El Viriato
Portugués:António de Oliveira Salazar.
Por Kelder Toti.
António de
Oliveira Salazar (Vimieiro, Santa Comba Dão, Portugal, 28 de abril de 1889 -
Lisboa, Portugal, 27 de julio de 1970), fue un dictador portugués. Ejerció como
Primer Ministro entre 1932 y 1968 e interinamente la Presidencia de la
República en 1951. Fue la cabeza y principal figura del llamado Estado Novo,
que abarcó el periodo 1926-1974, si bien el régimen no se consolidó como tal
hasta 1933.
Nació en
Vimieiro, siendo el único hijo varón de cinco de una modesta familia de
campesinos, en el año 1905 entró como seminarista en Viseu; en aquel tiempo era
conocido despectivamente como "el hijo de Manholas". Dándose cuenta
de su falta de vocación religiosa e involucrado en el agitado ambiente político
que surge en Portugal a raíz del asesinato del rey Carlos I, se mudó a Coímbra
para estudiar Derecho (1910). En 1914 obtuvo el título de bachiller en Derecho
y en 1916 asistente de Ciencias Económicas. Asumió la regencia de la cátedra de
Economía Política y Finanzas en 1917 por invitación del profesor José Alberto
dos Reis, antes de doctorarse en 1918.
Durante este
período en Coímbra materializa su inclinación por la política en el Centro
Académico de la Democracia Cristiana, donde traba algunas amistades, como la
del que será después Cardenal Patriarca de Lisboa, Manuel Gonçalves Cerejeira,
con quien compartió alojamiento en la "República dos Grilos" en
Coimbra ('"república"' es el nombre informal que se da a las
residencias o albergues estudiantiles). Combate el anticlericalismo de la
Primera República con artículos de opinión que escribe para periódicos
católicos. Acompaña a Cerejeira en palestras y debates. Estudia a Maurras, Le
Play y las encíclicas sociales de León XIII y va así consolidando su
pensamiento y desarrollándolo en sus artículos.
Sus opiniones y contactos en el Centro Académico de la Democracia Cristiana le llevarán en 1921 a presentarse como diputado al Parlamento por la ciudad norteña de Guimarães. Tras ser elegido, y sin encontrar en ello motivación alguna, regresó a la Universidad pasados exactamente dos días, tal como había prometido a sus amigos. Se mantiene en su cátedra hasta 1926, escribiendo y dando conferencias.
Sus opiniones y contactos en el Centro Académico de la Democracia Cristiana le llevarán en 1921 a presentarse como diputado al Parlamento por la ciudad norteña de Guimarães. Tras ser elegido, y sin encontrar en ello motivación alguna, regresó a la Universidad pasados exactamente dos días, tal como había prometido a sus amigos. Se mantiene en su cátedra hasta 1926, escribiendo y dando conferencias.
Llegada al
poder.
Con la
crisis económica y la agitación política de la I República (que se prolongó
incluso después de la Revolución Portuguesa de 1926), la dictadura militar
llama a Salazar en junio de 1926 para asumir la cartera de Ministro de
Finanzas. Salazar había exigido manos libres para decidir en los asuntos de su
negociado; de lo contrario, prometió dejar la cartera y volverse "en el
primer tren que saliese para Coimbra". Así fue. Pasados trece días Salazar
renuncia al cargo por no habérsele satisfecho las condiciones que consideraba
indispensables para su ejercicio y vuelve a su cátedra en la Universidad de
Coímbra
En 1928,
tras la elección del presidente António Carmona y en vista del fracaso de su
antecesor en conseguir un abultado préstamo externo con vistas al equilibrio de
las cuentas públicas, Salazar vuelve a asumir la cartera. De inmediato Oliveira
Salazar exigió controlar los gastos e ingresos de todos los ministerios.
Satisfecha la exigencia, impuso una fuerte austeridad y riguroso control de las
cuentas, consiguiendo un superávit en las finanzas públicas tras el ejercicio económico
de 1928-29, y esforzándose en mantener un presupuesto equilibrado, al extremo
de recortar severamente los gastos del Estado. "Sé muy bien lo que quiero
y a dónde voy" declaró en su toma de posesión.
En la prensa
favorable a Salazar, sería muchas veces retratado como salvador de la patria
debido a que, tras muchos años de dificultades, la economía portuguesa no
sufría de déficit presupuestario desde 1928. Este hecho, considerado una
proeza, hizo ganar a Salazar un gran prestigio entre las corrientes de la
derecha republicana, de los monárquicos y de los católicos.
Posteriormente,
la propaganda y la manipulación política se utilizaron para consolidar su
poder, mientras Salazar amenazaba nuevamente con su renuncia en caso de que la
derecha portuguesa sugiriese limitar sus poderes. Para esas fechas, la economía
portuguesa había dejado atrás el déficit y los gravosos empréstitos contratados
en el extranjero, y las fuerzas armadas y la élite financiera apoyaban a
Salazar, temiendo sufrir nuevamente el caos financiero de la Primera República
Portuguesa. Incluso el Presidente de la República, el general Carmona,
consultaba a Salazar antes de cada remodelación ministerial.
Mientras la
oposición democrática se desvanecía en sucesivas pugnas internas sin éxito, se
procuraba dar rumbo a la Revolución Nacional impuesta por la dictadura militar
surgida desde 1926. Salazar, rechazando el regreso al parlamentarismo de la
República, proporciona la solución: crea la Unión Nacional, un movimiento
político nacional (en la práctica un partido único) aglutinador de todos
cuantos quisieran servir a la patria.
En 1932,
tras la dimisión de varios Primeros Ministros y ya con una consolidada figura
en el gobierno, Salazar asume el cargo de Primer Ministro de Portugal. Ese año
se lanza el proyecto para crear una nueva Constitución, y Salazar llamaría a un
grupo de notorios profesores universitarios para crearla, modelando un texto
fuertemente autoritario y centrado en los poderes del Primer Ministro. En 1933
luego de someter a plebiscito la Constitución, ésta se aprueba y entra en
vigor, naciendo así el Estado Novo y también el Salazarismo.
Gobierno y
Estado Novo:
El hombre de
Estado más completo, el más digno de respeto que he conocido es Salazar. Lo
considero una personalidad extraordinaria por su inteligencia, su sentido
político, su humanidad... Su único defecto es probablemente la modestia.
Francisco
Franco, entrevista, 13 de enero de 1958, Le Figaro.
Con la
Constitución de 1933, Salazar instituyó y consolidó el Estado Novo, un régimen
nacionalista corporativo con amplios poderes conferidos al ejecutivo en el
control del Estado. La cuestión del tipo de régimen (monarquía o república) es
sutilmente dejada de lado, mientras los cargos de poder eran distribuidos entre
las dos corrientes. El régimen adopta una forma muy leve de fascismo basado en Benito Mussolini (por esto muchos ni siquiera lo consideran fascista) y
afirma los valores nacionales y su defensa, sacrificando la libertad individual
en beneficio de lo que se consideraba el interés superior de la Nación.
El Estado
Novo (en español, Estado Nuevo o Nuevo Estado), llamado también Segunda
República o República Corporativa, es el nombre del régimen político
autoritario y corporativista que estuvo en vigor durante 48 años en Portugal
sin interrupción, aunque con alteraciones de forma y contenido, como en 1933
con la aprobación de una Constitución por referéndum nacional, hasta 1974 con
la Revolución de los Claveles en abril y tras un período turbulento llevaron a
Portugal a la democracia.
Es también
llamado Salazarismo, aunque este último término pueda también ser aplicado al
periodo en que António de Oliveira Salazar gobernó, es decir, desde su ascenso
al cargo de Presidente del Consejo de Ministros en 1932, hasta su sustitución
por enfermedad en 1968 por Marcelo Caetano. Fue una de las dictaduras más
duraderas de Europa Occidental. La dictadura portuguesa (incluyendo la
dictadura militar -1926 a 1933- y la Segunda República -1933 a 1974) duró 48
años.
El Estado
Novo (1933-1974) fue un régimen autoritario, corporativista, conservador,
tradicionalista, colonialista, nacionalista y tercerposicionista, por ende
antiliberal, antiparlamentario, anticomunista, instituido bajo la dirección de
António de Oliveira Salazar, un conservador y tradicionalista católico muy
influenciado por Charles Maurras y por las encíclicas del Papa León XIII
(especialmente la Rerum Novarum) y de otros Papas. El régimen se apoyaba en la
censura, la propaganda, las organizaciones juveniles (Mocidade Portuguesa) y
paramilitares (Legión Portuguesa), en el culto al Jefe y en la ideología
católica.
El Estado
Novo presenta características de organización estatal, esencialmente el Estado
corporativo, semejantes a los regímenes fascistas instituidos por Benito
Mussolini en Italia, Adolf Hitler en Alemania o Tojo en Japón, pero suele
considerarse que el Estado Novo no fue un régimen fascista convencional por la
falta de un movimiento fascista de masas autónomo y porque Salazar apreciaba el
tradicionalismo católico y desconfiaba del carácter modernista y pagano de los
fascismos. Se puede decir que es un régimen fascista con particularidades o un
régimen autoritario y corporativo de inspiración integrista y fascista.
Algunas
veces, el Estado Novo es simplemente llamado República Corporativa (II
República) debido a su principal característica: el corporativismo de tercera
posición. Salazar daba mucha importancia a esta idea e intentó implantarla
totalmente en Portugal.
Características
del Estado Novo:
Tal como
otros regímenes autoritarios de la época, el Estado Novo poseía un lema para
mostrar resumidamente su ideología y doctrina: "Deus, Pátria e
Família", idéntico al lema franquista "Dios, Patria y Familia".
El autoritarismo
gubernamental. Ciertamente el régimen alegaba estar limitado por el Derecho y
por la moral católica; por eso el régimen no se definía como totalitario al
estilo fascista o nacionalsocialista, pero sí estaba sostenido por una dictadura donde la
voluntad de Oliveira Salazar era la fuente final de las decisiones
gubernamentales, y donde la oposición política estaba severamente prohibida.
Era
contrario al liberalismo político, a pesar de la existencia de una Asamblea
Nacional (con funciones legislativas) y de una Cámara Corporativa (con
funciones meramente consultivas), con restringida libertad de expresión.
No obstante, la Cámara y la Asamblea sólo representaban a los sectores que apoyaban al régimen, organizados en la União Nacional, partido único fundado por Salazar en 1931 y apoyo del Estado Novo, que Caetano convertirá en Acción Nacional Popular (con excepción del corto período en que estuvo integrada en ella una ala liberal, en una fase crítica del fin del régimen). La unanimidad será la tónica de estos órganos, visto que están compuestos exclusivamente por simpatizantes del régimen y partidarios de la União Nacional.
No obstante, la Cámara y la Asamblea sólo representaban a los sectores que apoyaban al régimen, organizados en la União Nacional, partido único fundado por Salazar en 1931 y apoyo del Estado Novo, que Caetano convertirá en Acción Nacional Popular (con excepción del corto período en que estuvo integrada en ella una ala liberal, en una fase crítica del fin del régimen). La unanimidad será la tónica de estos órganos, visto que están compuestos exclusivamente por simpatizantes del régimen y partidarios de la União Nacional.
En este
régimen, el Gobierno controlaba el poder ejecutivo y legislativo (puede
decretar decretos-ley que se sobreponen a las leyes aprobadas por la Asamblea
Nacional), y a la vez los poderes del Gobierno están fuertemente centralizados
y reforzados en las manos del Presidente del Consejo de Ministros ya que era él
quien por su solo arbitrio decidía los destinos de la Nación. El Presidente de
la República tiene funciones meramente ceremoniales, y aunque formalmente podía
escoger y sustituir al Presidente del Consejo de Ministros, esto fue imposible
pues Oliveira Salazar cuidó que dicho cargo fuera siempre ocupado por un
partidario de la União Nacional, el partido único que se mantenía
invariablemente fiel al Presidente del Consejo de Ministros.
En esscuela
salazarista, el crucifijo y retratos del Presidente y de Oliveira Salazar,
enfatizando la lealtad al régimen sobre cualquier cosa.
El culto al
líder, primero Oliveira Salazar, y después, sin gran éxito, Marcelo Caetano.
Durante el Estado Novo Oliveira Salazar era representado como un jefe paternal,
de maneras tranquilas, austero y eremita, "casado con la Nación". En
tanto Salazar no era militar sino un político académico, podía mostrarse sin
las poses fastuosas y militaristas de sus congéneres Francisco Franco, Benito
Mussolini o Adolf Hitler; aunque Salazar no promovía un culto de la
personalidad en torno a sí, permitía que sus subordinados lo mencionasen como
el "Ungido de Dios", "Salvador de la Patria" o
"Redentor de la Nación".
Una
ideología con un fuerte componente católico, asociándose el régimen a la
Iglesia Católica a través del Concordato de 1940 (revisado en 1975 y finalmente
sustituido por el Concordato de 2004); este concordato concede vastos
privilegios a la Iglesia a cambio de su férreo apoyo político, parecido al
tradicionalismo de la España franquista.
Un servicio
de censura previa de las publicaciones periodísticas, emisiones de radio y
televisión, nacionales y extranjeras, prohibiendo toda crítica a la doctrina e
ideología del Estado Novo y defendiendo "la moral y las buenas
costumbres".
El régimen
se apoyaba en la propaganda política (fundando el Secretariado de Propaganda
Nacional, el SPN) para difundir las "buenas costumbres", la doctrina
y la ideología defendida por el Estado Novo.
Se apoya
también en las organizaciones juveniles (la Mocidade Portuguesa fue la más
famosa) para imponer entre los jóvenes la ideología defendida por el régimen:
obedecer y respetar al «Jefe», insistiendo en la lealtad absoluta al Estado
Novo.
Una policía
política represiva (conocida como PIDE), omnipresente y detentora de gran
poder, que reprime de acuerdo con criterios de selectividad, nunca
responsabilizándose por crímenes de masas, al contrario de sus congéneres
italiana y especialmente alemana. Aunque no recurre a los ataques masivos ni a
los asesinatos colectivos, la PIDE siembra el terror, el miedo y el silencio en
la sociedad, en tanto los opositores eran interrogados, torturados y llevados a
prisiones lejos de las grandes ciudades (Prisiones de Peniche y de Caxias) y
eventualmente a campos de concentración (Tarrafal) destinados a trabajos
forzados.
Además de la
PIDE, el régimen cuenta con organizaciones paramilitares (Legión Portuguesa)
para proteger al régimen de las ideologías opositoras, principalmente el
comunismo.
Un discurso
y una política anticomunistas, tanto en el orden interno como en el externo,
que llevan al régimen a combatir el comunismo y a aliarse con los Estados
Unidos durante la Guerra Fría, ingresando en la OTAN, en 1949.
El sistema
educativo estaba controlado (una educación nacionalista e ideológica) y
centrado en la exaltación de los valores nacionales (el pasado histórico, el
gran Imperio Colonial Portugués, la religión, la tradición, las costumbres,
etc.), en la enseñanza y difusión de la ideología estatal a los jóvenes; el
régimen desconfiaba especialmente de las personas con corrientes políticas
diferentes pero dotadas además de un nivel educativo alto.
Un proyecto
nacionalista y colonial que pretende mantener a la sombra de la bandera
portuguesa vastos territorios dispersos por varios continentes, "del Miño
a Timor", pero rechazando la idea de la conquista de nuevos territorios
(al contrario del expansionismo nazi o italiano). Más bien el colonialismo
portugués es víctima de la política de conquista ajena (como el caso de Timor
invadido por Indonesia) o de los movimientos independentistas en África y en el
cual radica el mantenimiento de una larga guerra colonial iniciada en 1961, una
de las causas del desgaste y caída del régimen.
El régimen
era extremamente cauteloso en las relaciones diplomáticas, principalmente
durante las décadas del '30 y '40, lo que lleva a Salazar, por un lado, a
firmar un pacto con la vecina España franquista y, por otro, a bascular entre
el Eje (compuesto por dictaduras) y los Aliados (compuestos por democracias y
por la Unión Soviética) durante la Segunda Guerra Mundial.
Una economía
capitalista controlada y regulada por carteles, detentores de grandes
privilegios, constituidos y supervisados por el Gobierno, receloso de la
innovación y el desarrollo, que solo admitirá la apertura de la economía y la
entrada regulada de capitales extranjeros en una fase tardía de la historia del
régimen, en la década de los 50, desarrollando las infraestructuras (se
construirán autopistas, vías férreas, puentes, escuelas...) y la economía
portuguesa (principalmente la industria química y metalomécanica, el turismo,
los transportes y el sector energético). Es también en este período en que
Portugal entró en la EFTA (1959), una organización comercial europea que fue
gradualmente sustituida por la Comunidad Económica Europea), y en la ONU
(1955).
El régimen
era muy conservador, intentando controlar la modernización y evitar la
globalización, porque Salazar temía que estos dos fenómenos destruirían los
valores religiosos, culturales y rurales de la nación; la censura también
impedía la discusión de temas como el feminismo, la educación sexual y la
importación de costumbres del resto del mundo.
Una fuerte
tutela sobre el movimiento sindical, prohibiendo en la práctica todos los
sindicatos y buscando organizar a los operarios y patrones de cada profesión en
corporaciones, organizaciones controladas por el Estado que pretenden conciliar
armoniosamente los intereses de los trabajadores y la patronal. Una meta de
ello era prevenir así la lucha de clases y la agitación social.
Mayores
problemas enfrentados por el Estado
Novo:
Reorganización
general de Portugal, particularmente la reconstrucción financiera y el
mantenimiento de la estabilidad nacional, a nivel político,
económico-financiero, social y cultural.
Los
problemas generados por la Guerra Civil Española, ocurrida de 1936 a 1939.
Los
problemas consecuentes de la Segunda Guerra Mundial, que tuvo lugar de 1939 a
1945.
Los
problemas causados por la expansión de los regímenes democráticos pluralistas,
después de la Segunda Guerra Mundial.
Los problemas
relativos al Ultramar Português (Imperio portugués), intensificados en la
década de los 50 y, sobre todo, en la de los 60, lo que llevó a la eclosión de
la Guerra Colonial Portuguesa, en 1961.
Formas de
resolver estos problemas efectuadas por el Estado Novo:
Salazar
efectuó muchas reformas económico-financieras, como la disminución substancial
de la deuda externa, consiguiendo así equilibrar las finanzas[cita requerida]
(en aquel tiempo, era casi un "milagro") y aumentando el valor del
escudo (moneda nacional portuguesa). Intenta regular los precios de los
productos y los salarios, para evitar la inflación (intenta dar bajos salarios
a los trabajadores, pero simultáneamente, baja los precios de los productos,
para que los trabajadores puedan llevar una vida sin grandes dificuldades; por
eso, la "vida" en Portugal era barata). En la década de los 50,
comezó a abrir la economía al extranjero y permitió la entrada regulada de
capitales extranjeros, desarrollando mucho la economía y las
infraestructuras. Salazar era un buen político y financiero y muchas
infraestructuras de Portugal (como el Puente 25 de Abril) fueron construidas
por mandato suyo.
Pero,
comparado con otros países, el crecimiento económico de Portugal continuó
siendo insuficiente. A finales de los 60, Portugal era uno de los países con
una renta per capita entre las más bajas de Europa. Había desequilibrios
regionales muy marcados en Portugal, entre las ciudades (principalmente las que
se encontraban junto al litoral como Lisboa y Porto) que progresaban y se
beneficiaban del crecimiento económico, y las zonas rurales que continuaban sin
desarrollarse (muchos campesinos portugueses practicaban sólo la agricultura de
subsistencia). Por eso, casi 2 millones de personas, en su gran mayoría de las
zonas rurales, emigraron masivamente a las ciudades que estaban creciendo, o se
dirigieron al extranjero en busca de un mejor nivel de vida, especialmente
hacia Francia.
Salazar
trajo estabilidad y orden a Portugal,[cita requerida] efectuando la
corporativización de Portugal, la prohibición de todos los partidos políticos
(a excepción de la União Nacional), la represión y persecución de los
"desestabilizadores" de la Nación (opositores), control de la
educación, formación de organizaciones juveniles y paramilitares a favor del
Estado, prohibición de huelgas, la censura, manteniendo la neutralidad
portuguesa en varios conflictos y reparando las relaciones entre Portugal y la
Iglesia Católica con el Concordato de 1940.
Pero, en la década
de los 60, el país comenzó a sentir alguna inestabilidad por causa de los
oposición democrática que iría aumentando por el anhelo de libertad y,
principalmente, el fin de la Guerra Colonial Portuguesa (1961-1974). Esta
situación inestable se agravó en los 70, con la insistencia del régimen en la
continuación de la guerra pese a sus fuertes costos en vidas y dinero y con la
"renovación en continuidad" de Marcelo Caetano, quien asumió el poder
a la muerte de Salazar pero sin ejecutar cambio alguno en el régimen.
En la Guerra
Civil Española, la posición y acción (sobre todo diplomática), a nivel regional
e internacional, de Salazar sobre el conflicto español contribuirían
significativamente para que Franco venciese en España.
En relación
a la Segunda Guerra Mundial, la actitud y la actuación de Salazar se pueden
sintetizar en tres aspectos:
- Preservar
a los portugueses de los efectos más dolorosos de la guerra. Por eso Salazar
intentó y consiguió mantener la neutralidad portuguesa en la Segunda Guerra
Mundial. Debido al desequilibrio de los sistemas de producción de la mayoría de
los países europeos, la producción nacional aumentó para abastecer al país,
privado de importaciones, y para la venta de productos alimentarios, téxtiles,
metales (sobre todo wolframio) a los países europeos en guerra (sean del Eje o
de los Aliados), acumulando muchas divisas y desarrollando de cierta forma la
economía portuguesa.
- La
contribución muy significativa para el mantenimiento de la neutralidad española
(con el consiguiente beneficio para la causa aliada); el alineamiento español
con la Alemania de Hitler hubiera tenido proyecciones negativas de dimensiones
imprevisibles en el decurso y resultado de la guerra, y también afectaría a la
seguridad, y posiblemente a la independencia de Portugal.
- El apoyo
oportuno dado a la causa aliada, con la concesión de facilidades para
establecer bases aéreas en las Azores a las fuerzas armadas aliadas, sin
afectar a la soberanía nacional, constituyó un acto de gran relevancia y
contribuyó a la supervivencia del Estado Novo en la posguerra, evitando la
posterior hostilidad de los vencedores.
Con la
victoria de los Aliados, en 1945, tuvo lugar una expansión de los regímenes
democráticos pluralistas. De tal modo, surgieron presiones intensas sobre
Portugal para que el Estado Novo diese lugar a una democracia pluralista. Pero
el establecimiento de una democracia tendría como consecuencia inmediata la
pérdida de su imperio colonial, habida cuenta que mantener éste era un fuerte
costo para la pequeña economía portuguesa (sin que aún las masas de Portugal se
beneficiaran visiblemente de los recursos del imperio). Salazar tuvo que luchar
arduamente, a nivel externo, contra estas presiones, intentando hacer aceptar
internacionalmente la continuación del Estado Novo que se saldó con el ingreso
de Portugal en la OTAN, en 1949, donde permaneció a la par precisamente de las
democracias occidentales vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, y con su
ingreso en la EFTA, en 1959, al lado de la democráticas Inglaterra y Suecia.
Fue el reconocimiento, por la comunidad internacional, del régimen portugués y
fue un gran triunfo del Estado Novo.
Los
problemas coloniales fueron una de las grandes preocupaciones de Salazar que
intentó resolverlos. En 1930, se promulgó el Acta Colonial, pero en la década
de los 50 y 60, aparecerán nuevos problemas y necesidades por eso Salazar y sus
gobiernos empezarán a evolucionar el Concepto Ultramarino Portugués y
terminaran por definir una Solución Portuguesa y una Política Ultramarina
Portuguesa, considerada correcta, realista y moderna por el régimen, para
resolver tales problemas y mantener unificado el imperio colonial. Pero, debido
a los errores efectuados por Salazar (ya muy anciano en la década de 1960) en sostener
que las colonias eran provincias portuguesas de iure (contrariamente a lo
mostrado en la realidad) y al nuevo panorama internacional (la condena del
colonialismo y la pronta descolonización en masa de muchas colonias, estimulada
activamente por la ONU así como por EE. UU. y la URSS), los pueblos de las
provincias ultramarinas portuguesas empezarán también a buscar su
autodeterminación y esto originó la Guerra Colonial Portuguesa (1961-1974).
Esta larga guerra causó muchas muertes, perjudicó la economía de Portugal y el
país comenzó a sentir muchas dificultades económico-financieras, como no se
vivían desde hacía mucho tiempo. La presión internacional (por parte de la ONU
y de EE. UU., que condenaban el colonialismo), llevó a Portugal a aislarse cada
vez más desde un punto de vista diplomático, hasta quedarse
"orgullosamente solos" como decía la propaganda del régimen.
Los
problemas de Ultramar implicaban también una pesada carga financiera que la
economía portuguesa no podía soportar eficazmente, y el escaso desarrollo
económico de las colonias africanas causó que la emigración de portugueses
acudiera preferentemente a naciones que ofrecieran un entorno más favorable
(sobre todo Francia o Canadá, pero también Brasil y Venezuela), siendo que el
establecimiento de colonos portugueses en las colonias (quienes debían ejecutar
la asimilación prevista en la Solución Portuguesa) siempre fue mucho menor al
flujo migratorio dirigido al extranjero y sólo generó dispersas minorías
étnicas en los territorios de África, tornando impracticable el nuevo proyecto
colonial del Estado Novo. Los problemas del imperio colonial fueron muy mal
resueltos, lo que aumentó la oposición al régimen entre la población civil, e
inclusive se extendió el descontento hasta las filas de las Fuerzas Armadas, lo
cual generó su posterior caída en 1974 (mediante la Revolución de los
Claveles).
Otros
desórdenes (internos) sufridos en el Estado Novo:
Por las
tentativas golpistas de fuerzas de carácter abiertamente fascista, (Nacionales-Sindicalistas)
liderados por Francisco Rolão Preto, y también por las fuerzas anarquistas, que
intentarán asesinar a Salazar en 1938.
Por las
conspiraciones golpistas de los republicanos, repetidamente frustradas.
Por la
acción de las fuerzas políticas opositoras, principalmente el PCP (Partido
Comunista Portugués) y los democráticos, que periódicamente presentaban
candidato a las elecciones presidenciales manipuladas secretamente
(escandalosamente en 1958, con el general Humberto Delgado como candidato
alternativo).
Por las
tentativas golpistas de militares democráticos (Golpe de Botelho Moniz, en
1961).
Por la
acción de los jóvenes, principalmente universitarios, a partir de la década de
los 60, que querían la democracia, el fin de la guerra colonial y la libertad
(una de las más célebres acciones fue la "Crisis Académica de 1962").
Por la
fuerte emigración portuguesa a otros países europeos
Por los
actos terroristas causados por milicias opuestas al régimen, como la Acção
Revolucionária Armada (ARA) y las Brigadas Revolucionárias (BR) (una de las más
célebres acciones fue la captura del barco "Santa Maria" (1961), el
asalto de bancos y el ataque a bases militares)
El Estado
Novo acabará cayendo por la acción de una conspiración militar dirigida por el
Movimento das Forças Armadas, el 25 de abril de 1974.
La guerra
civil española:
Salazar
defendía la estabilidad de la vida nacional y temía que la turbulenta situación
de España pudiese afectar a Portugal. Intensificó la censura y la acción de la
policía política PIDE, Policía Internacional y de Defensa del Estado. Portugal
proporcionó al bando sublevado un importante apoyo logístico, permitiendo, por
ejemplo, la comunicación entre los ejércitos sublevados del norte y del sur
cuando aún no podían establecer contacto por tierra, concediendo libre tránsito
a suministros militares destinados al bando nacional, repatriando a refugiados
republicanos, y aportando una modesta cantidad de combatientes (los
"Viriatos") y armamento para los franquistas.
Tras la
llegada del general Francisco Franco al poder, Salazar se ocupó de mantener
buenas relaciones diplomáticas con la España franquista, si bien durante la
Segunda Guerra Mundial temió por unos meses que Franco, con el apoyo del Tercer
Reich, intentara invadir Portugal y anexionarlo a España. A partir de 1945, las
relaciones hispano-portuguesas se mantuvieron en un buen nivel, aunque marcadas
por la mutua desconfianza personal existente entre los mandatarios de ambos
países. A despecho de lo que muchos creen, y de lo que los dos gobernantes
declararon a la prensa en innumerables ocasiones, Franco y Salazar no se tenían
ninguna simpatía. Franco consideraba al portugués taimado y poco claro; Salazar
despreciaba en Franco al espadón sin cultura. A título de curiosidad, las
entrevistas entre ambos se celebraban en portugués; Franco se defendía con el
gallego lo suficiente como para conversar con su homólogo lusitano.
Salazar y la
Monarquía:
Salazar
alimentó él mismo el mito de su "ideal monarquista" al inicio de su
gobierno con el fin de obtener el apoyo del sector integrista portugués para el
Estado Novo. Pero esto no pasó de ser un juego político del mismo Salazar. Su
antimonarquismo ya se había demostrado durante su militancia en el Centro
católico, cuando en un congreso en 1922 llamó al centro a aceptar la república
sin pensamientos reservados, es decir, aceptar la nueva forma del estado y
renunciar a una restauración monárquica. Esto provocó la marcha de varios
católicos monárquicos del centro.
Tras la
derrota de la monarquía del norte un centenar de oficiales fueron expulsados
del ejército portugués, pero el gobierno de António Maria da Silva propuso su
restitución. Esto se paralizaría con el golpe de estado que dio origen a la
Ditadura Nacional. Salazar diría en un discurso en 1928 que el debate acerca de
la forma del estado (monarquía o república) era la última de las prioridades
del país. En 1930 el teniente coronel Adriano Strecht de Vasconcelos entrega al
presidente de la república Óscar Carmona un documento titulado A Situação
Jurídica dos militares afastados do serviço do Exército em 1919 (en español La
situación jurídica de los militares apartados del servicio militar en 1919)
donde pedía justicia para los afectados. Salazar lo rechazó, impidiendo la
restitución de los ex oficiales monárquicos en el ejército.
Tras la
muerte de Manuel II en 1932, Salazar empezó la destrucción total del mito de la
monarquía, cuando su gobierno se adueña de las antiguas propiedades de la
dinastía de Braganza creando la Fundação da Casa de Bragança (Fundación Casa de
Braganza).
Veinte años
después, en 1951 Salazar dio un discurso en el congreso de la Unión Nacional,
en el que dejaba en claro su desprecio por la monarquía, destruyendo las
esperanzas sobre una posibilidad de restauración.
El
concordato:
La cuestión
de la indemnización de la Iglesia Católica por la nacionalización de sus bienes
durante la I República es descartada por Salazar. A pesar de su acción en el
Centro Católico y de ser él mismo profundamente católico, la separación de
poderes entre el Estado y la Iglesia es un propósito firme del salazarismo. La
definición de las relaciones entre el Estado portugués y la Iglesia Católica se
oficializaría en 1940 por medio de un concordato. La separación Iglesia-Estado
supuso el distanciamiento de quien había sido su amigo, el cardenal Cerejeira,
al ocupar éste la sede episcopal lisboeta.
Salazar
asume la cartera de Asuntos Exteriores desde la Guerra Civil Española, donde no
oculta su simpatía hacia el bando nacional. Con la II Guerra Mundial el
propósito del gobierno de Salazar es mantener la neutralidad. Próximo
ideológicamente al Eje, el régimen portugués se escuda en eso y también en la
alianza con Gran Bretaña para mantener una política de neutralidad, en un
esfuerzo de evitar pleitos contra cualquiera de los dos bandos beligerantes.
Primeramente,
una intensa actividad diplomática hacia Franco intenta evitar que España se
alíe a Alemania e Italia, en el previsible caso de que los países del Eje con
España verían la ocupación de Portugal como medio de controlar el Atlántico y
cerrar el Mediterráneo, lo que desviaría el centro de gravedad de la guerra
hacia la Península Ibérica. Con España se celebra el Pacto Ibérico (1942)
logrando ambos países quedar fuera de la guerra.
Salazar no
toleró desvíos de los diplomáticos portugueses que arriesgaran su política
externa. Cuando el cónsul portugués en Burdeos, Aristides de Sousa Mendes
concedió una gran cantidad de visados a refugiados (incluyendo algunos judíos)
que trataban de escapar de los nazis, ignorando las instrucciones del
Ministerio de Asuntos Exteriores, Salazar fue implacable y lo destituyó.
Otorgar solamente visados de transito y en que los demás casos los cónsules y
diplomáticos deberían pedir una autorización previa al Ministerio de Asuntos
Exteriores.
Salazar fue
y sigue siendo injustamente acusado de haber expulsado ignominiosamente a
Aristides de Sousa Mendes del servicio público y haberlo privado de sus
libertades civiles, quedando reducido a una notoria pobreza, siendo asistido de
caridad por la comunidad judía de Lisboa, hasta su fallecimiento en 1954. Pero
en realidad Aristides de Sousa Mendes no fue expulsado y siguió recibiendo su
sueldo de Cónsul, durante 14 años, hasta el día de su fallecimiento.
El papel de
las Azores:
En 1943, en
plena Segunda Guerra Mundial, los Aliados intentan utilizar las Azores como
base de apoyo para sus fuerzas aéreas. El gobierno de Portugal, sin medios para
oponerse a esta exigencia, cedió a la presión aliada. Salazar negoció como
contrapartida el suministro de armamento, temiendo un posible ataque de una
Alemania debilitada pero aún fuerte, usando el territorio de España como vía de
tránsito. Salazar pidió también la garantía de que la provincia ultramarina
portuguesa de Timor Oriental (invadida y ocupada por tropas japonesas en marzo
de 1942) sería restituida a su metrópoli una vez acabada la contienda mundial.
Aunque
Portugal había declarado su neutralidad desde 1939 y mantenía embajadas en los
países del Eje y de los aliados, Salazar trató de mantener una posición de
simpatía con la Italia Fascista y el Tercer Reich pero reconociendo a la vez
que la situación geográfica de Portugal hacía a su país más proclive a sufrir
un ataque de británicos o estadounidenses. Con los canales diplomáticos y
comerciales abiertos con ambos bandos beligerantes, la balanza comercial
portuguesa mantuvo saldo positivo durante buena parte del conflicto.
Las sedes
diplomáticas de Gran Bretaña y Estados Unidos coexistían en Lisboa con las de
la Italia Fascista y la Alemania nazi, pero Salazar dio instrucciones para que
los agentes diplomáticos de esos países ejecutasen sus funciones (que incluían
el espionaje) sin interferencia del gobierno lusitano, bajo la condición que
los agentes extranjeros no se implicaran en cuestiones políticas de Portugal.
Esto no impidió que el 2 de mayo de 1945 Salazar enviase a Alemania un mensaje oficial de condolencias por la muerte de Adolf Hitler, siendo uno de los dos únicos telegramas de pésame que un gobierno extranjero remitió por ese hecho (el otro vino de Irlanda, gobernada por Éamon de Valera).
Esto no impidió que el 2 de mayo de 1945 Salazar enviase a Alemania un mensaje oficial de condolencias por la muerte de Adolf Hitler, siendo uno de los dos únicos telegramas de pésame que un gobierno extranjero remitió por ese hecho (el otro vino de Irlanda, gobernada por Éamon de Valera).
La
posguerra:
Los
servicios prestados por Portugal a la causa aliada en la Segunda Guerra Mundial
permitieron que el régimen intentase forzar un acercamiento hacia Gran Bretaña
y los Estados Unidos, considerando que Portugal, pese a sus simpatías
profascistas, jamás había apoyado activamente el esfuerzo de guerra del Eje y
no había por tanto razones para marginarlo de la misma manera que la España
franquista (que también se mantuvo neutral pero que se había ganado la condena
de los vencedores tras patrocinar el envío de la División Azul contra la URSS).
Oliveira
Salazar trató de explotar al máximo su otorgamiento de las bases aéreas en las
islas Azores, apoyado por el hecho que su Estado Novo no había tenido líderes
políticos abiertamente pronazis durante la guerra (a diferencia de la Falange
española). Tras 1948 los esfuerzos de Oliveira Salazar lograron mayor ímpetu
cuando las crisis entre los EE. UU. y la URSS (como el Bloqueo de Berlín)
dieron nacimiento a la Guerra Fría, donde Salazar podía mostrar el ferviente
anticomunismo de su régimen como credencial para ganar el apoyo político de los
Estados Unidos. De hecho, Salazar combinó su anticomunismo con su apoyo a los
Aliados en 1943 para lograr que Portugal fuese invitada a unirse a la OTAN en
1949, pese a ser el único miembro de esta alianza que jamás había roto
relaciones con la Alemania nazi.
El
anticomunismo de Salazar sirvió para sostener la economía portuguesa en función
a los mercados de Estados Unidos y Europa Occidental, aunque la escasez de
materias primas valiosas en Portugal, así como la poca extensión y población
del territorio, impidieron que los capitales extranjeros iniciaran una efectiva
industrialización del país. Peor aún, durante la década de 1950 Salazar mostró
una fe inquebrantable en sostener la autarquía económica de Portugal hasta
donde fuese posible, lo cual mantuvo al país como un exportador neto de
materias primas de bajo precio (alcornoques, pesca o productos frutales).
Ante la
depresión económica de Portugal, en contraste con el crecimiento económico de
Europa Occidental, una enorme cantidad de portugueses emigraron desde inicios
de la década de 1960, predominantemente hacia Francia o Bélgica en busca de
mejores condiciones de vida, trabajando como obreros. Otros menos migraron hacia
Brasil. El temor al reclutamiento masivo de tropas para la guerra colonial en
África aumentó el volumen de la emigración portuguesa, al punto que hacia 1974
casi 500 000 emigrantes lusos vivían en los barrios obreros de Francia.
Guerra
colonial en ultramar:
Defensor de
una política colonialista que veía a Portugal aún como un imperio ultramarino,
Salazar apostó por la guerra colonial cuando los movimientos independentistas
de Guinea, Angola, y Mozambique pretendieron escindirse de Portugal. Esta
política fue rechazada por la mayoría de los países del mundo, máxime en un
contexto de independencia colonial donde otras naciones europeas como Gran
Bretaña o Francia, e incluso otras dictaduras ideológicamente cercanas a
Portugal como la España franquista, ya habían aceptado la imposibilidad
práctica de sostener remotos imperios coloniales.
Además, la
posición de Salazar para mantener a toda costa el imperio colonial portugués
carecía de apoyos en la OTAN (de la cual formaba parte Portugal) y era
frontalmente rechazada por los Estados Unidos (aliado económico del régimen).
Salazar, en su nacionalismo exacerbado, consideraba que la posesión de extensas
colonias era la única opción para que Portugal pudiera jugar un importante
papel en la escena internacional y asegurarse la prosperidad económica así como
afianzar su identidad patria, consciente que la metrópoli tenía poca extensión,
poca población, y escasos recursos naturales de gran valor, lo cual la
condenaría a ser "nación de segunda fila en el concierto europeo" si
perdía sus colonias.
Ante el
visible rechazo al tardío imperialismo de Portugal, Salazar se vio obligado a
estimular una política de aislacionismo internacional respecto a la
descolonización bajo el lema "orgullosamente solos" (orgulhosamente
sós, en portugués). Salazar rechazó incluso la incorporación de Goa dentro de
la India, y después que el gobierno indio tomara militarmente Goa en diciembre
de 1961 el régimen de Lisboa insistió en considerar a Goa provincia ultramarina
nombrando "gobernadores" o emitiendo sellos postales para dicho
territorio.
La oposición
al régimen:
El
autoritarismo de Salazar le llevó a tomar una posición contraria al
sindicalismo libre. Esta postura, que debilitaba las demandas del movimiento
obrero, fue contestada por una parte de la población, que se rebeló. Las
fuerzas de seguridad reprimieron duramente dichas protestas públicas, siendo
habitual que la Guardia Nacional Republicana (GNR) causara muchos heridos y muertos.
Una de aquellas víctimas sería la joven Catarina Eufémia, que se convertiría en
la personificación de la resistencia antisalazarista.
Mientras
tanto, los movimientos comunistas y socialistas, aunque proscritos, siguieron
en su resistencia al régimen de Salazar. Los enormes gastos de la guerra
colonial en la década de 1960 incluso causaron la pérdida del apoyo de
militantes de derecha, que lamentaban el atraso económico de Portugal en
comparación a los países de Europa Occidental (e incluso respecto a España)
mientras los gastos fiscales laboriosamente ganados eran gastados
mayoritariamente en una guerra colonial.
Para acallar
las voces de oposición, el régimen de Oliveira Salazar recurrió a la PIDE o
"Policía internacional e de defesa do Estado" para la represión
política, al mismo tiempo que lograba infiltrar a la PIDE en casi todos los
sectores y grupos de la sociedad portuguesa, desde las fuerzas armadas hasta
los sindicatos, pasando por la Iglesia Católica local y la militancia del
Partido Comunista Portugués.
Obras:
Con un
gobierno transformado en el régimen más longevo de Europa Occidental, Salazar
dejó varias obras públicas tales como el Puente Salazar (ahora Puente 25 de
abril), el Mirador-Monumento a Cristo-Rei, que demuestra su alianza con el
catolicismo conservador de Portugal, el Estadio Nacional de Portugal, el
Aeropuerto de Lisboa, el Instituto Nacional de Estadística de Portugal,
autopistas y otras. Sin embargo, su obstinación en mantener las colonias aisló
a Portugal y retrasó su crecimiento durante décadas debido al alto costo
económico y social que significaba para una economía débil y precaria como la
de Portugal el sostener la guerra colonial tanto en África como en Asia y sus
respectivos gobiernos coloniales.
Retirada del
poder:
El principio
del fin de Salazar comenzó el 3 de agosto de 1968, cuando tenía ya 79 años.
Durante sus vacaciones en el Forte de Santo António, en Estoril. Salazar se
preparaba para ser tratado por su pedicuro cuando se dejó caer en una silla de
lona. La silla cedió y Salazar cayó violentamente, llevando un fuerte golpe en
la cabeza.
Otras fuentes indican que el golpe lo recibió en su bañera. Lo cierto es que el accidente quedó oculto por orden del propio Salazar, quien tras levantarse, se negó a recibir atención médica, exigiendo secreto a los presentes. El Primer Ministro regresa a Lisboa. Quince días después, Salazar admite estar enfermo y el 6 de septiembre es trasladado de urgencia en un coche desde su residencia en São Bento, Lisboa, al Hospital de São José, donde se le opera de urgencia.
Otras fuentes indican que el golpe lo recibió en su bañera. Lo cierto es que el accidente quedó oculto por orden del propio Salazar, quien tras levantarse, se negó a recibir atención médica, exigiendo secreto a los presentes. El Primer Ministro regresa a Lisboa. Quince días después, Salazar admite estar enfermo y el 6 de septiembre es trasladado de urgencia en un coche desde su residencia en São Bento, Lisboa, al Hospital de São José, donde se le opera de urgencia.
El 27 de
septiembre, el presidente Américo Tomás llama al profesor Marcelo Caetano para
que sustituya al profesor Salazar, incapacitado para las tareas de gobierno.
Nadie, sin embargo, se atrevió a notificárselo a Salazar. De hecho, hasta su
fallecimiento en 1970 quienes trataban diariamente con él le hacían creer que
todavía gobernaba el país, incluso después de haber asumido el gobierno el
profesor Caetano.
Vida
personal:
Del doctor
Salazar, soltero, se dice que mantuvo varias relaciones amorosas con mujeres
mucho más jóvenes que él. A lo largo de su vida fue atendido por Dª Maria de
Jesús, su ama de llaves.
Morigerado de costumbres, rayano a veces en la
sordidez, usaba unas fuertes botas que le acarrearon ese apodo entre el pueblo.
Hombre frío y distante, casi no mantuvo tratos con sus hermanas, únicas
familiares directas que vivían cuando accedió al poder, y solo manifestaba
cordialidad con algunos íntimos, como su ahijada. Hay algunas escasas imágenes
en las que se le ve sonriente en su compañía. Solo aceptaba regalos en forma de
flores o libros.
No hay un
gran anecdotario personal en torno a su figura; ni siquiera compartía la
afición de sus compatriotas por el fado o el fútbol (el fado lo calificaba de
deprimente e inmoral) lo que no le impidió fomentar ambos espectáculos, hasta
el punto de que su régimen era llamado "el de las tres F: fado, fútbol y
Fátima". Se le dio sepultura en la parroquia de Vimieiro, en Santa Comba
Dão, en una modesta tumba donde descansa con sus padres.
Algunas
cuestiones relacionadas con Salazar:
Por un
Decreto de 1937, obligó a usar el llamado teclado nacional o teclado HCESAR en
las máquinas de escribir que se vendieran en la nación. Este teclado, llamado
así por la secuencia de sus letras de la primera fila, suplió al AZERTY francés
por permitir una redacción dactilográfica más rápida en textos portugueses.
Así, las máquinas de escribir HCESAR eran obligatorias en las dependencias
públicas y entre 1938 y 1974 eran las más habituales en los comercios
portugueses. Desde 1974, las máquinas HCESAR se han convertido en curiosas
piezas de coleccionista.
La figura
del profesor Salazar ganó una votación popular para elegir a los «grandes
portugueses» promovida por el canal Radio y Televisión de Portugal (RTP).
No obstante, algunos periodistas e intelectuales portugueses dudaron de los
resultados de la votación, que podrían haber sido manipulados desde la RTP.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ant%C3%B3nio_de_Oliveira_Salazar.
"Oliveira Salazar".
http://es.wikipedia.org/wiki/Estado_Nuevo_%28Portugal%29.
"Estado Noo".