viernes, 30 de octubre de 2015

Biblioteca Virtual: Dr Rojas Contreras. EL DESARROLLO DE LOS SISTEMAS DE DIRECCION DE TIRO. Por Fug La batalla de Jutlandia. Cálculo del ángulo con el telémetro estereoscópico. Telemetro Estereoscopico en la cofa del USS Texas. Cálculo del ángulo con el telémetro estereoscópico. Sistema Creag. Telémetro

EL DESARROLLO DE LOS SISTEMAS DE DIRECCION DE TIRO.


Por Fug

Fug



General Leytenant



Miembro Héroe







Los avances en los sistemas de control de tiro se hicieron imprescindibles a merced a las  constantes mejoras en las prestaciones de los buques de guerra y a los alcances sin precedentes conseguidos por las nuevas y potentes piezas de artillería naval.







A finales del siglo XIX las mayores unidades de guerra embarcaban grandes cañones en pequeño número, apuntados una a uno. La mejora de las bocas de fuego y  de las cualidades balísticas de los proyectiles permitió a los investigadores afrontar el problema de la dirección de tiro desde un punto de vista científico y con  mayores probabilidades de prever correctamente la trayectoria. En síntesis, la exigencia de ser los primeros  en golpear al enemigo requería un control del tiro centralizado en una específica estación de dirección.







En 1891, Walkings, por medio de sistemas ópticos de precisión y del teléfono, modernizo el viejo método, empleado en los navíos  a vela, de obtener la distancia a través de las mediciones de los ángulos horizontales entre las convergentes del  blanco y la línea de base, de longitud conocida, constituida por el propio buque.







Este sistema, valido solamente en determinadas situaciones y más concretamente, c cuando la unidad enemiga presentaba la totalidad de su costado fue remplazado muy pronto por el telémetro óptico de Barr que, con una base de una longitud de apenas 1.37 m, hizo posible que una sola persona midiese la distancia en cualquier ángulo.











Telemetro Estereoscopico en la cofa del USS Texas







La ruta y velocidad del blanco, calculados a simple vista mediante una atenta observación combinada con los mimos elementos correspondientes al propio buque, permitían solucionar el problema del tiro que,  además, tenía que ser corregido introduciendo otras variables, como la dirección e intensidad del viento. La competencia estimulo el desarrollo de instrumentos cada vez más precisos: en 1902 el Dumaresq introdujo la posibilidad de medir la rapidez de variación de la posición y la distancia del enemigo, mas tarde apareció el Range Clock, un calculador que suministraba la distancia futura y luego, los paneles de tiro Dreyer que, a través de una gama de variables en entrada, proporcionaban los ángulos de elevación y orientación trasmitidas directamente a las torres de artillería. Una vez que estas daban el “listo”, el circuito de fuego centralizado permitía disparar una salva simultáneamente.











Las columnas de agua o piques, provocados por las caídas de los proyectiles, permitían, a un observador, situado en una posición elevada, transmitía a la central de dirección de tiro las correcciones necesarias hasta que una salva “centraba” el blanco.











En la época victoriana, normalmente se abría fuego a distancias superiores a los 2.750 m, pero la pasión de algunos innovadores, como los almirantes Fisher y Scout, provoco grandes cambios mediante el espíritu de superación que lograron infundir a la flota, incluso a través de las competiciones de tiro anuales y los correspondientes trofeos para los buques ganadores.







Experimentaciones prolongadas y pruebas de calibración en polígonos de tiro seguidas por maniobras que parecían autenticas batallas navales con empleo del cañón, permitieron a la flota poner a punto las armas y probarlas en condiciones reales, de tal modo que en  1912, se estaban convirtiendo en normales distancias de 13.700 m para iniciar el tiro. Norteamericanos y alemanes estaba un poco retrasado respecto a los británicos, pero las mejoras que incorporaron poco después, se revelaron igualmente significativas.







Los alemanes, en especial, disponían de telémetros estereoscópicos de escala fija, con una óptica perfecta realizada por Zeiss, que proporcionaban la distancia más rápidamente que el apreciado método británico de medirla según los piques.











Telémetro Estereoscópico de coincidencia Cooke-Pollen, en montaje estabilizado



Cálculo del ángulo con el telémetro estereoscópico


La experiencia demostraría, que esta diferencia podría llegar a ser decisiva para el resultado final del combate. También los alemanes, por medio del llamado sistema Creag, una especie de base estabilizada para la óptica de los apuntadores, resolvieron un grave problema: el de los movimientos de cabezada y balance del propio buque.


Durante la batalla de Jutlandia, ambos sistemas se enfrentaron, El método alemán de medir la distancia resulto superior al británico, sin embargo, la dirección de tiro de estos fue más eficaz.



Fuente:

 Acorazados WW1. Planeta de Agostini.




La red.







No hay comentarios.:

Publicar un comentario