La Caperucita Patriótica y el
Cochinito Feroz.
Por Kelder Toti.
Un Cuento Chavista.
La Caperucita
Patriótica.
En Venezuela había
una vez, hace mucho, pero muchos años, una selva virgen, que todavía no había
sido quemada por PDVSA, y en esta selva vivía un tigre blanco con manchitas
rojas, que representaban su inocencia. Un hermoso domingo, exactamente el día
de la declaración de la independencia, una pequeña niña con una boina roja se
adentró en las “peligrosas” selva. En una de las manos lleva una arepa con
queso y chicharrón, y en la otra una botella de Ron Pampero. De pronto se
encontró con un tigre feroz, enmontado en el samán. Iba cubierto con un
liquilique tricolor, para que nadie pudiera descubrir sus instintos. La
Caperucita no pensó nada malo, porque sabía que todos los animales peligrosos
habían sido muertos y exiliados, y creyó tener ante sí a un dulce gatito.
-Hola Caperucita – dijo el tigre
-¿A dónde vas?
-Y la Caperucita Patriótica le respondió:
-Voy a visitar a mi abuelita en su casa, que le
entregó el Plan Bolívar 2.000
-¿De verdad? – Le dijo el tigre
-Entonces llévale un ramillete de aquellas
orquídeas, antes que las venda como paja el Ministerio del Ambiente a una
transnacional. Caperucita le hizo caso y empezó a formar un precioso ramo de
flores. El tigre, mientras tanto, se comió a la abuelita, se puso sus ropas,
colocó la Bandera Nacional en la puerta y se metió en la cama.
Poco después llegó Caperucita y preguntó.
-Hola abuelita. ¿Cómo te va? – El tigre intentó
imitar el acento caraqueño, que delataba ingenuidad y dijo:
-Muy bien mija – Caperucita volvió a preguntar:
-¿Por qué hablas tan raro abuelita?
El tigre respondió – Es que los mítines que di en
la selva me cansaron mucho-
-Pero abuelita, ¡Que orejas tan grandes tienes!
- Son para escuchar mejor al comandante en
televisión
-¡Y qué ojos tan grandes tienes!
- Son para vigilar mejor a los corruptos
-¡Pero abuelita qué boca tan grande tienes!
- Ya sabes que formo parte del gobierno
-¡Y mmm abuelita por qué hueles tan feo!
-Porque de tanto pelear contra tantos bichos malos
algo siempre se te pega -. Y dichas esta palabra la atrapó y se la comió, y
durmió sin el menor rencor. No tardó en roncar sin preocupación, al poco tiempo
paso por allí el guarda parques que buscaba a un tigre que se había escapado
del “zoológico” y al oír los ronquidos dijo:
-¿Cómo puede ser que una abuelita patriota ronque
como un tigre?
-Y al acercarse más, descubrió que era el tigre que
se había escapado del “zoológico”. Y lo mató de aburrimiento al leerle al oído
ese tratado de sabiduría que es “La Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela” y lo obligó a vomitar a la abuelita y a la niña con vida ¡Qué
felicidad! El tigre malo fue entregado como desayuno a las escuelas
bolivarianas. El guarda parques fue condecorado por la Asociación Protectora de
Animales con una medalla de lata; a la Caperucita la ascendieron a Jefa de la
Delegación Juvenil del PSUV y a la abuelita le regalaron un carrito popular
para que se tomara unas merecidas vacaciones por toda Venezuela.
Los Zapatos Nike
Existió un pueblo muy cercano,
donde vivía un niño muy deseoso de ver las tiendas, los escaparates y
vidrieras, para poder admirar los zapatos que deseaba mostrar.
Viajó por todo el pueblo en busca de los zapatos preferidos por él y se fijó, en unos nike. Este al verlo se alegró y dijo: -estos son los zapatos que busco -, pero su precio era tan elevado que no podía comprarlos, por lo tanto ideó la manera de robarlos.
Estando al frente del escaparate lanzó una piedra, rompió la vidriera y tomó por la fuerza los zapatos deportivos que tanto deseó. Al tenerlos se los puso en los pies y salió corriendo del pueblo a toda velocidad, corrió tanto que llegó a cansarse y en la campiña se quedó dormido placidamente en un rincón del lugar. Cuando dormía una pequeña voz lo despertó y le decía al oído: -despierta, despierta o no despertarás- y este se levantó y se puso en guardia contra cualquier cosa que lo amenazara.
Cuando estaba despierto vio una pequeña luz brillante de perdón que lo miraba a él y le preguntaba -¿por qué lo hiciste? -y respondió altaneramente -¿quien me llama y quien eres? -y la luz resplandeciente respondió - soy tu conciencia y a que se debió que los robaras de la tienda - y en tono de tristeza, creo que pensó, -lo robé por qué me gustaban y los deseaba enseñar - y la voz contestó, - entonces te condeno a bailar en ellos hasta desaparecer y no pararás hasta ver el brillo de tus huesos arder y que tu hambre de codicia sea la sombra de tu arrepentimiento...
Los zapatos que tenía puesto el niño empezaron a tomar vida propia y el niño comenzó a bailar sin parar.
Viajó por todo el pueblo en busca de los zapatos preferidos por él y se fijó, en unos nike. Este al verlo se alegró y dijo: -estos son los zapatos que busco -, pero su precio era tan elevado que no podía comprarlos, por lo tanto ideó la manera de robarlos.
Estando al frente del escaparate lanzó una piedra, rompió la vidriera y tomó por la fuerza los zapatos deportivos que tanto deseó. Al tenerlos se los puso en los pies y salió corriendo del pueblo a toda velocidad, corrió tanto que llegó a cansarse y en la campiña se quedó dormido placidamente en un rincón del lugar. Cuando dormía una pequeña voz lo despertó y le decía al oído: -despierta, despierta o no despertarás- y este se levantó y se puso en guardia contra cualquier cosa que lo amenazara.
Cuando estaba despierto vio una pequeña luz brillante de perdón que lo miraba a él y le preguntaba -¿por qué lo hiciste? -y respondió altaneramente -¿quien me llama y quien eres? -y la luz resplandeciente respondió - soy tu conciencia y a que se debió que los robaras de la tienda - y en tono de tristeza, creo que pensó, -lo robé por qué me gustaban y los deseaba enseñar - y la voz contestó, - entonces te condeno a bailar en ellos hasta desaparecer y no pararás hasta ver el brillo de tus huesos arder y que tu hambre de codicia sea la sombra de tu arrepentimiento...
Los zapatos que tenía puesto el niño empezaron a tomar vida propia y el niño comenzó a bailar sin parar.
The Master Chip.
En un lugar donde las ratas eran tan felices que se suicidaban, existía un pequeño maestro que enseñaba a sus pupilos las pocas verdades del universo, acompañado de su maravillosa fantasía, tronaba las verdades del mundo, solo aplicadas a él, retumbando alrededor e impactando solo las paredes de ladrillos de la incoherente escuela.
Jamás callaría una mentira, jamás mentiría, pero si estaba dispuesto a participar en ella. Esta incertidumbre no lo dejaba descansar en paz, vio perder de un día para otro la juventud, levantándose malhumorado y anciano, descubrió tardíamente que la vejez es algo que llega cuando menos se desea y se marcha cuando menos se espera.
La razón de su existencia no se encontraba según las personas que decían conocerlo en sus entrañas, sino en el cavilaste ambiente, preguntó a los desiertos pasillos, no encontrando respuesta ni respiro,- ¿por qué participo en esta farsa?- O será a caso, que a través de la mentira podré encontrar la esperanza, como transmitiendo conocimiento puedo transformar a las personas, si solo aumento el tamaño de su avaricia, siendo un pobre instrumento de la miseria espiritual del Imperio material.
Un día la ansiedad sopló a la inquietud, presentándose a través de un filoso cuchillo, admirando su brillo, encontró respuesta en ese pequeño pero divertido juguete, se había adueñado de su voluntad, susurrando al oído,- tu misión era sacar al diablo del infierno de tus hijos -comentó con mueca burlona:-¿Qué es la vida?, será complemento de la muerte o es la muerte preámbulo de la verdadera vida o mejor aún, esta será el camino y la muerte el sentido -. Buscó respuesta pero solo encontró una ilusión desvaneciente en el tiempo.
Meditó lo anterior y reflexionó sin pausa, tiró la solución, arrojándolo de su mano, sin poder preñar palabra, clavado el pensar en la realidad, no sabía qué hacer, si tomaba el sendero escogido por el puñal, podía ser el final. Era tan fácil que temía tomar una decisión, esperó unos minutos a qué el lugar le diera un fin que lo guiara el resto de la jornada con hilos invisibles, dejó pasar el tiempo sin poder escapar ni mucho menos transformar el escenario que comenzó a palpar y más triste, a padecer.
Nunca pensó ver el horror de construir su castillo en el fondo de un pantano, y presenciar el final de las ruinas. No contento con ello, una pregunta arañó la simiente, - mi tarea ha concluido, ¿Por qué esperar más tiempo? - a pesar de la fe que brilló en el rostro, no encontró vestigio alguno para responder a la pregunta que lo llevaba a la nada. Desde ese momento se convenció en el único final y que este sería una solución definitiva a su larga y pospuesta angustia. Recogió a su único amigo del piso, vio la verdad resplandeciente en el filo cortante, se rozó las venas, esperó calmar el dolor, eliminando la pasión, encontró la paz, que tanto anhelaba su almohada. La sangre se derramó sin parar y los parpados se volvieron pesados y el rostro se transformó en sonrisa, descubrió que siempre había estado muerto, pero ahora era libre de la eterna y desoladora desesperación.
Al
pie del cadalso:
En un día, dos hombres con ideales distintos se encontraron en la cárcel, en donde serían ejecutados por diversos delitos. Compartían la misma celda, que se convertiría en su última morada, para los reos que ahí habitaban; era tan oscura y sucia como sus almas; existiendo un chorro de luz como la esperanza, que permitía darse cuenta del horror donde se encontraban, pero lo más aterrador, no era su odioso final, sino el tiempo de espera que debería pasar.
Uno de los convictos se llamaba Damián, de gestos finos, ojos penetrantes, perfil de líneas perfectas y músculos de blancura de vela; que se enlazaban para ser de él, un sujeto bien parecido, mientras que su acompañante de ilusiones y desdichas era todo lo contrario. La última noche en la prisión, se volvió un infierno, debido a las invocaciones ante Dios de José, que pedía al cielo que lo liberara de semejante pena. El exclamaba con desesperación ante los hombres, esperando que Dios lo escuchara, y se preguntaba - ¿Por qué estoy aquí? - El pedía ante Dios para que los consolara en su último y más largo suspiro. -¡Que he hecho yo para merecer semejante pena! y se respondía a sí mismo al no encontrar respuesta, -¡Acaso no soy inocente ante Dios y los hombres! -.
En los últimos minutos, le rogó al señor para que respondiera a sus quejas y éste les envió un ángel, que iluminó a la prisión tanto como a sus atormentadas conciencias. El ángel bajó de los cielos, vio a los dos presos y les preguntó, -¿a que se debe que tú José y Damián imploren a Dios?-. Y estos contestaron rabiosamente, -somos inocentes y no merecemos ser juzgados antes los hombres, sino ante tí Señor -.
El ángel les creyó, pero aún así les dijo: - A ustedes se debe que estén aquí y no pidan la piedad que no tuvieron cuando torturaban a sus víctimas.
-Desilusionados y vueltas sus caras baldes de agua, José con ira preguntó, - yo soy inocente y no debo pagar los crímenes que se me ordenaron - , él respondió. - eres culpable por ser obediente - y nuevamente José volvió a preguntar - ¿Iré al paraíso o al infierno? - lo cual lo dejó pensativo por un segundo que parecieron horas, - el infierno no existe para ustedes, ni tampoco el cielo, debes conformarte con tu destino, si quieres alejar el dolor de algo que no tuviste -. A esta respuesta Damian replicó, - Dios ha muerto - José viendo la firmeza de las palabras del ángel, volvió a preguntar, -¿Dios existe, y si existe es Amor y perdón?- El ángel antes de desaparecer y llenar de oscuridad el lugar, respondió, - el perdón no es sinónimo de impunidad y solamente él existe en los corazones de los hombres.-
Quizás pensaron, Dios ha muerto y la razón con él, entonces para qué buscar el olvido, cuando solo existe la voluntad del hombre, desde que esa impresión infectó sus almas, José y Damián se callaron y no volvieron a llorar más nunca...
Tarzán de los Morros
En un
viaje a San Juan de los Morros del que casi no me acuerdo, fuí invitado
por mí amigo Tarzán a cazar, nos levantamos muy temprano y nos dirigimos
en jeep a El Sombrero, nos salimos de la carretera para evitar a la Guardia
Nacional que acosa y persigue a los cazadores sin permiso y nos desplazamos a
través de las suaves olas verdosas del llano, que se mecen como la caricia
tierna del viento, refrescando nuestras caras con el aroma de una mujer bonita:
a eso mi amigo se levantó de su asiento, sacó la escopeta de doble cañón
discover, la cargó de balas winchester de 20 m.m , y empezó a disparar a cada
pajarito que veía volar, pag, pag, pag...
Mientras
yo aceleraba a toda velocidad llegamos a una quebrada e hicimos una fogata,
para asar carne en brasas, mientras prendíamos los leños, la carne expedía una
sabrosa fragancia,... De pronto un tigre muy alegre apareció entre los
matorrales, Tarzán y yo nos dirigimos a la escopeta y la encontramos
vacía, él se volvió por las balas al jeep y yo prendido por el miedo
corrí; él encontró las puertas trancadas y me grito por las llaves, mientras me
perdía en el horizonte, mi amigo volvió su cara al tigre y lo miró fijamente,
mientras le pedía a Dios por su salvación, el tigre desde la orilla lo veía con
atención, se puso de rodillas, cruzó las dos patas delanteras y dijo:- Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a tú reino,
bendice este alimento que voy a comer así como perdono a quien me ofende - ,
Amén-, después de esto lo miró, brincó y se lo comió.
La Visión del pescador:
La Visión del pescador:
Una sirena cantaba música celestial, en un peñón de rocas a orillas del mar, un
pescador se le acercó por curiosidad y fascinación. Él era de una inteligencia
tan clara como el agua donde navegaba, y solo sus intenciones lo delataban
buscando saciar su sed de codicia, que lo mataba.
El pescador viendo la sirena la contempló y preguntó: - ¿Por que cantas? - Y ella inquieta respondió, - por qué puedo cantar y con ello arrullo al mar - dijo, en voz alta, refiriéndose a la insignificancia descortés que la admiraba. El pescador tronando los labios dijo,- Por ello te voy a secuestrar y mostrar -, A lo que la sirena asustada llorando perlas de sus ojos al fondo del mar, pensó:- ¿Por qué lo hará ?.- El blandiendo sus redes, les gritó, - Te pescaré, porque te quiero pescar - demostrando que la fuerza es compañera fiel de la razón, agarró sus redes y lanzándolas sobre la triste sirena, la trasladó a la bodega del peñero, dirigiendose a un puerto, volando al ras de las olas, en busca del comprador de una visión.
En el viaje sus manos reían de la plata que recibiría y su boca saboreaba las carnes que comería y no pensó por un instante en el dolor que causaría, sin conocer el sufrimiento. no podía apreciar el valor del momento.
Tan rápido desembarcó, la puerta de la bodega abrió, encontró un hedor a pescado podrido, no hallando a la hermosa sirena ni escuchó su melodioso canto, solo percibió el aroma de su enana mediocridad.
El pescador viendo la sirena la contempló y preguntó: - ¿Por que cantas? - Y ella inquieta respondió, - por qué puedo cantar y con ello arrullo al mar - dijo, en voz alta, refiriéndose a la insignificancia descortés que la admiraba. El pescador tronando los labios dijo,- Por ello te voy a secuestrar y mostrar -, A lo que la sirena asustada llorando perlas de sus ojos al fondo del mar, pensó:- ¿Por qué lo hará ?.- El blandiendo sus redes, les gritó, - Te pescaré, porque te quiero pescar - demostrando que la fuerza es compañera fiel de la razón, agarró sus redes y lanzándolas sobre la triste sirena, la trasladó a la bodega del peñero, dirigiendose a un puerto, volando al ras de las olas, en busca del comprador de una visión.
En el viaje sus manos reían de la plata que recibiría y su boca saboreaba las carnes que comería y no pensó por un instante en el dolor que causaría, sin conocer el sufrimiento. no podía apreciar el valor del momento.
Tan rápido desembarcó, la puerta de la bodega abrió, encontró un hedor a pescado podrido, no hallando a la hermosa sirena ni escuchó su melodioso canto, solo percibió el aroma de su enana mediocridad.
Un Viernes de perro.
Un viernes como cualquier otro, me levanté muy temprano a eso de las 8 de la mañana debido a una gotera que cayó del techo a mi cara, busqué jabón y toalla y bajé a el pipiroom de la pensión; encontré la poceta sucia, entre mentadas maldiciones me bañé. Subí a mi cuarto para hacerme el desayuno de siempre: café negro, arepa con perico y algo de margarina para pasar con sabor la sápida; vistiéndome de prisa y sin apuros, recogí mis corotos y me dirigí al trabajo, caminé corto y despacio, parándome en algún kiosco a hojear las noticias del día, me entretuve entre las bellas jovencitas en bikini de la portada de los periódicos, fijandome en sus perfectas curvas y angelicales caras,
- Pero ¡que veo! - Si es mi novia luisa, en la foto del 2001 -...
- ¿Por que me hizo esto? - Tras un largo suspiro de tristeza le dí las gracias a Dios por las grandes manos que le había dado, y que jamás me fijé que tuviera.
Me fuí apesadumbrado, pero con los cachos en alto, llegué sin fatiga ni sed, saludé a la bizca de la portera, entré con grandes esperanzas a clase a las 9:30, en la puerta dejé pasar los minutos y reflexioné sobre mi amor pasado y la inmortalidad del cangrejo y me percaté de que el tiempo se había ido volando y fuí al departamento de sociales, saqué las llaves, abrí la puerta y las tiré sobre el escritorio y me fajé a escribir a maquina, esperé a la segunda hora para entrar a clases y que los alumnos presentaran el examen. Ya en el campo de batalla intenté reprender a los alumnos por no haber llegado puntualmente a la hora, cuando abrí la puerta todos entraron en estampida, les pregunté:
- ¿Por qué no entraron a primera hora? - Mientras oía:
-¿Por qué vino este tipo? -. Con tono de rabia algunos de ellos respondieron:
Por que tuvieron que llegar a las 9:25 -. ante la respuesta, no me queda más remedio que dictar la pregunta y exigí un análisis de 15 líneas, sobre las características geográficas de la región zuliana, los alumnos se copiaban descaradamente y el que no lo hacía traía el examen respondido de su casa, cambiándolo ante mi mirada distraída y anárquica, capturé a uno de ellos e intenté reprenderlo como ejemplo a los demás;a ese rosario de vicios que se llama Andrew, le pedí que me entregara la hoja con amabilidad y firmeza, y respondió:
- Si todos hacemos esto por qué me la tienes que aplicar a mí -.
Esta frase me hizo ver una cadena de oro: llamativa, brillante y peligrosa; pedí las pruebas acabando con la farsa; en ello un guapetón de canela susurraba con voz tan baja que escuchaba:
- Si este tipo me raspa le pasará algo -.
Salí del salón al baño a lavarme la cara.... bajé a la toticueva, el departamento de sociales, confundido le pedí a mi jefa Susanita que me abriera la puerta, ya que no encontraba las llaves, me senté e intenté revisar los ensayos, pero para qué, el verdadero examen lo habían reprobado y solo encontré consuelo entre las sábanas blancas de mi amante, esposa fiel y leal que nunca me abandona y siempre aconseja y jamás me reprende y no es muy exigente: la máquina de escribir. Esperé que pasara el tiempo jugueteando con ella y olvidé lo sucedido, la siguiente hora de clase pasó sin pena ni gloria, afortunadamente, para no ser recordada, marchándome del liceo, con una idea muy importante en mente, "yo trabajo con el estómago"; me trasladé entre pasos y sombras del liceo a una taguara de la Candelaria, que cobra 14, 50 Bs. por llenar la bolsa de panes con: sopa, seco, postre, refresco y pan; el lugar estaba como siempre a reventar, había que hacer una cola para entrar, esperé hasta que un puesto se desocupó, sentándome ante un anciano flacuchento y demacrado, más hueso que carne, y más muerto que vivo, que se fijaba en mi como en su juventud pérdida, esperé que dijera algo, mientras saboreaba una sopa de mucha agua y escasa verdura. El señor continuaba con su mirada perdida, pero fija en mi, y yo pendiente de sus movimientos hasta que de repente, me bañó, perdón tosió, para completar el día. solo les puedo decir que el hígado encebollado estaba riquísimo.
Asi lleno y contento - a pesar de todo - de la posada, me dirigí como estudiante pródigo a mi "Alma Mater", el Pedagógico de Caracas, con el fin de jugar ajedrez y ver el juego de fútbol, Dinamarca - Brasil, solo les puedo decir que en el trayecto no sufrí contratiempos, desplazándome en 40 minutos de un sitio a otro, cuando llegué ahí, comenzó mi calvario.
En el club de ajedrez todas las mesas estaban ocupadas, por que había un torneo al cual se les "olvidó" invitarme, ello me obligó a ver el partido del mundial de fútbol: Dinamarca - Brasil. Ustedes se preguntaran ¿a que equipo iba yo? No quiero ser pedante pero mi favorito sentimental era Dinamarca, por que es la patria de ese gran cuentista que es Christian Andersen, y además es el reino de vidrio, donde ellos son capaces de hacer instrumentos musicales (tambores, arpas, maracas, etc.) de cristal. Mientras que el equipo brasileño es presentado por un calvo - dientón, que parece que jamás en su vida ha visitado un odontólogo y por mujeres vestidas como salvajes, en la cuna de la civilización: Paris. Por supuesto tenía que estar del lado de los vikingos, el partido fué muy bonito, aunque creo que entre los espectadores del auditorio era el único que tenía ese punto de vista; siempre que Brasil metía un gol, yo protestaba en contra de lo sucedido hasta que los Daneses empataban y ante el helado silencio tropical, yo gritaba a todo pulmón:
- ¡Viva la furia Aria! -.
Eh insultaba a los hinchas contrarios, hasta que Brasil marcó el tercer y último gol del encuentro y los Daneses en su desesperación fueron incapaces de empatar el resultado, faltando un minuto antes del pitazo final me deslicé sigilosamente hasta la puerta, alguien me vio y gritó:
- ¡Allá va el dinamarqués! - lo que me hizo correr como exhalación ante una tormenta de vasos, solo les puedo decir que ni Ben Jobson hizo el tiempo que hice.
Corrí al club de ajedrez y empecé a estudiar las diferentes posiciones de la apertura escocesa, hasta ser interrumpido por una joven muy guapa ella, que comenzó a hablar sobre los movimientos de la apertura, y yo como buen sabiondo comenté las diferentes opciones, recordando que el ajederez no es un juego de inteligencia sino de memoria. Hasta que llegó ese ángel del purgatorio, llamado "garrapata", echando al suelo mis planes de una posible cita, refutó todos mis movimientos y deducciones en el tablero, pero allí no para su maldad, a quien debo reconocer como mejor ajedrecista que yo, sino que triste, me lo hace saber. Si; yo fui quien lo entrenó en cuerpo y alma, demostrando que el pupilo puede saber más que el maestro, ya que estudiamos juntos diariamente durante tres meses hace años logró superarme en muy poco tiempo, ésta de más decir que abandoné la "dicha" de jugar con él y perder, me retiré a la pensión con el rabo entre las piernas, no sin antes llamar por teléfono en el camino a mi hermana, que me dijo la mala noticia de tener a su hijo Samuel enfermo, como si ella fuera la única que tenía un mal día, eso me dio valor para consolarla y consolarme, de que puede haber personas con un día peor que el mió. Si eso sirve de valor, ya tengo bastante.
Ahí descubrí que a pesar de todo, las tragedias cotidianas no son menos importantes que las alegrías de la vida, que nos obligan a trabajar y a luchar por la felicidad, después de meditar en lo anterior me dirigí a la pensión con la frente en alto; conseguí la puerta azul de mi hogar, me registré los bolsillos y no encontré las llaves, no dejé que la desesperación cundiera en mi, me dirigí de nuevo al club de ajedrez a buscarlas, siendo detenido en la calle por una unidad de la policía metropolitana en plan de trabajo, cuando pasé por su lado me detuvo uno de los agentes:
- ¿Ciudadano su cédula y carta de trabajo? -.
Rápidamente le entregué la cédula sin delatar mis emociones ni pestañear, requiriendo la carta de trabajo y a que me dedicaba, yo le dije - muy serio - que no tenía tal documento y que era profesor del liceo Nuñez Ponte; el policía con una amabilidad cortante e inquisidora, me puso contra la patrulla, me registró y detalló todos los objetos que llevaba conmigo, me ofreció sus disculpas por el procedimiento, aumentando mi temor con las esposas puestas sobre la patrulla, yo deseaba vengarme, saqué papel y lapicero, y me dispuse a escribir un "Habeas Corpus", que al ser entregado a un juez, relatando las condiciones de mi arresto, me liberaría. En él contaba el estado lamentable de mi reclusión, del falso arresto y lo humillante de mi situación, no escribí mas de tres lineas; cuando el policía me llamó a verificar mis datos con los de su comando, me liberó diciéndome:
- Lo siento es mi trabajo, espero que me disculpe -.
Ante el giro de los acontecimientos me dispuse a salir de inmediato de ahí, cuando caminé unos pasos el policía pegó una carrera hacia mi, con algo en la mano:
- señor tome, se le olvidó esto - y me entregó la hojita donde pensaba hacer fama en el derecho Venezolano, el "Habeas Corpus" a medio comenzar, lo tome con enfado no sin antes dar las gracias.
Entré nuevamente al club, y pregunté por mis llaves no encontrando respuesta, me devolví a casa en un carrito por puesto, le expliqué al chofer que me diera la cola hasta el silencio por no tener para el pasaje, él enojado me dejó subir, pasé de regreso por la patrulla que me había detenido, atestada de gente como jaula de perros, me bajé más adelante, le di las gracias al chofer, que ni siquiera se dio por enterado, comencé a andar entre los pasillos obscuros y peligrosos de la pastora, sentí miedo del silencio de la calle y de la luz de la luna; percibí a lo lejos una sombra difusa que me perseguía, caminé más rápido, mientras más rápido caminaba más rápido se acercaba. Al pasar los minutos creo que.... pensé en el totimétro y como di con él; Fui un día a darle clases al terrible 7º "C", los alumnos se empujaban por entrar al salón, yo quería que se dieran cuenta de su parecido con los animales y al abrir la puerta les dije a lo Alí Khan:
- ¡Partida! - y corrieron atropellándose, la secretaria que estaba en la seccional oyó la bulla, y los castigó a permanecer parados durante toda una hora de clases. Yo asumí el castigo con ellos, no podía hacer otra cosa, entreteniéndome con el reloj water resist; un estudiante me confundió con uno de sus amigos y me lanzó desde el patio una lata de refresco, el reloj se me calló de las manos y yo volé por las escaleras, esperé verlo desmoñingado, pero lo recogí del suelo intacto. ¿Que pasa? el totimétro del susto se volvió parlante, esperaba como un buen reloj suizo un tic-tac-tic-tac o que dijera en Japonés: shan-shin-shan, más desde ese momento no paró de hablar toc-tic-toc-tic.
Cuando desperté la muerte caminante se transformó en carne y hueso, y preguntó:
-¿Que hora tienes?-.
Yo escondí la muñeca y la respondí que no tenía reloj, a lo que me preguntó:
-¿Dame lo que tengas?-. Yo me saqué el reloj y lo lancé al aire, no sin antes decir:
- ¡Atájala Visquel! -. En los segundos que tardó en agarrar el totimétro, salí corriendo como centella, pegándoseme atrás, sin ver por donde iba caí en un hueco y el malandro se tropezó conmigo y se calló también, me levanté con velocidad y lo perdí al satisfacer su codicia, llegué a la puerta con rostro adolorido de tantos golpes en el día y una suave llovizna acariciaba mi cara, exclamé:
-¡Pero, que clase de vida es ésta! - Saqué la tarjeta telefónica y me limpié las uñas con ella, se me ocurrió al rato abrir la puerta, lo logré sin antes sufrir un poco. La abrí, entré y subí a la habitación, donde dormía mi compañero de cuarto, que ante el ruido que hacía al tender mi cama murmuró:
- No sabes el día tan difícil que he tenido hoy. - Ni tú tampoco, - me acosté y me levanté al día siguiente, sin hambre ni ánimo de comer y el lunes al llegar a clases, busqué a la culpable de esconderme o guardarme las llaves y al verla desde la puerta del aula le dije: -¡Ah. ..!.
Huevo
Frío:
Éste es la historia de un malandrito que jodía, jodía y rejodía: en El Paraíso. A todo aquel que se le acercaba, un día se le ocurrió burlarse del Rey de la Selva de Concreto, que se encontraba enjaulado en zoológico El Pinar, entró al zoológico sin pagar, ya que todo el mundo le tenía miedo; y se fue a ver al Rey de la Selva.
Al verlo le empezó a lanzar piedritas al León en su jaula de hierro y cemento, no contento con esto, abrió la puerta de la jaula, y se metió dentro de ella, y caminó hacia él muy despacio, le abrió la boca y le hizo cosquillas en las admidalas, después le dio la vuelta al León, que sin inmutarse lo veía, ya que Huevo Frío bateaba a las dos manos y fildeaba la bola sin guantes, algunos decían que estaba medio loco otros creían que era un enfermo Loco de remate; lo cierto es que achacaba su enfermedad mortal a otro malandrito llamado: Mojón Loco.
Ya que Huevo Frío no se sabía quién enfermó a quién, lo cierto es que Huevo Frío envenenó a Mojón Loco con un purgante. No contento con ello, le jaló la cola al Rey de Caracas, el León rugió, pero él no le paró, él se asustó un poco, mientras sudaba, el León le gritó: carajito medio maricón déjame tranquilo, mientras él se burlaba.
El León blanco le atacó el cuello, despescuezándolo como un pollo, mientras lo sostenía con sus garras, lo desangró con las fauces en el cuello, mientras éste lloraba diciendo que él era un carajito enfermo, y todo lo hizo por amor, al dinero dijeron los que lo conocieron, y el León por justicia se lo dio a comer a las leonas y a los cachorros que estaban en la jaula con él.
El Sabor de la Ira.
Había un
matrimonio que tenía una hija, una mamita, y un papa que era muy rabioso, lo
que se llamaría un hombre arrecho, él estaba lavando el carro en el
estacionamiento y la niñita comenzó a jugar con los parabrisas echándole tierra
al carro, que él acababa de lavar, cuando vio, le dio tanta rabia, que arrancó
uno de los limpiaparabrisas, y empezó a pegarle duro, muy duro: la niñita se
cubría con los bracitos de los golpes que le estaba dando... Al final empezó a
darse cuenta que le estaba cortando, la mama en su desesperación le dijo - no
seas loco, me le estas pegando demasiado a la niña - y se la llevó al hospital
al rato se logra calmar y se va al hospital y consigue a la niñita sin brazos,
amputados, el salió de la sala de emergencia y la preguntó al médico.
- ¡Que ha pasado!
¿Por qué a mi hija le han quitado los brazos? Uno de los doctores respondió -
los brazos se los han amputado, porque se pegó con algo oxidado y se tardaron
mucho en traerla y le agarró gangrena, fue poco lo que pudimos hacer, tuvimos
que cortárselos - al hombre le dio pena, una profunda pena, mientras el médico
le decía que era muy difícil demostrar que la culpa era por un accidente, por
ello el caso sería llevado a la P.T.J., la madre sin perder el semblante
comentó que la caída y el golpe había sido debido a un mal golpe por jugar
pelota, pero todos los presentes sabían que la culpa había sido de él, solo de
él; porque si no le hubiera golpeado con los parabrisas la tragedia nunca
hubiera pasado.
Tiempo después él
estaba triste, un poco adolorido, se había dado cuenta de lo que había
sucedido, se fue con la niña y ésta se encontraba despierta, se le habían
pasado los somníferos. Él estaba muy callado, cuando ella se levanta le dice -
papi, papi, papi, mira me han quitado los bracitos, pero que importa, cuando me
salgan nuevamente te voy a abrazar y a dar cariño, te voy a ayudar a tener el
carro limpio, después que salgamos de acá -.
El señor quedó
triste, tan triste que a partir de ahí comprendió el sentido de la vida, que
consiste en darle alegría a los demás para conseguir la felicidad propia.
El Mar de la Felicidad.
Jaimito después de portarse muy
bien en la tierra subió al Paraíso, al ser atropellado por un coche, cuando
salía del Ministerio de Educación, porque intentó cobrar su liquidación por
haber firmado en el revocatorio. Estando en el cielo dijo; “-sin duda el cielo
es maravilloso, pero un poco aburrido.”- Así que, un buen día Jaimito va
andando por las nubes blancas de algodón y llega a una enorme puerta. “-¿Qué
hay ahí adentro?”, pregunta al enano que hace de guardia. -“El infierno”,
responde el enano. Jaimito palidece y le pregunta a Lucifer: -¿El infierno es
tal como lo pintan? A lo que él respondió: -Eso son descalificativo del
gobierno y de la oposición, yo solo cuando tengo que ser bueno, soy muy bueno,
y cuando tengo que ser malo, soy el
mejor.
Cuando Jaimito le pregunta si
puede echar un vistazo, el enano le contesta: -¡Por supuesto¡” Así que Jaimito
entra, y cuando cree descubrir lo que es el infierno en realidad, no puede dar
crédito a sus ojos. Todos bailan y beben, y hacen el amor con unas mulatas
sensuales. Entonces Jaimito cae en la cuenta de que eso es en realidad el
paraíso, y que el cielo es el infierno.
Así, después de haber gozado
durante una semana de la hospitalidad de aquella gente, da las gracias al enano
y vuelve al cielo. Durante cierto tiempo el hombre está muy inquieto. Todas las
noches sueña con sus aventuras, especialmente con las hermosas mulatas a las
que había conocido y con los hombres que pasó el día bebiendo anís y jugando
truco. Día tras día, esos hermosos recuerdos pesan cada vez más es su mente,
hasta que llega el día en que no puede seguir aguantando la presión. Le pide a
San Pedro una cita con Dios. Cuando llega el día de la cita, el hombre está ante la luz cegadora del
Todopoderoso, le comunica que quiere marcharse del paraíso.
Dios se queda anonadado ante su
petición. Hasta entonces nadie le había pedido permiso para marcharse del
cielo. A Dios le preocupa que siente precedente, pero algo después, decide que
incluso Jaimito debe contar con libre albedrío. Tras meditar largo tiempo llama
a Jaimito: “-Como quieras, hijo mío”-, le dice. “-Puedes irte con mi bendición.
Pero recuerda que una vez que abandones el cielo, nunca más podrás volver”-.
Feliz de ser libre, Jaimito hace sus maletas, se despide de todos los santos y
ángeles – que realmente son buena gente, aunque un poco aburridos- y se pone en
camino.
Cuando por fin llega al infierno,
el enano con traje rojo, cachos y cola; se sorprende de volverlo a ver. “-¿Tú
otra vez?”, le dice. “-¿Qué quieres?” -“Quiero ir al infierno”-, responde
Jaimito. Al oírle, el enano se ríe, y solo logra decir:-“Serás mi invitado”.
“-Cuando entras en el infierno”-,
habló el Diablo, que se inclinó hacia adelante, con la cara sonrojada por un
entusiasmo que no auguraba nada bueno, ya que se había colocado lentes oscuros
y un bigote postizo, a veces pensó el diablo en voz alta, “-me disfrazo: de
médico de Barrio Adentro, de caprilista o chavista, que es la misma mierda;
hasta me he llegado a disfrazar de marico, todo lo hago para llevármelos al mar
de la felicidad” -, “-a ti te sorprende –Jaimito- ver que las cosas han
cambiado mucho. Ni rastro de las hermosas mujeres, música o rumba. Solo hay
ratas, suciedad, escasez, asaltos, robos, colas hasta para comprar papel
toilette para limpiarse el rabo, insultos y amenazas-. Alrededor hay disturbios
y oyes agónicos alaridos de las torturas de los hombres enfermos y
hambrientos-. El lugar es irreconocible”-.
Jaimito, empieza a ser presa de
la angustia, se vuelve hacia Belcebú y le dice: -“Perdone, señor Lucifer, debe
de haber un error. ¿Dónde está el lugar feliz que vi? ¿Dónde está la belleza, y
las risas, y la dulce música? Entonces el Diablo, que está llorando de risa y
casi no puede hablar, mira a Jaimito y le dice: -“¡Pobre, pobre idiota! Cuando
nos visitaste la otra vez, venias como turista. Ahora vives aquí en el Mar de
la Felicidad”.
Sin esperanzas ni ilusiones.
Imagino, que no había
pasado nada importante ese día, para no saber la fecha exacta, pero
recuerdo la intensidad del momento, olvidando el resto del día, Solo sé que durante unos minutos, mi angustia
rebasó mi sombra, por la aparente decisión
de destruir, un pedazo de dominio de
mí. Estando en el apartamento contemplé la majestuosidad y belleza del pergamino de letras góticas, hablando siempre con los elogios del verdugo y la
docilidad del perro rabioso.
En un primer momento, intenté quemarlo, pero su contextura me prohibió el
placer de la flama arder.
Preguntándome sobre mi primera derrota, deseé lanzarlo por el bajante, pero
no sin antes humillarlo, firmé el título con los nombres que estarían de
acuerdo con mi buen proceder, pensando largamente en las personas idóneas que servirían a tan alegre fin. Una de ellas sería el ilustre
Nicolás Maquiavelo, que toda
distinción ignoró y su mortalidad debió en no buscar honores,
encontrándolos ya siendo cenizas; y el otro, mi
adorado Splenger, el patólogo de donde me encuentro, sin dejar traza y saña.
Después de firmar y sellar en sus nombres, lo corrí con sus hermanos de
papelería. Colocándolo con una empresa
que se dedica a un lucrativo negocio y maloliente tarea: Fospuca, para ver si el tono retórico de
esperanzas se esfumaría en el fondo
de una mortaja de plástico.
Concluida la acción respiré aliviado por la hazaña lograda, medité sobre el
porvenir y en la flaqueza de la confusión, se me ocurrió despedirme bajando
las escaleras, volando de la puerta al escalón, abrí las puertas y cerraduras,
llegando con entusiasmo a los cañones de hojalata, viendo su apestosa vaciedad.
Se dibujó en mi rostro un mapa de ansiedad, revisé pipote por pipote, encontré
restos de sueños y pulcritud. Al removerlos le imploré a la
Virgen que me diera fuerzas para seguir buscando, temiendo más por
mi posición que por el Don en cuestión. Qué había hecho me pregunté, y más triste el
viento me respondió, que será de ti. El castigo será aterrador, la piel se me erizó, pero nada cambió, los ojos en lago se
convirtieron, y mi futuro se truncó.
Mirando la fría bola
de calor, se me enfrío el cuerpo. No fue acaso esta la razón por
lo cual lo hice. Me pregunté, y descubrí, finalizando la tarde, que no importaba
lo que hiciera, su elegante manto estaría conmigo, porque no podía
escapar al mundo trazado en un principio por mí y al final por un trozo de ambición, podía pedir una replica o hacer una
copia y lo más inquietante, fue el breve
suspiro de libertad presenciada más no justificada,
volviendo a acostarme, esperando despertar en el averno, que comenzaría al siguiente Sol, convirtiendo a los hombres en
personas, a partir de las siete de la mañana del siguiente día.
Evidenciándose que era un montón de puré de carne cruda.
Evidenciándose que era un montón de puré de carne cruda.
El Cochinito Feroz.
Había una vez tres tiernos tigritos de piel blanquecino y
rabo de paja que vivían con su mamá. El primero se llamaba Ramos era cegato,
pero muy buena gente. El segundo se llamaba Williams era algo tragón y por lo
tanto gordiflón; Y otro se llamaba Rafael muy honesto aunque algo bocón.
Un día mamá tigra
en espera de tomar su camionetita mortuoria, llamó a los tigritos y les dijo:
- Adelante a
luchar miliciano, en defensa de la revolución, pero siempre tengan mucho
cuidado con el cochinito feroz.
- No te preocupes
mamá. Tendremos mucho cuidado, dijeron los tres tigritos, y salieron a buscar
el mundo.
Muy pronto en su camino encontraron en su camino un calvo
minito encorbatado, que empujaba una carretilla llena de bloques y latas de
zinc.
- Por favor
monito, ¿podrías regalarnos algunos de tus bloques y latas de zinc?
Preguntaron los
tigritos.
- Por supuesto
dijo el monito, siempre que me presten su casa cada vez que necesite
enconcharme.
Los tres tigritos
construyeron entonces un precioso rancho de bloques y acerolit.
Justo al día siguiente, el Cochinito Feroz pasó merodeando
por el camino y vio una hermosa casa de bloques que habían construido los
tigritos.
Los tres tigritos
estaban jugando béisbol en el jardín. Cuando vieron al Cochinito Feroz
corrieron a la casa y cerraron las rejas con llave.
El cochinito
chocó la puerta con su tanqueta; gritando:
- Tigritos,
ladrones. ¡Déjenme entrar!
- No, no, no
contestaron. ¡Es nuestra casa y no puedes pasar!
- Entonces los
ametrallaré y los cañonearé sin piedad.
Los tres tigritos
no abrieron y el cochinito los ametralló, bombardeó y por ultimo llamó a los
bomberos para que le abrieran la puerta y apenas logaron escapar antes que las
latas de zinc se cayeran sobre su cabeza y estuvieron muertos de miedo.
- Tendremos que
construir una casa más fuerte, dijeron las tigritas. En ese momento vieron una
ardilla que estaba mezclando cemento por una carretera de la gobernación.
- Por favor,
¿podrías regalarnos unos sacos de cemento? - preguntó uno de los tigritos.
- Por supuesto,
respondió la ardilla, siempre que me den un cargo en la gobernación; y les
llenó un tobo de cemento espeso y pegajoso.
Así los tres
tigritos construyeron una quinta de concreto armado. Apenas habían terminado,
el cochinito feroz pasó muy cerca del jardín y lo vio jugando béisbol.
Los tres tigritos
estaban jugando pelota, cuando vieron el cochinito, corrieron a la casa y
cerraron las puertas.
- Tigres miedosos, ¡Déjenme jugar!
- No, no, no contestaron los tigritos, ¡Es nuestro equipo y
no vas a jugar!
Los tigritos no
abrieron y el cochinito sopló y resopló, pero la casa no se cayó. Pero por algo
le decía Huguito el Cochinito Feroz.
Buscó un taladro,
posteriormente tomó un avión y los bombardeó y la casa destrozó. Los tigritos
asustados se escondieron en el bunker de mamá tigra, al día siguiente, como de
costumbre, el Cochinito Feroz pasó merodeando por el camino.
Los tigritos estaban en el patio haciendo una rueda de
prensa, por la persecución en su contra, cuando lo vieron se asustaron tanto
que les pasaron seguro a las puertas de acero y se encerraron con novecientos
candados.
El cochinito se
acercó al intercomunicador y dijo, corruptos miedosos ¡Déjenme entrar!
- Noooo... contestaron los tigritos, ¡Es nuestra casa y no
puedes pasar!
- Entonces soplaré y resoplaré y la casa derribaré.
Los tigritos no
abrieron y el cochinito sopló y resopló, pero la casa no se cayó. Y con asombro
exclamó - ¡Qué es lo que está pasando Dios mió!-.
Pero no por nada
le decía Huguito el Cochinito Feroz, llamó a la Disip, a la defensora del
pueblo; y a la fiscalía y el bunker allanó.
Los tigres apenas
lograron escapar. Estaban muertos de miedo y se escondieron en el basurero de
un tribunal.
- Tal vez nos hemos equivocado con los materiales de
construcción dijeron, tenemos que probar con algo diferente ¿Pero qué? en ese
momento vieron a una guacharaca con el pico lleno de contratos de la alcaldía
mayor.
- Por favor ¿Podrías darnos algunas de las licitaciones de
la alcaldía?
- Siempre que me den mi comisión contestó la honesta
guacharaca, y les permitió ganar varias licitaciones para construir aceras con
arena. Así fue como los tigritos construyeron una casa con orquídeas, canarios
y pichaches. Con paredes de mármol de Carrara y otras de cristal Danés. El
techo estaba hecho de porcelana China y el piso de alfombras Persas, pusieron
bañeras de porcelanas con grifos plateados;
y era una casa un tanto costosa pero muy hermosa y construyeron un
jardín con orquideas y rosas.
Al día siguiente,
el cochinito pasó por su casa, y vio el hermoso jardín que habían construido
los tigritos.
Toco el timbre y dijo:
- Tigritos ladrones corruptos temblad, ¡Déjenme jugar!
- No, no, no ¡Es nuestra casa y no puedes pasar!
- Entonces soplaré y resoplaré y la casa destruiré-. Dijo el
cochinito.
Pero al tomar el
aire para soplar olió el suave perfume de las orquídeas. Era fantástico. Y el
perfume le quitó el aliento, el cochinito tomó más y más aire. En vez de soplar
empezó a morder más y apretar menos.
Aspiró profundamente, hasta que el dulce néctar de las
orquídeas llegó a su duro corazón, que desde luego se enterneció se dio cuenta
de lo tonto que había sido en el pasado. En otras palabras, se convirtió en un
estadista, empezó a hablar más y a hacer menos.
Al principio, los
tigritos desconfiaban; porque podría ser un truco, pero pronto se dieron cuenta
que había cambiado de verdad, salieron corriendo a recibirlo, se pusieron a
jugar pelota con el cochinote y luego saltaron juntos la cuerda. Y cuando todos
se cansaron lo invitaron a pasar a la casa.
Les dieron
galletas con champaña y lo invitaron a quedarse con ellos, todo el tiempo que
quisiera. El escuchó, acepto y mordió; y todos felices, hasta que apareciera
otro cochinito feroz.
La Isla:
Cualquier día
un barco naufragó frente a la costa de una isla del caribe, los marineros
desesperados, se lanzaron a los botes salvavidas en busca de la mar unos
lograron alcanzarlos, más otros no, alguno consiguió la isla y la mayoría se
ahogó.
El logró obtener a
nado la playa, los demás a salvo le gritaban:
- No te preocupes
pronto regresaremos por ti.
Y mientras esto sucedía,
ellos se perdían remando a favor de la corriente que los guía. El hombre llegó
a la costa, admiró por un instante la belleza femenina del lugar y olvidándose
de lo anterior, dejó que pasaran las horas, días, semanas, meses y años.
Edificó con palmas
un lugar para pasar el tiempo, casó animales y de ellos comió, esperaba
resistir las inclemencias del lugar, cultivó cocos y verduras; intentando
amordazar la fe y el pensar, pasó las noches sin lograr ver el barco que
viniese a rescatarle, perdió la sonrisa en el lugar, transformada en un abismo
de pesar.
Vivió con la
mortificación de su propio rescate, hasta que una noche decidió ahogar la
esperanza de huir del lugar y desde ese momento, encontró la alegría en cada
rayo de sol que acariciaba su frente, en la isla de la desesperación.
Ellos también tienen la culpa.
Esta historia
que voy a contar sucedió de verdad, verdad.
Un hombre
felizmente casado se encontró un día con un amigo de tragos, en una cervecería,
mientras tomaban, hablaban, el amigo le dijo:
-Ya ves que te choqué el carro, te
aboyé el parachoques saliendo de un motel - .
- El se quedó pensativo en el sentido
de todo borracho es receloso, empezaron pasar los días y no encontraba solución
a sus dudas... y de repente se la ocurrió contratar a un detective privado, con
el fin de seguir a su mujer, después de varias semanas, el detective le entregó
un informe, decía que su esposa tenía un amante y se reunían en un motel de la
panamericana, él introdujo una demanda ante un juez en lo civil, para obtener
el divorcio sin separación de bienes, se le hizo un seguimiento y logró reunir
un tribunal, que estaba compuesto: por un alguacil, dos escribientes, redactor.
Juez y tres testigos.
Entraron a la habitación a los días,
después que el detective tocara la puerta haciéndose pasar por un camarero, que
venía a entregar algo, abrieron la puerta y encontraron a dos mujeres en
pantaletas y sobre la cama había un montón de libros, se hizo el expediente, se
fichó la indiciada y se recogió las declaraciones y se evacuaron las pruebas.
El juez en un año dio el fallo:
¡Inocente!
No había sucedido nada porque no se
pudo demostrar que el acto carnal se estaba llevando a cabo, dijo sonriente el
juez, porque sobre la cama había un montón de libros, ya que las dos eran
estudiantes estaban escasas de ropa por el calor de mayo, - en todo caso el
culpable es el marido - dijo riéndose unos de los escribientes.
El pobre tipo aprendió a callarse y ahogarse en un buche de
saliva, pagó a los abogados los costos procesales del juicio, la demanda por
calumnia e infamia y supo el amargo sabor de la justicia venezolana.
Las Ancas de Rana.
Cuando yo era
mucho mas pequeño visitaba a mi papa en el restaurante que él tenía, en el
podía comer todo lo que servían, siempre que no lo vendieran ese día, pero
había un plato que me llamaba mucho la atención que eran las ancas de rana en
salsa tártara y no lo podía comer porque nunca sobraba. hastra que un día quedó
algo de anca y lo pedí, acompañado de ensalada cesar y una porción de arroz
blanco. Lo probé, las ranas sabían a pescado tierno sin espinas de buen sabor y
la ensalada cesar era exquisita con el arroz, todo esto me dejó lleno y
contento.
Y al terminar con
el almuerzo, le pregunté a mi papá cómo se hacían las ancas, él no me supo dar
respuesta, no sabía como se hacía y me dijo que el cheff si lo sabía, me fui
corriendo a la cocina, ya que era tarde y casi todo el mundo se había ido y me
conseguí al cheff, que era un señor gordo, con una bata blanca, y un gorro
sobre la cabeza se veía buena gente, y le pregunté - Señor ¿cómo se hacen las
ancas de ranas?
-Y él me dijo, - mijo, las ancas de
rana son muy fáciles de hacer, todo esta en cocinar a las ranas, tú no puedes
poner a 500 ranas en agua hervida, porque te rompen la olla, además de quedar
espachurradas por los saltos que dan, así que las lavas vivas, ya que si las
matas pierden parte del sabor, ellas pensarán que las estas bañando, después
las lanzas en agua tibia como si fuera en un jacuzzi, chapotean y juegan en el
agua, le subes un poco el fuego, y ellas se relajan, tú mientras tanto le
lanzas las alcaparras, le lanzas las aceitunas, le lanzas el ajoporro... ellas
piensan que les estas echando salvavidas, mientras se relajan, ellas juegan,
tapas cuidadosamente la olla, haciéndoles creer que se ha hecho de noche y ¡le
subes la candela al máximo! es tal su estado de relajación y terror que no pueden
saltar y salvarse, deja que se consuma el caldo, lo cuelas y las cortas por la
parte de abajo y botas el resto, ya que no puedes servir la cabeza con sus ojos
desorbitados y bocas partidas con los gritos que pegan, ya que nadie se comería
eso, y tienes un riquísimo plato.
Después de esto no
me quedaron ganas de saber como te fríen mi pescao.
Las paredes del infierno.
Zzzzz ..... Cabalgando entre maldiciones y
lamentos por la Calcuta Sudamericana, decidí contemplar paisajes mas agradable,
motivado quizás por la abrazante miseria de Caracas, no por ello me desanime y
busqué refugio en la soledad de un largo caminar, desde la plaza Caracas hasta
un lugar que por su belleza, armonía y riqueza; es considerado un océano de
perfección, que llaman Chacao, en el transcurso del viaje, vi la pulcritud y
orden de las avenidas; calles asfaltadas y paredes recién pintadas.
Todo ello pulido y arreglado por gente alegre y no temerosa
de peligro alguno, ello me tranquilizo y relajo. Sin darme cuenta casi resbalo
en un escalón, que digo, era un inmenso hueco, en frente de la casa de Irene
Sáez, por poco caigo en él, pero hice un ademán de equilibrista, pudiendo
saltar el obstáculo, observe atentamente la inmensa hondura, preguntándome como
podía existir semejante disparate en tan bello lugar, rebosante de felicidad. Y
que no fuese reparado por la diligente alcaldesa, pero de repente una voz perturbo
mis reflexiones de ningún valor.
Ojeando en las
profundidades no pude encontrar mas que oscuridad, oyendo una voz implorante de
socorro, encontrando una niña con huesos de mujer y estatura de alfiler, el
brillo de su ojos delataban los amaneceres perdidos y el cabello tenia la
apariencia de estopa sin lavar, repentinamente una sensación de escalofrío
recorrió el cuerpo de ambos, y charlando con ella, me atreví a preguntar:
-¿Que haces acá, no sabes el peligro que corres en este
lugar?-.
Pareció no entenderme a pesar que como descubrí mas tarde,
hablamos el mismo idioma.
Ella se limitó a
responder, entre susurros y destellos de sonrisas:
- Resé por tú venida, me dijo. Y grité a los peatones que me ayudasen, pero
ninguno quiso fijarse en mi, y solo me arrojaban de vez en cuando alguna
porquería de papel, sin ayudarme a salir de aquí, no pudiendo trepar las
paredes, que se agigantaban de día en día -.
Su voz provocó
una alegría marchita, y con una mirada mas de Sancho que de Quijote, dispuse a
rescatarla del hoyo. Busqué en los alrededores cables o soga, pero no pude
encontrar nada de utilidad, ya que esto dejado al azar, significaba la anarquía
en la alcaldía, fui a las casa vecinas, y cada vez que tocaba la puerta y la
llegaban a abrir, la estrellaban en mis narices, me confundió con la persona
que intentaba rescatar, así que me propuse salvar a la damisela con los medios
propios, como tantos héroes de literatura barata había leído a temprana edad.
Resplandeciente
de esperanzas, mas no de realidades, le propuse la forma de abandonar las
paredes de fuego que se habían convertido en su inevitable hogar, un hueco en
medio de la nada; ella me dio las
gracias, con la ilusión de escapar y de hacer una vida distinta atener que
bañarse con el lodo y comer la caridad de los transeúntes.
Intenté
limpiarme con el acto su inconciencia y ella evitar las cucarachas que además de alimentos se
convirtieron en sus buenas compañeras que no preguntaban ni reprochaban.
Extendí las manos,
pero el viento la toco pensé que no la alcanzaba, me desabroche rápidamente el
botón del pantalón, por ser más largo que mi brazo sujetándolo por la correa
sin soltarlo a las profundidades del abismo, resbalando.
Pues al lanzarlos
de un tirón me quede sin ellos.
Medite lo anterior en la penumbra metiendo la cabeza en el
hueco, invadiéndome una sensación de inseguridad, en un segundo mi cara choco
contra una bola de lodazal maloliente, grite a rabiar, por qué el grito fue
corto y la ira grande, corrí del lugar con los pies ligeros, por lo cual no se
me hizo difícil alejarme. Se habrá acostumbrado, me pregunte, no seria mi culpa
reflejada en ella y la deje huérfana entre los miedos del del diablo y las
puertas del infierno.
Preguntándome mientras
saboreaba el lodo, del rechazo de aceptar mi ofrecimiento de escapar de los
muros de pobreza, se debería a la imposibilidad de encontrar un escape de lo
inevitable, consiguiendo el goce en el fondo de una cloaca o seria que tanto
tiempo en el hueco la convirtió en un habitante rastrero más.
En las
transitadas calles fui detenido por una policía, con uniforme de insecticida,
interrogándome sobre mi falta de pudor, me acuso de falta de pudor, me acuso de
falta de moral y desorden público, remitiéndome a la comisaría sin otra
distinción que la de "loco peligroso", al saber el por qué de la
escasa vestimenta que me acompañaba.
Se limitaron a
regalarme una toalla y después de 48 horas me liberaron de la piedad se
extravía. Recogí pasando el tiempo un periódico más basura, que información,
llamado "El Noticiero", reseñando; "Encontrada niña entre los
muertos y su cuerpo estaba putrefacto"....
Desperté de la
cabalgata nocturna y me vi en las sepulturas vacías.... Lo podré evitar.... si
Siiiiiiiiiii. Pero al pasar los años se convirtió en mi triste realidad.
La Visión del Pescador
Una sirena cantaba música celestial, en un
peñón de rocas a orillas del mar, un pescador se le acercó por curiosidad y fascinación.
El era una inteligencia tan clara como el agua donde navegaba, y solo sus
intenciones lo delataban buscando saciar su sed de codicia, que lo mataba.
El pescador viendo
la sirena la contempló y preguntó, -
¿Por qué cantas? –
Y ella inquieta respondió: - porque puedo cantar y con ello
arrullo al mar - dijo, en voz alta, refiriéndose a la insignificancia descortés
que la admiraba.
El pescador tronando los labios dijo,- Por ello te voy a
secuestrar y mostrar -, A lo que la sirena asustada llorando perlas de sus ojos
al fondo del mar, pensó,- ¿Por qué lo hará?
El blandiendo sus redes, les gritó: - Te pescaré, porque te
quiero pescar - demostrando que la fuerza es compañera fiel de la razón, agarró
sus redes y lanzándolas sobre la triste sirena, la trasladó a la bodega del
peñero, dirigiéndose a puerto, volando
al ras de las olas, en busca del comprador de una visión.
En el viaje sus
manos reían de la plata que recibiría y su boca saboreaba las carnes que
comería; y no pensó por un instante en el dolor que causaría, sin conocer el
sufrimiento. No podía apreciar el valor del momento.
Tan rápido
desembarcó, la puerta de la bodega abrió, encontró un hedor a pescado podrido,
no hallando ala hermosa sirena ni escuchó su melodioso canto, solo percibió el
aroma de su enana mediocridad.
Los Zapatos Niké
Existió un
pueblo muy cercano, donde vivía un niño muy deseoso de ver las tiendas, los
escaparates y vidrieras, para poder admirar loa zapatos que deseaba mostrar.
Viajó por todo el
pueblo en busca de los zapatos preferidos por él y se fijó en unos Nike. Éste
al verlo se alegró y dijo -estos son
los zapatos que busco -, Pero su precio era tan elevado que no podía
comprarlos, por lo tanto ideó la manera de robarlos.
Estando al frente
del escaparate lanzó una piedra, rompió la vidriera y tomó por la fuerza los
zapatos deportivos que tanto deseó. Al tenerlos se los puso en los pies y salió
corriendo del pueblo a toda velocidad, corrió tanto que llegó a cansarse y en
la campiña se quedó dormido placidamente en un rincón del lugar. Cuando dormía
una pequeña voz lo despertó y le decía al oído -despierta, despierta o no
despertarás- y este se levantó y se puso en guardia contra cualquier cosa que
lo amenazara.
Cuando estaba
despierto vio una pequeña luz brillante de perdón que lo miraba a él y le
preguntaba -¿por que lo hiciste? -y respondió altaneramente -¿quien me llama y
quien eres? -y la luz resplandeciente respondió - soy tu conciencia y a que se
debió que los robaras de la tienda - y en tono de tristeza, - creo que pensó,
lo robé por que me gustaban y los deseaba enseñar - y la voz contestó, -
entonces te condeno a bailar en ellos hasta desaparecer y no pararás hasta ver
el brillo de tus huesos arder y que tu hambre de codicia sea la sombra de tu
arrepentimiento...
Los zapatos que
tenía puesto el niño empezaron a tomar vida propia y el niño comenzó a bailar
sin parar.
El Perro Persa:
El Perro Persa:
Un día se reúnen un grupo de perros callejeros del Medio Oriente, a hablar sobre sus vidas en un bazar del Cairo mientras toman café cairota: el primero en hablar es el perro palestino, que narra las angustias de las palizas diarias de los sionistas; interrumpe un perro libio que es un perro pequiñés pero se cree un galgo por haber matado a palo a su amo; después habla el perro turco con arrogancia, que se cree un gran danés por convivir entre la basura de los alemanes; toma un trago de café y habla el perro egipcio: que vive de las limosnas de los turistas europeos y americanos, le sigue el perro saudita que describe lo hermoso qué es su collar de oro y diamantes, le sigue el perro paquistaní, que habla de lo mal que lo tratan sus amos americanos pero se olvida de lo bien qué come, y cómo debe soportar a los perros afganos; los perros afganos replican de la larga yihhad que llevan, algunos perros se ríen, y por último viene el perro más pulguiento y sarnoso del Cairo que es un can persa que habla de cómo ha jodido a todos los demás perros del Medio Oriente, sin percatarse que también a él le puede tocar.
DEL
PORQUÉ LOS PARÁSITOS PUEDEN SER DOCTORES.
(DISCURSO
DE GRADO EN EL IPC 1998)
Una
de las cosas que hizo devanarme los sesos, fue saber porque aquí somos tan
felices, que hasta las ratas se suicidan. La anterior pregunta se relaciona con
la carencia de creatividad de las personas que laboran en los centros
académicos.
Un día seis científicos de diferentes partes del mundo se fueron al zoológico
el Pinar, y decidieron escoger un animal sobre el cual iban a disertar, La
bestia escogida fue el camello. El primer científico fue el francés, tras un
mes de profunda meditación produjo un poema titulado "los amores del
camello". Enterado de ello el norteamericano llevo a cabo un estudio entre
los distintos tipos de camello, publicando un best seller en una prestigiosa
editorial, titulado "Los camellos mas fuertes y poderosos del Mundo".
Después vino el inglés que de tanto estudiar y escudriñar la bibliografía y
documentos secretos, produjo un ensayo titulado "La cacería de los
camellos en el tercer Mundo". En tanto que el cubano decidió escribir un
corto panfleto con el sugestivo nombre de la "revolución y el
camello". Viendo todo lo anterior, el Alemán decidió sacar su
especialización basada en varias tesis; el primer tomo se llamo "El
camello y el origen del Mundo", el segundo tomo "el camello en la
edad de los dinosaurios ", el tercer tomo "el camello en la edad
Moderna". No contento con ello decidió obtener su doctorado con el
profético nombre "el camello en el Mundo Globalizado". No obstante el
Venezolano elaboró un proyecto que no era menos que los otros, titulado
"Diagnostico - Bio - Psico - Social del Paraíso".
Quizás el mayor defecto de la educación superior sea su parecido con la
realidad venezolana.
La
descomposición de la sociedad, no se lleva a cabo tan solo en la sociedad sino
también en las instituciones que la componen; el hecho que los individuos sean
las células fundamental de las estructuras, demuestra que todo análisis debe estudiar
la conducta de estos, en detrimento del ente. Cuando los hombres abandonan sus
líneas de conducta creadoras para refugiarse en dos extremos, uno pasivo y otro
activo
Se puede ejemplificar lo anterior con un profesor que se toma su deber mas allá de sus funciones y otro, que solo se limita a contemplar lo que acontece. La dicotomía anterior, se puede dividir en actitudes, pasiva y activa; las cuales conllevan a cada bando a una idea del bien y del mal, en el primero hay un abandono de toda creatividad (Tómese en cuenta el bajo nivel de ideas propias expresada por los profesores), y a todo estimulo, y pieza que la organización puede resolver los problemas por si misma, sin la intervención individual de las personas, prefiriendo ser relegado por un equipo multidiciplinado.
Se puede ejemplificar lo anterior con un profesor que se toma su deber mas allá de sus funciones y otro, que solo se limita a contemplar lo que acontece. La dicotomía anterior, se puede dividir en actitudes, pasiva y activa; las cuales conllevan a cada bando a una idea del bien y del mal, en el primero hay un abandono de toda creatividad (Tómese en cuenta el bajo nivel de ideas propias expresada por los profesores), y a todo estimulo, y pieza que la organización puede resolver los problemas por si misma, sin la intervención individual de las personas, prefiriendo ser relegado por un equipo multidiciplinado.
La
segunda postura es partidaria de pensar que el sistema escolar es un obstáculo
para la libre creación y trata de reprimir las posibles desviaciones con un
rígido autocontrol puritano. Todo ello se refleja en la disposición de algunos
profesores que tienen la idea obsesiva de que las fuerzas del mal han tomado la
ofensiva y la decadencia es invulnerable; ser ilustra lo anterior, viendo el
trabajo de los demás, como el analfabeta ilustrado. La otra característica
seria el complejo de culpa, en donde todos en mayor y en menor medida somos
responsables y tratamos a todo trance de superar individualmente tal estado. En
todo caso, la pugna por las diferentes tendencias, trae una disolución humana y
una perdida de creatividad, puede palparse en el desprecio hacia la persona, al
no creerla capaz de la perfección.
En
la escala de valores, la actitud de los "duros de pelar" y
"fácil pasar", coinciden con un abandono gradual de las formas; la
sensibilidad y pesimismo personal sobre el devenir y hace alarde de cierto tipo
de intolerancia. Lo anterior se refiere a la manera de dar clases y el trato personal, que son consecuencia de
esta ideología. Pero la actitud pasiva conduce a la relajación de los métodos
de enseñanza y la activa a la unidad de mando, en beneficio del autoritarismo
de un grupo reducido, que se muestra intransigente, por lo delicado de la
situación.
La promiscuidad en la elaboración de las definiciones e ideas, produce una elite directora, que ha perdido la noción creadora, adoptando los modos y usos de las personas que deberían educar, facilitando su manipulación y reproduciendo el sistema de alineación.
En el proceso de enseñanza - aprendizaje, es educar para la ignorancia y se manifiesta de la siguiente forma :a) vulgaridad y barbarismo en la maneras, buen ejemplo de ello es la aparente importancia de las inquietudes de los estudiantes. b) la barbarización del conocimientos, al hacerlo asequible a todas las personas. c) confusión y promiscuidad en la lengua, que tiene la lengua, que tiene a ser un instrumento útil y simplificado el servicio de los alumnos y no al servicio del pensamiento, de ello el bajo nivel lexicografito de los estudiantes y por consiguientes de los profesores. d) el sincretismo en las ideas, que es un esfuerzo de compaginar las ideas de los profesores, con las costumbres y ética de los estudiantes.
La postura que trata de llevar a la unidad, se manifiesta en un sentido político, en la tendencia obsesiva de crear un estado dentro de la institución, que los aislé de las fuerzas destructoras de la sociedad; en un sentido intelectual existe la intención de someter todas las verdades a una única verdad, ello se desprende la importancia del marxismo o economismo dentro del claustro, explicando todos los fenómenos por una sola cosmovisión de la realidad.
La promiscuidad en la elaboración de las definiciones e ideas, produce una elite directora, que ha perdido la noción creadora, adoptando los modos y usos de las personas que deberían educar, facilitando su manipulación y reproduciendo el sistema de alineación.
En el proceso de enseñanza - aprendizaje, es educar para la ignorancia y se manifiesta de la siguiente forma :a) vulgaridad y barbarismo en la maneras, buen ejemplo de ello es la aparente importancia de las inquietudes de los estudiantes. b) la barbarización del conocimientos, al hacerlo asequible a todas las personas. c) confusión y promiscuidad en la lengua, que tiene la lengua, que tiene a ser un instrumento útil y simplificado el servicio de los alumnos y no al servicio del pensamiento, de ello el bajo nivel lexicografito de los estudiantes y por consiguientes de los profesores. d) el sincretismo en las ideas, que es un esfuerzo de compaginar las ideas de los profesores, con las costumbres y ética de los estudiantes.
La postura que trata de llevar a la unidad, se manifiesta en un sentido político, en la tendencia obsesiva de crear un estado dentro de la institución, que los aislé de las fuerzas destructoras de la sociedad; en un sentido intelectual existe la intención de someter todas las verdades a una única verdad, ello se desprende la importancia del marxismo o economismo dentro del claustro, explicando todos los fenómenos por una sola cosmovisión de la realidad.
Ante
de los hechos descritos, no es de extrañar el temperamento coactivo de los
Servicios de Orientación dentro de la institución al lograr a través do lo
sutil, un consenso de poca duración. La salida ante la dilema es la equidad
entre ambas tendencias, que permitirá transfigurara la universidad, logrando
educar para la muerte, no temiéndole a la vida, permitiendo su vialidad y su
posible renovación.
La Filosofía del Venezolano.
Somos como una campana: macizos, fuertes,
duros, pero por dentro somos huecos. Eso es lo que reflejamos sin ignorar su
recia figura. El interior es vacío, que se lleva por un péndulo que se mueve
por una cuerdita… Una novia, esposa, amante o caudillo, pero nunca por él
mismo. Un alemán en cambio es una persona calculadora, que esconde sus
sentimientos en un témpano de hielo, pero debajo de esa armadura se encuentra
una persona endemoniadamente amorosa, calculadora y afectuosa. Él, es lo que es
y no más que eso. A la larga y para él es un serio problema no ser más de lo
que aparenta, es predecible, simple, pantallero…
Las campanas son alegres igual que el
venezolano. Su alegría no es producto de haber encontrado el goce de la vida,
sino que es bulla, ruido en determinada hora del día. El escándalo lo expresa
estridentemente y ese barullo no es la felicidad. Denota una vida rutinaria,
carente de sueños y de propósitos, por eso cada vez que tiene la posibilidad de
escapar por un instante de su existencia cotidiana, lo exterioriza a través de
un equipo de sonido o, en el fondo de una lata de cerveza. El resto del tiempo
es triste, melancólico, al igual que las campanas que viven para ver a los
viajeros pasar.
A pesar de su contextura de hierro o de
acero, es dado a considerarse lastimado por incidentes o ademanes. Incapaz de
reconocer la ofensa a la verdad, lo lleva a tolerar la adulación, que lo
manipula y envilece, viviendo en un paraíso de fantasías en lo alto de su vida.
Es rústico, tosco en sus maneras y pensamientos. Eso se percibe hasta en los
escritores, que a nivel de la América Española son considerados los peores del
continente, tanto es así, que nuestro mayor intelectual, no se ha destacado por
su poesía, cuentos o novelas, sino por su gramática: Andrés Bello. Él intentó
escribir sin mucho éxito, y la mayoría de sus narraciones descansa en el
olvido, no entre las fértiles mentes de las personas, ya que no trascendió.
Supuso que a través de las reglas de la gramática, se podía dominar el idioma,
sin darse cuenta que es el idioma quien hace sus reglas, denotando un
tanto de ingenuidad y de estupidez.
El venezolano se conforma con repicar,
tan…tan…tan… Va y viene, va y viene, es incapaz de mantener una postura
indefinidamente, y se mueve según las circunstancias lo muevan. Es una ventaja
pero tiene sus inconvenientes, porque no es una persona dogmática, que deja que
hasta una canción mueva sus convicciones. ¿Por qué sucede esto? La razón es la
falta de fe en su propia existencia. Él ve a su alrededor no para vivir, sino
para estar allí, no tiende a aferrarse o echar raíces en su ambiente, no espera
luchar o morir, es conformista, sólo le basta repicar, sus protestas, no son
más que quejas.
La campana, como todas las cosas, tiene
defectos y virtudes: ellas son fuertes y sólidas, y se sobreponen a las caídas,
desengaños y mentiras… Para embarcarse en nuevas decepciones y fracasos,
levantándose nuevamente, sin analizar el origen de sus frustraciones, sin buscar
remedios a su angustia, encuentras soluciones aparentes hasta en la
brisa. Es toda una contradicción andante, por fortuna el universo está plagado
de ellas.
El venezolano tiene un toque de humor a
diferencia de la seriedad reluciente de las campanas. Es una actividad muy sana
el drenar los temores a través de los chistes, que dicen mucho sobre sus
pensamientos más ocultos. Se burla de las personas, por sus defectos, vicios o
escrúpulos. Es hiriente, sin preocuparse de las consecuencias de su actitud, al
no poder comprender ni cambiar la situación, porque carece de las convicciones
que dan el valor necesario. Ahoga entre risas sus ansiedades. No intenta ir más
allá, como el americano o español con una filosofía personal; su humor es un
destello de lo que sentimos al igual que la acaricia del sol en la campana.
Pero es superior al de los colombianos o peruanos, debido a la paz que ha
tenido en el último siglo, que ha modificado su actitud. Un ejemplo, es una
fotografía aparecida hace muchos años, en la revista peruana “Caretas”, en
donde aparece un señor bien vestido, riéndose en una tienda, ante el horror de
un atentado terrorista de Sendero Luminoso, en una de las calles mas céntrica
de Lima, con sus vidrios partidos, cadáveres mutilados, heridos levantados por
la Cruz Roja, si uno se fijaba detenidamente, el señor era un maniquí. ¡Qué
chiste! El venezolano no tiene talento para hacer reír a los demás pueblos, es
burdo y localista en sus expresiones y solo puede ser entendido por ellos
mismos, pero es más refinado y menos cruel que otros pueblos…
El criollo como las campanas es rencoroso, no
entiende la virtud del perdón, espera el mejor momento para vengarse de las
personas que lo han lastimado. Al igual que los grandes campanarios de las
catedrales, que vuelven sordos a quienes las hacen sonar; quizás puede ser la
falta de fe en sí mismo, y por ende en los demás, pero si realmente quisiera,
podría cambiar, creyendo en sus potencialidades y la de los demás: ¡Que difícil
no! De ahí los ajustes de cuenta, en las caída de los gobierno, los ofendidos,
humillados…se vuelven jueces de sus perseguidores.
El venezolano no es flojo al igual que las
campanas, es muy trabajador, sólo hace lo que les corresponde, sin darse cuenta
que el trabajo de mayor rendimiento no es manual sino mental, de ahí la rabia
por su condición, que a diferencia de la susodicha puede transformarse. Los
cajeros que laboran en los bancos se tienen que levantar a las 5 de la mañana,
para estar en la oficina a las 8, ¿qué hacen, sino contar dinero?, eso lo puede
hacer una computadora con un visor óptico. El norteamericano medio se levanta a
las 9 de la mañana y va al trabajo, en una cherookee, pero qué hace sino
diseñar o inventar cosas, desde programas de computación hasta rascacielos. En
su sociedad los hispanos, asiáticos o negros son los que trabajan en
McDonald o Wendy’s a 5,50 $ la hora. El americano se hace rico investigando
para él mismo y para los demás, encontrando la felicidad. Por el contrario,
para el venezolano el trabajo es un fastidio, que no lo libera ni lo
reconforta: es una obligación que no facilita su autorrealización, pero al
igual que la campana se ven obligado a ello. La idea que el trabajo te hace
feliz, que el individuo debe sentirse importante empleándose en cualquier
actividad, no solo un instrumento que llame a los demás personas, es ilusoria,
somos realmente necesarios o somos un objeto que puede ser desechado y
desplazado por otro, de ahí no es extraño que nuestra obsesión sea el posible
reemplazo del petróleo por otra fuente combustible.
¿Sabían ustedes que las campanas después de 10 años terminan agrietadas
y rotas, y mientras más grande, más rápido es el proceso? ¿Saben la razón de la
grieta?, al tocarla el Badajoz, genera un sonido que intenta escapar y la
va agrietando poco a poco hasta romperla y fallecen en una venta de chatarra
que es el cementerio de las campanas. Pero antes son apiladas en un rincón
sucio y oscuro, apartadas de la vista de los feligreses, recibiendo la
bendición del polvo y de las ratas, algo que fue bello, hermoso e inocente. Al
final de sus días, descansa entre el óxido y el polvo, y esa es nuestra
pesadilla en mayor o en menor medida, sin darnos cuenta, que el destino lo
podemos cambiar y “convertirnos en algo mejor, consiguiendo lo que deseamos y
llegar a ser lo que queremos ser”.
Por el camino de la
mediocridad.
Los médicos ocultan sus
errores enterrándolos. Los militares dando medallas postmortem.
Los abogados cobrándoselos a sus clientes, los políticos
echándoselos a los otros y tomando un avión y por último los
maestros, saludándolos. -¡Buenos días, cómo están ustedes!
Porque nuestra educación es tan mediocre, a qué se debe que los alumnos lleguen a conformarse con sacar diez o hacer un «trabajito» para pasar la materia. La idea de la educación es enseñar para la vida, que ella busca del hombre un ser reflexivo, que le permita convivir con su mundo, ese es el objetivo, qué ha hecho que a la larga a nivel de primaria, secundaria superior, se convierta en un jardín de hiedras.
No se explica, el por qué el niño promedio no sabe lo que lee ni escribe, supuestamente pasa 6 años en primaria y 5 en bachillerato, o sea 11 años en la escuela y lo más trascendental, no sabe lo que está sucediendo a su alrededor, y no es capaz de expresar sus pensamientos en un papel o de redactar un texto mas o menos coherente: ese es el camino de la mediocridad.
Porque nuestra educación es tan mediocre, a qué se debe que los alumnos lleguen a conformarse con sacar diez o hacer un «trabajito» para pasar la materia. La idea de la educación es enseñar para la vida, que ella busca del hombre un ser reflexivo, que le permita convivir con su mundo, ese es el objetivo, qué ha hecho que a la larga a nivel de primaria, secundaria superior, se convierta en un jardín de hiedras.
No se explica, el por qué el niño promedio no sabe lo que lee ni escribe, supuestamente pasa 6 años en primaria y 5 en bachillerato, o sea 11 años en la escuela y lo más trascendental, no sabe lo que está sucediendo a su alrededor, y no es capaz de expresar sus pensamientos en un papel o de redactar un texto mas o menos coherente: ese es el camino de la mediocridad.
Una vez alguien me preguntó - ¿Quién eres?- Yo le respondí, -la síntesis- Cuál es el concepto del proceso de enseñanza-aprendizaje:
1) «El Cientificismo»: buscar dar contenidos de tal magnitud y complejidad, que sí estos fueran desglosados convenientemente, formaría a un niñito de 13 ó 14 años, genetista o matemático puro, las definiciones son tan profundas, que por lo general, el docente es incapaz de impartido correctamente y el alumno de asimilarlo, ahí está la contradicción, se prefiere una ensalada de indefiniciones o de «ignarismos sapienciales» a enseñar lo básico, en realidad los contenidos son secundarios, lo principal es darle al alumno la capacidad de reflexionar sobre su mundo en forma más o menos lógica, y cómo funciona. Si se quiere algo más avanzado, para ello están las universidades.
2) El imperio de la «Cuestionocracia»: todas las actividades son producto de dos cosas: a) la repetición verbal de los contenidos, sin entenderlos; la mayoría de las nociones son para ser memorizadas y olvidadas, nuestra mente es un archivo que olvida lo que no entiende ni usa b) Los cuestionarios en sí, se inventaron para las computadoras, en el lenguaje de informática, ésta modalidad de enseñanza se llama «estudios programados», y consiste en formular una pregunta a la computadora, y ella te da toda la información.
Vean el parecido con las actividades de aula o las tareas de clase, por lo tanto, el cuestionario crea una ilusión de sabiduría, llegando a una fase intermedia. Saben de números pero no saben dividir, saben de biología sin saber qué es la clorofila, así sucesivamente. La consecuencia es que es muy raro, en cualquier círculo social, que las conversaciones no estén cargadas de vulgaridades, manifestándose un universo infinito de un centímetro de largo, y lo más importante, es que el cuestionario desplaza la actividad creadora del niño, por el trabajo manual del copista. Esta disociación es falsa y causa posteriormente, nuevos fracasos y frustraciones, ya que un esfuerzo manual no es sinónimo de inteligencia.
3) La carencia de competitividad del alumno, se debe a que no le enseñan a luchar en contra del destino. Cuál es perfil: todos deben ser iguales, solidarios, pensar las mismas tonterías, no pueden ser diferentes a los demás... La causa de esta falta de motivación a destacarse es que los alumnos y profesores, no son muy diferentes uno del otro, tienen una visión muy parecida con distintos matices. Difícilmente uno puede superar al otro, ante acciones concretas.
En otras sociedades más avanzadas se busca la "lucha" con sus semejantes, por una beca o un casillero, que a la larga le va a permitir sobrevivir, transformándose en una fiera útil. El estereotipo de un mundo edénico, apartado de su ambiente por grandes muros o cercas, en donde el "Estado provee", es agradable pero ficticio.
Los alumnos no compiten entre sí, desean aprobar las materias con un mínimo de esfuerzo, y a esto se suma que el profesor lo acepte, en vez de revisar los contenidos y aptitudes que pudieran estar mal, tan solo se limitan a poner una nota, olvidando que su función no es asistir puntualmente a clase ni la de aconsejar, sino la de educar, evitando en lo posible la rivalidad entre el alumno y el profesor.
4) El Círculo Vicioso: Es que los malos profesores forman a los malos alumnos, y estos, por su deseo de movilidad social, que los inspira, se convertirán en malos profesores; es una rueda imposible de parar o romper; y todo intento de cambio, puede terminar reventando el sistema escolar.
5) La muerte del diálogo: la conversación de persona a persona, con la aparente importancia que implica, como la creadora de la amistad, es desplazada por el interrogatorio o por los procedimientos burocráticos, (entrega de informes, revisión de tareas, exámenes, etc), codificando al alumno en un número de lista o cédula, que responde en función del aparato educativo, difícilmente favorables del intercambio de información, que modelan al individuo.
6) Líderes Improvisados: Existen dos grandes factores en el mercado educativo: los consumidores de educación (los alumnos) y los oferentes de educación (los profesores). Los grandes críticos del sistema escolar son miembros de la élite intelectual, profesores destacados, ministros o jefes sindicales. Hasta cierto punto responsables del fracaso, no se podrá mejorar el sistema si la masa consumidora (padres-alumnos-comunidad), no exigen y participan en lo que desean aprender.
Un ejemplo es ir al supermercado, usted le pide al portugués los tomates más rojos que tenga, y los huevos más frescos, no le pide tomates verdes ni huevos podridos. El alumno tiende a insinuar, que le mande un "trabajito" para pasar o que los profesores lo comprendan. ¿Qué está pidiendo realmente?
7) El Conflicto de Apple o la solución mágica: Sería interesante que a través de la computadora se mejore la calidad de la educación, es decir, en vez de poner a un profesor se le sustituya por una computadora, y al alumno se le enseña a interactuar con ella.
Mi opinión, es que esto desplazará al libro de texto (amo y señor de la educación venezolana), por una computadora, que es un montón de libros, con infinitas visiones de autores. La computadora no hará análisis e interpretaciones, porque no las posee, sólo dará a conocer al niño las de otras personas.
Sino se mejora la formación del docente, para ser guía en el ciberespacio, se logrará idénticos resultados con el manual de clase o libro de texto. El computador es una pequeña biblioteca que sólo se visita si se enseña a utilizar.
8) El falso
tecnicismo: las mayorías de los liceos agrícolas, de ciencia,
humanidades, arte, industriales y afines no enseñan a sembrar, álgebra, o
a escribir una carta de amor, montar obras de teatro o a reparar una
licuadora. La razón es que es un depósito de gente: los padres y
representantes se preocupan para que los niños asistan a clase, en realidad
su comportamiento no es muy diferente al de la Guardia Nacional en una
cárcel de régimen abierto, con horas de entrada y salida, la preocupación nace desde que sus
hijos están pequeños, van a clase para que no rompan ni deshagan en sus hogares, los padres se vuelven cómplices de esta variedad de enseñanza, que
utiliza la prueba objetiva (el
examen de preguntas y las respuestas cortas), para medir conocimientos, enseñándoles hacerse el vivo, a
copiarse, a mentir, a sobre actuar... Eso es lo que realmente enseñan los exámenes.
9) El mito de la
masificación: la escuela ha aumentado en tamaño y cantidad, si
antes se tenía a 10 alumnos ahora se tiene a 100, justificando su baja
calidad por la rapidez de la expansión. La escuela venezolana ha crecido en
números de estudiantes que se gradúan en sus distintas especialidades, no siendo
la calidad muy diferente a la que poseíamos antes, y los voy a demostrar. Usted agarra a Alemania, Francia,
España, Gran Bretaña o China, con sus
millones de estudiantes, y ellos tuvieron un problema; la escuela mantiene las características cuando era un grupo reducido de personas.¿Qué ha sucedido? La
escuela a comienzos de siglo XIXy XX era deficiente en su instrucción sin poder suplir las
necesidades del país y a medida que creció en número, se estancó en
calidad .Y el padre de ese monstruo es Juan Vicente Gómez.
La conclusión es que las
personas no toman como algo serio a la educación, que le va a servir de
algo, de allí surge el escepticismo y el pragmatismo del alumno. Entonces
para qué lo hace, acaso será una farsa, en donde podemos reflejar
nuestras virtudes y defectos, pero ésta farsa es para permanecer en la escena, robarse la utilería,
actuar en ella y luego desaparecer de ella.
La educación venezolana es la postura del venezolano, si nosotros fuésemos un pueblo culto, que amara la lectura y no la changa, la educación seria una gran formadora, pero esto se revela en lo siguiente: los profesores se dividen en «fáciles de pasar» y «duro de pelar» estos se consideran paramilitares, que intentan filtrar a los alumnos, buscan sacarle el jugo, no para que aprendan sino para castigarlos (reprobarlos), la escuela se convierte en un ente represivo.
Existe la otra tendencia, los «fáciles de pasar» los profesores que se conforman con que los alumnos pasen sin aprender absolutamente nada, regalándoles los puntos, ¿Por qué sucede ésta disyuntiva? El origen es que se ha perdido la noción de la ilustración, que la educación puede hacer mejores personas. Los profesores «Duros de pelar» no creen que los alumnos puedan ser buenos físicos, buenos químicos o buenos matemáticos, considerándolos basuras en un cesto de basura, son personas bajas o inferiores a ellos y lo más triste, es que no los creen capaces de mejorar. Los «fáciles de pasar» llegan a la deducción, del porqué debo molestarme en enseñar, si al final todo va a quedar igual, nada va a cambiar, si es ese un árbol podrido, los frutos, hojas, madera, raíces. Estarán podridos, bajo ésta telaraña en que todos se convierten en moscas o arañas que se devoran mutuamente, para que los sobrevivientes sean tragados por la red... Bajo esa perspectiva, es muy poco lo que se puede hacer.
Reconstruyendo el Reten de
Catia.
¡El niño nace en el vicio y la escuela se lo enseña!
Cuando el Retén de Catia fue
demolido, hubo un gran suspiro de alivio entre los principales voceros de la élite
intelectual y los
portavoces del gobierno venezolano, porque había sido erradicado la principal
mancha de barbarie, humillaciones y ofensas al ser humano, que existía en ese momento. La Bastilla había sido demolida, sin
ser necesaria la revolución, signo evidente de algún progreso social.
No debió pasar muchos años para darse cuenta que había sido sustituida su maldad, por otros centros penitenciarios, con las consiguientes masacres que se cometen en contra de sus moradores. Había nacido el Fermín Toro, el Francisco Fajardo o el Nuñez Ponte, entre otros.
La tragedia del sistema escolar venezolano, es que está transformando a los centros de enseñanza en frigoríficos de carne viva, con su culto a la fuerza bruta, a la obediencia, a la hipocresía... Al no crearle al alumno metas para la vida, sino que enseña una serie de prácticas autoritarias, que frustran al niño, marchitando su alegría y corrompen su inocencia.
Los profesores a través de sus conocimientos y su manera de impartirlo, se convierten en el principal obstáculo de reforma al sistema educativo, articulando con sus enseñanzas la opresión; no dan el ejemplo, tampoco trasmiten los valores más elementales como: la amistad, tolerancia, responsabilidad, o justicia.
Por lo general, los profesores no tienen vicio que no practiquen, es el cáncer de una moral que no permite trascender el espíritu; con sus acciones intransigentes, sus mezquindades y sus chismes; hace que tenga más valor el papel del cheque que cobran, que las enseñanzas que trasmiten.
No debió pasar muchos años para darse cuenta que había sido sustituida su maldad, por otros centros penitenciarios, con las consiguientes masacres que se cometen en contra de sus moradores. Había nacido el Fermín Toro, el Francisco Fajardo o el Nuñez Ponte, entre otros.
La tragedia del sistema escolar venezolano, es que está transformando a los centros de enseñanza en frigoríficos de carne viva, con su culto a la fuerza bruta, a la obediencia, a la hipocresía... Al no crearle al alumno metas para la vida, sino que enseña una serie de prácticas autoritarias, que frustran al niño, marchitando su alegría y corrompen su inocencia.
Los profesores a través de sus conocimientos y su manera de impartirlo, se convierten en el principal obstáculo de reforma al sistema educativo, articulando con sus enseñanzas la opresión; no dan el ejemplo, tampoco trasmiten los valores más elementales como: la amistad, tolerancia, responsabilidad, o justicia.
Por lo general, los profesores no tienen vicio que no practiquen, es el cáncer de una moral que no permite trascender el espíritu; con sus acciones intransigentes, sus mezquindades y sus chismes; hace que tenga más valor el papel del cheque que cobran, que las enseñanzas que trasmiten.
Su labor docente se limita a
mandar largos cuestionarios, con la consiguiente formación de cayos en las manos de
los alumnos y los exámenes correspondientes, en el mejor de los caso se los aclaran,
convirtiéndolos en unos burritos escribidores.
Alentando el automatismo, la memorización, la dispersión en clase, y legándole la incapacidad de reflexionar sobre su mundo. La escuela venezolana no enseña a leer, pero si a obedecer; no enseña a dividir, pero si a intrigar; no enseña las definiciones más básica de la vida, pero si a ser astuto. ¡Es basura formando basura!
Lo común es que los alumnos delaten a sus compañeros de clase, por alguna travesura o indiscreción a los jefes de seccional, manipulando la información a su favor; concediendo a los alumnos la mayoría de los casos, un premio o un trato preferencial. Se utiliza la suspensión de clase, la expulsión o la citación del representante como instrumento represivo; indisponiéndolo en contra del proceso enseñanza-aprendizaje, talando las ganas de aprender de las mentes de los niños.
Olvidando que la educación es un sendero que nos conduce a encontramos con lo mejor de nosotros mismos y no con nuestros errores del presente. Todo esto obliga al niño a ventilar sus conflictos entre ellos mismos, sin permitir ningún tipo de mediación de sus mayores. Tomando conciencia de su poder numérico, los estudiantes son manipulados a participar en los conflictos intestinos de los docentes, a favor de una facción u otra, deciden agarra el sartén por el mango y apoderarse de la tierra de nadie; respondiendo a las amenazas con acuchillamientos, a los gritos con amenazas de muerte y a la violencia con asesinatos selectivos.
No existe interés de parte de los profesores de enseñar, ni de los alumnos de aprender; ya que esto implica cambiar sus técnicas de enseñanza, y va en contra de su tendencia a la pasividad, esperando que el sistema resuelva por sí solo sus deficiencias. No se percatan que ellos son parte esencial del sistema; y entorpecen con su intransigencia cualquier intento de reforma por mínimo que sea, por el temor a que sus privilegios vayan a ser perjudicados.
Los alumnos reaccionan demostrando desinterés en aprender, porque consideran que los datos que se les dan no tienen ninguna utilidad, cosa no muy lejana de la realidad.
La respuesta de los docentes es un marcado acento por el deber, sin darse cuenta que su trabajo va mas allá de estar presente en el aula, y buena parte de las veces ni esto lo llegan a cumplir. Como esto estimula la exclusión del alumno, éste se preguntará, si lo que se me va a enseñar no tiene sentido, por qué debo ir a un lugar desagradable. Como consecuencia esto favorece la deserción escolar.
De cada diez alumnos siete abandonan la escuela antes de terminarla; y a muy pocas personas esta situación les importa, quizás el principal responsable sea el Instituto Pedagógico de Caracas, que es el instigador de esta política educativa en el sistema escolar.
El Estado a pesar de sus limitaciones, enfrenta el problema, comprando a la comunidad educativa (padres-representantes-alumnos), con becas, subsidios y comedores escolares, pero sin poder solucionar el problema de fondo, que la escuela es apreciada como algo lejano sin beneficio alguno.
La creencia de que todo eso es necesario es extendida, justificando la brutalidad, con palabras vacías: disciplina, orden, responsabilidad, etc. Pero en el fondo existe un profundo miedo a cambiar la situación, ya que un ajuste en las ruedas, podría desbarrancar la carreta.
Se ha detectado que casi el 95% de los bachilleres son incapaces de prestar atención en clase o de esbozar de forma más o menos coherente sus pensamientos en el papel. Justifica la percepción de que la educación venezolana es una de las peores del mundo, esto es visto de por sí; obviando la posibilidad de que se pueda cambiar la situación.
Los que tienen recursos económicos mandan a sus hijos a estudiar al extranjero: Miami o Zurich; mientras que las personas de los estratos más bajo no le prestan importancia a que sus hijos vayan o no a clase, después de todo, la calle puede ser una gran escuela.
Alentando el automatismo, la memorización, la dispersión en clase, y legándole la incapacidad de reflexionar sobre su mundo. La escuela venezolana no enseña a leer, pero si a obedecer; no enseña a dividir, pero si a intrigar; no enseña las definiciones más básica de la vida, pero si a ser astuto. ¡Es basura formando basura!
Lo común es que los alumnos delaten a sus compañeros de clase, por alguna travesura o indiscreción a los jefes de seccional, manipulando la información a su favor; concediendo a los alumnos la mayoría de los casos, un premio o un trato preferencial. Se utiliza la suspensión de clase, la expulsión o la citación del representante como instrumento represivo; indisponiéndolo en contra del proceso enseñanza-aprendizaje, talando las ganas de aprender de las mentes de los niños.
Olvidando que la educación es un sendero que nos conduce a encontramos con lo mejor de nosotros mismos y no con nuestros errores del presente. Todo esto obliga al niño a ventilar sus conflictos entre ellos mismos, sin permitir ningún tipo de mediación de sus mayores. Tomando conciencia de su poder numérico, los estudiantes son manipulados a participar en los conflictos intestinos de los docentes, a favor de una facción u otra, deciden agarra el sartén por el mango y apoderarse de la tierra de nadie; respondiendo a las amenazas con acuchillamientos, a los gritos con amenazas de muerte y a la violencia con asesinatos selectivos.
No existe interés de parte de los profesores de enseñar, ni de los alumnos de aprender; ya que esto implica cambiar sus técnicas de enseñanza, y va en contra de su tendencia a la pasividad, esperando que el sistema resuelva por sí solo sus deficiencias. No se percatan que ellos son parte esencial del sistema; y entorpecen con su intransigencia cualquier intento de reforma por mínimo que sea, por el temor a que sus privilegios vayan a ser perjudicados.
Los alumnos reaccionan demostrando desinterés en aprender, porque consideran que los datos que se les dan no tienen ninguna utilidad, cosa no muy lejana de la realidad.
La respuesta de los docentes es un marcado acento por el deber, sin darse cuenta que su trabajo va mas allá de estar presente en el aula, y buena parte de las veces ni esto lo llegan a cumplir. Como esto estimula la exclusión del alumno, éste se preguntará, si lo que se me va a enseñar no tiene sentido, por qué debo ir a un lugar desagradable. Como consecuencia esto favorece la deserción escolar.
De cada diez alumnos siete abandonan la escuela antes de terminarla; y a muy pocas personas esta situación les importa, quizás el principal responsable sea el Instituto Pedagógico de Caracas, que es el instigador de esta política educativa en el sistema escolar.
El Estado a pesar de sus limitaciones, enfrenta el problema, comprando a la comunidad educativa (padres-representantes-alumnos), con becas, subsidios y comedores escolares, pero sin poder solucionar el problema de fondo, que la escuela es apreciada como algo lejano sin beneficio alguno.
La creencia de que todo eso es necesario es extendida, justificando la brutalidad, con palabras vacías: disciplina, orden, responsabilidad, etc. Pero en el fondo existe un profundo miedo a cambiar la situación, ya que un ajuste en las ruedas, podría desbarrancar la carreta.
Se ha detectado que casi el 95% de los bachilleres son incapaces de prestar atención en clase o de esbozar de forma más o menos coherente sus pensamientos en el papel. Justifica la percepción de que la educación venezolana es una de las peores del mundo, esto es visto de por sí; obviando la posibilidad de que se pueda cambiar la situación.
Los que tienen recursos económicos mandan a sus hijos a estudiar al extranjero: Miami o Zurich; mientras que las personas de los estratos más bajo no le prestan importancia a que sus hijos vayan o no a clase, después de todo, la calle puede ser una gran escuela.
Qué es lo que mueve a los profesores actuar de
esa manera. La respuesta es el reconocimiento de parte de sus colegas, lo que los
obliga a ser solidarios ante cualquier abuso de trabajo, trasladando su
entusiasmo a sus reivindicaciones salariales, volviéndose carceleros del
infierno. Racionalizando cualquier injusticia con arbitrariedades, generando
rencor que alimentara odios, aplacados con nuevas arbitrariedades.
La causa es lo rutinario, monótono, repetitivo, y falto de creatividad de su trabajo docente, que facilita la desmotivación propia y ajena. Dar clase es cuando nos interesa conocer el alumno, convertirlo de una caja de instrucciones en una buena persona, y que el conozca a su profesor, y ayudarlo a encontrar lo que más le conviene y saber entender con exactitud lo que más necesita y dárselo.
La causa es lo rutinario, monótono, repetitivo, y falto de creatividad de su trabajo docente, que facilita la desmotivación propia y ajena. Dar clase es cuando nos interesa conocer el alumno, convertirlo de una caja de instrucciones en una buena persona, y que el conozca a su profesor, y ayudarlo a encontrar lo que más le conviene y saber entender con exactitud lo que más necesita y dárselo.
Aquí no se enseña. Entra un niño pide el titulo de bachiller, ellos a los
5 años se lo buscan y se acabó. Ya no le vuelven a ver la cara más nunca. Eso no es educar. Es
producción en serie de información, solo
difundiendo modelos alternos, que sean tangibles y viables se podrá
revertir esta situación, salvándose de ellos mismos y a sus compañeros de viajes.
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