez extraordinaria,
evita en lo que le es posible los hechos y las fechas concretas en
beneficio de las grandes citas filosóficas o teorizantes, o para recordar
pasajes de sus libros o de las memorias que está escribiendo: "...A
nosotros, los supervivientes de la cruzada europea contra el comunismo
soviético, los ex combatientes del frente del Este, desgarrados por las
heridas, abrumados por los lutos, consumidos por las penas, ¿qué derechos
nos quedan todavía? Somos unos muertos, con piernas, con brazos,
con respiración. Pero muertos...". O para pontificar sobre el
fascimo: "No creo en esa palabra. La repudio. Yo hablo de nacional
socialismo porque es un concepto mundial. Fascismo es un concepto
italiano solamente". O sobre el socialismo: "Mi socialismo es el
socialismo en colaboración con los que tienen el capital. Sin el capital
no hay sueldos y sin trabajo no hay fábricas. Yo nunca quise conquistar
el poder, sino que busqué que la gente, el pueblo, me lo entregase".
Ha contratado con una importante
multinacional norteamericana la publicación de sus memorias. Serán catorce
volúmenes, catorce videocasetes y catorce películas. Los editores le han
puesto fechas de entrega. "Con el dinero se acaban para siempre mis
penurias económicas, aunque siempre he sido poco gastador". Así que
tiene que entregar un libro cada cuatro meses.
Escribe a mano, con rotulador
negro, en cuadernos grandes de anillas, que va depositando unos encima de
otros a medida que están llenos. "El pulso de la mano es lo que mejor
refleja la inspiracíón", dice. Comienza a las siete de la mañana y
levanta el trabajo por la noche.
Allí está todo. Desde su
nacimiento, en Bouillon (patria de Godofredo de Bouillon, uno de los
primeros cruzados), en una familia de ocho hermanos, hasta su precocidad
en todo. A los quince años había escrito una novela y un libro político; a
los veinte, cinco libros, y a los veinticinco dirigía varios periódicos,
algunos de los cuales llegó a poseer. A los treinta (en 1936), ya con el
Movimiento Rexista (fascista) fundado hace algún tiempo, consiguió meter
en el parlamento belga a 32 diputados.
En las memorias se cuenta su
encuentro con Franco, en la guerra civil española, y hay un epígrafe en el
que relata una conversación entre los dos personajes: "Yo le dijo a
Franco que la guerra estaba resultando muy larga y por lo tanto muy
costosa, a lo que me respondió que ocho siglos habían tardado sus
antecesores en la Reconquista. La verdad es que nunca tuve confianza con
Franco. Llegué incluso a votar, ya como español, en su contra en el
referéndum de la Ley de Sucesión.
A quien de verdad yo admiré fue a Serrano Suñer. Luego, en los siguientes 45 años, con el paso del tiempo tuve relaciones de todo tipo con gente como Girón, el doctor Marañón, Ridruejo, Laín Entralgo, Rof Carballo, Cossío, Sopeña, De la Serna, Mayalde, Carrero Blanco, etcétera. A estos dos últimos les regalé un cuadro valioso a cada uno. Fui amigo de Fraga y también, mucho, de Blas Piñar. Siempre le dije a Blas que se equivocaba, que no se podía ser notario y político. Montó un partido en torno a una clase social rica o muy rica. Por eso fracasó".
León Joseph Marie Ignace Degrelle
, nació el 15 de junio de 1906, en Bouillon, un pequeño pueblo de las
Ardenas, en Luxemburgo. Su familia era católica, burguesa, de origen
francés emigrados a Luxemburgo seis años antes del nacimiento de León, a
raíz de la expulsión de los jesuitas y del gobierno anticlerical de
Francia. León heredó la devoción y fe católicas que señalarían su rumbo
por el resto de su vida.
Sus primeros estudios los cursó
en un colegio de la Compañía de Jesús y culminó su educación en la
Universidad Católica de Lovaina obteniendo un doctorado en leyes. Fue
miembro de la Acción Católica y viaja a México como corresponsal para
escribir sobre la guerra que encara Plutarco Elías Calles contra los
Combatientes Cristeros que se enfrentan a la feroz dictadura de Plutarco.
Degrelle, toma el grito de guerra de los cristeros "¡Viva Cristo
Rey!" y a su regreso en Bélgica funda la Editorial Christus Rex.
Viaja constantemente por
Sudamérica, EEUU y Canadá. Visita África, Oriente Medio y todos los países
europeos. Degrelle es un convencido de que Europa tiene un destino común y
que en consecuencia todos los países europeos deben unirse en pro de su
común herencia cultural.
Político por excelencia, pronto
se encuentra enfrentando a los corruptos partidos parlamentarios,
incluyendo al Partido Demócrata Cristiano, que es respaldado por la alta
jerarquía eclesiástica. Funda el Partido Rexista y comienza su lucha
denunciando a la "Gran Banca Judaica" que ejercía una poderosa
influencia en la economía belga. Su lucha no se limita al ámbito local
sino que se extiende hasta el Congo Belga. El Partido Rexista es populista
por excelencia y Degrelle trata por todos los medios de convencer a los
marxistas con sus ideas de igualdad social.
El 29 de Marzo de 1932, Degrelle
se casa con Marie-Paule Lemay con quien tuvo ocho hijos, siete hijas y un
hijo.
El 21 de febrero de 1936, la
Iglesia Católica rompe relaciones con el Partido Rexista y prohíbe a los
católicos colaborar con ellos. El 24 de mayo, el Partido Rexista obtiene
una estruendosa victoria en las elecciones parlamentarias ganando 34
escaños en el Parlamento Belga. Pero los demás partidos no se rinden y
comienzan una lenta lucha para convencer a los jóvenes rexistas, logrando
integrarlos en una falange en contra de Degrelle. Como resultado de estos hechos
el Partido Rexista comienza a declinar y a desintegrarse, sin embargo,
Degrelle logra ser reelegido en el parlamento.
La situación en Europa es crítica
y Degrelle prevé que nuevamente Bélgica puede ser utilizada como un
amortiguador entre Francia y Alemania para el momento en que se inicien
las hostilidades. Pero además de preocuparse por la integridad del
territorio belga, Degrelle ve más allá de las fronteras y del propio
continente europeo.
A los 29 años de edad Degrelle ha
refundado el sentimiento
nacionalista belga y por tanto
pronto se encuentra en contacto con otros nacionalistas europeos, como
Cornelio Codreanu líder de la Guardia de Hierro en Rumania, José Antonio
Primo de Rivera fundador de la Falange Española, Mussolini creador del
Partido Fascista Italiano y Adolfo Hitler del Partido Nacionalsocialista
en Alemania.
Mussolini invita a Degrelle a
Roma, Churchill lo invita a Londres y Hitler lo recibe en Berlín. Degrelle
se esfuerza por evitar una guerra en Europa, pero los partidos nacionalistas
y los comunistas, todos juegan en pro de la guerra.
La guerra estalla en 1939,
Degrelle hace lo posible por lograr la neutralidad de su país, pero el
gobierno belga se inclina por los Aliados y el 10 de mayo de 1940,
Alemania invade Bélgica. El Partido Rexista se pliega a la resistencia
contra el invasor, pero Degrelle es apresado por la policía francesa,
acusado de ser un espía. Degrelle es torturado y pronto se enfrenta a un
jurado que tiene la intención de fusilarlo. Mientras se encuentra en prisión
sobrevive a la masacre de Abbeville, donde un grupo de presos belgas,
mujeres, niños y ancianos son asesinados.
El 28 de mayo de 1940, Bélgica se
rinde y se establece un nuevo gobierno. El día 22 de Julio, Degrelle es
liberado del campo de concentración de Vernet en Francia y regresa a
Bélgica iniciando de inmediato la reconstrucción del Partido Rexista.
El 21 de junio de 1941, establece
una alianza con los nacionalistas flamencos, un día antes de la invasión
alemana a la Unión Soviética. Degrelle no olvida la ingerencia soviética y
del judaísmo internacional en los asuntos belgas y crea la Legión Walonie,
que luchará al lado de los alemanes en contra de lo que Degrelle
considera ser el enemigo común: el Marxismo.
De soldado raso, Degrelle
comienza a ascender los escalafones militares hasta llegar a General.
Mediante una acuerdo con Himmler, la Legión Walonie se convierte en la 28
División de las Waffen-SS. Recibe la Cruz de Hierro y la Cruz de
Caballero. Las acciones militares de Degrelle se comienzan a convertir en
leyenda cuando ya está al mando
de las divisiones Walonie,
Carlomagno Vlandern. La suerte de la campaña en el este está echada y
lleva a las fuerzas alemanas a buscar refugio tras sus propias fronteras.
En Julio de 1944 su hermano
Edouard es asesinado y León es excomulgado. En Estonia, Degrelle es
condecorado con las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero. Para
entonces los Aliados han ocupado Bélgica.
El 2 de mayo de 1945 Himmler lo
nombra General-SS. Ese día Degrelle viaja a Copenhague y tres días después
se encuentra en Oslo, pero poco después las fuerzas alemanas se rinden en
Noruega y Degrelle debe escapar a España. Embarca en un avión de
transporte cruzando las líneas aliadas en medio de un nutrido fuego de los
antiaéreos. El avión cae en la Bahía de San Sebastián al norte de España,
donde Degrelle, gravemente herido, obtiene refugio político.
Los Aliados amenazan invadir
España a menos que sean entregados Degrelle y Pierre Laval. Ante la
presión, Franco entrego a Laval pero se comprometió a mantener a Degrelle
hasta que pudiera moverse del hospital. Degrelle pasa un año
hospitalizado, casi totalmente enyesado e inmóvil, pero apenas pudo mover
su brazo derecho comenzó a escribir su libro "Campaña en Rusia"
que fue publicada en Francia en dos ediciones.
Un año después Degrelle se
refugia en un monasterio, pero en Bélgica sus familiares y amigos fueron
encarcelados y torturados. Sus hijos fueron internados en centros de
detención en varios países de Europa y se les cambió los nombres para
evitar que la familia pudiera reunirse de nuevo. Las autoridades belgas
ordenaron que no se les permitiera entrar en contacto entre sí o con sus
padres.
Se le juzga en ausencia y el 29
de diciembre, se le retira la
nacionalidad y es condenado a
muerte por las potencias vencedoras. El nuevo gobierno belga pasó una ley
llamada Lex Degrellana que declaraba ilegal poseer, transferir o recibir,
cualquier libro de Degrelle o que hablara sobre él.
Permaneció en España amparado por
su amigo Francisco Franco y se dedicó a escribir varios otros libros,
entre ellos, "Almas Ardiendo", "Memorias de un
Fascista" y "Carta al Papa". Trabajó como obrero
de construcción y de la misma forma como de soldado raso llegó a
general, de obrero llegó a fundar su propia compañía de construcción. Fue
tan exitosa su empresa que el gobierno de EEUU le encargó la
construcción de campos aéreos en España. Mientras tanto, amigos leales a
Degrelle y su causa lograron ubicar a todos sus hijos y devolverlos a su
padre.
Durante 40 años Degrelle pidió
ser juzgado públicamente por una corte belga, pero se le negó ese derecho.
Una y otra vez el gobierno belga respondió con el silencio a esa petición.
Por otro lado, en varias oportunidades atentaron contra su vida en España.
El 5 de julio de 1961, la policía española apresó al ciudadano israelí
Zuis Alduide Idelon y a Suison Jake De Mon con pasaporte francés.
En poder de esa personas se encontraron armas, medio millón de dólares y un equipo de anestesia. Ambos confesaron ser un comando israelí con la misión de secuestrar a Degrelle. Posteriormente la policía apresó al jefe de la banda local, un español llamado Rubio de la Goaquina, comunista declarado y seis de sus cómplices. Este es solamente uno de los casos
de persecución que sufrió
Degrelle.
Entrevistas a Degrelle:
P.— Si pudiera hacerlo, volvería
usted a empezar de nuevo la tarea que emprendió y que finalmente se saldo
para usted con un fracaso?
R.— En la línea de lo que fue mi
ideal si. Pero no según las normas miserables de los políticos degenerados
de hoy. El poder que siempre me intereso no tiene nada que ver con las
contorsiones de efectos liliputienses Este poder depreciado lo rechazaría
incluso si me lo ofrecieran sobre un trono de oro macizo. ¿Para que iba a
aceptarlo?
Fracasaría. No existe un solo
caso en el que el parlamentarismo de los charlatanes demagogos y de los
traficantes no haya fracasado. Ya fuese con la República de Weimar, con el
Frente Popular de León Blum, o en Bélgica bajo el fúnebre magisterio del
enterrador modelo que fue el señor Pierlot.
Durante mi vida de jefe político
y de soldado di todo a mi pueblo con fervor de un amante. Se me ha
rechazado, y lo reconozco. En vez de recriminaciones vanas, y a la orilla
del Mare Nostrum que nos dio la civilización, prefiero la contemplación de
mis adelfas, de mis hibiscos y de mis palmeras que cortan en estrías el
cielo azul metálico. Un sol apolineo me nutre. Cada mañana , deslizo con
amor mi rosa mas suave por los labios de mármol de la diosa romana que
protege mi terraza y mis sueños. ¡La belleza! ¡La belleza¡ Ella embalsama
y sublima mis recuerdos. Ella mantiene mi fe en el destino humano.
Mis pulmones atrapan la vida, los perfumes y la dulzura del viento en
los arboles. Una gran pasión me ilumina el corazón. Y Dios habita en mi.
Si, por un milagro, algún día el
destino me volviera a avisar, aun acudiría a la cita, pero a la cita
de los forjadores de pueblos, de los maestros de la vida, los únicos que
me interesan.
P— Es usted feliz?
R.— He tenido en la vida mi
pesada parte de sufrimientos y de penas.
Las espantosas prisiones de 1940
me pesaron como la mas dura de las cruces. En los cuatro años de frente
ruso estuve en el limite de las peores pruebas que un ser humano pueda
soportar. Después, hicieron morir a mi hermano, a mi madre y a mi padre.
Durante catorce años ni siquiera supe que había sido de mis hijos. Mi
único hijo varón, apenas recuperado, murió en Sevilla, en plena calle, en
un accidente de trafico.
Pero ¿de que voy a quejarme?
Quise llenar mi alma de grandeza, y es un alimento que cuesta muy caro.
Pago la cuenta. Mas la dicha que tuve siguiendo mi vocación, y forjándome
un alto destino, compensa las mas acerbas amarguras.
Veo, con la mirada limpia, que
esta vida me ha dado un máximo de congojas y de alegrías. Recapitulo.
Valía la pena. Soy feliz. si, soy feliz.
P— Le resulta duro el exilio?
R.— Me ha agobiado siempre
terriblemente. E1 vagar sin fin me produce una melancolía sofocante.
Contemplo los Pirineos con mirada soñadora.
Y siento pinchazos en el corazón
cuando veo fotos de la vieja fortaleza de Bouillon y de las riberas de mi
Semois natal. Pero es algo personal. Y se mantener el animo. La vida me ha
curtido el carácter. Ante la desgracia hay que conservar la mirada altiva.
Solo estamos vencidos cuando nuestra alma esta vencida. El infortunio no
es mas que un incidente.
El verdadero sacrificio del
exilio no esta ahí.. Lo que me resulta mas duro y cruel, es sentir que las
decenas de años durante los cuales hubiera podido hacer algo grande se van
silenciosos e inútiles.
Llevaba en mis fuerzas tumultuosas, que distinguía imperfectamente.
Yacen inertes en el fondo de mi
soledad. Lo que hubiera podido realizar para mi, y sobre todo para los
demás, me fue prohibido. El exilio me enterró vivo. Desde 1945 solo he
sobrevivido en hibernación.
Este es el verdadero drama de mi
exilio: estrechar contra mi corazón posibilidades incandescentes,
sofocadas por una capa de plomo. Yo estaba hecho para crear. Desde hace
decenas de años mis brazos permanecen caídos. ¿Seré solo el parado de la
epopeya, con las herramientas des trozadas para la eternidad?
P.— Mi ultima pregunta: ¿Que
siente usted cuando rememora lo que fue su vida?
R.— Cuando reflexiono sobre lo
que ha sido mi vida solo tengo un sentimiento. Y es de inmenso pesar.
Lamento que no hayamos triunfado.
Siento que no hayamos podido modelar este conjunto europeo, que hubiera sido señor del universo para siempre, y que habría asegurado a la raza blanca el gran dominio universal del orden y del espíritu.
Cuando vemos lo que nos ha
sucedido, lo que largos años de victorias de los demás nos deparo, esta
anarquía, esta desbandada del mundo blanco y su deserción en toda la
Tierra, cuando observamos en nuestros propios países la descomposición de
las costumbres, la ruina de la patria, la ruina de la familia, la ruina de
la religión, la ruina del orden social y el fracaso de toda autoridad,
cuando observamos el insaciable apetito de bienes materiales que devora
indistintamente a ricos y a pobres, a menesterosos y a holgazanes,
sucediendo a la gran llama del ideal que nos animaba a nosotros..., pues
bien, tenemos que concluir que verdaderamente escogimos el lado bueno.
Abandonados por una sociedad
inhumana, miles y miles de muchachos y muchachas, nacidos para
desarrollarse física y moralmente, hoy en día, a menudo, no son mas que
una masa de tristes drogadictos con el corazón vacío.
Millones de parados alzan sus inútiles
puños contra sus falsos e incapaces dioses.
La pequeña Europa de hoy, ese
Mercado Común (¡común!) que huele a agrio de rebotica, no puede dar la
felicidad a los hombres. La sociedad de consumo ya no es una civilización,
es un vertedero.
Alzadas sobre ciento cincuenta
Estados Anárquicos, y dominándoles desde lo alto de su dictadura
económica, técnica y política, dos superpotencias se miden, exhibiendo sus
cohetes, y dispuestas a hacer saltar todo para asegurarse, una u otra, su indiscutible
hegemonía. En ese marco, los pueblos son solo unos frágiles juguetes
manipulados por los dos piratas rivales. Quien puede asegurar hoy que sus
hijos, o el mismo, no serán barridos un día, en un segundo, de la
existencia y del magnifico confort en el que han situado su vida?
Entonces, de que les
habrá servido?
P.— Y usted, ¿no lamenta nada?
R.— Ante esta quiebra de la
posguerra, ¿por que nosotros, los vencidos provisionales , vamos a tener
que agachar la cabeza? Al menos , con energía y sufrimiento, queríamos
algo grandioso. Ahora ya no tenemos mas que un deseo: que el ideal que
ardía en nosotros renazca rápidamente en el mundo.
Luchare con todas mis fuerzas,
hasta el ultimo segundo de mi existencia, para que, de un modo e ejemplar,
permanezca viva en el corazón de los jóvenes nuestra epopeya, su fe
luminosa y el afán de servir, jalonada por el sacrificio de tantos de
nuestros camaradas que quedaron helados en las nieves del Este.
Señale en mi mitin de París de
marzo de 1944, en el Palacio de Chaillot después de Tcherkassy.
A los pesimistas, el idealismo
puede parecerles hoy pasado de moda. Mas sin el, ningún resurgimiento de
los pueblos es posible. La inmolación de los muchachos caídos para crear
una Europa de carne y hueso, sus virtudes, sus lecciones proféticas, alqun
día, estoy seguro de ello, traerán de nuevo la vida. Quizá sobre nuestras
tumbas.
Nosotros, los precursores, no
conoceremos, sin duda, la Tierra Prometida, pero otros la alcanzaran.
Europa se erguirá sobre sus piernas tambaleantes. La grandeza nunca se da
en vano. Aparece raramente. Pero cuando surge su fuego, tarde o temprano
se reanima.
En tanto que exista un idealista,
la salvación será posible.
Los tontos, los mentirosos y los
insultadores solo tendrán su momento.
La mediocridad se derrumbara y se
ahogara en su mezquindad. Entonces reaparecerá el héroe, a caballo sobre
sus sueños. Legiones de jóvenes se alzaran para unirse, en la misma fe, a
los nuevos constructores de un mundo justo, en el que las fuerzas sociales
actuaran solidariamente y las fuerzas morales revivificaran a los pueblos.
Europa, unida al fin material,
moral, militar y diplomáticamente, y fuerte por la conjunción de sus tres
elementos constitutivos— la civilización occidental, el motor germánico y
la reserva humana eslava—, renacerá mejor preparada y mas perspicaz. Esta
vez ya no la
detendrán como en 1945.
¡Y esto es todo!
Les he dicho lo esencial de lo
que me propuse realizar y de lo que fue mi lucha.
Al servicio de mi fe, mi vida ha
sido una espada. Permaneció
inflexible tanto en la suerte
como en el infortunio. Lo han visto ustedes a plena luz.
¿Cual es el principal rasgo de su
carácter?
- El espíritu de conquista.
¿Cual es la cualidad que desea en
un hombre?
- El valor.
¿Cual es la cualidad que desea en
una mujer?
- La dulzura.
¿Que es lo que más aprecia en sus
amigos?
- La lealtad.
¿Su principal defecto?
- Creo deben decirlo los demás.
¿Su ocupación preferida?
- Escribir.
¿Su sueno de dicha?
- Llegar al poder.
¿Cuál seria su mayor desgracia?
- Morir.
¿Que quisiera ser?
- El que reedificara Europa.
Dónde deseaba vivir?
- En Andalucía.
¿Que color prefiere?
- El azul.
¿Que flor prefiere?
- La rosa.
¿Que pájaro prefiere?
- El águila.
¿Cuales son sus autores
preferidos en prosa?
- Napoleón.
¿Cuales son sus poetas
preferidos?
- Rilke.
¿Cuales son sus héroes de
ficción?
- Carlos él temerario.
¿Cuales son sus heroínas de
ficción?
- Agustina de Aragón.
Cuales son sus compositores
preferidos?
- Wagner y Beethoven.
¿Cuales son sus pintores
predilectos?
- Goya.
¿Cuales son sus héroes de la vida
real?
- Hitler.
¿Cuales son sus heroínas
historial?
- Eva Braun.
¿Que detesta mas que nada?
- La vulgaridad.
¿Que caracteres históricos
desprecia mas?
- El asesinato de Europa cometido
por Churchill.
¿Que hecho militar admira mas?
- La ruptura de las Ardenas en
Sedan en mayo de 1940.
¿Que reforma admira mas?
- La Nacional Socialista.
¿Que dones naturales quisiera
tener?
- Amar a los otros (espiritual) y
fuerza, para no cansarme nunca (físico).
¿Como le gustaría morir?
- Luchando por mi Ideal.
¿Cual es el estado presente de su
espíritu?
- Optimista de fe en la vida.
¿Que hechos le inspiran mayor
indulgencia?
- Los que se derivan de amar.
¿Cuál es su lema?
Quien no se expone, no se impone.
A todos, en el mundo entero, mi
saludo de soldado y un fraternal. ¡adiós!
Bibliografía:
Redacción Serga, 28. SS
Freiwilligen-Grenadier- Division
“Wallonie” (1ª Parte), Revista Serga Nº70 (2011), p.36-43
Redacción Serga, 28. SS
Freiwilligen-Grenadier- Division
“Wallonie” (2ª Parte), Revista Serga Nº71 (2011), p.36-43
Chris
Bishop, Divisiones Waffen-SS. “28.ª División SS Freiwilligen Grenadier
Wallonien”, Libsa (2009), p.176
Carlos
Caballero Jurado, Foreign Volunteers of the Wehrmacht 1941-1945, “The
Legion Valonie”, Osprey Publishing (1983), p.4-6
"León Degrelle, la última
reliquia del nazismo, escribe sus memorias en Madrid". Ismael
Fuentes. Lafuentes. 14 de Diciembre de 1982.
The
Patriotic Traitors: A History of Collaboration in German-occupied Europe,
1940-45 by David Littlejohn. ISBN 0-434-42725-X Wallonien: The History of
the 5th SS-Sturmbrigade and 28th SS Volunteer Panzergrenadier Division by
Richard Landwehr, Ray Merriam, and Jean-Louis Roba. ISBN 1-57638-088-2 « Degrelle : Les années de
collaboration » de Martin Conway L' Ordre Nouveau por Maurice De Wilde,
Duculot, Paris-Gembloux, para la edición francesa, 1984 (Traducido del
neerlandés por Jean-Pierre Orban y Paul Tannenwald — 179 páginas)
Lionel
Baland, Léon Degrelle et la presse rexiste, Paris, Éditions Déterna, 2009
(ISBN 978-2-913044-86-9)
Streel
José, La révolution du XXème siècle (réédition du livre paru en 1942 à la
NSE à Bruxelles), préface de Lionel Baland, Déterna, Paris, 2010.
Pseudónimo de Marc Augier
(1908-1990). Oficial de las SS, director de la revista "Devenir"
de la Division Charlemagne de las Waffen-SS y, tras su paso por la
Academia SS de Hildensheim, miembro de la Oficina Política de las SS.